Libros Proféticos

Juicio de Jehová contra Judá

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Juicio de Jehová contra Judá (24:16:1 - 24:16:21)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“No tomarás mujer para ti; no tendrás hijos ni hijas en este lugar.

Porque así ha dicho Jehovah acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar, y acerca de las madres que los den a luz y de los padres que los engendren en esta tierra:

Morirán de dolorosas enfermedades; no serán llorados ni sepultados. Serán convertidos en abono sobre la superficie de la tierra. Con espada y con hambre serán exterminados, y sus cadáveres servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra.”

Así ha dicho Jehovah: “No entres en la casa donde haya duelo, ni acudas a lamentar, ni les expreses tu condolencia; porque he quitado de este pueblo mi paz, y asimismo la compasión y la misericordia, dice Jehovah.

Morirán en esta tierra grandes y pequeños. No serán sepultados, ni los llorarán. No se sajarán por ellos, ni se raparán la cabeza.

No partirán pan de duelo para consolarles por sus muertos, ni les darán a beber de la copa de consolación por su padre o por su madre.

“Asimismo, no entres en casa de banquete, para sentarte con ellos para comer o beber.

Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo hago cesar en este lugar, ante vuestros ojos y en vuestros días, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia.

“Acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, te dirán: ¿Por qué ha decretado Jehovah contra nosotros todo este mal tan grande? ¿Cuál es nuestra maldad? ¿O cuál es nuestro pecado que hemos cometido contra Jehovah nuestro Dios?

Entonces les dirás: Jehovah dice: Porque vuestros padres me abandonaron, se fueron en pos de otros dioses y les rindieron culto; porque se postraron ante ellos, mientras que a mí me abandonaron y no guardaron mi ley.

Y vosotros habéis actuado peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros os vais cada uno tras la porfía de su malvado corazón, sin escucharme a mí.

Por tanto, os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido. Allá serviréis a otros dioses día y noche, porque no os mostraré clemencia.

“Por tanto, dice Jehovah, he aquí vienen días en que no se dirá más: ¡Vive Jehovah, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto!,

sino: ¡Vive Jehovah, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras a donde los había desterrado! Pues los haré volver a su suelo, el cual di a sus padres.

“He aquí que yo envío a muchos pescadores, y los pescarán, dice Jehovah. Y después enviaré a muchos cazadores, y los cazarán sobre todo monte, sobre toda colina y en las hendiduras de las peñas.

Porque mis ojos están sobre todos sus caminos; no están ocultos delante de mí, ni su maldad se esconde de mis ojos.

Pero primero les retribuiré el doble por su iniquidad y por su pecado, porque han profanado mi tierra con los cadáveres de sus cosas detestables y porque sus abominaciones llenaron mi heredad.”

Oh Jehovah, fuerza mía y fortaleza mía, mi refugio en el tiempo de la aflicción: A ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra y dirán: “Ciertamente nuestros padres heredaron mentira, vanidad en la que no hay provecho.

¿Ha de hacer el hombre dioses para sí? ¡Pero ésos no son dioses!”

“Por tanto, he aquí yo les hago conocer; esta vez sí, les haré conocer mi poder y mi fortaleza. Y sabrán que mi nombre es Jehovah.”

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El pecado escrito en el corazón de Judá

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > El pecado escrito en el corazón de Judá (24:17:1 - 24:17:18)

“El pecado de Judá está escrito con pluma de hierro; con punta de diamante está grabado en la tabla de su corazón y en los cuernos de sus altares

como memorial contra sus hijos. Sus altares y sus árboles rituales de Asera están debajo de todo árbol frondoso, sobre las colinas altas

y sobre los montes del campo. Tu riqueza y todos tus tesoros entrego al saqueo por todos tus pecados y en todos tus territorios.

Por ti mismo te desprenderás de la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en una tierra que no conoces, porque en mi furor habéis encendido fuego, y arderá para siempre.”

Así ha dicho Jehovah: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que se apoya en lo humano y cuyo corazón se aparta de Jehovah.

Será como la retama en el Arabá; no verá cuando venga el bien, sino que morará en los pedregales del desierto, en tierra salada e inhabitable.

“Bendito el hombre que confía en Jehovah, y cuya confianza es Jehovah.

Será como un árbol plantado junto a las aguas y que extiende sus raíces a la corriente. No temerá cuando venga el calor, sino que sus hojas estarán verdes. En el año de sequía no se inquietará, ni dejará de dar fruto.

“Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y sin remedio. ¿Quién lo conocerá?

Yo, Jehovah, escudriño el corazón y examino la conciencia, para dar a cada hombre según su camino y según el fruto de sus obras.”

Como la perdiz, que incuba lo que no puso, es el que acumula riquezas, pero no con justicia. En la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería resultará ser un insensato.

Trono de gloria, sublime desde el principio, es el lugar de nuestro santuario.

Oh Jehovah, esperanza de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados, y los que se apartan de ti serán inscritos en el polvo; porque han abandonado a Jehovah, la fuente de aguas vivas.”

Sáname, oh Jehovah, y seré sano. Sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

He aquí que ellos me dicen: “¿Dónde está la palabra de Jehovah? ¡A ver, pues, que se cumpla!”

