Epístolas

Una buena conciencia

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pedro > Una buena conciencia (60:3:8 - 60:3:10)

Finalmente, sed todos de un mismo sentir: compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos y humildes.

No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendecid; pues para esto habéis sido llamados, para que heredéis bendición.

Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


El que quiere amar la vida

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pedro > El que quiere amar la vida (60:3:11 - 60:3:22)

Apártese del mal y haga el bien. Busque la paz y sígala.

Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.

¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si sois ávidos por el bien?

Pero aun si llegáis a padecer por causa de la justicia, sois bienaventurados. Por tanto, no seáis atemorizados por temor de ellos ni seáis turbados.

Más bien, santificad en vuestros corazones a Cristo como Señor y estad siempre listos para responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia.

Tened buena conciencia, para que en lo que hablan mal sean avergonzados los que se burlan de vuestra buena manera de vivir en Cristo.

Porque es mejor que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.

Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu;

en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados

que en otro tiempo fueron desobedientes, cuando en los días de Noé la paciencia de Dios esperaba, mientras se construía el arca. En esta arca fueron salvadas a través del agua pocas personas, es decir, ocho.

El bautismo, que corresponde a esta figura, ahora, mediante la resurrección de Jesucristo, os salva, no por quitar las impurezas de la carne, sino como apelación de una buena conciencia hacia Dios.

Ahora él, habiendo ascendido al cielo, está a la diestra de Dios; y los ángeles, las autoridades y los poderes están sujetos a él.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


Buenos administradores de la gracia de Dios

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pedro > Buenos administradores de la gracia de Dios (60:4:1 - 60:4:11)

Puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con la misma actitud. Porque el que ha padecido en la carne ha roto con el pecado,

para vivir el tiempo que le queda en la carne, no en las pasiones de los hombres, sino en la voluntad de Dios.

Porque ya es suficiente el haber hecho en el tiempo pasado los deseos de los gentiles, habiendo andado en sensualidad, en bajas pasiones, en borracheras, en orgías, en banqueteos y en abominables idolatrías.

A ellos les parece cosa extraña que vosotros ya no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y por eso os ultrajan.

Ellos darán cuenta a quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos.

Porque por esto ha sido anunciado el evangelio aun a los muertos, para que sean juzgados en la carne como los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.

El fin de todas las cosas se ha acercado. Sed, pues, prudentes y sobrios en la oración.

Sobre todo, tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados.

Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.

Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

Si alguien habla, hable conforme a las palabras de Dios. Si alguien presta servicio, sirva conforme al poder que Dios le da, para que en todas las cosas Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


Padeciendo como cristianos

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pedro > Padeciendo como cristianos (60:4:12 - 60:4:18)

Amados, no os sorprendáis por el fuego que arde entre vosotros para poneros a prueba, como si os aconteciera cosa extraña.

Antes bien, gozaos a medida que participáis de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con regocijo.

Cuando sois injuriados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.

Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometerse en asuntos ajenos.

Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence; más bien, glorifique a Dios en este nombre.

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Y si primero comienza por nosotros, ¿cómo será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

Y si el justo con dificultad se salva, ¿en qué irá a parar el impío y pecador?

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pedro > ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? (60:4:19 - 60:4:19)

Por eso, los que sufren según la voluntad de Dios, que encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook