Isaías

Liberación y regreso de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Liberación y regreso de Israel (23:27:1 - 23:27:13)

En aquel día Jehovah castigará con su espada dura, grande y fuerte, al Leviatán, la serpiente furtiva, al Leviatán, la serpiente tortuosa; y matará también al monstruo que está en el mar.

“En aquel día ésta será la viña hermosa. ¡Cantadle!

Yo, Jehovah, la guardo. A cada momento la riego; y para que nadie la dañe, de día y de noche la guardo.

Ya no hay furor en mí. ¿Quién pondrá contra mí espinos y cardos en batalla? Yo irrumpiré contra ellos y los quemaré a una,

salvo que se acoja a mi amparo y haga la paz conmigo. ¡Que conmigo haga la paz!”

Vendrá el día en que Jacob echará raíces; Israel echará botones y dará flores. Y llenarán la superficie del mundo con su fruto.

¿Acaso le ha herido a la manera del que lo hirió? ¿Acaso ha sido muerto a la manera de los que lo mataron?

Con expulsión, enviándola lejos, tú contendiste contra ella. Tú la apartaste con tu recio viento en el día del solano.

De esta manera, será perdonada la iniquidad de Jacob, y esto eliminará su pecado: que él ponga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, de modo que no vuelvan a levantar árboles rituales de Asera ni altares de incienso.

Ciertamente la ciudad fortificada ha quedado solitaria; la morada, abandonada y dejada como un desierto. Allí pasta el becerro; allí se recuesta y consume sus ramas.

Cuando sus ramas se secan, son quebradas; luego las mujeres vienen y las hacen arder. Porque éste es un pueblo sin entendimiento. Por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia; el que lo formó no se compadecerá.

Pero sucederá en aquel día que Jehovah golpeará con vara, desde la corriente del Río hasta el arroyo de Egipto. Y vosotros, oh hijos de Israel, seréis recogidos uno por uno.

Sucederá en aquel día que se tocará una gran corneta, y vendrán los que habían estado perdidos en la tierra de Asiria y los que habían sido desterrados en la tierra de Egipto. Entonces adorarán a Jehovah en el monte santo, en Jerusalén.

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Condenación de Efraín

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Condenación de Efraín (23:28:1 - 23:28:13)

¡Ay de la corona de soberbia de los borrachos de Efraín y de la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorían de la abundancia, de los aturdidos por el vino!

He aquí que viene de parte de Jehovah alguien que es fuerte y poderoso. Derriba a tierra con fuerza, como tormenta de granizo y tempestad destructora, como tormenta de recias aguas que inundan.

Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los borrachos de Efraín.

Y la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorían de la abundancia, será como la fruta temprana, antes del verano, la cual cuando alguien la ve, se la traga tan pronto como la tiene en su mano.

En aquel día Jehovah de los Ejércitos será corona de hermosura y diadema de gloria para el remanente de su pueblo.

El será espíritu de justicia para el que preside el juicio, y de valor para los que vuelven el ataque hasta las puertas de la ciudad.

Pero también éstos han errado a causa del vino, y han divagado a causa del licor. El sacerdote y el profeta han errado a causa del licor; han sido confundidos a causa del vino. Han divagado a causa del licor; han errado en su visión y han titubeado en sus decisiones.

Todas las mesas están llenas de vómito repugnante, hasta no quedar lugar limpio.

Dicen: “¿A quién enseñará conocimiento, o a quién hará entender el mensaje? ¿A los que recién han sido destetados? ¿A los que recién han sido quitados de los pechos?

Porque mandato tras mandato, mandato tras mandato; línea tras línea, línea tras línea; un poquito allí, un poquito allí”

¡Ciertamente, con balbuceo de labios y en otro idioma hablará Dios a este pueblo!

A ellos había dicho: “Este es el reposo; dad reposo al cansado. Este es el lugar de descanso.” Pero ellos no quisieron escuchar.

Por lo cual, la palabra de Jehovah para ellos será: “Mandato tras mandato, mandato tras mandato; línea tras línea, línea tras línea; un poquito allí, un poquito allí; para que vayan y caigan de espaldas y sean quebrantados, atrapados y apresados.”

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Amonestación a Jerusalén

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Amonestación a Jerusalén (23:28:14 - 23:28:29)

Así que, oh escarnecedores que gobernáis este pueblo en Jerusalén, escuchad la palabra de Jehovah.

Porque habéis dicho: “Hemos realizado un pacto con la muerte; con el Seol hemos hecho un convenio. Cuando pase el torrente arrollador, no llegará a nosotros; porque hemos puesto al engaño como nuestro refugio, y en la mentira nos hemos escondido.”

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí que yo pongo como cimiento en Sion una piedra, una piedra probada. Una preciosa piedra angular es puesta como cimiento. El que crea no se apresure.

