1.440 comentarios

  1. Para Hectorson:

    – Tu comentario: …no vine aca diciendo que tengo una verdad absoluta yo creo q el hombre que diga que tiene una verdad absoluta es un fanfarron. la unica verdad absoluta viene de Dios y esa es su Palabra. Yo tengo una verdad relativa, no soy un sabelotodo pero si en algo puedo ayudar a alguien lo hare con gusto. .. ”

    – Rpta: Correcto mi hermano, en eso sí te alabo, que sepas reconocer que como seres humanos, hablamos solo de como entendemos la Palabra de Dios.

    Te había confundido con algunos que dicen ser super espirituales y que se ufanan de ser el medio entre Dios y los hombres. Te presento mis disculpas por el error.

    Yo creo que ahora sí podemos dialogar con tranquilidad.

    Saludos

  2. Para Hectorson:

    – Tu comentario: hay dos clases de sabiduria la que da Dios por revelacion espiritual para actuar y la que satanas le propuso a eva en el huerto…

    – Rpta: Toda sabiduría viene de lo alto. Satanás no puede dar sabiduría a nadie, porque lo que menos tiene es sabiduría. La sabiduría es una virtud, implica prudencia y la capacidad de saber discernir entre lo bueno y lo malo.

    La acción de Eva en el paraíso no fue sabiduría sino todo lo contrario, actuó con falta de sabiduría.

    – Tu comentario: tampoco es del que mas conoce sino del que mas viva la palabra.

    – Rpta: Para vivir la palabra, primero tienes que conocer la palabra. No puedes vivir algo que no conoces, por tanto, primero viene el conocimiento, después viene la aplicación de aquello que conoces.

    Proverbios 2:6 “Porque Jehova da la sabiduría, y de su boca viene el CONOCIMIENTO y la inteligencia”.

  3. Para Hectorson:

    Sobre los inventos y los descubrimientos.

    Primero: Dios creo todo el Universo natural, conforme esta escrito en la biblia. Pero la biblia habla de la creación en un lenguaje de fe, entonces le toca al hombre investigar esa creación mediante el uso de la ciencia para explicar la creación de Dios.

    Eclesiastes 1:13 «Y di mi corazón a inquirir y a buscar con SABIDURÍA sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él».

    De esa maravillosa creación de Dios, le toca al hombre investigar, estudiar, explicar, etc. Vienen lo inventos, los descubrimientos, porque Dios le dio al hombre ese trabajo. No encontrarás en ningún texto bíblico que Dios le haya dicho a alguien algo sobre el internet, sino que fue el hombre, que cumpliendo la labor dada por El Creador inventa y/o descubre.

  4. Para Hectorson:

    Segundo: Volviendo al tema de las vestimentas.

    En Gen 3:21 «Y Jehova Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió».

    Este es el único texto, donde la biblia habla que Dios le haya hecho vestimenta al hombre. Posteriormente, Dios habla que el hombre y la mujer deben distinguirse también en la vestimenta. El el N.T. dice que la vestimenta del cristiano debe ser con «decoro, pudor y modestia».

    De estos textos, es que muchos sacan toda una doctrina, inventando formas de vestir supuestamente cristianas, que escapan incluso del concepto de «decoro, pudor y modestia».

    No hay texto bíblico donde se presente una descripción de la vestimenta que representa «el decoro, el pudor y la modestia». Entonces cabe preguntarnos ¿Porque en la biblia no se da la descripción de esa vestimenta que muestra «decoro, pudor y modestia»?? La respuesta es sencilla, porque el concepto de «decoro, pudor y modestia» lo determina la sociedad humana (espero disculpen la redundancia).

    Hay quienes dicen «yo me visto para Dios», esta frase es errónea, porque nadie se viste para Dios, todos nos vestimos para la sociedad en que vivimos, es la sociedad la que califica que es «decoro, pudor y modestia». Dios creo al hombre y a la mujer, desnudos, así estábamos bien para El Creador; pues, nos tapemos desde la cabeza hasta los pies, Dios verá toda nuestra desnudez, por tanto, no vale eso de que «yo me visto para Dios».

