Habacuc

Habacuc se queja de injusticia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Habacuc > Habacuc se queja de injusticia (35:1:1 - 35:1:4)

La profecía que vio el profeta Habacuc.

—¿Hasta cuándo, oh Jehovah, clamaré, y no oirás? ¿Hasta cuándo daré voces a ti diciendo: “¡Violencia!,” sin que tú libres?

¿Por qué me muestras la iniquidad y me haces ver la aflicción? He aquí que surgen pleitos y contiendas; la destrucción y la violencia están delante de mí.

La ley pierde su poder, y el derecho no prevalece; porque el impío cerca al justo. Por eso sale torcida la justicia.

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Los caldeos castigarán a Judá

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Habacuc > Los caldeos castigarán a Judá (35:1:5 - 35:1:11)

—Observad entre las naciones y mirad. Quedaos asombrados y atónitos, porque yo haré en vuestros días algo que aun si se os contase, no lo creeríais.

He aquí que levanto a los caldeos, pueblo furioso e impetuoso que marcha por la anchura de la tierra, para tomar posesión de los lugares habitados que no le pertenecen.

Será temible y terrible. De sí mismo derivará su derecho y su dignidad.

Sus caballos serán más veloces que leopardos y más ágiles que lobos vespertinos. Sus jinetes se dispersarán haciendo cabriolas. Vendrán de lejos, volarán como águilas que se apresuran a devorar.

Todo este pueblo vendrá para hacer violencia. Todos sus rostros se dirigen hacia adelante, y reunirán cautivos como arena.

Se mofará de los reyes y hará burla de los príncipes. Se burlará de toda fortificación; levantará terraplenes y la tomará.

Entonces su espíritu pasará y se acabará; devolverá a su dios esta su fuerza.

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Protesta de Habacuc

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Habacuc > Protesta de Habacuc (35:1:12 - 35:1:17)

—¿Acaso no eres tú desde el principio, oh Jehovah, Dios mío y Santo mío? ¡No moriremos! Oh Jehovah, para juicio pusiste a los caldeos; tú, oh Roca, los has establecido para castigar.

Eres demasiado limpio como para mirar el mal; tú no puedes ver el agravio. ¿Por qué, pues, contemplas a los traidores y callas cuando el impío destruye al más justo que él?

Permites que los hombres sean como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne.

A todos saca con anzuelo; los atrapa en su red y los junta en su malla, por lo cual se alegra y se regocija.

Por eso rinde sacrificios a su red y ofrece incienso a su malla; porque gracias a ellas incrementa su porción y hace suculenta su comida.

Por eso sigue vaciando su red para volver a matar continuamente y sin piedad a las naciones.

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Jehová responde a Habacuc

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Habacuc > Jehová responde a Habacuc (35:2:1 - 35:2:5)

En mi guardia estaré de pie y sobre la fortaleza estaré firme. Vigilaré para ver qué dirá y qué tiene que responder a mi queja.

Entonces Jehovah me respondió diciendo: —Escribe la visión y grábala claramente en tablas, para que corra el que las lea.

Aunque por un tiempo la visión tarde en cumplirse, al fin ella hablará y no defraudará. Aunque tarde, espéralo; pues sin duda vendrá y no tardará.

He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está envanecido, pero el justo por su fe vivirá.

Y aunque el traidor se enriquezca, no prosperará el hombre arrogante. Ensanchará su garganta como el Seol; será como la muerte y no se saciará. Reúne hacia él todas las naciones; congrega hacia él todos los pueblos.

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Ayes contra los injustos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Habacuc > Ayes contra los injustos (35:2:6 - 35:2:20)

Pero, ¿no han de levantar todos éstos la voz contra él con refranes y sarcasmos? Le dirán: “¡Ay del que multiplica lo que no es suyo! ¿Hasta cuándo ha de amontonar sobre sí las prendas empeñadas?”

¿No se habrán de levantar súbitamente tus acreedores, y se despertarán los que te opriman, y serás para ellos objeto de rapiña?

Porque has despojado a muchas naciones, todos los demás pueblos te despojarán a ti, a causa de la sangre humana y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que habitaban en ellas.

¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, poniendo en alto su nido para escaparse de mano de la calamidad!

Has tomado consejo vergonzoso para tu casa; has arruinado a muchos pueblos y has corrompido tu vida.

Por eso la piedra clamará desde el muro, y la viga del enmaderado le responderá.

¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que establece la aldea con iniquidad!

¿Acaso esto no proviene de Jehovah de los Ejércitos? Los pueblos habrán trabajado para el fuego, y las naciones se habrán fatigado para nada.

Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria de Jehovah, como las aguas cubren el mar.

¡Ay del que da de beber a su compañero del cáliz de su ira, y lo embriaga para mirar su desnudez!

Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también y atúrdete. La copa que está en la mano derecha de Jehovah se volverá contra ti, y la desgracia caerá sobre tu gloria.

Porque sobre ti caerá la violencia hecha al Líbano, y el despojo de las fieras te abatirá, a causa de la sangre humana y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que habitaban en ellas.

¿De qué sirve la escultura que talla el escultor? ¿De qué sirve la imagen de fundición, si es maestra de engaño para que el escultor confíe en su obra, haciendo ídolos mudos?

Ay del que dice al palo: “¡Despiértate!,” y a la piedra muda: “¡Levántate!” ¿Podrá él enseñar? He aquí que está cubierto de oro y de plata; no hay espíritu dentro de él.

Pero Jehovah está en su santo templo: ¡Calle delante de él toda la tierra!

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