Isaías

Sebna será sustituido por Eliaquim

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Sebna será sustituido por Eliaquim (23:22:15 - 23:22:25)

Así ha dicho el Señor Jehovah de los Ejércitos: “Anda, vé a ese mayordomo, a Sebna, administrador del palacio, y dile:

¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes tú aquí, para que hayas labrado aquí un sepulcro para ti, como los que labran sus sepulcros en los lugares elevados, o los que esculpen su morada en la peña?

He aquí que Jehovah te arrojará con violencia, oh hombre poderoso. El te asirá firmemente

y te enrollará bien como a un ovillo, para lanzarte a una tierra espaciosa. Allá morirás, y allá quedarán tus carros espléndidos, vergüenza de la casa de tu señor.

Yo te depondré de tu puesto y te eliminaré de tu posición.

“Sucederá en aquel día que yo llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilquías.

Le vestiré con tu túnica y le ceñiré con tu cinturón. En sus manos entregaré tu autoridad, y él será el padre de los habitantes de Jerusalén y de la casa de Judá.

Pondré sobre su hombro la llave de la casa de David. El abrirá, y nadie cerrará; él cerrará, y nadie abrirá.

“Yo lo clavaré como estaca en lugar firme, y será un trono de honra para la casa de su padre.

De él dependerá toda la gloria de la casa de su padre, la prole y la posteridad; y todos los utensilios hasta los más pequeños, desde las fuentes ceremoniales hasta todas las tinajas.

“En aquel día, dice Jehovah de los Ejércitos, cederá la estaca que estaba clavada en lugar firme; se romperá y caerá. La carga que se colgó de ella será destruida, porque Jehovah ha hablado.”

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Profecía sobre Tiro

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre Tiro (23:23:1 - 23:23:18)

Profecía acerca de Tiro: Lamentad, oh naves de Tarsis, porque Tiro es destruida hasta no quedar en ella casa ni lugar por donde entrar. Desde la tierra de Quitim le ha sido revelado.

Callad, oh moradores de la costa, mercaderes de Sidón, que cruzando el mar te han llenado.

Por las muchas aguas venía el grano de Sijor, la cosecha del Nilo; era ganancia de la ciudad de Tiro, la cual era el mercado de las naciones.

Avergüénzate, oh Sidón, fortaleza del mar, porque el mar ha dicho: “Nunca estuve con dolores de parto ni di a luz, ni crié jóvenes, ni hice crecer vírgenes.”

Cuando la noticia llegue a Egipto, temblarán al escuchar acerca de Tiro.

Pasad a Tarsis; lamentad, oh habitantes de la costa.

¿No era ésta vuestra ciudad alegre, cuyo origen es de gran antigüedad, cuyos pies la llevaron a residir en lugares lejanos?

¿Quién ha planeado esto contra Tiro, la que repartía coronas, cuyos mercaderes eran príncipes y cuyos comerciantes eran la nobleza del mundo?

Jehovah de los Ejércitos lo ha planeado para abatir la soberbia de toda gloria y para echar por los suelos a todos los nobles de la tierra.

Labora tu tierra como alrededor del Nilo, oh hija de Tarsis, porque ya no tendrás más puerto.

El Señor ha extendido su mano sobre el mar y ha hecho temblar los reinos. Jehovah ha ordenado respecto a Canaán que sus fortificaciones sean destruidas.

Dijo: “No te divertirás más, oh virgen oprimida, hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim; pero aun allí no tendrás reposo.”

¡He allí la tierra de los caldeos! Este es el pueblo que ni siquiera cuenta; Asiria la destinó para las fieras del desierto. Ellos levantaron sus torres de asedio; entonces desmantelaron sus palacios y la convirtieron en ruinas.

Lamentad, oh naves de Tarsis, porque vuestra fortaleza es destruida.

Acontecerá en aquel día que Tiro será puesta en olvido durante setenta años, como los días de un rey. Después de los setenta años le sucederá a Tiro lo de la canción de la prostituta:

“Toma la lira y rodea la ciudad, oh prostituta olvidada. Toca bien y canta muchas canciones, para que se acuerden de ti.”

