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  1. POR FAVOR YA NO SEAN CIEGOS Y DEJEN DE ENRIQUECER A LOS PASTORES QUE NO VEN QUE LOS ESTAN ESTAFABDO, USAN LA PALABRA DE DIOS PARA SER RICOS, QUE ALGUIEN ME DIGA DONDE ESTA UN VERSICULO EN LA ESCRITURA QUE HABLE QUE EL DIEZMO ES DE DINERO NO ES ASI.
  2. Para Mael:

    Deuteronomio es uno de los libros del Pentateuco, escrito por Moisés y es parte de la ley ceremonial abolida por Cristo en la cruz del calvario. Y de lo que se trata esta ley es conocida como la ley del talión (ojo por ojo y diente por diente) en esta época aceptada pero derrocada por cristo quien dijo ya no se dirá mas así .

    Deuteronomio 18: 18 al 21 Dicho por Moisés

    18 Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19 entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; 20 y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. 21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.

    Dicho por Cristo

    Mateo 5:38 al 38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

    Es algo completamente contradictorio lo que escribió Moisés, y lo que ordeno Cristo, Dios de Amor, Emmanuel, Principio y fin, Alfa y Omega Etc Etc Etc Cristo le repostó Moisés lo permitió por la dureza de vuestros corazones pero al principio no fue así. Mael tranquilo tu tienes la razón Dios te continué bendiciendo.

    José M Cáez

  3. LA LEY MÁS VIEJA DEL MUNDO

    Ninguna ley es tan incomprendida como la famosa Ley del Talión. Resumida en la fórmula “ojo por ojo y diente por diente”, se la considera una forma brutal y sangrienta, Y muchas veces se le cita como ejemplo de salvación y venganza. El mismo Mahatma Gandhi dijo de ella una vez: “Si aplicamos el ojo por ojo, pronto el mundo se quedará ciego”. ¿Esto es realmente así?

    El Talión es una de las leyes más viejas del mundo. Se encontraba ya en el código de Hammurabi, que es el cuerpo legal más antiguo que se haya descubierto completo. ¿Quién era Hammurabi? Un rey de Babilonia, que vivió alrededor del año 1700 a. C., y que ante la inestabilidad jurídica y social en la que vivían los súbditos de su reino decidió promulgar un código, es decir, una colección de sentencias en las cuales los jueces pudieran inspirarse para impartir justicia.

    Este código, que consta de 282 artículos, grabados en una piedra de 2.25 metros de alto, fue hallado por los arqueólogos franceses en 1901, y desde entonces se encuentra expuesto en el Museo del Louvre.

    TRES VECES DE LA BIBLIA

    Quinientos años después de Hammurabi, Moisés también dio al pueblo de Israel una serie de prescripciones y Leyes. Entre ellas incluyó la terrible y brutal Ley del Talión. Tres veces aparece mandada en la Biblia.

    La primera, cuando los israelitas acamparon frente al monte Sinaí. Allí ordenó: “Se cobrará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida cardenal por cardenal” (Ex 21,23-25).

    Algunos meses más tarde, también en el monte Sinaí, volvió a ordenar su cumplimiento diciendo: “Si alguno causa lesión a su prójimo sufrirá la misma lesión: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. El que mate a un animal, devolverá un animal. El que mate a un hombre, morirá” (Lv 24,19-21).

    La tercera vez que esta Ley aparece, es en las llanuras de Moab, años más tarde, cuando los Hebreos están por lanzarse a la conquista de la tierra prometida. Moisés a punto de morir, los reúne y les manda: “Harás pagar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Dt 19,21).

    Esta Ley recibió el nombre de “Talión” porque si uno había hecho “tal” cosa (=talis, en latín), se le daba “tal” castigp.

    VENGANZAS DESGARRADORAS

    Al leer estos pasajes, muchos cristianos se sienten escandalizados. ¿Cómo es posible que la Biblia proponga la Ley del Talión, y nada menos que tres veces? ¡Cómo Dios, que inspiró las leyes de Moisés, pudo sugerirle que incluyera una norma tan cruel?

