Libros Proféticos

Lamento sobre Samaria y Jerusalén

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Miqueas > Lamento sobre Samaria y Jerusalén (33:1:1 - 33:1:16)

La palabra de Jehovah que vino a Miqueas de Moréset en los días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, sobre lo que vio acerca de Samaria y de Jerusalén.

¡Oíd, pueblos todos! ¡Atiende, oh tierra y cuanto hay en ti! El Señor Jehovah sea testigo contra vosotros desde su santo templo.

Porque he aquí que Jehovah saldrá de su lugar; descenderá y caminará sobre las alturas de la tierra.

Debajo de él se derretirán las montañas como la cera delante del fuego; se hendirán los valles como las aguas arrojadas por una pendiente.

Todo esto sucederá por la transgresión de Jacob y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la transgresión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es Jerusalén?

Convertiré, pues, a Samaria en un montón de ruinas del campo, y en viñedos. Haré rodar sus piedras por el valle y dejaré al descubierto sus cimientos.

Todos sus ídolos serán desmenuzados, y todos sus obsequios serán quemados en el fuego. Convertiré en desolación todos sus ídolos, porque de los obsequios de prostitutas los obtuvo, y obsequios de prostitutas volverán a ser.

Por tanto, lamentaré y gemiré. Andaré descalzo y desnudo, gimiendo como los chacales y lamentando como las avestruces.

Porque su llaga es incurable y ha llegado hasta Judá; ha alcanzado hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén.

¡No lo digáis en Gat, ni os entreguéis al llanto! ¡En Bet-le-ofra revuélcate en el polvo!

¡Pasa, oh moradora de Safir! En sus ciudades se quedará; no saldrá la moradora de Saanán. Hay duelo en Bet-esel; le han quitado su emplazamiento.

¿Cómo podrá esperar el bien la que habita en Marot, si el mal ha descendido de Jehovah hasta la puerta de Jerusalén?

¡Unce el carro a los corceles, oh moradora de Laquis, —ella es el principio del pecado de la hija de Sion—, porque en ti se descubrieron las transgresiones de Israel!

Por tanto, tú darás regalos de despedida a Moréset-gat. Las casas de Aczib desilusionarán a los reyes de Israel.

Aún he de traer contra ti al conquistador, oh moradora de Maresa. La gloria de Israel se irá hasta Adulam.

Rápate y trasquílate por los hijos de tus delicias; ensancha tu calva como la del buitre, porque ellos serán llevados cautivos lejos de ti.

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¡Ay de los que oprimen a los pobres!

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Miqueas > ¡Ay de los que oprimen a los pobres! (33:2:1 - 33:2:13)

¡Ay de los que en sus camas planean iniquidad y traman el mal! Con la luz de la mañana lo realizan, porque tienen en su mano el poder.

Codician los campos y los roban; codician las casas y las toman. Oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.

Por tanto, ha dicho Jehovah: “He aquí, yo pienso traer sobre esta familia un mal del cual no podrán sacar sus cuellos ni andarán erguidos, porque el tiempo será malo.

En aquel día se difundirá un refrán acerca de vosotros, y se pronunciará el lamento que dice: ¡Del todo hemos sido destruidos! La posesión de mi pueblo fue medida a cordel, y no hubo quien fuera sensible. Nuestro campo ha sido repartido a los que nos saquean.”

Por tanto, no tendrás quien aplique cordel para echar suertes en la congregación de Jehovah.

“¡No prediquéis!,” predican ellos. “¡No prediquéis sobre tales cosas, pues la afrenta no nos alcanzará!”

¿Debe hablarse así, oh casa de Jacob? ¿Acaso se ha limitado el Espíritu de Jehovah? ¿Son éstas sus obras? ¿Acaso mis palabras no hacen bien al que camina rectamente?

Pero vosotros os habéis levantado contra mi pueblo como enemigo. A los que pasan seguros volviendo de la guerra, les despojáis del manto que llevan sobre sus vestidos.

A las mujeres de mi pueblo echáis fuera de las casas de sus delicias, y a sus niños despojáis de mi gloria para siempre.

¡Levantaos e idos, ya que éste no es lugar de reposo! Por causa de su contaminación será destruido con dolorosa destrucción.

