Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Proverbios > La Sabiduría y la mujer insensata (20:9:1 - 20:9:18)
La sabiduría edifica su casa, labra sus siete columnas,
mata sus animales, mezcla su vino y pone su mesa.
Envía a sus criadas, y llama desde lo más alto de la ciudad:
“¡Si alguno es ingenuo, que venga acá!” Y a los faltos de entendimiento dice:
“Venid, comed mi pan y bebed mi vino que yo he mezclado.
Dejad la ingenuidad y vivid; poned vuestros pies en el camino de la inteligencia.”
El que corrige al burlador se acarrea vergüenza, y el que reprende al impío se acarrea afrenta.
No reprendas al burlador, porque te aborrecerá; corrige al sabio, y te amará.
Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
El comienzo de la sabiduría es el temor de Jehovah, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
Porque por mí se aumentarán tus días, y años de vida te serán añadidos.
Si eres sabio, para ti lo serás; pero si eres burlador, sufrirás tú solo.
La mujer necia es alborotadora; es libertina y no conoce la vergüenza.
Ella se sienta en una silla a la puerta de su casa, en lo alto de la ciudad,
para llamar a los que pasan por el camino, a los que van directo por sus sendas:
“¡Si alguno es ingenuo, que venga acá!” Y a los faltos de entendimiento dice:
“Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es delicioso.”
No saben ellos que allí están los muertos, que sus invitados están en lo profundo del Seol.
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