Números

Balac manda llamar a Balaam

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Balac manda llamar a Balaam (4:22:1 - 4:22:20)

Partieron los hijos de Israel y acamparon en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán, frente a Jericó.

Balac hijo de Zipor había visto todo lo que Israel había hecho a los amorreos.

Moab tuvo mucho temor del pueblo, porque era numeroso, y se aterrorizó Moab ante los hijos de Israel.

Y dijo Moab a los ancianos de Madián: —¡Ahora esta multitud lamerá todos nuestros contornos, como el buey lame la hierba del campo! Balac hijo de Zipor era en aquel tiempo rey de Moab.

Y envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, junto al Río, en la tierra de los hijos de su pueblo para llamarlo diciendo: “He aquí un pueblo ha salido de Egipto y cubre la faz de la tierra, y ya está frente a mí.

Ahora, por favor, ven y maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo. Quizás yo pueda derrotarlo y echarlo de la tierra. Porque yo sé que aquel a quien tú bendices es bendito, y aquel a quien maldices es maldito.”

Los ancianos de Moab y los ancianos de Madián fueron llevando con ellos los honorarios del adivino. Llegaron a donde estaba Balaam y le comunicaron las palabras de Balac.

Y él les dijo: —Pasad aquí la noche, y yo os daré respuesta según lo que me hable Jehovah. Así que los principales de Moab se quedaron con Balaam.

Entonces Dios vino a Balaam y le preguntó: —¿Quiénes son estos hombres que están contigo?

Balaam respondió a Dios: —Balac hijo de Zipor, rey de Moab, me ha mandado a decir:

“He aquí que un pueblo ha salido de Egipto y cubre la faz de la tierra. Ahora, ven y maldícemelo; quizás así pueda yo combatir contra él y echarlo.”

Entonces Dios dijo a Balaam: —No vayas con ellos ni maldigas al pueblo, porque es bendito.

Balaam se levantó de mañana y dijo a los principales de Balac: —Regresad a vuestra tierra, porque Jehovah ha rehusado dejar que yo vaya con vosotros.

Los principales de Moab partieron, y cuando llegaron a donde estaba Balac, le dijeron: —Balaam rehusó venir con nosotros.

Balac volvió a enviar otros principales, más numerosos y más distinguidos que los anteriores.

Llegaron a Balaam y le dijeron: —Así ha dicho Balac hijo de Zipor: “Por favor, no dejes de venir a mí,

porque ciertamente te honraré mucho y haré todo lo que tú me digas. Por favor, ven y maldíceme a este pueblo.”

Pero Balaam respondió y dijo a los servidores de Balac: —Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, yo no podría transgredir el mandato de Jehovah mi Dios para hacer cosa alguna, pequeña ni grande.

Ahora, por favor, permaneced también vosotros aquí esta noche, y sabré qué más me dice Jehovah.

Entonces Dios vino a Balaam de noche y le dijo: —Si los hombres han venido a llamarte, levántate y vé con ellos. Pero sólo harás lo que yo te diga.

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El ángel y el asna de Balaam

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > El ángel y el asna de Balaam (4:22:21 - 4:22:40)

Entonces Balaam se levantó muy de mañana, aparejó su asna y se fue con los principales de Moab.

Pero el furor de Dios se encendió cuando él iba, y el ángel de Jehovah se presentó en el camino como un adversario suyo. Balaam iba montado sobre su asna, acompañado de dos de sus criados.

Y el asna vio al ángel de Jehovah, quien estaba de pie en el camino con su espada desenvainada en la mano. El asna se apartó del camino y se fue por un campo. Y Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.

Entonces el ángel de Jehovah se puso de pie en un sendero entre las viñas, el cual tenía una cerca a un lado y otra cerca al otro lado.

El asna vio al ángel de Jehovah y se pegó contra la cerca, presionando la pierna de Balaam contra la cerca. Y éste volvió a azotarla.

