Pentateuco

Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán (5:3:12 - 5:3:22)

“Esta tierra con sus ciudades que heredamos en ese tiempo desde Aroer en el río Arnón, hasta la mitad de la región montañosa de Galaad, se la di a los rubenitas y a los gaditas.

El resto de Galaad y todo Basán, que pertenecían al reino de Og, se lo di a la media tribu de Manasés. (Toda la región de Argob, toda la de Basán, era llamada la tierra de los refaítas.)

“Jaír hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta la frontera de los de Gesur y de los de Maaca, y la llamó por su propio nombre: Havot-jaír en Basán, hasta el día de hoy.

A Maquir le di Galaad.

Y a los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad hasta el río Arnón, el medio del río como frontera, y hasta el Jaboc, el río que marca la frontera de los hijos de Amón.

También les di el Arabá y el Jordán como límite, desde el Quinéret hasta el mar del Arabá, o mar Salado, hasta las faldas del Pisga, al oriente.

“En aquel tiempo os mandé diciendo: Jehovah vuestro Dios os ha dado esta tierra para que toméis posesión de ella. Todos los valientes cruzaréis armados delante de vuestros hermanos, los hijos de Israel.

Solamente vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados (yo sé que tenéis mucho ganado), se quedarán en las ciudades que os he dado,

hasta que Jehovah dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y ellos también tomen posesión de la tierra que Jehovah vuestro Dios les da al otro lado del Jordán. Entonces volveréis cada uno a la heredad que yo os he dado.

“También en aquel tiempo mandé a Josué diciendo: Tus ojos han visto todo lo que Jehovah tu Dios ha hecho a aquellos dos reyes. Así hará Jehovah a todos los reinos por los cuales tú pasarás.

No los temáis, porque Jehovah vuestro Dios, él es el que combate por vosotros.

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No se le permite a Moisés entrar a Canaán

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > No se le permite a Moisés entrar a Canaán (5:3:23 - 5:3:29)

“En aquel tiempo supliqué a Jehovah, diciendo:

Oh Señor Jehovah, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa. Porque, ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que haga como tus obras y como tus proezas?

Te ruego que yo también cruce y vea aquella buena tierra que está al otro lado del Jordán, aquella buena región montañosa y el Líbano.

“Pero Jehovah se había indignado contra mí por causa de vosotros y no me escuchó. Jehovah me dijo: ¡Basta! No me hables más de este asunto.

Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos hacia el oeste, el norte, el sur y el este, y mírala con tus ojos; porque tú no cruzarás este Jordán.

Pero comisiona a Josué; fortalécelo e infúndele valor, porque él cruzará al frente de este pueblo y les hará tomar posesión de la tierra que tú verás.

“Así nos quedamos en el valle delante de Bet-peor.

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Moisés exhorta a la obediencia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Moisés exhorta a la obediencia (5:4:1 - 5:4:8)

“Ahora pues, oh Israel, escucha las leyes y decretos que yo os enseño que hagáis, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Jehovah, Dios de vuestros padres.

No añadáis a las palabras que yo os mando, ni quitéis de ellas, de modo que guardéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, que yo os mando.

Vuestros ojos han visto lo que Jehovah hizo con respecto al Baal de Peor, cómo vuestro Dios destruyó de en medio de vosotros a todo hombre que fue tras el Baal de Peor.

Pero vosotros, que fuisteis fieles a Jehovah vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

“Mirad, yo os he enseñado leyes y decretos, como Jehovah mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra a la cual entraréis para tomar posesión de ella.

Guardadlos, pues, y ponedlos por obra, porque esto es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales al oír de todas estas leyes dirán: ¡Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio y entendido!

Porque, ¿qué nación hay tan grande, que tenga dioses tan cerca de ella, así como lo está Jehovah nuestro Dios toda vez que le invocamos?

¿Qué nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

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La experiencia de Israel en Horeb

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > La experiencia de Israel en Horeb (5:4:9 - 5:4:14)

Solamente guárdate y guarda diligentemente tu alma, no sea que te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni que se aparten de tu corazón durante todos los días de tu vida. Las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

“El día que estuviste delante de Jehovah tu Dios en Horeb, Jehovah me dijo: Reúneme al pueblo para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán para temerme todos los días que vivan en la tierra, y para enseñarlas a sus hijos.

