Isaías

Profecía sobre Moab

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre Moab (23:15:1 - 23:15:9)

Profecía acerca de Moab: “Ciertamente en una noche fue destruida y silenciada Ar-moab. Ciertamente en una noche fue destruida y silenciada Quir-moab.

La hija de Dibón ha subido a los lugares altos para llorar. Moab gime por Nebo y por Medeba. Toda cabeza ha sido rapada, y toda barba rasurada.

En sus calles se ciñen de cilicio; todos lamentan en sus azoteas y en sus plazas, deshechos en llanto.

Claman Hesbón y Eleale; hasta Jahaz se oye su voz. Por eso gritan los hombres armados de Moab; el alma de cada uno desmaya.

“Mi corazón da gritos por Moab. Sus fugitivos se extienden hasta Zoar, hasta Eglat-selisiyá. Por la cuesta de Lujit suben con llanto; por el camino de Horonaim levantan clamor de quebranto.

Pues las aguas de Nimrim quedan desoladas. Ciertamente se seca la hierba; se extingue el pasto; no hay verdor.

Por eso, las riquezas que han adquirido y las que han almacenado, las llevan al torrente de los sauces.

Porque el griterío ha rodeado las fronteras de Moab; hasta Eglaim ha llegado su gemido, y hasta Beer-elim su clamor.

Ciertamente las aguas de Dibón se llenan de sangre; pero yo aún traeré sobre Dibón otras cosas: leones contra los fugitivos de Moab, y contra los sobrevivientes de la tierra.

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Profecía sobre Damasco

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre Damasco (23:16:1 - 23:17:3)

“Enviad corderos al gobernante del país, desde Sela en el desierto hasta el monte de la hija de Sion.

Y sucederá que las hijas de Moab serán como pájaros espantados, o como nidada dispersa, en los vados del Arnón.

Dad consejo; tomad decisión. Haz tu sombra como noche, en pleno mediodía. Esconde a los desterrados; no entregues a los que andan errantes.

Moren en ti los desterrados de Moab. Sé para ellos refugio a causa del destructor. Porque la opresión ha llegado a su fin; ha cesado la destrucción. Ha desaparecido el que pisoteaba la tierra.

Entonces en misericordia será establecido un trono, y sobre él se sentará firmemente en el tabernáculo de David el que juzga, busca el derecho y apresura la justicia.”

Hemos oído de la soberbia de Moab, que es muy soberbio; de su arrogancia, de su soberbia y de su insolencia. Pero vano es aquello de que se jacta.

Por tanto, Moab lamentará; todo Moab lamentará. Por las tortas de pasas de Quir-jaréset, gemid abatidos en gran manera.

Como las terrazas de Hesbón, se ha marchitado la viña de Sibma. Los dueños de las naciones han pisoteado sus mejores vides, cuyas ramas llegaban hasta Jazer y se desviaban al desierto; se extendían y pasaban las aguas.

Por eso lloraré amargamente por Jazer y por la viña de Sibma. Te regaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale, porque sobre tus frutos de verano y sobre tu siega ha caído el grito de guerra.

La alegría y el regocijo han sido quitados del campo fértil. No se cantará en las viñas, ni habrá griterío. En los lagares el pisador no pisará el vino; he hecho cesar el grito de júbilo.

Por tanto, mis entrañas gimen como un arpa por Moab; y mi interior, por Quir-jaréset.

Y sucederá que cuando Moab aparezca exhausto sobre el lugar alto y cuando entre a su santuario a orar, de nada le servirá.

Esta es la palabra que Jehovah ha pronunciado desde antaño acerca de Moab.

Pero ahora Jehovah ha hablado diciendo: “Dentro de tres años, como años de jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud. Los sobrevivientes serán pocos, pequeños y sin fuerzas.”

Profecía acerca de Damasco: “He aquí que Damasco ha dejado de ser ciudad y será un montón de ruinas.

Las ciudades de Aroer están abandonadas y serán para los rebaños; allí se recuestan, y no hay quien los espante.

Ha cesado la fortificación de Efraín y el reino de Damasco. El remanente de los sirios será como la gloria de los hijos de Israel,” dice Jehovah de los Ejércitos.

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Juicio sobre Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Juicio sobre Israel (23:17:4 - 23:17:14)

“Sucederá en aquel día que la gloria de Jacob será disminuida, y enflaquecerá la gordura de su carne.

Será como cuando el segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas. Será como el que recoge espigas en el valle de Refaím.

Quedan en él rebuscos, como cuando se varea al olivo: dos o tres olivas en el extremo de una rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas,” dice Jehovah Dios de Israel.

En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.

No mirará los altares que hicieron sus manos; no mirará lo que hicieron sus dedos, ni los árboles rituales de Asera ni los altares de incienso.

En aquel día sus ciudades fortificadas quedarán como los lugares abandonados de los horeos y de los amorreos, los cuales ellos abandonaron ante los hijos de Israel; y habrá desolación.

Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por eso, aunque siembras plantas deleitosas y plantas vides importadas,

y en el día que las plantas las haces crecer y haces que su semilla florezca a la mañana siguiente, sin embargo la cosecha se esfumará en el día de la enfermedad y del dolor incurable.

¡Ay del tumulto de los muchos pueblos que rugen como el rugido del mar! El bullicio de las naciones resuena como el bullicio de las aguas impetuosas.

Las naciones hacen bullicio como las muchas aguas; pero Dios las reprenderá, y ellas huirán lejos ahuyentadas como el tamo de las colinas ante el viento y como el remolino de hojas ante el torbellino.

