Salmos

Futilidad de la jactancia del malo. Al músico principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Futilidad de la jactancia del malo. Al músico principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec. (19:52:1 - 19:52:9)

(Al músico principal. Masquil de David cuando Doeg el edomita fue y le informó a Saúl diciendo: “David ha ido a la casa de Abimelec.”) ¿Por qué te jactas, oh poderoso, de la maldad contra el piadoso? Todo el día

tu lengua maquina agravios; como navaja afilada produce engaño.

Has amado el mal más que el bien; la mentira, más que el hablar justicia. (Selah)

Has amado toda palabra perversa, oh lengua engañosa.

Por eso Dios te derribará para siempre; te aplastará y te arrancará de tu morada. El te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah)

Los justos lo verán y temerán. Se reirán de él diciendo:

“¡Ved al hombre que no puso a Dios como su fortaleza, sino que confió en sus muchas riquezas y se refugió en su maldad!”

Pero yo seré como un olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Jehovah confiaré eternamente y para siempre.

Por siempre te daré gracias por lo que has hecho. En presencia de tus fieles esperaré en tu nombre, porque es bueno.

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Insensatez y maldad de los hombres. Al músico principal; sobre Mahalat. Masquil de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Insensatez y maldad de los hombres. Al músico principal; sobre Mahalat. Masquil de David. (19:53:1 - 19:53:6)

(Al músico principal. Sobre Majalat. Masquil de David) Dijo el necio en su corazón: “No hay Dios.” Se han corrompido y han hecho abominable maldad. No hay quien haga el bien.

Dios miró desde los cielos sobre los hijos del hombre, para ver si había algún sensato que buscara a Dios.

Pero cada uno se había descarriado; a una se habían corrompido. No había quien hiciera el bien; no había ni siquiera uno.

¿Acaso los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan, y que a Dios no invocan?

Allí donde no hubo nada que temer, temieron grandemente; porque Dios esparció los huesos de los blasfemos. Los avergonzaste, porque Dios los rechazó.

¡Quién hiciera que de Sion viniese la salvación de Israel! Cuando Dios restaure de la cautividad a su pueblo, se gozará Jacob; se alegrará Israel.

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Plegaria pidiendo protección contra los enemigos. Al músico principal; en Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra?

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Plegaria pidiendo protección contra los enemigos. Al músico principal; en Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra? (19:54:1 - 19:54:7)

(Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David, cuando fueron los de Zif y dijeron a Saúl: “¿Acaso no está David escondido entre nosotros?”) Oh Dios, sálvame por tu nombre y defiéndeme con tu poder.

Oh Dios, escucha mi oración; atiende las palabras de mi boca.

Porque los extraños se han levantado contra mí, y los violentos buscan mi vida. No toman en cuenta a Dios. (Selah)

He aquí, Dios es quien me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi vida.

El hará volver el mal contra mis enemigos. ¡Destrúyelos por tu verdad!

Te ofreceré sacrificios voluntarios. Daré gracias a tu nombre, oh Jehovah, porque es bueno;

porque me has librado de toda angustia. Mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.

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Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros. Al músico principal; en Neginot. Masquil de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros. Al músico principal; en Neginot. Masquil de David. (19:55:1 - 19:55:23)

(Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David) Atiende, oh Dios, mi oración; no te escondas ante mi súplica.

Escúchame y respóndeme. En mi pensar estoy deprimido y turbado

por la voz del enemigo, por la presión de los impíos que me inculpan de iniquidad y me odian con furor.

Mi corazón se estremece dentro de mí; terrores de muerte me han caído encima.

Temor y temblor me han sobrevenido, y me cubre el espanto.

Dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría y hallaría reposo.

Ciertamente huiría lejos y pasaría las noches en el desierto. (Selah)

Me apresuraría a buscar refugio del viento tempestuoso, de la tempestad.

Destrúyelos, oh Señor, y confunde sus lenguas; porque violencia y rencilla he visto en la ciudad.

Día y noche hacen rondas sobre sus muros, y la maldad y el abuso están adentro.

Agravio hay en medio de ella; el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

Si un enemigo me hubiera afrentado, yo lo habría soportado. Si el que me aborrece se hubiera levantado contra mí, yo me habría ocultado de él.

Pero fuiste tú, un hombre igual a mí, mi compañero, mi íntimo amigo;

que juntos compartíamos dulcemente los secretos, y con afecto nos paseábamos en la casa de Dios.

Que la muerte los sorprenda y desciendan vivos al Seol. Porque el mal está en sus moradas, instalado en medio de ellos.

No obstante, yo clamaré a Dios, y Jehovah me salvará.

Al anochecer, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré; y él oirá mi voz.

Ha rescatado en paz mi alma de la guerra que han desatado en contra de mí, aunque son muchos los que han estado contra mí.

Dios oirá, y luego los humillará: ¡El, que permanece desde la antigüedad! (Selah) Porque no cambian de actitud ni temen a Dios.

Más bien, aquél extiende sus manos contra sus propios aliados, y viola su pacto.

Ellos ablandan su boca más que mantequilla, pero en su corazón hay contienda. Suavizan sus palabras más que el aceite, pero son como espadas desenvainadas.

Echa tu carga sobre Jehovah, y él te sostendrá. Jamás dejará caído al justo.

Tú, oh Dios, harás descender a aquéllos al pozo de la destrucción. Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días, pero yo confiaré en ti.

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Oración de confianza. Al músico principal; sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Oración de confianza. Al músico principal; sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat. (19:56:1 - 19:56:13)

(Al músico principal. Sobre “La paloma silenciosa de la lejanía”. Mictam de David compuesto cuando los filisteos lo apresaron en Gat) Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me pisotea el hombre; me oprime combatiéndome todo el día.

Todo el día me pisotean mis enemigos, porque muchos son los que me combaten con altanería.

El día en que tengo temor, yo en ti confío.

En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. ¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!

Todo el día pervierten mis palabras; contra mí son todos sus pensamientos, para mal.

Ellos conspiran; se ocultan. Observan atentamente mis pasos en acecho de mi vida.

¿Escaparán ellos por su iniquidad? ¡Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor!

Mis andanzas tú has contado: Pon mis lágrimas ante ti. ¿Acaso no están escritas en tu libro?

El día que yo clame a ti, mis enemigos retrocederán. Esto sé: que Dios está a mi lado.

En Dios, cuya palabra alabo, en Jehovah, cuya palabra alabo,

en Dios he confiado. No temeré lo que me pueda hacer el hombre.

Sobre mí, oh Dios, están tus votos; te pagaré sacrificios de acción de gracias.

Porque has librado mi vida de la muerte y mis pies de la caída, para que ande delante de Dios en la luz de la vida.

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