Pero yo no he insistido detrás de ti para traer el daño, ni he anhelado el día de la calamidad; tú lo sabes. Lo que ha salido de mi boca fue en tu presencia.

No me causes terror; tú eres mi refugio en el día del mal.

Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo. Atemorícense ellos, y no me atemorice yo. Trae sobre ellos el día del mal, y quebrántalos con doble quebrantamiento.

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Observancia del día de reposo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Observancia del día de reposo (24:17:19 - 24:17:27)

Así me ha dicho Jehovah: “Vé y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y en todas las puertas de Jerusalén.

Y diles: Oíd la palabra de Jehovah, oh reyes de Judá, todo Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entráis por estas puertas.

Así ha dicho Jehovah: Guardaos a vosotros mismos, no trayendo cargas en el día del sábado para introducirlas por las puertas de Jerusalén.

Tampoco saquéis carga de vuestras casas en el día del sábado, ni hagáis obra alguna. Más bien, santificad el día del sábado, como mandé a vuestros padres.

Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz para no escuchar ni recibir corrección.

Sin embargo, dice Jehovah, si vosotros de veras me obedecéis, no introduciendo cargas por las puertas de esta ciudad en el día del sábado, sino santificando el día del sábado y no haciendo en él ningún trabajo,

entonces entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y a caballo, los reyes y los magistrados que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus magistrados, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. Y así esta ciudad será habitada para siempre.

Entonces vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la Sefela, de la región montañosa y del Néguev, trayendo holocaustos, sacrificios, ofrendas vegetales e incienso, y trayendo a la casa de Jehovah sacrificios de acción de gracias.

Pero si no me obedecéis para santificar el día del sábado, y para no llevar cargas ni entrar por las puertas de Jerusalén en día del sábado, prenderé fuego a sus puertas, el cual devorará los palacios de Jerusalén, y no se apagará.

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La señal del alfarero y el barro

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > La señal del alfarero y el barro (24:18:1 - 24:18:17)

La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah, diciendo:

“Levántate y desciende a la casa del alfarero. Allí te haré oír mis palabras.”

Descendí a la casa del alfarero, y he aquí que él estaba trabajando sobre la rueda.

Y el vaso de barro que hacía se dañó en la mano del alfarero, pero el alfarero volvió a hacer otro vaso según le pareció mejor.

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“¿No podré yo hacer con vosotros como hace este alfarero, oh casa de Israel?, dice Jehovah. He aquí que vosotros sois en mi mano como el barro en la mano del alfarero, oh casa de Israel.

En un instante hablaré acerca de una nación o de un reino, como para arrancar, desmenuzar y arruinar.

Pero si esa nación de la cual he hablado se vuelve de su maldad, yo desistiré del mal que había pensado hacerle.

Y en un instante hablaré acerca de una nación o de un reino, como para edificar y para plantar.

Pero si hace lo malo ante mis ojos, no obedeciendo mi voz, desistiré del bien que había prometido hacerle.

“Ahora pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén, y diles que así ha dicho Jehovah: He aquí que yo produzco contra vosotros un mal, y trazo un plan contra vosotros. Vuélvase cada uno de su mal camino, y mejorad vuestros caminos y vuestras obras.

Pero ellos dirán: Es inútil; pues en pos de nuestras imaginaciones hemos de ir, y hemos de realizar cada uno la porfía de su malvado corazón.

Por tanto, así ha dicho Jehovah: Preguntad entre los pueblos quién ha oído cosa semejante. Una cosa horrible ha hecho la virgen de Israel:

¿Desaparecerá la nieve del Líbano de los peñascos de las montañas? ¿Se agotarán las aguas frías que fluyen de lejanas tierras?

Pero mi pueblo se ha olvidado de mí, ofreciendo incienso a lo que es vanidad. Les hacen tropezar en sus caminos, las sendas antiguas, para andar por senderos, por un camino no preparado,

convirtiendo su tierra en una desolación, en una rechifla perpetua. Todo el que pase por ella quedará horrorizado y moverá su cabeza.

Como el viento del oriente, los esparciré delante del enemigo. Les daré las espaldas y no la cara en el día de su desastre.”

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Conspiración del pueblo y oración de Jeremías

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Jeremías > Conspiración del pueblo y oración de Jeremías (24:18:18 - 24:18:23)

Ellos dijeron: “Venid, hagamos planes contra Jeremías; porque la instrucción no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Venid e hirámosle con la lengua, y no prestemos atención a ninguna de sus palabras.”

Oh Jehovah, ¡escúchame y oye la voz de los que contienden conmigo!

¿Acaso se paga mal por bien? Ciertamente han cavado fosa para mi vida. Recuerda que me puse de pie delante de ti para hablar el bien acerca de ellos, para apartar de ellos tu ira.

Por tanto, entrega sus hijos al hambre, y arrójalos al poder de la espada. Queden sus mujeres privadas de hijos, y viudas. Sean sus maridos expuestos a la muerte, y sus jóvenes sean heridos a espada en la guerra.

Oigase clamor en sus casas cuando de repente traigas tropas sobre ellos. Porque han cavado una fosa para prenderme y han escondido trampas para mis pies.

Pero tú, oh Jehovah, conoces todo su consejo contra mí para matarme. No hagas expiación de su pecado, ni borres su pecado de delante de ti. Tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.

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