    Para responder a esta cuestión, es necesario tener en cuenta tres elementos.

    Primero: Que en el antiguo Oriente existía un práctica muy extendida, que casi se había convertido en Ley sagrada: la Ley de la venganza. Pero esta costumbre se cumplía de manera tal que las venganzas eran siempre mucho mayores que las ofensas hechas.

    Si, por ejemplo, alguien le cortaba un dedo a otro, sus parientes lo buscaban y se vengaban cortándole al ofensor un brazo. Y si uno perdía la pierna, su clan le cortaba al adversario las dos, o incluso la cabeza.

    En el caso de que una persona diera muerte a una oveja de su vecino, éste podía llegar a matar todo el rebaño del otro. Y si se mataba a un hombre, sus familiares lo reparaban matando al asesino junto a su mujer y sus hijos.

    A FALTA DE POLICIAS

    El libro del Génesis ofrece un ejemplo de estas tremendas venganzas. Practicadas en épocas primitivas. Allí se cuenta que Caín, luego de matar Abel, huye y se esconde. Entonces una voz, que en el libro aparece como de Dios, pero que en realidad sería de la propia tribui de Caín, exclama: “El que mate a Caín, deberá pagarlo siete veces” (Gn. 4,15)

    La muestra más terrible de estas sangrientas venganzas la tenemos en el cántico compuesto por Lamec, el hijo de Caín, que decía: “Yo maté a un hombre, por una herida que recibí. Y a un joven, por un moretón que me hizo. Porque si Caín será vengado siete veces, Lamec lo será setenta y siete veces” (Gn. 4,23-24).

    Tales prácticas pueden resultarnos demasiado sanguinarias, pero en época en que no existía la policía, ni una autoridad central que pusiera orden en la sociedad, el temor a la venganza por parte del enemigo frenaba y desalentaba los crímenes y los intentos de violencia.

    Ahora bien, si es cierto que el temor a esas venganzas ponían orden en la sociedad, por otra parte se cometían innumerables abusos y se generaba una espiral de violencia tal, que con frecuencia culminaba en guerras y exterminios de tribus y sus clanes enteros. Un simple golpe en la mejilla podía desencadenar una batalla campal.

    La misma Biblia nos relata cómo una joven muchacha, llamada DINA, fue raptada y violada por Siquem. Entonces sus hermanos, para repararlo, fueron a donde vivía el violador y lo asesinaron a él, a su padre y a todos los jóvenes varones de la ciudad (Gn. 34,1,31).

    UN GRAN PASO PARA LA HUMANIDAD

    Ahora Sí se aclara el sentido de la Ley del Talión. Ante este panorama, Moisés la dictó con el fin de poner freno a estos abusos. En efecto, mandaba que si alguien le sacaban un ojo, para hacer justicia debía sacarle a su rival sólo un ojo, no los dos. Y si perdía un diente, debía un diente, debía resarcirse sacándole a su adversario un diente, no toda la dentadura.

    La Ley del Talión, pues, a pesar de su apariencia cruel, en realidad vino a establecer un principio de gran misericordia: que la venganza jamás debe exceder a la ofensa.

    Su propósito original fue frenar la reacción de quienes se sentían ofendidos y limitar su venganza. Supuso, pues, un avance sobre la tradicional ley de la venganza desmedida, propia de las tribus sin organización judicial. Y se dio un paso gigantesco para atemperar la violencia personal y social.

    El mismo libro del Deuteronomio, en sintonía con el espíritu de la Ley del Talión, prohibirá incluir en los castigos a los parientes de los inocentes: “Los padres no morirán por la culpa de sus hijos, ni los hijos por la de sus padres. Cada cual pagará por su propio pecado” (Dt. 24,16).

    NO PARA TODO PÚBLICO

    El segundo elemento que hay que tener en cuenta para entender mejor el sentido de la Ley del talión es que no fue dictada para la gente particular, sino para los jueces, lo únicos encargados de aplicarla.

    Debemos recordar que los jueces de la época antigua no eran profesionales, ni iban a la facultad, ni estudiaban de memoria gruesos libros de derecho. Muchos de ellos ni siquiera sabían leer.

