Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > Segunda epÃstola de San Pablo a los Corintios > Regocijo de Pablo al arrepentirse los corintios (47:7:2 - 47:7:16)
Recibidnos. A nadie hemos agraviado; a nadie hemos corrompido; a nadie hemos explotado.
No digo esto para condenaros; porque ya dije que estáis en nuestros corazones, para juntos morir y juntos vivir.
Tengo mucha confianza en vosotros; mucho me glorÃo en vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en toda nuestra aflicción.
Cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro cuerpo; más bien, en todo fuimos atribulados: de fuera conflictos, de dentro temores.
Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito.
Y no sólo con su venida, sino también con la consolación que él recibió en cuanto a vosotros, haciéndonos saber vuestro anhelo, vuestras lágrimas y vuestro celo por mÃ, para que asà me gozara más.
Porque si bien os causé tristeza con la carta, no me pesa, aunque entonces sà me pesó; porque veo que aquella carta os causó tristeza sólo por un tiempo.
Ahora me gozo, no porque hayáis sentido tristeza, sino porque fuisteis entristecidos hasta el arrepentimiento; pues habéis sido entristecidos según Dios, para que ningún daño sufrierais de nuestra parte.
Porque la tristeza que es según Dios genera arrepentimiento para salvación, de que no hay que lamentarse; pero la tristeza del mundo degenera en muerte.
Pues he aquÃ, el mismo hecho de que hayáis sido entristecidos según Dios, ¡cuánta diligencia ha producido en vosotros! ¡Qué disculpas, qué indignación, qué temor, qué ansiedad, qué celo y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto.
Asà que, si bien os escribÃ, no fue por causa del que cometió la ofensa ni por causa del que la padeció, sino para que vuestra solicitud por nosotros se manifestara entre vosotros en la presencia de Dios.
Por tanto, hemos sido consolados. Pero mucho más que por nuestra consolación, nos gozamos por el gozo de Tito, porque su espÃritu ha sido reanimado por todos vosotros.
Pues si en algo me he mostrado orgulloso de vosotros ante él, no quedé avergonzado. Al contrario, como os habÃamos dicho todo con verdad, asà también nuestro motivo de orgullo ante Tito fue hallado verdadero.
Ahora sus sentimientos se han intensificado con respecto a vosotros, recordando la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor.
Me gozo de que en todo puedo confiar en vosotros.
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