Pentateuco

Bendiciones de la obediencia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > Bendiciones de la obediencia (3:26:1 - 3:26:13)

“No os haréis ídolos, ni imágenes, ni os levantaréis piedras rituales, ni pondréis en vuestra tierra piedras esculpidas para postraros ante ellas; porque yo soy Jehovah, vuestro Dios.

“Guardaréis mis sábados y tendréis en reverencia mi santuario. Yo, Jehovah.

“Si andáis según mis estatutos y guardáis mis mandamientos, poniéndolos por obra,

os mandaré la lluvia a su tiempo. La tierra dará sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.

Vuestra trilla alcanzará hasta la vendimia, y la vendimia hasta la siembra. Comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en vuestra tierra.

Daré paz en la tierra; dormiréis, y no habrá quien os espante. Haré desaparecer las fieras dañinas de vuestra tierra, y la espada no pasará por vuestro país.

Perseguiréis a vuestros enemigos, quienes caerán a espada delante de vosotros.

Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros a diez mil; vuestros enemigos caerán a espada ante vosotros.

Me volveré hacia vosotros, os haré fecundos y os multiplicaré; y confirmaré mi pacto con vosotros.

Comeréis de la cosecha añeja y sólo sacaréis la añeja para meter la nueva.

“Yo pondré mi morada entre vosotros, y mi alma no os abominará.

Andaré entre vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.

Yo, Jehovah vuestro Dios que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis sus esclavos. Yo rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con la cabeza erguida.

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Consecuencias de la desobediencia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > Consecuencias de la desobediencia (3:26:14 - 3:26:46)

“Pero si no me escucháis y no ponéis por obra todos estos mandamientos,

y si rechazáis mis estatutos y vuestra alma menosprecia mis decretos, no poniendo por obra todos mis mandamientos e invalidando mi pacto,

entonces yo también haré con vosotros esto: Decretaré contra vosotros terror, tisis y fiebre que consuman los ojos y dejen exhausta el alma. Sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos se la comerán.

“Yo pondré mi rostro contra vosotros, y seréis derrotados ante vuestros enemigos. Los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que nadie os persiga.

Si aun con estas cosas no me obedecéis, volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.

“Quebrantaré la soberbia de vuestro poderío y haré que vuestro cielo sea como hierro y que vuestra tierra sea como bronce.

Vuestra fuerza se agotará en vano; pues vuestra tierra no dará su producto, ni el árbol de la tierra dará su fruto.

Y si continuáis siéndome hostiles y no me queréis obedecer, yo aumentaré la plaga sobre vosotros siete veces más, según vuestros pecados.

“Enviaré contra vosotros animales del campo que os privarán de vuestros hijos, destruirán vuestro ganado, y os reducirán en número, de tal manera que vuestros caminos queden desiertos.

Si con estas cosas no os corregís ante mí, sino que continuáis siéndome hostiles,

yo mismo procederé también contra vosotros con hostilidad y os azotaré siete veces más por vuestros pecados.

“Traeré sobre vosotros la espada vengadora, en vindicación del pacto. Y si os refugiáis en vuestras ciudades, yo enviaré la peste entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

Cuando yo os corte el sustento de pan, diez mujeres cocerán vuestro pan en un solo horno, y os darán el pan tan racionado que comeréis pero no os saciaréis.

Si a pesar de esto no me obedecéis, sino que continuáis siéndome hostiles,

procederé contra vosotros con ira hostil y os castigaré siete veces más por vuestros pecados.

“Comeréis la carne de vuestros hijos; también la carne de vuestras hijas comeréis.

Destruiré vuestros lugares altos, derribaré vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré vuestros cuerpos inertes sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os abominará.

Convertiré vuestras ciudades en ruinas, dejaré asolados vuestros santuarios y no aceptaré el grato olor de vuestro incienso.

También asolaré la tierra, de manera que se asombrarán de ella vuestros enemigos que la habiten.

“A vosotros os esparciré entre las naciones. Desenvainaré la espada en pos de vosotros, y vuestra tierra será asolada y vuestras ciudades convertidas en ruinas.

Entonces la tierra disfrutará de su reposo durante todos los días de su desolación, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos. ¡Entonces la tierra descansará y disfrutará de su reposo!

Todo el tiempo que esté asolada disfrutará del reposo que no disfrutó mientras vosotros disfrutabais de vuestro reposo cuando habitabais en ella.

“En los corazones de los que queden de vosotros, infundiré tal cobardía en la tierra de sus enemigos que el ruido de una hoja sacudida los ahuyentará. Y huirán como quien huye de la espada y caerán sin que nadie los persiga.

Tropezarán los unos con los otros, como si huyeran de la espada, aunque nadie los persiga. No podréis resistir ante vuestros enemigos.

Pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá.

Los que queden de vosotros se pudrirán a causa de su iniquidad, en la tierra de vuestros enemigos. También a causa de la iniquidad de sus padres, se pudrirán juntamente con ellos.

“Si ellos confiesan su iniquidad y la iniquidad de sus padres, por la infidelidad que cometieron contra mí, y también por la hostilidad con que me han resistido

(pues yo también habré actuado con hostilidad contra ellos y los habré metido en la tierra de sus enemigos); si entonces se doblega su corazón incircunciso y reconocen su pecado,

yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y me acordaré de mi pacto con Isaac y de mi pacto con Abraham; y me acordaré de la tierra.