El ángel de Jehovah pasó más adelante, y se puso de pie en un lugar angosto, donde no había espacio para apartarse a la derecha ni a la izquierda.

El asna, al ver al ángel de Jehovah, se recostó debajo de Balaam. Y éste se enojó y azotó al asna con un palo.

Entonces Jehovah abrió la boca del asna, y ésta dijo a Balaam: —¿Qué te he hecho para que me hayas azotado estas tres veces?

Balaam respondió al asna: —¡Porque te burlas de mí! ¡Ojalá tuviera una espada en mi mano! ¡Ahora mismo te mataría!

El asna dijo a Balaam: —¿Acaso no soy yo tu asna? Sobre mí has montado desde que me tienes hasta el día de hoy. ¿Acaso acostumbro hacer esto contigo? Y él respondió: —No.

Entonces Jehovah abrió los ojos a Balaam, y él vio al ángel de Jehovah de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano. Balaam se inclinó y se postró sobre su rostro,

y el ángel de Jehovah le dijo: —¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? He aquí, yo he salido como adversario, porque tu camino es perverso delante de mí.

El asna me ha visto y se ha apartado de mi presencia estas tres veces. Si no se hubiera apartado de mí, yo te habría matado a ti, y a ella habría dejado viva.

Entonces Balaam dijo al ángel de Jehovah: —He pecado. Es que yo no sabía que te habías puesto en el camino, contra mí. Pero ahora, si esto te parece mal, yo me volveré.

Y el ángel de Jehovah dijo a Balaam: —Vé con esos hombres, pero hablarás sólo la palabra que yo te diga. Así Balaam fue con los principales de Balac.

Y al oír Balac que venía Balaam, salió a su encuentro en una ciudad de Moab que está junto a la frontera del Arnón, en el extremo del territorio.

Entonces Balac dijo a Balaam: —¿Acaso no envié yo a llamarte con urgencia? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Acaso no puedo yo honrarte?

Balaam respondió a Balac: —He aquí yo he venido a ti; pero ahora, ¿podré hablar cosa alguna? ¡La palabra que Dios ponga en mi boca, ésa hablaré!

Entonces Balaam fue con Balac, y llegaron a Quiriat-juzot.

Luego Balac hizo matar toros y ovejas, y envió porciones a Balaam y a los principales que estaban con él.

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Balaam bendice a Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Balaam bendice a Israel (4:22:41 - 4:24:9)

Sucedió a la mañana siguiente que Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal. Desde allí Balaam vio un extremo del campamento.

Entonces Balaam dijo a Balac: —Edifícame aquí siete altares, y prepárame siete toros y siete carneros.

Balac hizo como le dijo Balaam, y ofrecieron Balac y Balaam un toro y un carnero en cada altar.

Luego dijo Balaam a Balac: —Quédate de pie junto a tu holocausto, y yo me iré; quizás suceda que Jehovah me venga al encuentro. Cualquier cosa que me muestre, te la avisaré. Y él se fue a un cerro.

Luego Dios vino al encuentro de Balaam, y éste le dijo: —Siete altares he preparado, y en cada altar he ofrecido un toro y un carnero como holocausto.

Entonces Jehovah puso palabra en la boca de Balaam y le dijo: —Vuelve a donde está Balac, y háblale así

Después volvió a Balac. Y he aquí que éste estaba de pie junto a su holocausto, él y todos los principales de Moab.

Entonces Balaam pronunció su profecía y dijo: “Desde Siria me trajo Balac, rey de Moab, desde las montañas del oriente. Ven, dijo; maldíceme a Jacob. Ven; condena a Israel.

“¿Cómo he de maldecir a quien Dios no maldice? ¿Y cómo he de condenar al que Jehovah no condena?

Porque desde la cumbre de las peñas lo veo; desde las colinas lo diviso. He aquí un pueblo que ha de habitar solitario y que no ha de ser contado entre las naciones.

¿Quién contará el polvo de Jacob? ¿Quién calculará la polvareda de Israel? ¡Muera yo la muerte de los justos, y sea mi final como el suyo!”