  5. Continuando:

    A excepción de las túnicas de pieles que Dios les dio a Adán y Eva, todas, absolutamente todas las formas de vestir, fueron creadas por el hombre. Así también los vestidos que usó El Señor, fueron creación del hombre.

    Cuando Pablo habla que se debe vestir con «decoro, pudor y modestia», esta hablando de los vestidos creados por el hombre y del concepto que la sociedad tiene de lo que es vestir con decoro pudor y modestia.

    No hay una norma bíblica que nos pueda decir si es pecado o no es pecado usar tal o cual vestimenta. Salvo que alguien lo haya encontrado, entonces sería bueno que nos lo de a conocer.

    En 1 Timoteo 2:9 “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos”.

    Si nos vamos al concepto de esas tres palabras:

    Decoroso: ordenado, bien dispuesto, decente, modesto.

    Pudor: decoro, recato, miramiento, vergüenza, honestidad.

    Modestia: cordura, denota recto juicio de la mente, sencillez, humildad.

    Pero algunos hermanos, le sacaron la vuelta al diccionario y han comprendido o enseñan que el concepto de “decoro, pudor y modestia” es no usar pantalón y solo usar faldones y taparse desde la cabeza hasta la punta de los pies. Bueno, tendrán sus razones, pero el concepto real es lo que dice el diccionario.

    La biblia, no indica que se debe usar o no usar pantalón ni habla nada de faldones, lo que dice es que toda vestimenta del cristiano (todo proviene del latín totus y hace referencia a algo que se toma o se comprende enteramente. No se refiere a faldones) debe estar dentro del concepto real de estas tres palabras “decoro, pudor y modestia”, indistintamente de cual sea el tipo de vestimenta que se use, porque la biblia es para todos los tiempos y no es solo para los tiempos en que fue escrito, algunos nos quieren hacer creer que en este tema de los vestidos, se quedó congelado en los tiempos bíblicos.

  6. Continuando:

    Hay quienes dicen: La mujer no debe usar pantalón porque muestra la forma de su cuerpo y podría hacer pecar al hombre…

    A esto habría que decir: si el pantalón muestra la figura de la persona y esto es causa de pecado, se supone que cuando el hombre usa esta prenda también esta mostrando su figura y no debería usarlo porque podría hacer pecar a la mujer…

    Pero se nota hipocresía e ignorancia, cuando se dice «yo puedo usar esta prenda que muestra mi figura porque soy hombre, pero la mujer no debe usarlo porque al mostrar su figura me podría hacer pecar». Me suena hasta ridículo.

    Esto es lo que me causa molestia, que muchos hermanos hablen sin sabiduría. Y todavía hay quienes se escudan en que esas ideas extrañas las han recibido por «revelación». Tal vez sea alguna «revelación» de un subconciente distorsionado, pero revelación bíblica, definitivamente, no es.

  7. Continuando:

    El concepto de «decoro, pudor y modestia» es variable según la sociedad, según el tiempo, según las costumbres, según el clima, según el lugar en que uno vive, según la actividad que uno realiza, etc, etc.

    Hay una vestimenta diferente para cada ocasión, por ejemplo, si voy a una iglesia, no es dable que me vista con ropa deportiva. En eso consiste el vestirse con «decoro, pudor y modestia», en saber vestirse de forma prudente para cada ocasión.

    Y hay también un concepto de «decoro, pudor y modestia» cuando se esta en la playa; esta claro que si alguien se presenta en hilo dental, allí ya no hay nada de «decoro, pudor y modestia», pero tampoco se puede estar allí tapados del cuello a los pies, porque entonces mostraría una ridiculez contrario al concepto tan elemental de «decoro, pudor y modestia». Y para quienes dicen que el hombre al ver la figura de la mujer se puede lanzar a violarla o no que tontería más hablan, pues que lean estadística, si es en las playas donde ocurren las violaciones. Hablan así quienes ni siquiera como hombres se conocen.

