Eliú exalta la grandeza de Dios

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Job > Eliú exalta la grandeza de Dios (18:36:1 - 18:37:24)

Y Elihú siguió diciendo:

—Espérame un poco, y te informaré, pues aún tengo palabras a favor de Dios.

Desde lejos traeré mi saber, y atribuiré justicia a mi Hacedor.

Pues ciertamente mis palabras no son mentira; contigo está alguien que es completo en conocimiento.

He aquí que Dios es poderoso, pero no desprecia a nadie. Es poderoso en la fuerza del entendimiento.

No otorga vida al impío, pero a los afligidos concede justicia.

No aparta sus ojos de los justos; los hace sentar en tronos junto con los reyes para siempre, y los enaltece.

Aunque estén presos con grilletes y atrapados con cuerdas de aflicción,

él les declara lo que han hecho, y sus transgresiones, pues ellos mismos se enaltecieron.

El abre el oído de ellos a la corrección y manda que se vuelvan de la iniquidad.

Si ellos escuchan y le sirven, acabarán sus días con bienestar y sus años con prosperidad.

Pero si no escuchan, serán traspasados por la lanza y perecerán en su ignorancia.

Pues los impíos de corazón acumulan ira; no clamarán cuando él los ate.

Ellos mismos morirán en la juventud, y acabarán sus vidas entre los pervertidos.

El libra al afligido en su aflicción; en medio de la opresión abre sus oídos.

También te induce a salir de las fauces de la tribulación a un lugar espacioso, libre de restricciones, al solaz de tu mesa llena de abundancia.

Pero a ti, por estar lleno del juicio que merece el impío, el juicio y la justicia te echarán mano.

Por lo cual teme, no sea que te tiente la abundancia, ni el mucho soborno te desvíe.

En la desgracia no te ayudará tu clamor, ni todos tus esfuerzos.

No anheles la noche, cuando los pueblos se desvanecen en su lugar.

Cuídate de no volver a la iniquidad, porque eso escogiste más que la aflicción.

He aquí que Dios es exaltado en su poder. ¿Quién hay que enseñe como él?

¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Quién le dirá: “Has hecho maldad”?

Acuérdate de engrandecer su obra, de la cual cantan los hombres.

Todos los hombres la han visto; el ser humano la mira de lejos.

He aquí que Dios es tan sublime, que nosotros no le podemos conocer. Es inescrutable el número de sus años.

El atrae las gotas del agua y a la lluvia convierte en vapor,

el cual destilan las nubes y chorrean en abundancia sobre los hombres.

¿Quién podrá comprender de veras el despliegue de las nubes, y el tronar de su bóveda?

He aquí que sobre ella despliega su luz, y cubre las profundidades del mar.

Pues por medio de ellos gobierna a los pueblos y da comida en abundancia.

Con sus manos cubre el rayo y le manda dar en su blanco.

Su trueno anuncia su presencia; ciertamente tiene celo contra la iniquidad.

También por esto tiembla mi corazón y salta fuera de su lugar.

Oíd atentamente el estruendo de su voz, el retumbo que sale de su boca.

Debajo de todos los cielos lo desencadena y su relámpago cubre los confines de la tierra.

Después de él ruge el trueno; truena con su majestuosa voz. Cuando se oye su sonido, él no lo detiene.

Dios truena maravillosamente con su voz; hace grandes cosas que no las podemos comprender.

Pues a la nieve dice: “¡Desciende a la tierra!”; y a la lluvia y al aguacero: “¡Sed impetuosos, oh lluvia y aguaceros!”

Pone su sello en la mano de todo hombre, para que todos los hombres reconozcan la obra suya.

La fiera entra en su escondrijo y permanece en su guarida.

El huracán viene de su cámara; y el frío, de los vientos del norte.

Por el soplo de Dios se forma el hielo, y se solidifica la extensión de las aguas.

El también recarga las nubes de humedad, y la nube dispersa sus relámpagos.

Por su designio las hace girar alrededor, para que realicen todo lo que les ordene sobre la faz de su mundo habitado.

Unas veces como azote, otras veces por causa de su tierra y otras veces por misericordia él las hace aparecer.

Presta atención a esto, oh Job; detente y reflexiona en las obras maravillosas de Dios.

¿Sabes tú cómo las pone Dios y hace aparecer su nube luminosa?

¿Sabes tú cómo flotan las nubes, las maravillas de aquel que es perfecto en conocimiento?

Tú, cuyas ropas quedan calientes cuando la tierra es silenciada a causa del viento del sur,

¿has extendido con él la bóveda celeste, firme cual espejo de metal laminado?

Muéstranos qué le hemos de decir, pues no podemos organizar nuestras ideas a causa de las tinieblas.

¿Habrá que informarle que yo he de hablar? ¿Se le ha de referir lo que diga el hombre?

Y ahora, nadie puede mirar el sol que resplandece entre las nubes, cuando pasa el viento y las despeja.

Del norte viene un dorado esplendor; alrededor de Dios hay una temible majestad.

El Todopoderoso, a quien no podemos alcanzar, es sublime en poder y en justicia. Es grande en rectitud; no oprime.

Por tanto, le temen los hombres. El no mira a ninguno de los que se creen sabios.

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4 Comentarios sobre “Eliú exalta la grandeza de Dios”

  1. TuBiblia.net opina:

    [contesta a TuBiblia.net]

  2. Jaime QUIJANO opina:

    QUE MERA ELEGANCIA DE DIOS TENEMOS FELICITACIONES PAPA

    [contesta a Jaime QUIJANO]

  3. Moisés opina:

    Tan maravillosa es la grandeza de Dios que por más que el hombre razone quedará como abismado. Debemos aprender de Eliú que exaltó la grandeza de Dios, sin anhelar la noche en que los pueblos desaparecen de su lugar.

    [contesta a Moisés]

  4. Moisés opina:

    Ecl. 7:14 En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera.
    ¿Qué acaso las calamidades pasadas, presentes, y las venideras; no son para considerarlas?
    De seguro que lo que está escrito de Eliú en Job 36:20, es porque él ya consideraba desde entonces que: el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo (Pro. 17:5).
    No en vano todo esto escrito está.
    Consideración sobre todo.

    [contesta a Moisés]