Entonces Balac dijo a Balaam: —¿Qué me has hecho? ¡Te he tomado para que maldigas a mis enemigos, y he aquí tú los has colmado de bendiciones!

El respondió diciendo: —¿Acaso no he de tener cuidado de hablar lo que Jehovah ponga en mi boca?

Entonces Balac le dijo: —Por favor, ven conmigo a otro lugar desde el cual lo puedas ver. Sólo verás un extremo de él; no lo verás todo. Maldícemelo desde allí.

Entonces lo llevó al campo de Zofim, en la cumbre del Pisga, y allí edificó siete altares y ofreció en holocausto un toro y un carnero en cada altar.

Y Balaam dijo a Balac: —Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrarme con él allá.

Entonces Jehovah vino al encuentro de Balaam y puso palabra en su boca, diciéndole: —Vuelve a donde está Balac, y háblale así

Después volvió a Balac, y he aquí que éste estaba de pie junto a su holocausto, y con él los principales de Moab. Y Balac le preguntó: —¿Qué ha dicho Jehovah?

Entonces él pronunció su profecía y dijo: “Balac, levántate y escucha; préstame atención, oh hijo de Zipor.

Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no lo hará? Habló, ¿y no lo cumplirá?

He aquí, yo he recibido la orden de bendecir. El ha bendecido, y no lo puedo revocar.

“El no ha notado iniquidad en Jacob, ni ha visto maldad en Israel. Jehovah su Dios está con él; en medio de él hay júbilo de rey.

Dios, que lo ha sacado de Egipto, es para él como los cuernos de un toro salvaje.

No hay encantamiento contra Jacob, ni adivinación contra Israel. Ahora se dirá de Jacob y de Israel: ¡Lo que Dios ha hecho!

¡He aquí un pueblo que se levanta como leona, que se yergue como león! No se echará hasta que coma la presa y beba la sangre de los que ha matado.”

Entonces Balac dijo a Balaam: —Ya que no lo maldices, ¡por lo menos no lo bendigas!

Luego Balaam respondió y dijo a Balac: —¿No te he dicho que todo lo que Jehovah diga, eso he de hacer?

Y Balac dijo a Balaam: —Por favor, ven; te llevaré a otro lugar. Quizás parezca bien a Dios que me los maldigas desde allí.

Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor que mira hacia Jesimón.

Entonces Balaam dijo a Balac: —Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete toros y siete carneros.

Balac hizo como le dijo Balaam, y ofreció un toro y un carnero en cada altar.

Cuando Balaam vio que a Jehovah le parecía bien que bendijese a Israel, no fue como las otras veces en busca de encantamientos, sino que afirmó su rostro hacia el desierto.

Balaam alzó sus ojos y vio a Israel acampado según sus tribus, y el Espíritu de Dios vino sobre él.

Entonces pronunció su profecía y dijo: “Dice Balaam hijo de Beor, dice el hombre cuyo ojo es perfecto;

dice el que escucha los dichos de Dios, el que ve visión del Todopoderoso, caído, pero con los ojos abiertos:

“¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; tus moradas, oh Israel!

Se extienden como vegas, como huertos junto al río, como áloes plantados por Jehovah, como cedros junto a las aguas.

El agua correrá de sus baldes; su simiente tendrá agua en abundancia. Su rey será más grande que Agag; su reino será enaltecido.

“Dios que lo ha sacado de Egipto es para él como los cuernos de un toro salvaje. Devorará a las naciones enemigas; desmenuzará sus huesos y las destrozará con sus flechas.

Se agacha y se echa cual león; y como leona, ¿quién lo despertará? ¡Benditos sean los que te bendigan, y malditos los que te maldigan!”

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Profecía de Balaam

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Profecía de Balaam (4:24:10 - 4:24:25)

Entonces se encendió el furor de Balac contra Balaam, y dando palmadas Balac dijo a Balaam: —¡Yo te he llamado para que maldigas a mis enemigos, y he aquí tú los has colmado de bendiciones estas tres veces!

