Deuteronomio

Los excluidos de la congregación

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Los excluidos de la congregación (5:23:1 - 5:23:8)

“No entrará en la congregación de Jehovah quien tenga los testículos magullados o mutilado el miembro viril.

“No entrará el bastardo en la congregación de Jehovah. Ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehovah.

“No entrará el amonita ni el moabita en la congregación de Jehovah. Ni aun en la décima generación entrarán jamás en la congregación de Jehovah,

por cuanto no os salieron a recibir al camino con pan y agua cuando salisteis de Egipto, y porque él contrató contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor, de Siria mesopotámica, para que te maldijese.

Pero Jehovah tu Dios no quiso escuchar a Balaam. Jehovah tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehovah tu Dios te amaba.

No procurarás jamás la paz ni el bienestar de ellos, en todos tus días.

“No abominarás al edomita, porque es tu hermano. No abominarás al egipcio, porque fuiste extranjero en su tierra.

Los hijos que les nazcan en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehovah.

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Leyes sanitarias

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Leyes sanitarias (5:23:9 - 5:23:14)

“Cuando salgas en campaña contra tus enemigos, cuídate de toda cosa mala.

Si hay en ti algún hombre que no está puro debido a una emisión nocturna, saldrá del campamento y no entrará en él.

Y sucederá que antes del anochecer se lavará con agua, y una vez que el sol se haya puesto podrá entrar en el campamento.

“Tendrás un lugar fuera del campamento, y allá saldrás.

Tendrás también en tu cinto una estaca; y cuando vayas allí fuera, cavarás con ella y te darás vuelta para cubrir tu excremento.

Ciertamente Jehovah tu Dios se pasea en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti. Por eso tu campamento deberá ser santo, de modo que él no vea en medio de ti alguna cosa indecente y se aparte de ti.

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Leyes humanitarias

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Leyes humanitarias (5:23:15 - 5:25:16)

“No entregarás a su amo el esclavo que acude a ti escapándose de su amo.

Que viva contigo, en medio de ti, en el lugar que él escoja en una de tus ciudades, donde le vaya bien. No lo oprimas.

“No habrá prostituta sagrada entre las hijas de Israel, ni prostituto sagrado entre los hijos de Israel.

No traerás a la casa de Jehovah tu Dios, por ningún voto, el salario de una prostituta ni el salario de un prostituto, porque ambos son una abominación a Jehovah tu Dios.

“No cobrarás a tu hermano interés por el dinero, ni interés por la comida, ni interés por ninguna cosa de la que se suele cobrar interés.

Al extraño podrás cobrar interés, pero a tu hermano no le cobrarás, para que Jehovah tu Dios te bendiga en todo lo que emprenda tu mano en la tierra a la cual entras para tomarla en posesión.

“Cuando hagas un voto a Jehovah tu Dios, no tardes en cumplirlo; porque ciertamente Jehovah tu Dios te lo demandará, y sería en ti pecado.

Pero si te abstienes de hacer un voto, no sería en ti pecado.

Cumplirás lo que tus labios pronuncien; harás de acuerdo con el voto que hayas hecho a Jehovah tu Dios, la ofrenda voluntaria que hayas prometido con tu boca.

“Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer las uvas que quieras, hasta saciarte; pero no las pondrás en tu cesta.

“Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano, pero no aplicarás la hoz a la mies de tu prójimo.

“Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y sucede que ella no le agrada por haber él hallado en ella alguna cosa vergonzosa, le escribirá una carta de divorcio, la entregará en su mano y la despedirá de su casa.

“Salida ella de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.

Si este hombre la llega a aborrecer, le escribe una carta de divorcio, la entrega en su mano, la despide de su casa; o si muere este hombre que la tomó por mujer,

entonces su primer marido que la despidió no podrá volverla a tomar para que sea su mujer, después que ella fue mancillada, porque esto sería una abominación delante de Jehovah. No has de traer pecado a la tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad.

“Si un hombre ha tomado recientemente esposa, no irá al ejército, ni se le impondrá ninguna obligación. Estará libre en su casa durante un año, para alegrar a su mujer que tomó.

“No tomarás en prenda la piedra de molino, ni la inferior ni la superior, porque ello sería tomar en prenda la vida misma.

“Si se descubre que alguien ha raptado a alguno de sus hermanos, los hijos de Israel, y lo ha tratado brutalmente o lo ha vendido, ese ladrón morirá. Así quitarás el mal de en medio de ti.

“Ten cuidado de la plaga de la lepra, observando diligentemente y haciendo conforme a todo lo que os enseñen los sacerdotes levitas. Tendréis cuidado de actuar como yo les he mandado.

Acuérdate de lo que Jehovah tu Dios hizo a María, en el camino, cuando salisteis de Egipto.

“Cuando des a tu prójimo algún préstamo, no entres en su casa para tomarle prenda.

Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará fuera la prenda.

Y si es hombre pobre, no pases la noche con su prenda.

Sin falta le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que se acueste con su ropa y te bendiga. Y te será contado por justicia delante de Jehovah tu Dios.

“No explotes al jornalero pobre y necesitado, tanto de entre tus hermanos como de entre los forasteros que estén en tu tierra, en tus ciudades.

En su día le darás su jornal. No se ponga el sol antes de que se lo des, pues él es pobre, y su alma lo espera con ansiedad. No sea que él clame a Jehovah contra ti, y en ti sea hallado pecado.

“Los padres no serán muertos por culpa de los hijos, ni los hijos serán muertos por culpa de los padres; sino que cada cual será muerto por su propio pecado.

“No torcerás el derecho del forastero o del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda.

Más bien, acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto y que de allí te rescató Jehovah tu Dios. Por eso yo te mando que hagas esto.

“Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides en el campo una gavilla, no regresarás para tomarla. Será para el forastero, para el huérfano y para la viuda; a fin de que Jehovah tu Dios te bendiga en toda la obra de tus manos.

Cuando varees tu olivo, no vuelvas a golpearlo detrás de ti; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda.

Cuando vendimies tu viña, no la rebusques; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda.

Acuérdate de que fuiste esclavo en la tierra de Egipto; por eso yo te mando que hagas esto.

“Cuando haya pleito entre algunos y acudan al tribunal para que los juzguen, absolverán al justo y condenarán al culpable.

Sucederá que si el delincuente merece ser azotado, el juez lo hará recostar en el suelo y lo hará azotar en su presencia. El número de azotes será de acuerdo al delito.

Podrá darle cuarenta azotes; no añadirá más. No sea que, si se le dan más azotes que éstos, tu hermano quede envilecido ante tus ojos.

“No pondrás bozal al buey cuando trilla.

“Si unos hermanos viven juntos y muere uno de ellos sin dejar hijo, la mujer del difunto no se casará fuera de la familia con un hombre extraño. Su cuñado se unirá a ella y la tomará como su mujer, y consumará con ella el matrimonio levirático.

El primer hijo que ella dé a luz llevará el nombre del hermano muerto, para que el nombre de éste no sea eliminado de Israel.

“Si tal hombre no quiere tomar a su cuñada, entonces su cuñada irá a los ancianos, a la puerta de la ciudad, y dirá: Mi cuñado rehúsa levantar nombre en Israel a su hermano; él no quiere cumplir el matrimonio levirático conmigo.

Entonces los ancianos de su ciudad lo llamarán y hablarán con él. Si él se pone de pie y dice: No quiero tomarla,

entonces su cuñada se acercará a él delante de los ancianos, quitará el calzado del pie de él, le escupirá en la cara y le dirá: ¡Así se haga al hombre que no edifica la casa de su hermano!

Y se llamará su nombre en Israel Casa del Descalzado.

“Cuando unos hombres peleen, el uno con el otro, y se acerca la mujer de uno de ellos para librar a su marido de manos del que le golpea, y alargando su mano le agarra por sus partes genitales,

entonces le cortarás la mano a ella. Tu ojo no le tendrá lástima.

“No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica.

No tendrás en tu casa medida grande y medida chica.

Pesa exacta y justa tendrás; medida exacta y justa tendrás, para que tus días se prolonguen en la tierra que Jehovah tu Dios te da.

Porque cualquiera que hace estas cosas, cualquiera que hace injusticia, es una abominación a Jehovah tu Dios.

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Orden de exterminar a Amalec

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Orden de exterminar a Amalec (5:25:17 - 5:25:19)

“Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino, cuando salisteis de Egipto:

cómo, estando tú cansado y agotado, te salió al encuentro, y sin temor de Dios desbarató tu retaguardia y a todos los debilitados que iban detrás de ti.

Sucederá que cuando Jehovah tu Dios te haya dado reposo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad para que tomes posesión de ella, entonces borrarás de debajo del cielo la memoria de Amalec. ¡No te olvides!

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Primicias y diezmos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Primicias y diezmos (5:26:1 - 5:26:19)

“Cuando hayas entrado en la tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad, y hayas tomado posesión de ella y la habites,

entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que saques de la tierra que Jehovah tu Dios te da, las pondrás en una canasta e irás al lugar que Jehovah tu Dios haya escogido para hacer habitar allí su nombre.

Vendrás al sacerdote que haya en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy ante Jehovah tu Dios que yo he entrado en la tierra que Jehovah juró a nuestros padres que nos daría.

“El sacerdote tomará la canasta de tu mano y la pondrá delante del altar de Jehovah tu Dios.

Entonces hablarás y dirás delante de Jehovah tu Dios: Un arameo errante fue mi padre. El descendió a Egipto y vivió allí con unos pocos hombres, y allí llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa.

Los egipcios nos maltrataron, nos afligieron e impusieron sobre nosotros dura esclavitud.

Pero clamamos a Jehovah, Dios de nuestros padres, y Jehovah escuchó nuestra voz. Vio nuestra aflicción, nuestro trabajo forzado y nuestra opresión,

y Jehovah nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo extendido, con gran terror, con señales y prodigios.

Nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra: una tierra que fluye leche y miel.

Y ahora, oh Jehovah, he aquí traigo las primicias del fruto de la tierra que tú me has dado. “Lo dejarás delante de Jehovah tu Dios, y te postrarás delante de Jehovah tu Dios.

Entonces te regocijarás, tú con el levita y el forastero que esté en medio de ti, por todo el bien que Jehovah tu Dios te haya dado a ti y a tu casa.

“Cuando hayas acabado de entregar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, para que ellos coman en tus ciudades y se sacien.

Entonces dirás delante de Jehovah tu Dios: Yo he sacado de mi casa lo consagrado, y además lo he dado al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, conforme a todos los mandamientos que me has mandado. No he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado.

No he comido de ello estando de luto, ni he sacado de ello estando impuro, ni de ello he ofrecido a los muertos. He obedecido la voz de Jehovah mi Dios y he hecho conforme a todo lo que me has mandado.

Mira desde tu santa morada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres: una tierra que fluye leche y miel.

“Jehovah tu Dios te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos. Cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.

Tú has proclamado hoy que Jehovah es tu Dios y que andarás en sus caminos, que guardarás sus leyes, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.

“Jehovah ha proclamado hoy que tú eres su pueblo especial, como él te ha prometido, y que guardarás todos sus mandamientos,

de modo que él te ponga más alto que todas las naciones que ha hecho, en cuanto a alabanza, renombre y gloria; para que tú seas un pueblo santo para Jehovah tu Dios, como él ha prometido.”

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