    Por lo tanto, para impartir justicia necesitaban fórmulas prácticas, de fácil memorización y aplicación, es decir, pequeños “refranes” que les permitiera resolver el mayor número de casos posibles.

    La Ley del Talión, pues, no fue promulgada para que cada ciudadano la aplicara por su cuenta ante la ofensa de su vecino, ni era carta blanca para hacer justicia por mano propia. Fue dada para los jueces, a fin de que ellos decidieran en cada caso cómo deberían hacerla cumplir. Es lo que afirma el libro del Deuteronomio (Dt. 19,16-21).

    La Ley del Talión no fue pensada para resolver cuestiones personales, como a veces la aplicamos nosotros, sino para dirimir delitos públicos en presencia de un juez.

    SIN TOMARLA A PECHO

    El tercer y último elemento que debemos considerar es que la fórmula “ojo por ojo, diente por diente” nunca fue entendida literalmente. Se trata sólo de una manera de expresar que ningún castigo debía ser superior a la ofensa recibida, pero quedaba al criterio del juez elegir la pena justa.

    Lo jueces judíos afirmaban, con razón, que la aplicación literal de la Ley del Talión podía mover a injusticias, ya que se corría el riesgo de provar a alguien de un ojo sano por uno enfermo, o de un diente intacto por uno cariado.

    Por eso la misma Biblia ya establecía otras penas compensatorias menos sangrientas. Por ejemplo: “El que lastime el ojo de su esclavo y lo deje tuerto, le dará libertad a cambio del ojo que le sacó. Y si le hace saltar un diente, lo dejará libre también ( Ex. 21, 26-27).

    Y más adelante se establece que si un buey corna a una persona y la mata, los jueces pueden imponerle al dueño del buey solamente una multa. (Ex. 21,28-30).

    LA NUEVA LEY DE JESÚS

    La Ley del Talión, pues, en su época, fue una norma sumamente misericordiosa, compasiva y benigna. Significó un enorme avance contra las terribles leyes de venganza, y su aplicación hizo progresar de modo importante a la humanidad en su camino hacia la civilización, la convivencia y el progreso de las relaciones humanas.

    Pero cuando vino Jesucristo, decidió eliminarla porque entendió que la venganza, por más controlada, restringida y justa por que sea, siempre genera nuevos resentimientos. Por ello no tienen lugar en la vida cristiana, ni en el nuevo orden que vino a instaurar el Señor.

    En el sermón de la montaña, Jesús enseñó: “Han oído que antes se decía: ojo por ojo y diente por diente. En cambio yo les digo: no le contesten al que hace mal. Al contrario, si alguien te da bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que te quiera hacer un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto. Y si alguien te obliga a acompañarlo un kilómetro, camina dos con él” (Mt. 5,38-41).

    UNA EXTRAÑA BOFETADA

    Jesús Propone una nueva Ley, pero ahora de perdón y no de venganza. Para explicar cómo funciona, Él mismo da tres ejemplos sacados de la vida diaria, que no deben tomarse literalmente, pues se correría el riesgo de interpretar mal su mensaje.

    El primero es el de la bofetada. Jesús aclara que se refiere a la mejilla “derecha”. ¿Por qué?

    Supongamos que una persona esta parada frente a otra y quiere darle un golpe en la mejilla derecha. ¿Cómo lo haría? Habitualmente uno utiliza la mano derecha. Por lo tanto hay una sola manera de hacerlo: con el dorso de esa mano. Ahora bien, según la Ley rabínica, pegar con el dorso de la mano era más humillante e insultante que hacerlo con la palma.

    Por lo tanto, lo que quiso enseñar Jesús fue que aun cuando alguien nos dirija un insulto grande y vergonzoso, no debemos responder con otro del mismo tipo. En la vida no recibimos con frecuencia bofetadas, pero sí agravios y ofensas a veces desmedidas, equivalentes a un golpe con el dorso para un judío. El cristiano es el que ha aprendido a no experimentar resentimientos ni buscar venganza alguna.

