Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Eliseo y los sirios (12:6:8 - 12:6:23)
El rey de Siria estaba en guerra con Israel, y tomó consejo con sus servidores, diciendo: —En tal y tal lugar estará mi campamento.
Pero el hombre de Dios mandó a decir al rey de Israel: “Guárdate de pasar por tal lugar, porque los sirios van a descender allí.”
Y el rey de Israel enviaba gente al lugar que el hombre de Dios le indicaba y advertía, de modo que tomaba precauciones allí, no una ni dos veces.
Entonces el corazón del rey de Siria se turbó por esto, y llamando a sus servidores les preguntó: —¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros está de parte del rey de Israel?
Entonces respondió uno de sus servidores: —Ninguno, oh mi señor el rey; sino que el profeta Eliseo, que está en Israel, le declara al rey de Israel las palabras que hablas en tu dormitorio.
Entonces él dijo: —Id, mirad dónde está, y yo enviaré a capturarlo. Le informaron diciendo: —He aquí, está en Dotán.
Y el rey envió allá gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales llegaron de noche y rodearon la ciudad.
Cuando el que servía al hombre de Dios madrugó para partir y salió, he aquí que un ejército tenía cercada la ciudad con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: —¡Ay, señor mío! ¿Qué haremos?
El le respondió: —No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
Entonces Eliseo oró diciendo: —Te ruego, oh Jehovah, que abras sus ojos para que vea. Jehovah abrió los ojos del criado, y éste miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego, alrededor de Eliseo.
Y cuando los sirios descendieron hacia él, Eliseo oró a Jehovah y dijo: —Te ruego que hieras a esta gente con ceguera. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.
Luego Eliseo les dijo: —Este no es el camino, ni ésta es la ciudad. Seguidme, y yo os guiaré a donde está el hombre que buscáis. Entonces los guió a Samaria.
Y sucedió que cuando llegaron a Samaria, Eliseo dijo: —Oh Jehovah, abre los ojos de éstos para que vean. Jehovah abrió sus ojos, y miraron; y he aquí que se hallaban en medio de Samaria.
Cuando el rey de Israel los vio, preguntó a Eliseo: —¿Los mato, padre mío? ¿Los mato?
El le respondió: —No los mates. ¿Matarías a los que tomas cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua para que coman y beban, y se vuelvan a su señor.
Entonces les hizo un gran banquete. Y cuando habían comido y bebido, los dejó ir; y se volvieron a su señor. Y las bandas armadas de Siria no volvieron a hacer incursiones en la tierra de Israel.
9,929 visitas