Pero la tierra quedará abandonada por ellos y disfrutará su reposo estando desolada en ausencia de ellos. Mientras tanto, ellos serán sometidos al castigo de sus iniquidades, porque menospreciaron mis decretos y porque su alma detestó mis estatutos.

“Aun con todo esto, estando ellos en la tierra de sus enemigos, yo no los rechazaré ni los detestaré hasta consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo, Jehovah, soy su Dios.

Pero a favor de ellos me acordaré del pacto con sus antepasados, a quienes saqué de la tierra de Egipto a la vista de las naciones, para ser su Dios. Yo, Jehovah.”

Estas son las leyes, los decretos y las instrucciones que Jehovah estableció entre él y los hijos de Israel en el monte Sinaí, por medio de Moisés.

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Cosas consagradas a Dios

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > Cosas consagradas a Dios (3:27:1 - 3:27:34)

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y diles que cuando alguien haga un voto especial a Jehovah, con motivo del rescate de las personas, lo valorarás así:

“Al hombre de 20 hasta 60 años lo valorarás en 50 siclos de plata, según el siclo del santuario.

Si es mujer, la valorarás en 30 siclos.

“Al hombre de 5 hasta 20 años lo valorarás en 20 siclos, y a la mujer en 10 siclos.

“Al hombre de un mes hasta 5 años lo valorarás en 5 siclos de plata. A la mujer la valorarás en 3 siclos santuario.”

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Censo de Israel en Sinaí

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Censo de Israel en Sinaí (4:1:1 - 4:1:46)

Jehovah habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, el primero del mes segundo del segundo año después que ellos salieron de la tierra de Egipto, diciendo:

“Haced un censo de toda la congregación de los hijos de Israel, según sus clanes y sus casas paternas, de acuerdo con el número de los nombres de todos los varones, uno por uno.

Tú y Aarón contaréis, según sus escuadrones, a todos los que en Israel, por ser de 20 años para arriba, puedan ir a la guerra.

En esta tarea estará con vosotros un hombre de cada tribu, siendo cada uno jefe de su casa paterna.

Estos son los nombres de los hombres que os asistirán: de Rubén, Elisur hijo de Sedeur;

de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai;

de Judá, Najsón hijo de Aminadab;

de Isacar, Natanael hijo de Zuar;

de Zabulón, Eliab hijo de Helón;

de los hijos de José: de Efraín, Elisama hijo de Amihud; de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur;

de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni;

de Dan, Ajiezer hijo de Amisadai;

de Aser, Paguiel hijo de Ocrán;

de Gad, Eliasaf hijo de Reuel;

de Neftalí, Ajira hijo de Enán.”

Estos fueron los nombrados de la congregación, representantes de las tribus de sus padres y jefes de las familias de Israel.

Moisés y Aarón tomaron a estos hombres que fueron designados por nombre,

y reunieron a toda la congregación el primero del mes segundo. Y se registraron según sus clanes y sus casas paternas, conforme a la lista de los nombres, uno por uno, de 20 años para arriba,

tal como Jehovah había mandado a Moisés. Así los contó en el desierto de Sinaí:

De los hijos de Rubén, primogénito de Israel, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre, uno por uno, conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Rubén eran 46.500.

De los hijos de Simeón, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre, uno por uno, conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Simeón eran 59.300.

De los hijos de Gad, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Gad eran 45.650.

De los hijos de Judá, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Judá eran 74.600.

De los hijos de Isacar, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Isacar eran 54.400.

De los hijos de Zabulón, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Zabulón eran 57.400.

De los hijos de José: De los hijos de Efraín, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Efraín eran 40.500.

De los hijos de Manasés, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Manasés eran 32.200.

De los hijos de Benjamín, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Benjamín eran 35.400.

De los hijos de Dan, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Dan eran 62.700.

De los hijos de Aser, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Aser eran 41.500.

De los hijos de Neftalí, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.

Los contados de la tribu de Neftalí eran 53.400.

Estos fueron los contados, a los cuales contaron Moisés, Aarón y los doce jefes de Israel (un hombre por cada tribu).

Así todos los hijos de Israel fueron contados según sus casas paternas, de 20 años para arriba, todos los que en Israel podían ir a la guerra.

Todos los contados fueron 603.550.

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Nombramiento de los levitas

Imagen Nombramiento de los levitas 1

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Nombramiento de los levitas (4:1:47 - 4:1:54)

Pero los levitas no fueron contados con ellos según los clanes de sus padres,

porque Jehovah había hablado a Moisés diciendo:

“Sólo la tribu de Leví no contarás; no harás un censo de ellos entre los demás hijos de Israel.

Más bien, pondrás a los levitas a cargo del tabernáculo del testimonio, de todos sus utensilios y de todo lo que se relaciona con él. Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus utensilios. Estarán al servicio del tabernáculo y acamparán alrededor de él.

Cuando el tabernáculo tenga que trasladarse, los levitas lo desarmarán; y cuando se detenga, los levitas lo armarán. El extraño que se acerque morirá.

Los hijos de Israel instalarán sus tiendas cada uno en su campamento, cada uno junto a su estandarte, según sus escuadrones.

Pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio. Así no habrá ira contra la congregación de los hijos de Israel. Los levitas estarán a cargo del tabernáculo del testimonio.”

Los hijos de Israel hicieron conforme a todas las cosas que Jehovah había mandado a Moisés. Así lo hicieron.

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