La blasfemia contra el Espíritu Santo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > La blasfemia contra el Espíritu Santo (40:12:22 - 40:12:37)

Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de manera que el mudo hablaba y veía.

Toda la gente estaba atónita y decía: —¿Acaso será éste el Hijo de David?

Pero al oírlo, los fariseos dijeron: —Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebul, el príncipe de los demonios.

Pero como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: —Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.

Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido. ¿Cómo, pues, permanecerá en pie su reino?

Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

Porque, ¿cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte? Y entonces saqueará su casa.

El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.

Por esto os digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.

Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del Hombre le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no le será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero.

O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque el árbol es conocido por su fruto.

¡Generación de víboras! ¿Cómo podréis vosotros, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

El hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo del mal tesoro saca cosas malas.

Pero yo os digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen.

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.