    Hay mucho que hablar sobre el tema, por ahora lo dejo aquí…

  8. Los ornamentos apropiados. Después de listar cuatro ornamentos inapropiados para la mujer cristiana, Pablo apremia a mencionar los apropiados, particularmente, “buenas obras, como conviene á mujeres que profesan piedad.” La idea de “buenas obras” como adorno cristiano apropiado nos recuerda las “las justificaciones de los santos.” (Apoc. 19:8). La noción de ser adornado con “buenas obras” es sugestiva, porque una vida de caridad desinteresada de benevolencia hacia otros podría realzar la apariencia exterior. Cristianas como la Madre Teresa, quien a consagrado su vida a ministrar a los necesitados, desarrolla un atractivo exterior que aún un camión lleno de perlas no podrían producir. “El adorno de una mujer, para abreviar, no queda en lo en el que ella se pone, sino en el servicio amoroso ella reparte.» 25

    La belleza exterior de servicio amoroso («hechos buenos») es apropiada para las mujeres que profesan ser religiosas, porque sus valores son más altos que los de aquéllas mujeres no cristianas. Las mujeres cristianas han arreglado sus corazones, no en decorar sus cuerpos externamente con ornamentos costosos, sino han embellecido sus almas internamente con el amor de Dios. Ellas profesan haber fijado su afecto en Cristo, su Salvador. Ellas lo siguen «quién hizo para hacer bueno» adornándose con hechos de benevolencia. Esto solo traerá la satisfacción de ser amada y respetará. Ninguna cantidad de ropa cara y la joyería sofisticada puede esconder la fealdad de una personalidad egoísta.

    Pablo buscó consistencia entre la profesión interior y la práctica exterior. Profesar fidelidad a Cristo y todavía vestir extravagantemente e inmodestamente es una forma de hipocresía. Las mujeres Cristianas fieles se adornan propiamente con los hechos buenos que corresponden a su compromiso interno a Cristo.

    Pedro y el adorno de la esposa cristiana. La enseñanza de Pablo en el adorno cristiano de la mujer es repetida por Pedro, aunque en un contexto diferente. Mientras que el contexto de Pablo en la enseñanza de vestir cristiana es la conducta de la mujer en la iglesia, el contexto de la enseñanza de Pedro es la conducta de la mujer en la casa. La contundente similitud entre las dos enseñanzas muestra que los principios de decencia y apariencia exterior aplica igualmente a la casa y la iglesia.

    Pedro ofrece a las esposas una doble admonición para ayudarlas a mantener una relación con los esposos y ganarlos para Cristo si fueran incrédulos.

    La primera admonición es tener una actitud sumisa hacia sus esposos manteniendo un comportamiento puro y respetuoso. “ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos; para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres, Considerando vuestra casta conversación, que es en temor. 1 Pedro 3:1-2, RVA 1909”

    Como Pablo en 1 Corintios 7:13-16, Pedro no aconseja a la esposa que ha tenido el valor de convertirse al cristianismo dejar su marido, sino ganarlo por una actitud sumisa. Ella manifestará sumisión no predicando, acosando o argumentando derechos iguales, sino por el testimonio silencioso de la belleza de su vida. En esta forma ella puede quebrar la barrera de prejuicio y hostilidad a la vez ganar a su esposo para Cristo.

    Actitud Sumisa La noción de la sumisión de una esposa hacia su esposo es impopular hoy día, especialmente entre las feministas, quienes la ven como un equivalente a inferioridad. Pero la sumisión mandada es de función, no de estatus moral o físico. La sumisión funcional no significa inferioridad. Jesús fue igual con Dios en naturaleza (ontológicamente), y funcionalmente Él se sometió a si mismo convirtiéndose en un siervo. La sumisión de la esposa al marido no es de miedo o inferioridad, pero de amor perfecto. Ella lo hace porque ella ama a Cristo, ama a su marido y acepta su papel y el papel de su marido alegremente como la cabeza de su casa (vea Col 3:18; Efe 5:22-23).