Acontecerá que al fin de los setenta años Jehovah visitará a Tiro. Ella volverá a su salario de prostituta y volverá a fornicar con los reinos del mundo sobre la faz de la tierra.

Pero su ganancia y su paga estarán consagradas a Jehovah. No serán atesoradas ni acumuladas; porque sus mercancías serán para los que habiten delante de Jehovah, para que coman hasta saciarse y se vistan de ropas finas.

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El juicio de Jehová sobre la tierra

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > El juicio de Jehová sobre la tierra (23:24:1 - 23:24:23)

He aquí que Jehovah devastará y arrasará la tierra. Trastornará su superficie y dispersará a sus habitantes.

Al sacerdote le sucederá como a la gente del pueblo, al esclavo como a su señor, a la criada como a su señora, al que compra como al que vende, al que presta como al que toma prestado, al acreedor como al deudor.

La tierra será del todo devastada y enteramente saqueada, porque Jehovah ha pronunciado esta palabra.

La tierra está de duelo, se reseca; el mundo languidece, se reseca. Languidecen los grandes del pueblo de la tierra.

La tierra ha sido profanada por sus habitantes, porque han transgredido las leyes, han falseado el derecho y han quebrantado el pacto eterno.

Por esta causa una maldición ha devorado la tierra, y los que la habitan son culpables. Por esta causa han disminuido los habitantes de la tierra, y quedan muy pocos seres humanos.

Languidece el vino nuevo. Se ha marchitado la vid. Gimen todos los que eran de alegre corazón.

Cesó el regocijo de los tamboriles. Se acabó el bullicio de los que se divierten; cesó el regocijo de la lira.

No beben el vino con canción; el licor es amargo a los que lo beben.

Quebrantada está la ciudad del caos; toda casa se ha cerrado para que nadie entre.

En las calles se oye el lamento por el vino. Todo gozo se oscurece; la alegría de la tierra ha sido desterrada.

En la ciudad ha quedado la desolación. Sus puertas han sido destrozadas con la ruina.

Pues ocurrirá en medio de la tierra, en medio de los pueblos, así como cuando se varea al olivo, y como rebuscos una vez acabada la vendimia.

Estos alzan su voz y cantan gozosos; a la majestad de Jehovah aclaman desde el occidente.

Por tanto, glorificad a Jehovah en el oriente, y al nombre de Jehovah Dios de Israel en las costas del mar.

Desde el extremo de la tierra oímos salmos: “¡Gloria al Justo!” Pero yo dije: ¡Desdichado de mí, desdichado de mí! ¡Ay de mí! Los traidores han traicionado; los traidores han actuado con gran traición.

Terror, fosa y trampa hay contra ti, oh habitante de la tierra.

Acontecerá que el que huya del sonido del terror caerá en la fosa; y el que salga de la fosa será atrapado en la trampa. Porque se abrirán las ventanas de lo alto, y temblarán los cimientos de la tierra.

La tierra será completamente destrozada; la tierra será desmenuzada por completo; la tierra será derrumbada en gran manera.

La tierra se tambaleará del todo como un borracho. Se mecerá como una choza, y sobre ella pesará su rebelión. Caerá y no volverá a levantarse.

Acontecerá en aquel día que Jehovah castigará en lo alto al ejército de lo alto, y en la tierra a los reyes de la tierra.

Ellos serán agrupados como son agrupados los prisioneros en la mazmorra. En la cárcel quedarán encerrados y después de muchos días serán castigados.

La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, porque Jehovah de los Ejércitos reinará en el monte Sion y en Jerusalén, y la gloria estará ante sus ancianos.

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Cántico de alabanza por el favor de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Cántico de alabanza por el favor de Jehová (23:25:1 - 23:25:12)

¡Oh Jehovah, tú eres mi Dios! Te exaltaré; alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas. Desde antaño tus designios son fieles y verdaderos.

Tú has convertido la ciudad en un montón de escombros; la ciudad fortificada, en ruinas. La ciudadela de los arrogantes has trastornado; nunca más será reedificada.

Por esto te glorificarán los pueblos fuertes, y te temerán las ciudades de las naciones tiránicas.

Porque has sido fortaleza para el pobre, una fortaleza para el necesitado en su aflicción, protección en la tormenta y sombra en el calor; porque el ímpetu de los tiranos es como una tormenta contra el muro.

Como el calor en una tierra de sequedad, doblegarás el bullicio de los arrogantes; como el calor bajo la sombra de la nube humillarás el cántico de los tiranos.

Sobre este monte Jehovah de los Ejércitos hará a todos los pueblos un banquete de manjares, un banquete de vinos añejos, manjares suculentos y refinados vinos añejos.

Entonces sobre este monte destruirá la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que está puesto sobre todas las naciones.

Destruirá a la muerte para siempre, y el Señor Jehovah enjugará toda lágrima de todos los rostros. Quitará la afrenta de su pueblo de sobre toda la tierra, porque Jehovah ha hablado.

Se dirá en aquel día: “¡He aquí, éste es nuestro Dios! En él hemos esperado, y él nos salvará: ¡Este es Jehovah! En él hemos esperado. ¡Gocémonos y alegrémonos en su salvación!”

Porque la mano de Jehovah reposará sobre este monte, y Moab será pisoteado debajo de él, como es pisoteado un montón de paja en el agua del muladar.

En medio de él extenderá sus manos, como las extiende el nadador para nadar. Pero él humillará su soberbia, a pesar del movimiento de sus manos.

También abatirá tus altos muros fortificados; los derribará a tierra, hasta el polvo.

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Cántico de confianza en la protección de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Cántico de confianza en la protección de Jehová (23:26:1 - 23:26:21)

En aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fortificada; Dios ha puesto la salvación como muros y antemuros.

Abrid las puertas, y entrará la nación justa que guarda la fidelidad.

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.

Confiad en Jehovah para siempre, porque Jehovah es la Roca de la eternidad.

Pues él abatió a los que moraban en lo alto; humilló hasta la tierra a la ciudad enaltecida; la derribó hasta el polvo.

El pie la pisoteará, los pies de los afligidos, los pasos de los necesitados.

La rectitud es el camino para el justo. Tú, que eres recto, allana la senda del justo.

Ciertamente, siguiendo el camino de tus juicios te hemos esperado, oh Jehovah; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.

Mi alma te espera en la noche; mientras haya aliento en mí, madrugaré a buscarte. Porque cuando tus juicios se manifiestan en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia.

Aunque se le tenga piedad al impío, no aprende justicia; en tierra de rectitud hace iniquidad y no considera la majestad de Jehovah.

Oh Jehovah, levantada está tu mano, pero ellos no la ven. Que vean el celo por tu pueblo y se avergüencen; que también los consuma el fuego para tus enemigos.

Oh Jehovah, tú estableces paz para nosotros, porque también realizas por nosotros todas nuestras obras.

Oh Jehovah, Dios nuestro, otros amos aparte de ti se han enseñoreado de nosotros; pero sólo reconocemos tu nombre, el tuyo.

Muertos son; no vivirán. Han fallecido; no se levantarán. Porque tú los has castigado y los has destruido; has hecho perecer todo recuerdo de ellos.

Tú has engrandecido la nación, oh Jehovah; has engrandecido la nación y te has hecho glorioso. Has ensanchado todas las fronteras del país.

Oh Jehovah, te buscaban en la tribulación; cuando tu castigo caía sobre ellos, derramaban su oración.

Como la mujer encinta y cercana a dar a luz que se retuerce y grita en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehovah.

Concebimos; tuvimos dolores de parto, pero fue como si diéramos a luz viento. Ninguna liberación hemos logrado en la tierra, ni han podido nacer los habitantes del mundo.

Tus muertos volverán a vivir; los cadáveres se levantarán. ¡Despertad y cantad, oh moradores del polvo! Porque tu rocío es como rocío de luces, y la tierra dará a luz a sus fallecidos.

Anda, oh pueblo mío, entra en tus habitaciones; cierra tras de ti tus puertas. Escóndete por un breve momento hasta que pase la ira.

Porque he aquí que Jehovah sale de su lugar, para castigar la maldad de los habitantes de la tierra contra él. La tierra dejará ver su sangre derramada; no encubrirá más a sus asesinados.

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