    El verdadero discípulo de Jesús es el que olvidado lo que significa ser injuriado. Ha aprendido de su Maestro a no tomar nada como insulto personal.

    LA TÚNICA Y EL MANTO

    En el segundo ejemplo, dice que si alguien nos hace un juicio para quitarnos la túnica debemos asimismo darle el manto.

    Aquí también hay mucho más de lo que aparece superficialmente. La “túnica” era una especie de vestido largo, generalmente hecho de algodón o lino, que se usaba sobre el cuerpo y llegaba hasta las rodillas. Aun el hombre más pobre poseía generalmente más de una túnica para poder cambiársela frecuentemente. En cambio el “manto” era una prenda rectangular, hecha de tela gruesa, que se usaba durante el día sobre los hombros como parte del vestido exterior y durante la noche como cobija para dormir. Por lo general se tenía un solo manto.

    Ahora bien, la Ley judía establecía que a un deudor se le podía quitar mediante un juicio la túnica, pero nunca el manto, ya que podía ser pobre y tener sólo eso para abrigarse de noche (Ex. 22,25-26).

    Al ordenar Jesús simbólicamente que un cristiano entregue también el manto, que no podían quitarle legalmente, quiso decir que uno no debe vivir pensando permanentemente en sus derechos, sino en sus deberes. No debe vivir obsesionado por sus privilegios, sino por sus responsabilidades. El verdadero discípulo no es el que pone “sus derechos” por encima de todos, cuidando que no se lo “atropelle” en lo más mínimo. Es el que sabe posponer aun sus derechos, cuando de esta forma puede ganar a alguien para Maestro.

    LO QUE LE PASÓ AL CIRINEO

    En el tercer ejemplo, Jesús habla de la “obligación” de acompañar a alguien un kilómetro. Esta imagen, que a nosotros nos parece extraña, resultaba familiar en Palestina en la época de Jesús.

    Palestina era un país militarmente ocupado, y los ciudadanos de una país en esas condiciones tenían la obligación de prestar cualquier tipo de servicio a las tropas de ocupación, desde darles alimentos o alojamientos, hasta llevar mensajes o una carga a algún sitio. En cualquier momento un judío podía sentir sobre su hombro el toque de una lanza de un soldado romano, y con esto sabía que su obligación era servir al soldado que lo llamaba en todo lo que él necesitara.

    Esto fue lo que le ocurrió a Simón de Cirene un día que venía del campo: fue obligado a cargar con la cruz de Jesús, que caminaba hacia el calvario.

    Lo que quiso decir Jesús fue que no debemos cumplir nuestras obligaciones con amargura y rencor. Si se nos encomienda una tarea que no es de nuestro agrado, no debemos asumirla como un deber odioso, rechazando interiormente a quién los la pidió. Ya que prestaremos el servicio, debemos ofrecerlo con alegría. Y no lo mínimo indispensable, sino ir más allá, tratando de cumplir con lo que realmente se nos ha pedido.

    El que hace un obra de bien pero resentido y mal dispuesto, no ha comprendido aún lo que significa la vida cristiana.

    AHORA SI, PARA TODOS

    Estas Enseñanzas de Jesús no son ideales ni teóricas, son verdaderos mandamientos que el Señor propone a sus seguidores.

    Pero con ellas Jesús no eliminó la Ley del Talión de la legislación, ni suprimió los tribunales de justicia, ni quiso dar un nuevo código de derecho penal. Estas nuevas enseñanzas de Jesús se dirigen ya no a los jueces sino al hombre ofendido, herido, lesionado, para indicarle cuál debe ser su comportamiento como verdadero discípulo suyo.

    El Señor no pretendió abolir la legislación de su tiempo, solo introdujo en la sociedad un nuevo comportamiento humano, a fin de que los códigos penales vigentes fueran superados por el comportamiento concreto de los ciudadanos cristianos.

    Resumiendo, podemos decir que por tres etapas pasó la humanidad. En la época primitiva, se practicaba la más cruda venganza. Con la llegada de la Ley del Talión, se pasó a la era de la justicia. Con la venida de Jesucristo, se inauguró el tiempo del perdón.