Al atardecer he aquí el terror repentino, y antes del amanecer ya no existirán. Esta es la porción de los que nos despojan, el destino de los que nos saquean.

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Profecía sobre Etiopía

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre Etiopía (23:18:1 - 23:18:7)

¡Ay de la tierra del zumbido de alas, que está más allá de los ríos de Etiopía!

Ella envía embajadores por mar en navíos de junco sobre las aguas. Id, oh veloces mensajeros, al pueblo de alta estatura y piel brillante, al pueblo temido por todas partes, nación agresiva y atropelladora, cuya tierra dividen los ríos.

Vosotros, todos los habitantes del mundo y moradores de la tierra, veréis cuando se levante la bandera sobre las montañas, y escucharéis cuando se toque la corneta.

Porque así me ha dicho Jehovah: “Estaré tranquilo y miraré desde mi morada, como el calor que vibra ante la luz, como una nube de rocío en el calor de la cosecha.”

Porque antes de la cosecha, cuando la flor se acaba y se produce el fruto, se maduran las uvas. Entonces podará los brotes con podaderas, y quitará y cortará las ramas.

Serán dejados para las aves de rapiña de las montañas y para los animales de la tierra. Sobre ellos pasarán el verano las aves de rapiña, y allí invernarán todos los animales de la tierra.

En aquel tiempo será traído presente a Jehovah de los Ejércitos, de parte del pueblo de alta estatura y piel brillante, pueblo temido por todas partes, nación agresiva y atropelladora, cuya tierra dividen los ríos. Será traído presente al lugar dedicado al nombre de Jehovah de los Ejércitos, al monte Sion.

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Profecía sobre Egipto

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre Egipto (23:19:1 - 23:19:25)

Profecía acerca de Egipto: He aquí, Jehovah cabalga sobre una nube veloz y entra en Egipto. Los ídolos de Egipto se estremecen ante su presencia, y el corazón de los egipcios desfallece dentro de ellos.

“Yo incitaré a los egipcios contra los egipcios. Cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo, ciudad contra ciudad, y reino contra reino.

El espíritu de Egipto se trastornará dentro de sí, y confundiré sus planes. Preguntarán a los ídolos, a los espíritus de los muertos, a los que evocan a los muertos y a los adivinos.

Entregaré a Egipto en mano de un amo déspota, y un rey cruel se enseñoreará de ellos,” dice el Señor Jehovah de los Ejércitos.

Las aguas del mar menguarán, y el río se agotará y se secará.

Los canales apestarán; los brazos del Nilo de Egipto se reducirán y se secarán. Los cañaverales y los juncales se marchitarán.

Los arbustos junto al Nilo, junto a la ribera del Nilo, y todos los sembrados del Nilo se secarán; serán arrebatados y desaparecerán.

Los pescadores lamentarán, y harán duelo todos los que echan anzuelo en el Nilo. Desfallecerán los que extienden la red sobre las aguas.

Serán confundidos los que trabajan el lino, y los que tejen lino cardado palidecerán.

Estarán abatidos los tejedores, y todos los jornaleros serán entristecidos.

Ciertamente son necios los magistrados de Tanis. Los sabios del faraón han dado un consejo desatinado. ¿Cómo diréis al faraón: “Yo soy hijo de sabios e hijo de reyes antiguos”?

¿Dónde, pues, están tus sabios? Que te digan, y que te hagan saber qué es lo que Jehovah de los Ejércitos ha decidido acerca de Egipto.

Los magistrados de Tanis han actuado neciamente; se han engañado los magistrados de Menfis. Han hecho errar a Egipto aquellos que son las piedras angulares de sus tribus.

Jehovah ha mezclado en medio de él espíritu de vértigo, e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como se tambalea el borracho en su vómito.

No le servirá a Egipto nada de lo que haga la cabeza y la cola, la palmera y el junco.

En aquel día los egipcios serán como mujeres, pues temblarán y temerán ante el movimiento de la mano de Jehovah de los Ejércitos, que él moverá contra ellos.

La tierra de Judá será un terror para Egipto. Todo hombre a quien se le mencione acerca de ella, se asustará a causa de la decisión que ha tomado Jehovah de los Ejércitos contra él.

En aquel día habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablarán la lengua de Canaán, y jurarán lealtad a Jehovah de los Ejércitos. Una de ellas será llamada Ciudad del Sol.

En aquel día habrá un altar de Jehovah en medio de la tierra de Egipto, y un obelisco dedicado a Jehovah junto a su frontera.

Servirá de señal y de testimonio a Jehovah de los Ejércitos en la tierra de Egipto. Cuando clamen a Jehovah a causa de sus opresores, él les enviará un salvador quien los defenderá y los librará.

Jehovah se dará a conocer a Egipto, y en aquel día los egipcios conocerán a Jehovah. Presentarán sacrificios y ofrendas vegetales; harán votos a Jehovah y los cumplirán.

Jehovah herirá a Egipto, pero lo herirá y lo sanará. Se convertirán a Jehovah, quien atenderá a sus súplicas y los sanará.

En aquel día habrá un amplio camino desde Egipto hasta Asiria; los asirios entrarán en Egipto, y los egipcios en Asiria. Entonces los egipcios y los asirios servirán a Jehovah.

En aquel día Israel será tercero con Egipto y con Asiria, una bendición en medio de la tierra.

Porque Jehovah de los Ejércitos los bendecirá diciendo: “¡Benditos sean Egipto mi pueblo, Asiria obra de mis manos e Israel mi heredad!”

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