Si algún hombre anduviera con espíritu de falsedad y mintiese diciendo: “Yo predicaré acerca del vino y acerca del licor,” ¡éste sí sería profeta para este pueblo!

“Ciertamente reuniré a todo Jacob. Ciertamente recogeré al remanente de Israel y los pondré juntos como ovejas en el corral, como rebaño en medio del pastizal, y habrá gran estruendo por la multitud de la gente.

El que abre camino subirá delante de ellos, y abrirán brecha. Pasarán por las puertas y saldrán; su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos irá Jehovah.”

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Acusación contra los dirigentes de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Miqueas > Acusación contra los dirigentes de Israel (33:3:1 - 33:3:12)

Dije: ¡Escuchad, por favor, oh jefes de Jacob y magistrados de la casa de Israel! ¿Acaso no os corresponde a vosotros conocer el derecho?

Pero vosotros aborrecéis lo bueno y amáis lo malo. Les arrancáis su piel y su carne de sobre sus huesos;

y asimismo, coméis la carne de mi pueblo. Desolláis la piel de sobre ellos; quebrantáis y desmenuzáis sus huesos como si estuvieran destinados para la olla, como si fueran carne en el caldero.

Entonces clamaréis a Jehovah, pero él no os responderá. En aquel tiempo esconderá su rostro de vosotros, porque hicisteis obras malvadas.

Así ha dicho Jehovah acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, que muerden con sus dientes y proclaman: “Paz”; y al que no les da de comer le declaran guerra santa.

Por tanto, habrá para vosotros noche sin visión y oscuridad sin predicción. Se pondrá el sol sobre los profetas, y el día se oscurecerá sobre ellos.

Serán avergonzados los videntes, y confundidos los adivinos. Todos ellos se cubrirán hasta sus labios, porque no habrá respuesta de Dios.

En cambio, yo estoy lleno del poder del Espíritu de Jehovah, de juicio y de valor, para declarar a Jacob su rebelión y a Israel su pecado.

Oíd, pues, esto, oh jefes de la casa de Jacob y magistrados de la casa de Israel que hacéis abominable el juicio y pervertís todo lo que es recto.

Vosotros edificáis a Sion con sangre y a Jerusalén con iniquidad.

Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan sólo por paga y sus profetas predicen por dinero, y se apoyan en Jehovah diciendo: “¿Acaso no está Jehovah entre nosotros? ¡No vendrá el mal sobre nosotros!”

Por tanto, por culpa de vosotros Sion será arada como campo. Jerusalén será convertida en un montón de ruinas; y el monte del templo, en cumbres boscosas.

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Reinado universal de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Miqueas > Reinado universal de Jehová (33:4:1 - 33:4:5)

Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa de Jehovah será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él los pueblos.

Muchas naciones vendrán y dirán: “Venid, subamos al monte de Jehovah y a la casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas.” Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehovah.

El juzgará entre muchos pueblos y arbitrará entre naciones poderosas, hasta las más distantes. Y convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

Cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera. Y no habrá quien los amedrente, porque la boca de Jehovah de los Ejércitos ha hablado.

Aunque ahora todos los pueblos anden cada uno en el nombre de sus dioses, con todo, nosotros andaremos en el nombre de Jehovah nuestro Dios, eternamente y para siempre.

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Israel será redimido del cautiverio

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Miqueas > Israel será redimido del cautiverio (33:4:6 - 33:4:10)

“En aquel día, dice Jehovah, juntaré a la oveja que cojea y recogeré a la rechazada que yo maltraté.

De la que cojea haré un remanente, y de la agobiada haré una nación poderosa. Y Jehovah reinará sobre ellos en el monte Sion, desde ahora y para siempre.

Y tú, oh torre del rebaño, colina de la hija de Sion, a ti vendrá el gobierno de antaño; el reino vendrá a la hija de Jerusalén.”

Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿Es que no hay rey en ti? ¿Acaso ha perecido tu consejero? ¿Te ha sobrevenido dolor como a una mujer que da a luz?

Sufre dolor y gime como una mujer que da a luz, oh hija de Sion, porque ahora saldrás de la ciudad, su guarida, de rapiña.

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