    Hay pocos pasajes del Evangelio que contengan con tanta pureza la esencia de la ética cristiana, como el que acabamos de analizar. El mundo espera, aún, verla puesta en práctica por los discípulos del Maestro.

  4. Gracia y Paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo se multiplique en tu corazon hno. Jose M Caes, me da gusto ver que estas de nuevo, todo esta bien gracias a Dios estoy tranquilo
  5. Rafael Ponce :Paz del Señor nuestro Jesuscristo y la uncion del Espiritu Santo more en tu corazon juntamente con los creyentes que pastoreas .amen

    solo para decirte que el comentario expuesto esta muy bien no habia oido exp’licarlo de esa manera ,claro que es lo mismo que todos o la mayor parte predicamos pero este mensaje esdtas esplicito muy bien Gloria y Honrra sea a Dios por los dones que reparte

  6. Para karla: hola Karla,mi consejo es que no busques consejo en hombres,la respuestas estan en la biblia que es la verdad,desgraciadamente pastores como esos son los que nos alejan de el verdadero camino, pero te digo que si quieres diezmar hazlo donde la semilla de fruto. no en tiera arida,iglesias con pastores como ese no te llevan a ningun lado,deja que el espiritu santo guie tu corazon, y no estos pastores que pelearan como fieras por tus diezmos para su beneficio propio.que el senor te bendiga y guie tu corazon.
  7. (Malaquías 3:6-12)

    Propósito: Mostrar que el diezmo no es un mandamiento para el cristiano.

    Introducción: ¿Quién no ha escuchado la palabra diezmo? Todos los que estamos aquí reunidos, y aún muchos de los que me están escuchando en cualquier parte del mundo, todos hemos escuchado la palabra “diezmo”. Sin embargo, existe una pregunta que todos debemos responder a la luz de la Biblia:

    ¿Enseña la Biblia que el cristiano debe diezmar? Tal parece que sí, ya que son muchas las iglesias donde se pide el diezmo a los miembros. ¿Se imaginan si esta pregunta tuviera una respuesta negativa? Pues déjeme decirle que, a pesar de lo que muchas iglesias practican, a pesar de que muchos predicadores lo afirmen, la verdad es que la Biblia, en ninguna parte enseña que el cristiano debe diezmar.

    I. RESPUESTA A LOS ARGUMENTOS BASADOS EN EL ANTIGUO

    TESTAMENTO.

    A Desde antes de la ley: “…No fue la ley de Moisés la que inventó el pago de los diezmos, ya que la ley fue dada 430 años después de Abraham. La mayordomía no fue ni invento ni institución de la ley, SINO QUE FUE DIOS MISMO QUIEN LO HIZO DESDE EL JARDÍN DEL EDÉN. La mayordomía no tiene nada que ver con la ley de Moisés, viene desde el Edén y continuará hasta que el Señor Jesús venga otra vez…” (Somos Mayordomos. Gil Contreras, Página 3).

    1. Este es el mismo argumento de los “Adventistas”, quienes dicen que guardar el sábado y abstenerse de ciertos alimentos, son principios bíblicos dados 430 años antes de la ley (Gn. 2:2; 4:3, 4; 7:2)

    2.

    B El caso de Jacob (Gn. 28:20-22)

    1. Se quiere seguir este ejemplo, por estar antes de la ley de Moisés; pero, ¿de verdad se sigue el mismo ejemplo?

    a. Jacob iba entregar a Dios un diezmo porque él no estaba prometiendo, ¿en las iglesias se dan los diezmos porque los creyentes así se lo prometen a Dios, o porque así han sido enseñados?

    b. Se dice que el diezmo es un mandamiento de Dios, ¿pidió el Señor el diezmo a Jacob?

    c. El diezmo de Jacob es condicionado por el diezmador, ¿es correcto que el cristiano ponga condiciones a Dios, y a cambio ofrecer diezmos?

    d. El caso de Jacob mas parece un buen negocio que un acto de fe y obediencia a la Palabra de Dios, todo lo cual es contrastante con las enseñanzas del Nuevo Testamento, la ley de Cristo para la iglesia, con respecto a las ofrendas que el cristiano da a Dios.