    El pasaje sugiere que algunos esposos, particularmente aquellos hostiles a la fe Cristiana (“quienes no obedecen la palabra”), sean difíciles de complacer. En tales circunstancias la fe de la esposa y devoción a Cristo le ayudará a ser sumisa a su esposo. Ya que su esposo no acepta la Palabra (el Evangelio), ella testifica a él sin una palabra, eso es, sin predicarle a él. Ella vive la Palabra ante su esposo por su comportamiento puro y respetuoso.

    Los ornamentos inapropiados. La segunda admonición de Pedro es para las que las esposas ganen sus esposos para Cristo no por medio de lujos exteriores, si a través del adorno interior de un espíritu gentil y quieto. “El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas; sino el hombre del corazón que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios. 1 Pedro 3:3-4.”

    En este pasaje Pedro sigue el patrón de Pablo de 1 Timoteo 2:9-10, contrastando el vestido exterior del cuerpo de las mujeres mundanas con el adorno interior del corazón de una mujer Cristiana. El adorno negativo de la mujer mundana consiste de “encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas” Esta lista corresponde esencialmente a la dad por Pablo, la cual ya examinamos. De esta manera será suficiente que notemos que ambos apóstoles reconocen los estilos llamativos de arreglo de cabello, ornamentos centellantes y vestidos costosos los cuales no son apropiados para la mujer Cristiana.

    El ornamento del corazón. El adorno interior positivo de la mujer Cristiana consiste de las gracias del corazón, el espíritu quite y gentil el cual es preciosos a la vista de Dios. Este es el adorno de un temperamento calmado, una mente satisfecha y un corazón libre de orgullo, vanidad y la agitación de quienes buscan reconocimiento por medio del vestido exterior.

    Este es el adorno que encomendará una mujer a Dios, a su esposo y a otros. Este es el adorno el cual no es solo de lápiz labial o de piel, sino de la profundidad del alma.

    Pedro no esta implicando que una esposa Cristiana debe ignorar su apariencia exterior y concentrarse solo en la belleza de su alma. Ninguna esposa puede esperar asegurarse el afecto permanente de su esposo si ella no está atenta a su apariencia personal y hábitos pulcros. Pero lo que un hombre aprecia más en su esposa es el ornamento de su corazón: sus palabras gentiles, espíritu quieto, su calma en los problemas, su afecto puro. De esta manera, una mujer que desea ganar el afecto permanente de su esposo debe buscar tener no solo una apariencia externa muy buena sino también una disposición interior gentil, calma y benevolente.

    Pedro concluye su admonición poniendo ante las esposas Cristianas el digno ejemplo de mujeres destacadas de los tiempos del antiguo testamento, como Sara la esposa de Abraham, que cultivó el adorno interior de su corazón y “Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas á sus maridos: 1 Pedro 3:5.” Sara mostró su deferencia a Abraham “llamándole señor.” 1 Pedro 3:6.

    Vale la pena hacer notar que tanto Pedro y Pablo hablaron acerca del adorno Cristiano de la mujer en el contexto de una actitud sumisa. Pedro apeló a una actitud “sumisa” inmediatamente antes y después de mencionar el adorno de las esposas Cristianas, mientras que Pablo lo hizo justo el adorno de la mujer Cristiana (1 Timoteo 2:11.) Esto sugiere que ambos apóstoles reconocieron que el adorno exterior está determinado por una actitud interna del corazón. Una actitud sumisa y humilde se reflejará en una vestimenta conveniente y modesta, mientras que una insoburdinada manifestará una vestimenta inmodesta, extravagante y seductiva.

    Conclusión El Nuevo Testamento enseña como los Cristianos deben vestirse por medio de alegorías y admoniciones directas. Indirectamente, encontramos un contraste revelador entre el atuendo que dos mujeres simbólicas en el libro de Apocalipsis, la Gran Ramera y la Novia de Cristo. La mujer impura está vestida extravagantemente y adornada con adornos costosos, simplemente porque tal vestimenta representa orgullo interno y engaños seductores. Por contraste, la mujer pura está vestida con simpleza y modestia, sin adornos exteriores, simplemente porque tal vestimenta representa su humildad y pureza interna. Como Cristianos, seguimos el ejemplo de la Novia de Cristo, la cual es la iglesia a la cual pertenece, mostrando su pureza interna y santidad a través de la simplicidad y modestia de la apariencia exterior.

