Tu dices: cuando alguien afirma, que mi Señor no era otra cosa más que un ser humano cualquiera y tantas otras falsedades, afirma que la biblia lo inventaron los curas católicos, afirma que mi fe es un arroz con mango, afirma que todas las iglesias evangélicas son solo unas sectas, etc, etc… Me da el derecho de responderle.
Rpta: Si, Rubén, tienes toda la razón. Mil disculpas, es que yo leí a la ligera sin saber de quién venía. Ahora me siento mal, ora por mi y le pido a Dios perdón.
Pero, si, todos los que estamos en el foro, debemos de cuidar mucho nuestras palabras. Todos queremos aprender, y escuchamos de todos los comentarios. Me viene a la mente Job 27:3-4 donde dice: «Que todo el tiempo que mi alma estuviese en mí, y hubiere hálito de Dios en mis narices, mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño.»
Con esto quiero decir mi Hno. Rubén que cuando uno (y me refiero a todos los del foro, comenzando conmigo) ofende con palabras, eso ya no proviene de Dios. Así es como YO lo veo. De modo que ya no voy a leer a la ligera sin antes ver de quien viene. Mil disculpas una vez mas, y que Dios me perdone.
Dios te bendiga
Para Todos: Que tal si comentamos sobre el Nombre de Dios.
Es un tema muy interesante. ¿Cual es el Nombre de Dios?
¿Nos lanzamos sobre este tema? ¿Qué dicen?
Bendiciones
Para Todos: Que tal si comentamos sobre el Nombre de Dios.
Es un tema muy interesante. ¿Cual es el Nombre de Dios?
Unos dicen que es Jehová, otros dicen que Yavéh, otros dicen que es Adonai, y aún otros dicen que es Jesús.
¿Qué dicen Ustedes?
Bueno, si me permiten, con mucho respeto desearía empezar dando mi comentario al respecto, ¿está bién?
El Nombre de Dios: Nombre que fue reservado por Dios para ser revelado en la consumación de Su Plan de Salvación…..Unico Nombre en el cual podemos ser salvos.
No existe mensaje alguno en la Biblia que no sea digno de ser considerado como de gran importancia, y en consecuencia, de ser escudriñado con esmero; todos tienen un alto valor, pero algunos mensajes son de mayor relevancia (importancia), porque el conocimiento, entendimiento e interpretación correcta de ellos, son determinantes para nuestra relación con Dios y para el éxito de nuestra vida espiritual. Éste es uno de esos mensajes, que aunque sencillo, nos llevará a descubrir esta maravillosa revelación que Dios tenía reservada para un momento específico en la vida de cada uno de nosotros.
¿Por qué es tan importante el Nombre de Dios? ¿Qué relación tiene Su Nombre con la fe y la vida del creyente, así como de aquéllos que aún no han tenido el privilegio de conocer a Dios? Éstas y otras interrogantes (preguntas) serán despejadas al examinar este tema bajo la dirección del Espíritu de Dios.
La Biblia nos enseña en Éxodo 23:13, la importancia de conocer e invocar el Nombre de Dios para salud y salvación nuestra, pero también nos advierte que no pronunciemos o mencionemos los nombres de ídolos y dioses falsos, porque esto es provocación a celo para nuestro único y verdadero Dios, al mismo tiempo que ésta invocación de demonios es para maldición:
“Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses, no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca.”
En el verso 14 del tal conocido Salmo 91, está una de las declaraciones más importantes que podemos encontrar en la Biblia:
“Por cuanto en Mí ha puesto su amor, Yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido Mi Nombre.” Vs. 15) “Me invocará, y Yo le responderé; con él estaré Yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Vs16) Lo saciaré de larga vida, y le mostraré Mí Salvación.”
¿Será entonces importante conocer el Nombre de Dios? ¿Tendrá Dios específicamente un Nombre? ¿Cuál es la manera correcta de dirigirme a Dios en mis oraciones? Algunos han conjeturado (opinado) diferentes respuestas, e inclusive hay quienes han pensado que el término “Dios” es el nombre de Dios….Y no es así: Dios tiene Su Nombre; y sin duda, el Nombre de Dios es el Nombre sobre todo nombre (Filipenses 2:9), es el Nombre de la Suprema autoridad. Y aquí el texto dice que por cuanto se ha conocido el Nombre de Dios, el Señor concederá una posición especial delante de Él, en la cual será escuchado, ayudado, consolado, librado, bendecido con una larga vida; y recibirá también, el mayor privilegio que podamos anhelar los seres humanos: La vida eterna en la presencia y en el gozo del Señor. Todos estos beneficios son parte de las bendiciones que Dios ha determinado para aquéllos que conozcan Su Nombre, pero es importante entender que “conocer Su Nombre”, implica ir mucho má allá de aquello a que nos llevaría el significado básico y superficial de la palabra “conocer”; y siendo un hecho que mucha gente se confunde, duda y no sabe con certeza el Nombre de Dios, aclaremos que no está aquí diciendo: “Le pondré en alto, por cuanto ha sabido mi nombre”. No, no por cuanto sabe, sino por cuanto conoce; esto encierra un significado mucho más profundo acerca de “conocer”, que tiene qué ver con una relación que se ha cultivado, con un conocimiento a través de recibir revelación, de observar, de experiencias propias; y tiene qué ver también con reconocer, admitir y confesar lo que ya proviene de una fe sólida que se ha desarrollado a través de un proceso, para entonces llegar a pronunciar o invocar Su Nombre en una conciencia con suficiente entendimiento, para asumir una actitud humilde y un temor reverencial, porque se ha llegado a este conocimiento.