¡Ahora lárgate a tu lugar! Yo dije que te llenaría de honores, pero he aquí Jehovah te ha privado de honores.

Y Balaam respondió a Balac: —¿Acaso no hablé yo a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:

“Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, yo no podría transgredir el mandato de Jehovah, para hacer cosa alguna, buena ni mala, por mi propia voluntad, y que sólo lo que Jehovah dijera, eso diría yo”?

Ahora, he aquí me voy a mi pueblo. Por tanto, ven, te advertiré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los últimos días.

Entonces pronunció su profecía y dijo: “Dice Balaam hijo de Beor, dice el hombre cuyo ojo es perfecto;

dice el que escucha los dichos de Dios, el que tiene el conocimiento del Altísimo; el que ve visión del Todopoderoso, caído, pero con los ojos abiertos:

“Yo lo veré, pero no ahora; lo contemplaré, pero no de cerca: Una estrella saldrá de Jacob, se levantará un cetro de Israel. Aplastará las sienes de Moab y los cráneos de todos los hijos de Set.

También Edom será conquistada; Seír será conquistada por sus enemigos. Pero Israel hará proezas;

uno de Jacob dominará y destruirá a los sobrevivientes de la ciudad.”

Al ver a Amalec, pronunció su profecía y dijo: “Amalec fue la primera de las naciones, pero su final será destrucción.”

Al ver a los queneos, pronunció su profecía y dijo: “Firme es tu habitación, y pones en la peña tu nido.

Pero los queneos serán destruidos. ¿Para cuándo Asiria te tomará cautivo?”

Luego pronunció su profecía y dijo: “¡Ay! ¿Quién vivirá cuando Dios haga esto?

Saldrán naves de la costa de Quitim, que humillarán a Asiria, y humillarán a Heber; pero también él vendrá a destrucción.”

Entonces Balaam se levantó y se fue de regreso a su tierra. También Balac se fue por su camino.

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Israel acude a Baal-peor

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Israel acude a Baal-peor (4:25:1 - 4:25:18)

Israel acampó en Sitim, y el pueblo empezó a prostituirse con las mujeres de Moab,

las cuales invitaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y éste comió y se postró ante sus dioses.

Israel se adhirió al Baal de Peor, y el furor de Jehovah se encendió contra Israel.

Jehovah dijo a Moisés: “Toma a todos los jefes del pueblo y ahórcalos a la luz del sol, delante de Jehovah. Así se apartará de Israel el furor de la ira de Jehovah.”

Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: “Cada uno mate a los hombres suyos que se han adherido al Baal de Peor.”

He aquí que un hombre de los hijos de Israel vino trayendo una mujer madianita ante sus hermanos, a la vista de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras ellos lloraban a la entrada del tabernáculo de reunión.

Al verlo Fineas hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó de en medio de la congregación, tomó una lanza en su mano

y fue tras el israelita a la tienda. Y atravesó a ambos con su lanza, al israelita y a la mujer, por su vientre. Así cesó la mortandad entre los hijos de Israel.

Los que murieron en la mortandad fueron 24.000.

Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Fineas hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho que mi furor se aparte de los hijos de Israel, manifestando entre ellos mi celo. Por eso yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

Por tanto digo: Yo le concedo mi pacto de paz.

El y su descendencia después de él tendrán un pacto de sacerdocio perpetuo, porque tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.”

El nombre del israelita que fue muerto con la madianita era Zimri hijo de Salú, dirigente de una casa paterna de Simeón.

El nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi hija de Zur, el cual era jefe de la gente de una casa paterna de Madián.

Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Hostilizaréis a los madianitas y los mataréis,

porque con sus ardides os hostilizaron y os engañaron en el asunto de Peor y en el de Cozbi, hermana de ellos, hija de un príncipe de Madián, la cual fue muerta el día de la mortandad a causa del asunto de Peor.”

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