    Directamente encontramos que ambos Pablo y Pedro contrastan el adorno apropiado de la mujer Cristiana con los ornamentos inapropiados de las mujeres mundanas (1 Timoteo 2:9-10; 1 Pedro 3:3-4.) Ambos apóstoles reconocen que los ornamentos brillantes del cuerpo son inconsistentes con los ornamentos internos del, el espíritu quieto y acciones benevolentes.

    Un análisis cercano a los términos usados por Pablo ha revelado tres principios importantes: 1). Los cristianos deben vestir de una forma modesta, ordenada, evitando el extremismo. 2). Los cristianas deben vestir de una manera decente y digna, mostrando respeto a Dios, a si mismas y hacia otros. 3. Las cristianas deben vestir sobriamente, restringiendo cualquier deseo de exhibirse a si mismas vistiendo ropas llamativas, cosméticos o joyas. La apariencia externa es un testigo silencioso de nuestra identidad Cristiana. Le dice al mundo que vivimos para glorificar a Dios y no a nosotros mismos

  9. Exposición Indecente. Mary Quant, la madre de la minifalda y la mujer diseñadora británica más exitosa de ropa de mujer hecha para vestir, dice que su meta es “vestir a la mujer, para que el hombre sienta como que debe romper la envoltura” 10. Ella diseña ropa para impactar, porque cree que, “si la ropa no te hacen ser notorio, entonces pienso que es un desperdicio de dinero”11. Ella acuñó el dicho: “El buen gusto es muerte; vulgaridad vida.”12. Cuando se le preguntó, “¿Cual es el punto de la moda, hacia adonde se está dirigiendo?” Mary Quant prontamente respondió: “Sexo”. 13.

    En una entrevista publicada en Newsweek Mary Quant explicó, en palabras casi muy crudas para citarlas, lo que la minifalda representa para ella: “¿Soy la única mujer que ha querido ir a la cama con un hombre en la tarde?” Cualquier mujer que siga la costumbre, se ha pensado, espera hasta la oscuridad. Bueno, hay muchas chicas que no quieren esperar. Las minifaldas son simbólicas para ellas.14. La seducción es también la meta de la línea de cosméticos que ella diseña: “Todas esta decoración se pone para seducir al hombre a la cama, así que ¿Cuál es el sentido de quitárselo?”15

    Esta admisión imperturbable de una diseñadora líder, en que la meta de la moda moderna en ropa y cosméticos es seducir y apelar a la sensualidad, hace imperativo para los cristianos observar la admonición de Pablo de vestir con decencia, sensibilidad, sin causar pena o vergüenza a Dios, nosotros mismos u otros. Una mujer cristiana necesita recordar que su encanto no está solo en lo que revela sino también en lo que encubre. Una mujer que se vista para mostrar su atractivo físico y sexual estimula a los hombres para tratarla como un objeto sexual. Vistiéndose modesta y decentemente una mujer puede evitarle ser tratada como objeto sexual y puede realzar esas cualidades espirituales que nuestro mundo pecaminoso necesitar ver.

    Este es un tiempo de coraje: coraje para luchar contra la vulgaridad de la moda, coraje para afrontar el mal gusto de nuestro tiempo, coraje para distinguir entre los caprichos de la moda que cambie y el sensible estilo que permanece; coraje para reconocer que “la obediencia a la moda…está haciendo más que cualquier otro poder para separar a la gente de Dios.”16; coraje para rechazar los dictados seductores de la moda y aceptar los consejos de Dios de vestir reverentemente. Es tiempo para que los cristianos tengan el coraje de aceptar el segundo principio de Pablo sobre el adorno cristiano: La apariencia exterior debe ser decente, digna, mostrando respeto a Dios, nosotros mismos y otros.

