Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > Primera epÃstola de San Pablo a los Tesalonicenses > Ausencia de Pablo de la iglesia (52:2:17 - 52:3:13)
Pero nosotros, hermanos, apartados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, procuramos con mayor empeño y con mucho deseo veros personalmente.
Por eso quisimos ir a vosotros (yo Pablo, una y otra vez), pero Satanás nos lo impidió.
Porque, ¿cuál es nuestra esperanza, gozo o corona de orgullo delante del Señor Jesucristo en su venida? ¿Acaso no lo sois vosotros?
En efecto, vosotros sois nuestra gloria y gozo.
Por lo cual, como no pudimos soportarlo más, nos pareció bien quedarnos solos en Atenas,
y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para afirmaros y animaros en vuestra fe;
para que nadie sea turbado en medio de estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que hemos sido puestos para esto.
Porque cuando aún estábamos con vosotros, os predecÃamos que habrÃamos de sufrir tribulaciones. Y asà ha acontecido, como bien lo sabéis.
Por esta razón, como yo tampoco pude soportarlo más, le envié para informarme de vuestra fe, no sea que os haya tentado el tentador y que nuestro gran esfuerzo haya sido en vano.
Pero ahora Timoteo ha vuelto de vosotros a nosotros y nos ha dado buenas noticias de vuestra fe y de vuestro amor, y de que siempre tenéis buenos recuerdos de nosotros, deseando vernos, tal como nosotros también a vosotros.
Por eso hemos sido animados por vosotros, hermanos, por medio de vuestra fe, en toda nuestra necesidad y aflicción.
Porque ahora vivimos, si efectivamente estáis firmes en el Señor.
Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios con respecto a vosotros en recompensa por todo el gozo con que nos regocijamos por causa vuestra delante de nuestro Dios?
De dÃa y de noche imploramos con mucha instancia, a fin de veros personalmente y completar lo que falta de vuestra fe.
¡Que el mismo Dios y Padre nuestro, con nuestro Señor Jesús, nos abra camino hacia vosotros!
El Señor os multiplique y os haga abundar en amor unos para con otros y para con todos, tal como nosotros para con vosotros;
a fin de confirmar vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
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