Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Marcos > Jesús sana a un muchacho endemoniado (41:9:14 - 41:9:29)
Cuando llegaron a los discípulos, vieron una gran multitud alrededor de ellos, y a unos escribas que disputaban con ellos.
En seguida, cuando toda la gente le vio, se sorprendió, y corriendo hacia él le saludaron.
Y les preguntó: —¿Qué disputáis con ellos?
Le respondió uno de la multitud: —Maestro, traje a ti mi hijo porque tiene un espíritu mudo,
y dondequiera que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos y cruje los dientes, y se va desgastando. Dije a tus discípulos que lo echasen fuera, pero no pudieron.
Y respondiendo les dijo: —¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os soportaré? ¡Traédmelo!
Se lo trajeron; y cuando el espíritu le vio, de inmediato sacudió al muchacho, quien cayó en tierra y se revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó a su padre: —¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? El dijo: —Desde niño.
Muchas veces le echa en el fuego o en el agua para matarlo; pero si puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros y ayúdanos!
Jesús le dijo: —¿”Si puedes”? ¡Al que cree todo le es posible!
Inmediatamente el padre del muchacho clamó diciendo: —¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!
Pero cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo diciéndole: —Espíritu mudo y sordo, yo te mando, ¡sal de él y nunca más entres en él!
Entonces, clamando y desgarrándole con violencia, el espíritu salió; y el muchacho quedó como muerto, de modo que muchos decían: —¡Está muerto!
Pero Jesús le tomó de la mano y le enderezó, y él se levantó.
Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado: —¿Por qué no pudimos echarlo fuera nosotros?
El les dijo: —Este género con nada puede salir, sino con oración.
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