    Vistiendo sobriamente. La tercera palabra Griega que Pablo usa para caracterizar el adorno apropiado de la mujer cristiana es sophrosune, la cual se traduce como “sobriamente” (NEW), “con sobriedad” (KJV), “con propiedad” (NIV), “en ropa decorosa” (RSV). Las diferentes interpretaciones revelan la dificultad de los traductores para encontrar la traducción de una palabra griega que no tiene contraparte exacta en el leguaje Inglés.

    La palabra sophrosune es una composición de dos palabras, “sano (sos)” y “mente (phrenes)”. Esencialmente denota vigilancia mental, eso es, el uso de la mente para ejercitar control, auto control. En este contexto del adorno cristiano, la palabra se usa para significar que la mujer cristiana debe de mostrar auto control al restringir cualquier deseo de vestir ropa que llame la atención o joyería. Como explica Albert Barnes, “La palabra usada aquí significa, apropiado, sanidad, entonces mente sobria, moderación de los deseos y pasiones. Se opone a lo que es frívolo, y a toda la excitación indebida de las pasiones. La idea es, que en su vestimenta y conducta, la mujer

  10. no debe atrincherar en violar el estricto decoro.”17.

    No es de sorprender que la palabra griega sophrosune, que es, sobriedad, auto control mental, fuera considerada como “una de las virtudes cardinales.”18 Después de todo, es la actitud de auto control lo que determina todas las otras virtudes. También no es de sorprenderse que, como Pablo, los moralistas griegos frecuentemente asociaban sophorsune (auto control mental) con aidos (decente, comportamiento respetuoso.)19. La razón es obvia. Todo lo decente, los comportamientos respetuosos derivan del ejercicio del auto control.

    Esta información nos ayuda a apreciar el por que Pablo amonesta a la mujer a que se vista no solo con modestia (kosmios) y decencia (aidos), sino también con sobriedad, mente sobria (sophrosune). Como los moralistas griegos, el apóstol reconoce que una apariencia ordenada y decente es el resultado de auto control mental, eso es, un freno racional y voluntario del deseo pecaminoso de exhibir nuestro orgullo por medio del adorno.

    La forma en que vivimos la vida cristiana está grandemente determinada por la forma que pensamos. “Proverbios: 23:7: Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él….”. Pablo reconoce el rol determinante de la mente para el estilo de vida cristiano. En su epístola a los Romanos urge a los cristianos para resistir la conformidad con el mundo y a ser transformados en la imagen de Dios a través de la “renovación de vuestro entendimiento.” (Romanos 12:2).

    La renovación de la mente es esencial para resistir la presión a conformarse a la moda seductora de nuestro tiempo.

    Pablo ilustra a la mujer cristiana convertida como una que ejercita auto control (sophrosune) en su adorno. Su deseo no es exhibirse a si misa, sino reflejar el desinterés de Cristo. Su vestido no dice, Mírenme, admírenme, sino en lugar de eso, Miren como Cristo me ha cambiado desde el interior.

    Esta visión apostólica de la mujer cristiana – que se muestra auto negación por rechazar vestidos y ornamentos que llamen la atención y en lugar de eso vestir ropas decentes y dignificantes- es particularmente relevante a nuestros tiempos.

    Hoy en día la moda reina supremamente, y la vasta mayoría de hombres y mujeres la adoran en el altar. Muchos cristianos viven tan de cerca los cambios estacionales de la moda, que están dispuestos a privarse aún de las necesidades básicas para poder vestir ropa y ornamentos de moda. Quieren parecerse a las modelos que aparecen en las portadas de las revistas de mujeres. Haciendo eso revelan su inseguridad interna. No están satisfechas con su forma de ser real, así que quieren verse como alguien más a quién admiran. Lo que olvidan es que la imagen de las mujeres retratadas en las portadas de las revistas no es la imagen del reino de Dios. Guiar nuestra vida por los dictados de la moda cambiante no es buscar primeramente el reino de Dios.

    Para resistir la tiranía de la moda seductora, necesitamos escuchar la amonestación del tercer principio de Pablo en cuanto al adorno cristiano: Vestir sobriamente, dejando cualquier deseo de vestir ropa y joyas que roben la atención.

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