Segundo Libro de Crónicas

Salomón pide sabiduría

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Crónicas > Salomón pide sabiduría (14:1:1 - 14:1:13)

Salomón hijo de David se afianzó en su reino. Jehovah su Dios estaba con él y le engrandeció sobremanera.

Entonces Salomón habló a todo Israel: a los jefes de millares y de centenas, a los jueces y a todos los dirigentes de todo Israel, jefes de las casas paternas.

Salomón, y toda la congregación con él, fue al lugar alto que había en Gabaón; porque allí se encontraba el tabernáculo de reunión de Dios que Moisés, siervo de Jehovah, había hecho en el desierto.

(Aunque David había subido el arca de Dios desde Quiriat-jearim al lugar que le había preparado, porque le había erigido una tienda en Jerusalén.)

Y el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo de Jehovah. Y Salomón y la congregación fueron a consultarle.

Salomón fue allí, ante Jehovah, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y ofreció sobre él 1.000 holocaustos.

Aquella noche Dios se apareció a Salomón y le dijo: —Pide lo que quieras que yo te dé.

Y Salomón respondió a Dios: —Tú has mostrado gran misericordia a mi padre David, y a mí me has constituido rey en su lugar.

Ahora, oh Jehovah Dios, sea confirmada tu palabra dada a mi padre David, porque tú me has constituido rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.

Ahora pues, dame sabiduría y conocimiento, para que yo pueda salir y entrar delante de este pueblo. Porque, ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?

Entonces Dios dijo a Salomón: —Porque esto ha estado en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni posesiones, ni gloria, ni la vida de los que te aborrecen, ni tampoco has pedido muchos años, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo sobre el cual te he constituido rey,

te son dados sabiduría y conocimiento. Pero también te daré riquezas, posesiones y gloria tales como nunca sucedió con los reyes que fueron antes de ti, ni sucederá así después de ti.

Salomón volvió a Jerusalén desde el lugar alto que estaba en Gabaón, de delante del tabernáculo de reunión, y comenzó a reinar sobre Israel.

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Salomón comercia en caballos y en carros

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Crónicas > Salomón comercia en caballos y en carros (14:1:14 - 14:1:17)

Salomón también acumuló carros y jinetes. Tenía 1.400 carros y 12.000 jinetes, que puso en las ciudades de los carros y en Jerusalén junto al rey.

El rey hizo que la plata y el oro fueran tan comunes en Jerusalén como las piedras, y que el cedro fuera tan abundante como los sicómoros que hay en la Sefela.

Los caballos de Salomón provenían de Egipto y de Coa. Los mercaderes del rey los adquirían en Coa al contado.

Cada carro que importaban de Egipto costaba 600 siclos de plata; y cada caballo, 150 siclos. Y así los exportaban por medio de ellos, a todos los reyes de los heteos y a los reyes de Siria.

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Pacto de Salomón con Hiram

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Crónicas > Pacto de Salomón con Hiram (14:2:1 - 14:2:18)

Salomón se propuso construir una casa al nombre de Jehovah, y una casa real para sí.

Entonces reclutó a 70.000 cargadores, a 80.000 canteros en la región montañosa, y a 3.600 supervisores.

Salomón también envió a decir a Hiram, rey de Tiro: Haz conmigo como hiciste con mi padre David al enviarle cedro, para que edificara para sí una casa en que habitar.

He aquí, yo voy a construir una casa al nombre de Jehovah mi Dios, a fin de consagrársela para quemar incienso aromático delante de él, para la presentación continua de los panes, y para los holocaustos de la mañana, de la tarde, de los sábados, de las lunas nuevas y de las fiestas solemnes de Jehovah nuestro Dios, lo que a Israel le corresponde ofrecer perpetuamente.

La casa que voy a construir será grande, porque nuestro Dios es más grande que todos los dioses.

Pero, ¿quién ha de ser capaz de construirle una casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no le pueden contener? ¿Quién, pues, soy yo para que le construya una casa, aunque sea sólo para quemar incienso delante de él?

Ahora pues, envíame un hombre hábil para trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura, en carmesí y en material azul, y que sea experto en tallados, para trabajar junto con los que están conmigo en Judá y en Jerusalén, a quienes ha preparado mi padre David.

