Libros Proféticos

La señal de las tinajas llenas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > La señal de las tinajas llenas (24:13:12 - 24:13:14)

“Entonces les dirás esta palabra que ha dicho Jehovah Dios de Israel: Toda tinaja ha de ser llenada con vino. Ellos te responderán: ¿Acaso no sabemos que toda tinaja ha de ser llenada con vino?

Entonces les dirás que así ha dicho Jehovah: He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los habitantes de esta tierra; a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén.

Yo los destrozaré, unos contra otros, a los padres y a los hijos a la vez, dice Jehovah. No tendré compasión, no tendré lástima ni tendré misericordia como para no destruirlos.”

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Judá será llevada en cautiverio

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Judá será llevada en cautiverio (24:13:15 - 24:13:27)

Oíd y prestad atención; no seáis altivos, pues Jehovah ha hablado.

Dad gloria a Jehovah vuestro Dios, antes que él haga que se oscurezca; antes que vuestros pies tropiecen contra montañas tenebrosas y la luz que esperáis él os la vuelva densa oscuridad y la convierta en tinieblas.

Pero si no escucháis esto, mi alma llorará en secreto a causa de vuestra soberbia. Mis ojos llorarán amargamente y derramarán lágrimas, porque el rebaño de Jehovah es tomado cautivo.

Di al rey y a la reina madre: “Humillaos, sentaos en tierra, porque la corona de vuestra gloria caerá de vuestras cabezas.

Las ciudades del Néguev han sido cerradas, y no hay quien las abra. Todo Judá es llevado cautivo, llevado cautivo del todo.

“Alza tus ojos y observa a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que te fue dado, la grey de tu gloria?

¿Qué dirás cuando Dios designe como jefes sobre ti a tus amigos, a quienes tú misma enseñaste? ¿No te sobrevendrán dolores como de mujer que da a luz?

Cuando digas en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto?, sabe que por tu mucha maldad fueron levantadas tus faldas y fueron desnudados tus talones.

¿Podrá el negro cambiar de piel y el leopardo sus manchas? Así tampoco vosotros podréis hacer el bien, estando habituados a hacer el mal.

“Por tanto, os esparciré al viento del desierto como al tamo que pasa.

Esta es tu suerte, la porción que recibes de mi parte por tu autosuficiencia, dice Jehovah; porque te olvidaste de mí y confiaste en la mentira.

También yo levantaré tus faldas sobre tu cara, y será vista tu vergüenza:

tus adulterios, tus relinchos, la infamia de tu prostitución. Sobre las colinas en el campo he visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, oh Jerusalén! ¿Hasta cuándo no te purificarás en pos de mí?”

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Mensaje con motivo de la sequía

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Mensaje con motivo de la sequía (24:14:1 - 24:14:22)

La palabra de Jehovah que vino a Jeremías con motivo de la sequía:

—Se ha enlutado Judá, y las puertas de sus ciudades están por caer. El pueblo está abrumado en el suelo, y se levanta el clamor de Jerusalén.

Sus nobles envían a sus sirvientes por agua; van a las cisternas y no hallan agua. Regresan con los cántaros vacíos. Son avergonzados y afrentados, y cubren sus cabezas.

Por cuanto el suelo está ardiente, pues no ha habido lluvia en la tierra, los labradores están avergonzados; cubren sus cabezas.

Hasta la gacela en el campo, al parir, abandona su cría, porque no hay hierba.

Los asnos monteses se ponen sobre los cerros y aspiran el viento como los chacales. Sus ojos se debilitan, porque no hay hierba.

—Aun cuando nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehovah, actúa por amor de tu nombre. Ciertamente nuestras rebeliones se han multiplicado, y contra ti hemos pecado.

Oh Esperanza de Israel, su Salvador en el tiempo de aflicción, ¿por qué has de ser como forastero en la tierra, y como caminante que levanta su tienda sólo para pasar la noche?

¿Por qué has de ser como un hombre atónito o como un valiente que no puede librar? Sin embargo, tú estás entre nosotros, oh Jehovah, y nosotros somos llamados por tu nombre. ¡No nos desampares!

Así ha dicho Jehovah a este pueblo: —¡De veras que les gusta vagar, y no detienen sus pies! Por tanto, Jehovah no los acepta. Ahora se acordará de su iniquidad y los castigará por sus pecados.

—Además me dijo Jehovah—: No ores por el bien de este pueblo.

Aunque ayunen, yo no escucharé su clamor; y aunque ofrezcan holocaustos y ofrendas, no los aceptaré. Más bien, los consumiré con espada, con hambre y con peste.

Y yo dije: —¡Oh, Señor Jehovah! He aquí que los profetas les dicen: “No veréis espada, ni os sobrevendrá el hambre; sino que en este lugar os daré verdadera paz.”

Entonces Jehovah me dijo: —Mentira profetizan los profetas en mi nombre. Yo no los he enviado, ni les he mandado ni les he hablado. Os profetizan visión mentirosa, adivinación vana y el engaño de sus propios corazones.

Por tanto, así ha dicho Jehovah acerca de los profetas que profetizan en mi nombre (a los cuales yo no envié, y quienes dicen: “Ni espada, ni hambre habrá en esta tierra”): Por la espada y por el hambre perecerán tales profetas.