Y os acercasteis y os reunisteis al pie del monte. El monte ardía con fuego hasta el corazón de los cielos, con densas nubes y oscuridad.

Entonces Jehovah os habló de en medio del fuego. Vosotros oisteis el sonido de sus palabras, pero aparte de oír su voz, no visteis ninguna imagen.

El os declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: Los Diez Mandamientos. Y los escribió en dos tablas de piedra.

En aquel tiempo Jehovah también me mandó a mí que os enseñara las leyes y los decretos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis para tomar posesión de ella.

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Advertencia contra la idolatría

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Advertencia contra la idolatría (5:4:15 - 5:4:40)

“Por tanto, tened mucho cuidado de vosotros mismos, pues ninguna imagen visteis el día que Jehovah os habló en Horeb de en medio del fuego.

No sea que os corrompáis y os hagáis imágenes, o semejanza de cualquier figura, sea en forma de hombre o de mujer,

ni en forma de cualquier animal que esté en la tierra, ni en forma de cualquier ave alada que vuele en los cielos,

ni en forma de cualquier animal que se desplace sobre la tierra, ni en forma de cualquier pez que haya en las aguas debajo de la tierra.

No sea que al alzar tus ojos al cielo y al ver el sol, la luna y las estrellas, es decir, todo el ejército del cielo, seas desviado a postrarte ante ellos y a rendir culto a cosas que Jehovah tu Dios ha asignado a todos los pueblos de debajo del cielo.

Pero a vosotros Jehovah os ha tomado y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis pueblo de su heredad como en el día de hoy.

“Jehovah se airó contra mí por causa de vuestras palabras, y juró que yo no cruzaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad.

Así que yo voy a morir en esta tierra. Yo no cruzaré el Jordán, pero vosotros sí lo cruzaréis y tomaréis posesión de aquella buena tierra.

Cuidaos, pues, no sea que olvidéis el pacto de Jehovah vuestro Dios, que él ha establecido con vosotros, y os hagáis imágenes o cualquier semejanza, como te ha prohibido Jehovah tu Dios.

Porque Jehovah tu Dios es fuego consumidor, un Dios celoso.

“Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, y os corrompáis, y hagáis imágenes o cualquier semejanza, y hagáis lo malo ante los ojos de Jehovah tu Dios, enojándole,

yo pongo hoy por testigos a los cielos y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente en la tierra hacia la cual cruzáis el Jordán para tomar posesión de ella. No permaneceréis largo tiempo en ella, sino que seréis completamente destruidos.

Jehovah os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehovah.

Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

Pero cuando desde allí busques a Jehovah tu Dios, lo hallarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

En los postreros días, cuando estés en angustia y te sucedan todas estas cosas, volverás a Jehovah tu Dios y obedecerás su voz.

Porque Jehovah tu Dios es Dios misericordioso; no te abandonará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que juró a tus padres.

“Pues pregunta, por favor, a los días antiguos que te antecedieron, desde el día que Dios creó al hombre sobre la tierra, y desde un extremo del cielo hasta el otro, si se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o si se ha oído de otra como ella.

¿Existe otro pueblo que haya oído la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y que haya seguido viviendo?

¿O algún dios ha intentado venir y tomar un pueblo para sí de en medio de otro pueblo, con pruebas, señales, prodigios, guerra, mano poderosa, brazo extendido y grandes terrores, como todo lo que hizo por vosotros Jehovah vuestro Dios en Egipto, ante vuestros propios ojos?

A ti se te ha mostrado esto para que sepas que Jehovah es Dios y que no hay otro aparte de él.

Desde los cielos te hizo oír su voz para enseñarte, y sobre la tierra te mostró su gran fuego. Tú has oído sus palabras de en medio del fuego.

Y por cuanto él amó a tus padres y escogió a sus descendientes después de ellos, te sacó de Egipto con su presencia, con su gran poder.

Hizo esto para arrojar de delante de ti naciones más grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como en el día de hoy.

Reconoce, pues, hoy y considera en tu corazón que Jehovah es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra, y no hay otro.

Guarda sus leyes y sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues los días sobre la tierra que Jehovah tu Dios te da para siempre.”

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