Envíame también del Líbano madera de cedro, de ciprés y de sándalo; porque yo sé que tus siervos saben cortar los árboles del Líbano. He aquí que mis siervos estarán con los tuyos

para que me preparen mucha madera, porque el templo que voy a edificar ha de ser grande y maravilloso.

He aquí que para tus siervos que cortan y labran la madera, yo doy 20.000 coros de trigo para el sustento, 20.000 coros de cebada, 20.000 batos de vino y 20.000 batos de aceite.

Hiram, rey de Tiro, respondió con una carta que envió a Salomón: ¡Porque Jehovah ama a su pueblo, te ha hecho rey sobre ellos!

E Hiram añadió: ¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra y que dio al rey David un hijo sabio que conoce la cordura y el entendimiento, y que ha de edificar una casa para Jehovah y una casa real para sí.

Yo, pues, te envío a Hiram-abi, un hombre hábil y entendido.

El es hijo de una mujer de las hijas de Dan, y su padre es un hombre de Tiro. El sabe trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en piedra, en madera, en púrpura, en material azul, en lino fino y en carmesí. También sabe hacer todo tipo de tallados y todos los diseños que se le asignen. El estará con tus expertos y con los de mi señor David, tu padre.

Ahora pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino que ha prometido.

Nosotros cortaremos en el Líbano toda la madera que necesites, y te la llevaremos por mar en balsas hasta Jope; y tú la subirás a Jerusalén.

Salomón hizo un censo de todos los hombres extranjeros que estaban en la tierra de Israel, después del censo que había hecho su padre, y se halló que eran 153.600.

De ellos designó a 70.000 cargadores, a 80.000 canteros en la región montañosa, y a 3.600 supervisores que hiciesen trabajar a la gente.

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Salomón edifica el templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Crónicas > Salomón edifica el templo (14:3:1 - 14:3:14)

Salomón comenzó a edificar la casa de Jehovah en Jerusalén, en el monte Moriah, donde él se había aparecido a su padre David, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán el jebuseo.

Comenzó a edificar en el segundo día del mes segundo del cuarto año de su reinado.

Estas son las medidas (de acuerdo con el patrón de medida) que Salomón determinó para construir la casa de Dios: Era de 60 codos de largo y de 20 codos de ancho.

El pórtico, que estaba en la parte frontal del templo, tenía 20 codos de largo, como el ancho del edificio, y 120 codos de alto. Y lo revistió por dentro de oro puro.

Cubrió la sala mayor con madera de ciprés; la recubrió de oro de buena calidad, y encima grabó figuras de palmeras y cadenas.

También revistió la sala con piedras preciosas para ornamento. Y el oro era oro de Parvaim.

Así que recubrió de oro la sala, las vigas, los umbrales, sus paredes y sus puertas. Y talló querubines sobre las paredes.

Hizo también la sala del lugar santísimo; era de 20 codos de largo, según el ancho del frente del edificio, y de 20 codos de ancho. Luego la recubrió con unos 600 talentos de oro de buena calidad.

Los clavos pesaban 50 siclos de oro. También recubrió de oro las salas superiores.

Hizo también en la sala del lugar santísimo, dos querubines, obra de escultura, a los cuales recubrió de oro.

Las alas de los querubines eran de 20 codos de largo. El ala del uno tenía 5 codos y llegaba hasta una pared de la sala; y la otra ala, de 5 codos, tocaba el ala del otro querubín.

El ala del otro querubín, de 5 codos, también llegaba hasta la pared de la sala; y la otra ala, de 5 codos, tocaba el ala del otro querubín.

Las alas de estos querubines estaban extendidas en un espacio de 20 codos. Ellos estaban de pie, con sus rostros hacia el centro de la sala.

Hizo también el velo de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino fino; y en el mismo hizo bordar querubines.

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Las dos columnas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Crónicas > Las dos columnas (14:3:15 - 14:3:17)

Hizo también delante del templo dos columnas de 35 codos de alto, las cuales tenían encima capiteles de 5 codos.

E hizo cadenillas, a manera de collares, y las puso en la parte superior de las columnas. Hizo cien granadas y las puso en las cadenillas.

Luego erigió las columnas delante del templo, una al sur y otra al norte. A la del sur llamó Jaquín, y a la del norte llamó Boaz.

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