Pondré el derecho por cordel y la justicia por nivel. El granizo barrerá el refugio del engaño, y las aguas inundarán su escondrijo.

Entonces vuestro pacto con la muerte será anulado, y vuestro convenio con el Seol no prevalecerá. Cuando pase el torrente arrollador, seréis aplastados por él.

Cada vez que pase, os arrebatará; porque pasará mañana tras mañana, de día y de noche. Entonces entender el mensaje sólo traerá terror.”

La cama es demasiado corta para estirarse sobre ella, y la manta es demasiado estrecha para envolverse en ella.

Porque Jehovah se levantará como en el monte Perazim, y se enardecerá como en el valle de Gabaón, para hacer su obra, su rara obra; para hacer su trabajo, su extraño trabajo.

Ahora pues, no sigáis haciendo escarnio, para que no se aprieten más vuestras ataduras. Porque he oído, de parte del Señor Jehovah de los Ejércitos, que sobre toda la tierra ha sido decretada la destrucción.

Estad atentos y escuchad mi voz; prestad atención y escuchad mi dicho:

¿Acaso para sembrar, el labrador sólo ara, rompe y deshace los terrones de tierra durante todo el día?

Después de haber emparejado la superficie, ¿no esparce el eneldo, arroja el comino y pone el trigo en franjas, la cebada en su lugar y el centeno en el borde?

Su Dios le enseña y le instruye en cuanto a lo que es correcto:

que el eneldo no se trilla con el trillo, ni sobre el comino se hace rodar la rueda de la carreta; sino que el eneldo se golpea con un palo, y el comino con una vara.

Por cierto, no se muele el grano indefinidamente, ni se lo trilla sin fin. Pero haciendo pasar la rueda de la carreta, lo esparce y no lo tritura.

También esto procede de Jehovah de los Ejércitos, maravilloso en designios y grande en logros.

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Ariel y sus enemigos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Ariel y sus enemigos (23:29:1 - 23:29:8)

“¡Ay de Ariel, Ariel, la ciudad donde acampó David! Añadid año sobre año; que las fiestas se repitan tras su ciclo anual.

Pero yo pondré a Ariel en aprietos, y será una ciudad de dolor y lamento; ella será para mí un Ariel.

Porque contra ti acamparé en círculo; te sitiaré con muros de asedio y levantaré contra ti baluartes.

Entonces, humillada hablarás desde la tierra, y tus dichos procederán del polvo hasta el cual habrás sido postrada. Tu voz subirá de la tierra como la de un fantasma; desde el polvo susurrará tu habla.”

La muchedumbre de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los tiranos como el tamo que vuela. Esto sucederá repentinamente, en un momento.

De parte de Jehovah de los Ejércitos serás castigada con truenos, con terremotos, con gran estruendo, con torbellino, con tempestad y con llama de fuego consumidor.

Entonces la multitud de todas las naciones que combaten contra Ariel y todos sus muros de asedio y sus baluartes, y los que la acosan serán como un sueño y una visión nocturna.

Será como cuando el que tiene hambre sueña, y he aquí está comiendo; pero cuando despierta, su estómago está vacío. Será como cuando el que tiene sed sueña, y he aquí está bebiendo; pero cuando despierta, se encuentra desfallecido, y su garganta está reseca. Así sucederá con la multitud de todas las naciones que combaten contra el monte Sion.

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Ceguera e hipocresía de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Ceguera e hipocresía de Israel (23:29:9 - 23:29:16)

Quedad asombrados y maravillaos; cegaos y quedad ciegos. Embriagaos, pero no con vino; tambaleaos, pero no con licor.

Porque Jehovah ha derramado sobre vosotros espíritu de letargo. Ha cerrado vuestros ojos (a los profetas); ha cubierto vuestras cabezas (a los videntes).

Toda la visión será como las palabras de un libro sellado. Cuando lo dan al que sabe leer y le dicen: “Por favor, lee esto,” él dice: “No puedo, porque está sellado.”

Y cuando dan el libro al que no sabe leer y le dicen: “Por favor, lee esto,” él dice: “No sé leer.”

Dice, pues, el Señor: “Porque este pueblo se acerca con su boca y me honra sólo con sus labios; pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí está basado en mandamientos de hombres.

Por eso, he aquí que volveré a hacer maravillas con este pueblo, maravilla sobre maravilla. Entonces perecerá la sabiduría de sus sabios, y el entendimiento de sus entendidos se eclipsará.”

¡Ay de los que se esconden de Jehovah en lo profundo, encubriendo los planes! Realizan sus obras en las tinieblas, diciendo: “¿Quién nos ve?” y “¿Quién nos conoce?”

¡Cómo trastornáis las cosas! ¿Acaso el alfarero será considerado como el barro? ¿Acaso lo que ha sido hecho dirá de quien lo hizo: “El no me hizo”? ¿Dirá lo que ha sido formado del que lo formó: “El no tiene entendimiento”?

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