    C El caso de Abraham (Gn. 14:18-20)

    1. Dicen que ellos siguen el ejemplo de Abraham al dar diezmos, pero,

    ¿Es esto así?

    a. Abraham no dio diezmos de su dinero, sino del botín (He. 7:4)

    b. Abraham dio un diezmo en toda su vida.

    c. Abraham no dio diezmos los domingos.

    d. Abraham fue quien diezmó, y no todos los hombres de su tribu.

    e. Abraham dio los diezmos a un sacerdote.

    f. Abraham tuvo que matar para tener este botín.

    g. ¡Hacen todo, menos lo que hizo Abraham!

    D El caso de los mandamientos de la ley (Dt. 14:22)

    1. ¿Para quién es este mandamiento? (Dt. 4:1, 8; 9:1; 10:12)

    a. No son para los cristianos, ni para la iglesia.

    2. ¿Cada cuándo tenían que diezmar? (Dt. 14:22)

    a. No cada mes, ni cada domingo, sino cada año.

    E El diezmo de Malaquías 3:10

    1. Es una profecía para una “…nación…” (v. 9).

    2. Es una profecía “…contra Israel…” (1:1).

    3. El diezmo debía ser llevado al “…alfolí…” (3:10)

    a. El “alfolí” es un “granero” (Cf. 2 R. 6:27 – RV09 con RV60).

    3. Los judíos estaban bajo maldición, porque no estaban cumpliendo el mandamiento de traer los diezmos (Dt. 14:22), por tanto, estaban bajo

    “…maldición…” (Dt. 28:15-19)

    F Un punto importante en todo esto, es entender qué identifican los

    Escritores del Nuevo Testamento como “la ley”

    1. Gálatas 4:21, 22 – Génesis es “la ley”.

    2. Romanos 7:7 – Éxodo es “la ley”.

    3. Mateo 22:35-40 – Deuteronomio y Levítico son “la ley”.

    4. Mateo 12:5 – Número es “la ley”.

    5. Juan 10:34 – Salmos es “la ley”.

    6. 1 Corintios 14:21 – Isaías es “la ley”

    a. Los que están tomando cualquier libro de la ley para justificar el diezmo, “…dependen de las obras de la ley…”, y por consiguiente, están bajo maldición, si no la cumplen toda (Gálatas 3:10).

    II. RESPUESTA A LOS ARGUMENTOS BASADOS EN EL NUEVO

    TESTAMENTO.

    A. El caso de los fariseos en Mateo 23:23 (Lc. 11:42).

    1. “…sin dejar de hacer aquello…”, es decir, sin dejar de diezmar.

    a. Estas palabras fueron dichas durante el tiempo en que la ley estaba en vigor (Gálatas 4:4).

    b. Estas palabras fueron dichas a judíos, a los fariseos, a los que estaban sujetos a la ley de Moisés y practicaban ese culto.

    c. ¿Qué diezmaban? ¿Diezmas eso hoy las iglesias? Hacen todo menos lo que el texto dice.

    d. Si lee con cuidado el texto, las palabras “…esto…” y

    “…aquello…” se refieren a cosas de “…la ley…”; ¿están bajo la ley las iglesias que piden el diezmo? ¿Quiere usted seguir bajo esa ley? (Cf. Juan 8:1-6 – los judíos usaban la ley de Moisés, aunque descuidaban lo más importante de ella – Dt. 5:31).

    e. Entonces, ¿tampoco debemos practicar “…la justicia, la misericordia y la fe? Debemos practicarlas porque son parte de la doctrina de Cristo, ¡pero no así el diezmo de hortalizas!

    B. El caso de 1 Corintios 9:13.

    1. Dicen que así como los levitas vivían del diezmo, así los predicadores deben vivir del diezmo, pero, ¿enseña tal cosa el texto?

    a. No, Pablo está discutiendo con respecto al “…derecho…” que tiene el evangelista de recibir sostenimiento por su obra, y no de la “…cantidad…” que la iglesia debe dar para este fin.

