Jeremías

Mensaje a Baruc

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Mensaje a Baruc (24:45:1 - 24:45:5)

La palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en un libro estas palabras, al dictado de Jeremías, en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:

“Así ha dicho Jehovah Dios de Israel, acerca de ti, oh Baruc:

Tú dijiste: ¡Ay de mí! Porque Jehovah ha añadido tristeza a mi dolor. Estoy exhausto de gemir y no he hallado descanso.

Le has de decir que así ha dicho Jehovah: He aquí que yo destruyo lo que edifiqué, y arranco lo que planté, es decir, toda esta tierra.

¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques, porque he aquí que yo traigo mal sobre todo mortal, dice Jehovah, pero a ti te daré tu vida por botín, en todos los lugares a donde vayas.”

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Profecías acerca de Egipto

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Profecías acerca de Egipto (24:46:1 - 24:46:28)

La palabra de Jehovah que vino al profeta Jeremías acerca de las naciones.

En cuanto a Egipto, contra el ejército del faraón Necao, rey de Egipto, el cual estaba en Carquemis, cerca del río Eufrates, y al cual derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá:

“Alistad escudo y defensa; acercaos a la batalla.

Uncid los caballos y subid vosotros, oh jinetes. Presentaos con cascos, pulid las lanzas, vestíos de cota de malla.

¿Por qué los veo medrosos, volviéndose atrás? Sus valientes han sido deshechos; han huido buscando refugio, sin mirar atrás. ¡El terror está por todas partes!, dice Jehovah.

No huya el veloz, ni escape el valiente. En el norte tropezaron y cayeron, junto a la ribera del Eufrates.

“¿Quién es este que sube como el Nilo y cuyas aguas se agitan como ríos?

Egipto, que se alza como el Nilo, y cuyas aguas se agitan como ríos, dijo: Subiré, cubriré la tierra; destruiré las ciudades y sus habitantes.

Subid, caballos; corred, carros, como locos; salid, valientes, los de Etiopía y los de Libia que toman escudo, y los de Lidia que toman y entesan el arco.

“Pero ese día será día de venganza para el Señor Jehovah de los Ejércitos, para vengarse de sus enemigos. La espada devorará y se saciará; se embriagará con la sangre de ellos. Porque el Señor Jehovah de los Ejércitos tendrá un sacrificio en la tierra del norte, junto al río Eufrates.

“Sube a Galaad y toma bálsamo, oh virgen hija de Egipto. En vano has multiplicado las medicinas; no hay curación para ti.

Las naciones oyeron de tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra; porque el fuerte tropezó con el fuerte, y cayeron ambos al mismo tiempo.”

La palabra que habló Jehovah al profeta Jeremías, acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para herir la tierra de Egipto:

“Anunciad en Egipto y hacedlo saber en Migdol; hacedlo saber en Menfis y en Tafnes. Decid: Preséntate y prepárate, porque la espada va a devorar tus fronteras.

“¿Por qué ha huido Apis? Tu buey no pudo mantenerse en pie, porque Jehovah lo derribó.

Hizo tropezar a muchos; sí, cada uno cayó sobre su compañero. Y dijeron: Levántate, y volvamos a nuestro pueblo; volvamos a la tierra de nuestro nacimiento, por causa de la espada opresora.

Allí gritaron: ¡El faraón, rey de Egipto, es sólo ruido! ¡Dejó pasar la oportunidad!

“Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehovah de los Ejércitos, que como el Tabor entre los montes y como el Carmelo junto al mar, así vendrá.

Prepara tu equipaje para la cautividad, oh moradora hija de Egipto, porque Menfis será convertida en ruinas; será devastada hasta no quedar habitantes.

Una vaquilla hermosísima es Egipto, pero del norte ciertamente vendrá el moscardón.

También sus mercenarios, en medio de ella, son como terneros engordados. También ellos se volverán y a una huirán, sin detenerse. Porque sobre ellos ha venido el día de su calamidad, el tiempo de su castigo.

Su sonido es como el de una serpiente que se va. Ciertamente avanzan con un ejército; vienen a ella con hachas, como leñadores.

Cortarán su bosque, dice Jehovah, aunque sea impenetrable; porque son más que las langostas; son innumerables.

La hija de Egipto es avergonzada; es entregada en manos del pueblo del norte.”

Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: “He aquí que yo castigo a Amón en Tebas; al faraón, a Egipto, a sus dioses y a sus reyes; al faraón y a los que en él confían.

Y los entregaré en mano de los que buscan sus vidas; en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus servidores. Pero después Egipto será habitada como en los días pasados, dice Jehovah.

“Pero tú no temas, oh siervo mío Jacob, ni desmayes, oh Israel. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice.