Y el pueblo al cual ellos profetizan será echado en las calles de Jerusalén, a causa del hambre y de la espada. No habrá quien los sepulte, ni a sus mujeres, ni a sus hijos, ni a sus hijas. Así derramaré sobre ellos su propia maldad.

Tú, pues, les dirás esta palabra: “Derramen lágrimas mis ojos noche y día, y no cesen, porque con gran quebrantamiento, con un golpe muy grave, ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo.”

—Si salgo al campo, he allí muertos a espada. Si entro en la ciudad, he aquí enfermedades causadas por el hambre. Porque tanto el profeta como el sacerdote han sido arrastrados a una tierra que no conocían.

¿Has desechado del todo a Judá? ¿Acaso tu alma abomina a Sion? ¿Por qué nos has herido sin que haya para nosotros sanidad? Esperamos paz, y no hay tal bien; tiempo de sanidad, y he aquí, terror.

Reconocemos, oh Jehovah, nuestra impiedad y la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado.

Por amor de tu nombre, no nos deseches ni desdeñes el trono de tu gloria. Acuérdate y no invalides tu pacto con nosotros.

¿Hay entre las vanidades de las naciones quienes hagan llover? ¿Acaso los cielos dan lluvia por sí solos? ¿No eres tú, oh Jehovah, nuestro Dios? En ti, pues, pondremos nuestra esperanza, porque tú has hecho todas estas cosas.

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La implacable ira de Dios contra Judá

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > La implacable ira de Dios contra Judá (24:15:1 - 24:15:14)

Entonces Jehovah me dijo: —Aunque Moisés y Samuel se pusiesen delante de mí, mi alma no estaría con este pueblo. Echalos de mi presencia, y que se vayan.

Y si te preguntan: “¿A dónde iremos?,” les responderás que así ha dicho Jehovah: “¡Los que a muerte, a muerte; los que a espada, a espada; los que a hambre, a hambre; y los que a cautividad, a cautividad!”

Designaré contra ellos cuatro clases de males, dice Jehovah: la espada para matar, los perros para arrastrar, y las aves del cielo y los animales de la tierra para devorar y destruir.

Haré que sean motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, por causa de Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.

Porque, ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién te expresará su condolencia? ¿Quién se desviará del camino para preguntar por tu bienestar?

Tú me dejaste y te volviste atrás, dice Jehovah. Por tanto, yo extenderé mi mano contra ti y te destruiré. Estoy cansado de tener compasión.

Los aventaré con aventador en las puertas del país; los privaré de hijos. Destruiré a mi pueblo, pues no se volvieron de sus caminos.

Sus viudas se multiplicarán más que la arena de los mares. A mediodía traeré sobre ellos, sobre la madre de los jóvenes, al devastador. Haré que de repente caigan sobre ella agitación y terrores.

Desmaya la madre de siete hijos; exhala su alma. Su sol se ha ocultado siendo aún de día; ha sido avergonzada y humillada. A sus sobrevivientes los entregaré a espada delante de sus enemigos, dice Jehovah.

—¡Ay de mí, madre mía, que me diste a luz, como hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra! No he prestado, ni me han prestado; sin embargo, todos me maldicen.

Así sea, oh Jehovah, si no te he servido para bien y si no he intercedido ante ti por el enemigo en el tiempo de la calamidad y en el día de la angustia.

—¿Quién podrá romper el hierro, el hierro del norte, y el bronce?

Tu riqueza y tus tesoros entregaré al saqueo de balde, por todos tus pecados y en todos tus territorios.

Y te haré servir a tus enemigos en una tierra que no conoces, porque fuego se ha encendido en mi ira y arderá contra vosotros.

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Jehová reanima a Jeremías

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Jehová reanima a Jeremías (24:15:15 - 24:15:21)

—Tú lo sabes, oh Jehovah; acuérdate de mí, visítame con tu favor y toma venganza de mis perseguidores. No sea yo arrebatado por la prolongación de tu ira. Tú sabes que por tu causa sufro la afrenta.

Fueron halladas tus palabras, y yo las comí. Tus palabras fueron para mí el gozo y la alegría de mi corazón; porque yo soy llamado por tu nombre, oh Jehovah Dios de los Ejércitos.

No me he sentado ni me he regocijado en compañía de los que se divierten. A causa de tu mano me he sentado solitario, porque me llenaste de indignación.

¿Por qué ha sido continuo mi dolor, y mi herida incurable ha rehusado ser sanada? ¡Oh! ¿Serás para mí como torrente engañoso, como aguas de las que no se puede confiar?

Por tanto, así ha dicho Jehovah: —Si tú vuelves, yo te restauraré, y estarás de pie delante de mí; y si separas lo precioso de lo vil, serás mi portavoz. ¡Que ellos se vuelvan a ti; pero tú no te vuelvas a ellos!

Te pondré ante este pueblo como un muro fortificado de bronce. Lucharán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estaré contigo para salvarte y librarte, dice Jehovah.

Te libraré de la mano de los malos, y te rescataré de la mano de los tiranos.

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