    2. Dicen que la palabra “…así…”, quiere decir “de la misma manera”, es decir, que así como el pueblo sostenía a los levitas con el diezmo, también la iglesia, de la misma manera, debe sostener al predicador.

    a. Esto daría como resultado, que los predicadores reciban un sueldo “anual”, pues los hebreos diezmaban “…cada año…” ¿lo hacen de esta manera?

    b. Esto daría como resultado, que a los predicadores se les pague con productos de la ganadería o de la agricultura, ¿lo hacen de la misma manera?

    c. Esto daría como resultado, que los predicadores tengan que compartir su sueldo con la iglesia, con los extranjeros, con los huérfanos y con las viudas, ¿lo hacen de la misma manera?

    ¡Tendrían que compartir su salario con otro predicador, pues los levitas daban el diezmo de los diezmos para Aarón! ¿lo hacen de la misma manera?

    3. Pablo no escribió: “…así como los levitas vivían del diezmo, así deben vivir del diezmo los que anuncian el evangelio…”

    a. Pablo está discutiendo el “derecho” que tiene un predicador de vivir del evangelio y no la cantidad que debemos dar para sostenerlo, ¿se imaginan los efectos doctrinales, al considerar el contexto, si el punto de Pablo tuviera que ver con lo que el predicador debe recibir para vivir del diezmo?

    b. Si los predicadores debemos vivir del diezmo, por el hecho de que los levitas lo hacían, ¿debemos recibir lo que recibe un soldado, lo que recibe un agricultor y lo que recibe uno que tiene un rebaño, es decir, un gran sueldo, frutos y hortalizas y unos buenos litros de leche recién ordeñada? O ¿Debemos recibir como salario el alimento de los bueyes? ¡Desde luego que no! Pero como el buey tiene derecho de ser alimentado, así también el predicador tiene derecho de vivir del evangelio.

    C. El caso de Hebreos 7:8

    1. «..El énfasis aquí no recae en el diezmo sino en el sacerdocio de Cristo…”

    (Diccionario de la Teología Práctica/mayordomía, Leland Wilson, publicado por la Subcomisión Literatura Cristiana de la Iglesia

    Cristiana Reformada, distribuido por T.E.L.L., Pág. 52)

    2. «..Unos seis capítulos (4:10-10:18) se dedican a la discusión del sacerdocio, a fin de demostrar la superioridad del sacerdocio de Cristo al de Aarón…» (La

    Epístola a los Hebreos, A. B. Rudd, ed. Clie, Pág. 81)

    3. Las palabras “…y aquí…” hace referencia al tiempo del escritor, en el que los levitas (los hombres mortales) seguían recibiendo los diezmos del pueblo. Las palabras “…y allí…” se refiere a lo que se narra en

    Génesis 14:18-20, cuando Abraham entrega los diezmos del botín a

    Melquisedec, ¿tiene esto algo que ver con lo que el cristiano ha de dar los domingos?

    D En la iglesia no diezmamos, sino ofrendamos gozosa y generosamente (1

    Corintios 16:1-4; 2 Corintios 8:1-9; 9:6-10)

    TESTIMONIO DE LA IGLESIA PRIMITIVA Y AÑOS POSTERIORES.

    A “La Iglesia primitiva no recurrió al sistema del diezmo por varios siglos, aún cuando el sostén del clero fue reconocido como correcto desde un principio y se daban también limosnas para los pobres. La orientación propia al cristianismo respecto a las ofrendas es expresada por Irineo, quien describe a los cristianos como «..Aquellos que, habiendo recibido libertad, dedican todas sus posesiones al cumplimiento de los propósitos del Señor, ofrendando libremente y con alegría parte de su propiedad, y no la de menor valor..» (Contra las Herejías IV, p. 18). Allá por la época de Carlomagno, empero, se fue estableciendo el aporte del diezmo como práctica habitual para el sostén del obispo y del clero, para la ayuda de los pobres y para el mantenimiento de las propiedades eclesiásticas.