“Tú no temas, oh siervo mío Jacob, porque yo estoy contigo, dice Jehovah. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones a las cuales te he expulsado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente.”

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Profecía sobre los filisteos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Profecía sobre los filisteos (24:47:1 - 24:47:7)

La palabra de Jehovah que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que el faraón destruyese Gaza.

Así ha dicho Jehovah: “He aquí, avanzan aguas del norte, se convierten en torrente e inundan la tierra y su plenitud, la ciudad y sus habitantes. Entonces los hombres gritan, y gime todo habitante de la tierra,

por el estruendo del galope de los cascos de sus corceles, por el retumbo de sus carros y por el chirrido de sus ruedas. Por la debilidad de sus manos, los padres no se vuelven a mirar a sus hijos,

a causa del día que viene para destruir a todos los filisteos; para exterminar a Tiro, a Sidón y a todo aliado que haya quedado con vida. Porque Jehovah destruirá a los filisteos, a los sobrevivientes de la isla de Caftor.

Sobre Gaza ha venido rapadura de cabeza; Ascalón ha sido silenciada. Oh sobrevivientes de los gigantes, ¿hasta cuándo os sajaréis?

Oh espada de Jehovah, ¿hasta cuándo no te aquietarás? Vuélvete a tu vaina, reposa y sosiégate.

¿Cómo se aquietará? Pues Jehovah le ha dado órdenes para ir a Ascalón y a la costa del mar; la ha designado para ir allí.”

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Profecía sobre Moab

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Profecía sobre Moab (24:48:1 - 24:48:47)

En cuanto a Moab, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: “¡Ay de Nebo, porque es destruido! Quiriataim es avergonzada y capturada; la ciudadela es avergonzada y arrasada.

No hay más alabanza para Moab. En Hesbón planearon el desastre contra ella, diciendo: Venid, eliminémosla de entre las naciones. Tú también, Madmena, serás silenciada; la espada irá en pos de ti.

“Voz de clamor proviene de Horonaim: ¡Destrucción y gran quebranto!

Moab ha sido quebrantado; oíd el griterío de sus pequeños.

Por la cuesta de Lujit sube con llanto continuo; por la bajada de Horonaim los enemigos oyen el clamor del quebranto.

Huíd, salvad vuestras vidas y sed como el asno montés en el desierto.

Por cuanto confiaste en tus obras y tesoros, tú también serás tomado. Quemós será llevado en cautividad, junto con sus sacerdotes y principales.

Vendrá el destructor a cada ciudad, y ninguna escapará. También será arruinado el valle, y será destruida la llanura, como ha dicho Jehovah.

Dad alas a Moab, porque se irá volando. Sus ciudades serán desoladas hasta no quedar en ellas habitante.

¡Maldito el que haga con negligencia la obra de Jehovah! ¡Maldito el que retraiga su espada de la sangre!

“Tranquilo estaba Moab desde su juventud; sobre sus sedimentos ha estado reposado. No ha sido vaciado de vaso en vaso, ni ha ido en cautividad. Por eso ha quedado en él su sabor, y su olor no se ha mutado.

Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehovah, en que yo le enviaré quienes lo hagan vaciar, y lo vaciarán. Dejarán vacías sus vasijas y destrozarán sus tinajas.

Moab se avergonzará de Quemós, como la casa de Israel se avergonzó de Betel, en la cual puso su confianza.

¿Cómo diréis: Somos valientes y hombres fuertes para la guerra?

Destruido está Moab; han escalado sus ciudades. La flor de su juventud descendió al degolladero, dice el Rey, cuyo nombre es Jehovah de los Ejércitos.

El desastre de Moab está próximo a venir, y su calamidad se apresura mucho.

Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; todos los que conocéis su nombre, decid: ¡Cómo se ha roto el poderoso cetro, la vara gloriosa!

“Desciende de la gloria; siéntate sobre tierra sedienta, oh moradora de Dibón; porque el destructor de Moab ha subido contra ti y ha destruido tus fortalezas.

Ponte de pie en el camino y mira, oh moradora de Aroer. Pregunta al que va huyendo y di a la que se escapa: ¿Qué ha acontecido?

Moab ha sido avergonzado, porque es arrasado. Lamentad y gritad; anunciad junto al Arnón que Moab es destruido,

y que ha venido juicio a la tierra de la llanura; a Holón, a Jahaz, sobre Mefaat;

sobre Dibón, sobre Nebo y sobre Bet-diblataim;

sobre Quiriataim, sobre Bet-gamul y sobre Bet-maón;

sobre Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de la tierra de Moab; las de lejos y las de cerca.

Cortado es el poder de Moab, y su brazo es quebrantado, dice Jehovah.