    SE JUSTIFICÓ ESTE PROCEDER COMPARANDO A

    LOS SACERDOTES CRISTIANOS CON LOS LEVITAS, aún cuando dicha comparación carece de legitimidad exegética puesto que los sacerdotes de la Iglesia eran presbíteros y obispos mientras que los hijos de Leví eran hieráticos. Lo que es peor, durante la gran parte del medievo hubo enormes abusos prácticos en los que el diezmo llegó a ser usado como soborno para la compra de puestos eclesiásticos”

    (Diccionario de la Teología Práctica/Mayordomía. Editor general:

    Rodolfo G. Turnbull. Publicado por la Subcomisión Literatura Cristiana de la Iglesia Reformada – Énfasis agregado)

    B La historia, hablando de Carlomagno, nos dice que “…También tuvo especial preocupación por la organización eclesiástica, de la cual se sentía responsable. Con tal objeto creó nuevos obispados y obligó al pago del diezmo, que consistía en el aporte de la décima parte de las cosechas, para el mantenimiento de la Iglesia…”

    C “…Se admite universalmente que el pago de diezmos o décima parte de las posesiones, para propósitos sagrados no encontró un lugar dentro de la Iglesia cristiana durante la edad cubierta por los apóstoles y sus sucesores inmediatos…” D “…La Iglesia primitiva no tuvo sistema de diezmos… no había ninguna necesidad de mantenerlo, ni que existiera o fuese reconocido en la

    Iglesia, sino que los otros medios parecieron bastar…”

    E El diezmo “…no fue prescrito a los cristiano ni por Cristo ni por los apóstoles…”

    Conclusión: ¿Enseña la Biblia que el cristiano debe diezmar? Ni el Antiguo, ni el

    Nuevo Testamento enseña tal cosa. Hemos aprendido que los argumentos basados en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, en realidad son solamente pretextos, mismos que no se sostienen al hacer un análisis serio de los textos bíblicos relacionados. Hemos aprendido que el cristiano fiel a la doctrina de Cristo, ofrenda gozosa y generosamente, siendo, entonces esto parte de su adoración en espíritu y en verdad.

    Dios en el nuevo pacto nos llama malditos, con maldición por mandamiento de la ley cuando el mismo dice que somos justificados por la fe para hacernos malditos sino cumplimos la ley, y luego dice que salvos por gracia y no por obras. Dios conoce la intensión de mi corazón yo no intento librarme de dar, pues reconozco que hay que hay que dar pero no como mandamiento un 10% sino según uno proponga es su corazón, y no quiero justificar con esto dar lo poco, y como siempre digo estudiar la biblia en su contexto. Y dar no es solo entregar el Diezmo, o la ofrenda, donde quedan las obras piadosas que tienen que ver con dar: mateo 25:31-42 podemos honrar a Dios con todo lo que tenemos.

    DIOS LES BENDIGA MUCHO

  8. bueno una opinIon mas del Diezmo,quien sabe si leeria los demas comentariosveo que es muy personal y algunos textos no estan interpretados bajo los contextos si no que se inclina su corazon a anseñar de acuerdo a loque tiene ya entendido y no a lop que la biblia dice

    pregunto porque no matasron a los israelitas por no diezmar si era parte de la ley

  9. Hasta ahora, los defensores del diezmo no han precisado con base bíblica su aplicación al cristiano. Lo que entiendo de todos los comentarios de los diezmadores es que unos diezman por temor, otros diezman como una forma de ayudarse en su camino a la salvación del alma, otros diezman porque para ellos es como un talisman que les hace prosperar económicamente, otros diezman como una forma de pagar por la gracia de Dios, otros diezman porque son legalistas, otros porque piensan que son los nuevos israelitas, etc. Pero no explican un fundamento valedero.
    En mi opinión, no hay pecado en diezmar, si se hace de forma voluntaria, el que comete falta es aquel que manipula a los hermanos y les predica a un Dios cruel que si no diezman van a sufrir horrendas calamidades y despúes de muerto, su alma va ser freido en el fuego eterno.

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