Embriagadlo, porque contra Jehovah se engrandeció; Moab se revolcará en su propio vómito, y también él será objeto de burla.

¿Acaso no te sirvió de burla Israel, como si le hubiesen sorprendido entre ladrones? Porque desde que de él has hablado, has movido la cabeza.

“Dejad las ciudades y habitad en peñascos, oh habitantes de Moab. Sed como la paloma que hace su nido en los bordes del precipicio.

Hemos oído de la soberbia de Moab, que es muy soberbio; de su altanería, de su soberbia, de su arrogancia y de la altivez de su corazón.

Yo conozco su cólera, dice Jehovah; pero vano es aquello de que se jacta, y vano es lo que hacen.

“Por tanto, lamentaré sobre Moab; clamaré sobre todo Moab, y gemiré por los hombres de Quir-jaréset.

Lloraré por ti más que por Jazer, oh vid de Sibma. Tus brotes pasaban las aguas y llegaban hasta las aguas de Jazer. Sobre tus frutos de verano y sobre tu vendimia ha caído el destructor.

La alegría y el regocijo han sido quitados del campo fértil, de la tierra de Moab. He hecho cesar el vino de los lagares; nadie los pisa con grito de júbilo. No hay grito de júbilo.

“El clamor de Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaz dan su voz. Desde Zoar hasta Horonaim y Eglat-selisiyá; porque también las aguas de Nimrim quedan desoladas.

Haré cesar en Moab a quien ofrezca holocaustos en un lugar alto, y a quien ofrezca incienso a sus dioses, dice Jehovah.

Por tanto, mi corazón gime como flautas por Moab. Asimismo, mi corazón gime como flautas por los hombres de Quir-jaréset, pues perecieron las riquezas que había adquirido.

Porque toda cabeza ha sido rapada, y toda barba rasurada. Sobre todas las manos hay sajaduras; y sobre los lomos, cilicio.

Todo es llanto sobre todas las azoteas y plazas de Moab, porque he quebrantado a Moab como a vasija despreciada, dice Jehovah.

¡Cómo ha sido destruido! ¡Cómo lamentan! ¡Cómo ha vuelto Moab la espalda, avergonzado! Moab ha sido convertido en objeto de burla y de horror para todos los que están en su alrededor.

Porque así ha dicho Jehovah: He aquí que como águila remontará vuelo, y hacia Moab extenderá las alas.

Las ciudades serán tomadas, y sus fortificaciones capturadas. En aquel día el corazón de los valientes de Moab será como el corazón de una mujer en angustia.

Moab será destruido y dejará de ser pueblo, porque se engrandeció contra Jehovah.

Terror, fosa y trampa hay contra ti, oh habitante de Moab, dice Jehovah.

El que huya del terror caerá en la fosa; el que salga de la fosa quedará atrapado en la trampa. Porque yo traeré sobre él, sobre Moab, el año de su castigo, dice Jehovah.

“A la sombra del Hesbón, los que huyen se detienen por falta de fuerzas. Porque fuego salió de Hesbón, y llama de en medio de Sejón; consumió las sienes de Moab y la coronilla de los hijos revoltosos.

¡Ay de ti, oh Moab! ¡Ha perecido el pueblo de Quemós! Porque tus hijos son tomados en cautividad, y tus hijas en cautiverio.

Sin embargo, al final de los tiempos restauraré a Moab de la cautividad,” dice Jehovah. Hasta aquí es el juicio contra Moab.

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Profecía sobre los amonitas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Profecía sobre los amonitas (24:49:1 - 24:49:6)

En cuanto a los hijos de Amón, así ha dicho Jehovah: “¿Acaso Israel no tiene hijos? ¿No tiene heredero? ¿Por qué ha tomado Milcom a Gad, por heredad, y su pueblo habitó en las ciudades de éste?

Por tanto, he aquí, vienen días, dice Jehovah, en que haré oír grito de guerra en Rabá de los hijos de Amón. Será convertida en un desolado monte de escombros, sus aldeas arderán en el fuego, e Israel poseerá lo que tomaron de él, ha dicho Jehovah.

“Lamenta, oh Hesbón, porque Hai es destruida. Gritad, hijas de Rabá, ceñíos con cilicio y haced duelo, y deambulad por los vallados, porque Milcom va en cautividad junto con sus sacerdotes y oficiales.

¿Por qué te glorías de tus valles, de tu valle que fluye, oh hija descarriada que confías en tus tesoros? Dices: ¿Quién vendrá contra mí?

He aquí, de todos tus alrededores traeré terror sobre ti, dice el Señor Jehovah de los Ejércitos. Seréis empujados, cada uno delante de sí, y no habrá quien acoja al errante.

“Después de esto restauraré de la cautividad a los hijos de Amón,” dice Jehovah.

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