En la medida que avanzamos más y más en conocer de Dios, Su Espíritu Santo nos va transformando, de manera que podremos ir alcanzando más y más esta posición de reverencia.
Prosigo el día de mañana, ¿Está bién?
Dios bendiga a todos
Continúo donde me quedé:
La Biblia amplificada describe esta misma porción de la Escritura de esta manera:
“Por cuanto ha conocido y entendido Mi Nombre” (tiene un conocimiento personal de Mi Misericordia, de Mi Amor y de Mi Bondad, confía y depende de Mi, sabiendo que nunca fallaré, no, ¡nunca!). Entonces, es de vital importancia para nosotros conocer e invocar el Nombre de Dios; y a quién ponga su voluntad en ello, Dios le librará y le pondrá en alto por cuanto existirá una gran razón: “Ha conocido Su Nombre”.
La gente que no conoce el Nombre de Dios y que no tiene una clara revelación de esto, menciona tantas cosas, no se diga aquéllos quienes están cautivos y son usados por Satanás, el mayor interesado en que no se conozca ni se pronuncie, menos que se invoque el Nombre de Dios; y ellos hacen invocaciones diversas, y algunos queriendo aparentar que están en conexión con determinadas religiones y con las cosas de Dios, aún mencionan nombres bíblicos como Moisés, Elías, María, Juan, José o Pedro, creyendo que en la invocación de esos nombres o personas, van a encontrar de alguna manera cualquiera bendición; y no es así, nosotros debemos invocar únicamente el Nombre de Dios, Nombre que es sobre todo nombre, para alcanzar Gracia, Misericordia y Favor.
En el capítulo 6 del Evangelio según San Mateo, encontramos una declaración muy importante que hizo el Señor Jesús acerca de la oración….En el versículo 9 dice:
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos: observemos que una vez que nos hemos dirigido a nuestro Padre, ¿qué es lo primero que se menciona? “Santificado sea Tu Nombre”, es decir que el Señor Jesús enseñó este modelo de oración mediante el cual nos instruye para que lo primero que hagamos al orar, sea santificar el Nombre de Dios; entonces, el Padre que está en los cielos, tiene Su Nombre y nosotros debemos santificar ese Nombre; es evidente que muchas personas, a pesar de estar muy familiarizadas con este modelo de oración, e inclusive habiéndola aprendido de memoria, no han notado que la parte más importante de ella, es precisamente “Santificado sea Tu Nombre”, donde la palabra santificado, ha sido traducida de la palabra griega jagiazo, que en esta aplicación tiene el significado de “venerar mentalmente”, y la palabra venerar significa “dar culto a Dios” (Diccionario Larousse versión usual)), por lo que sin mayor complicación podemos deducir que lo primero que estamos pidiendo al Padre en esta oración, es que todo ser humano, empezando por nosotros mismos, al pensar, pronunciar, invocar, o escuchar Su Nombre, debemos adoptar en nuestro espíritu y nuestra mente, esa actitud de honra que hemos descrito, con extraordinaria admiración y temor reverentes hacia nuestro Creador, porque se ha hecho presente algo muy Santísimo y Sagrado: Su Nombre.
Al igual que todos Sus atributos, Su Nombre también es parte de Él, es parte de Si Mismo, por tanto es Santísimo, es Divino; y en consecuencia, nunca, como en muchos casos que se dan entre la gente que ignora las cosas de Dios, se debe pronunciar Su Nombre para hacerlo parte de chistes y cosas de juego, considerándolo como algo que podemos menospreciar para ser utilizado en bromas y juicios ligeros, o en asuntos vanos. Éxodo 20:7 nos ilustra cómo Dios mismo nos advierte en forma categórica e imperativa: “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque no dará por inocente el Señor al que tomare Su nombre en vano”, y en la versión amplificada de la Biblia, podemos ver que en vano significa ligera y frívolamente (actitud superficial, inclinada a divertir y tomar las cosas con poca seriedad), en afirmaciones falsas o profanas.
Debido a que esta declaración de Éxodo 20:7 que leímos, “No tomarás el nombre de Dios en vano”, forma parte del decálogo, los hebreos saban diversas palabras con significado de exaltación para referirse a la Deidad; citar algunas, la palabra Elohim, que significa El Excelso; la palabra Elyon, que significa Dios Altísimo; la palabra Shaddai, que significa Omnipotente, Todopoderoso; la palabra Adonai, que significa Señor, y una de las palabras más usadas en la Biblia, pero no en los labios de un judío, fue el famoso tetragramatón, YHWH, verbo que implica existencia eterna: YO SOY, impronunciable, debido a que en el hebreo antiguo no existían las vocales, por lo que ni aún los sacerdotes lo pronunciaban; sencillamente seguían refiriéndose a Dios como Poderoso, Altísimo, Supremo, Sublime, la Roca, etc., pero el nombre de Dios no es ninguno de ellos; posteriormente, en el año de 1520, se atribuye a un señor Pedro Galatino, la traducción de este verbo hebreo YHWH, en la cual, a fín de hacerlo posible de pronunciar, le incluye las vocales de la palabra Adonai, resultando así la palabra Yahwhe, que traducida, es Jehová, palabra inventada que se popularizó al adoptarse en la única versión bíblica que la contiene:la versión Reina-Valera; pero que de ninguna manera es el Nombre de Dios, pues como vimos, tan sólo es una traducción de la modificación hecha al verbo hebreo YHWH, YO SOY. De la misma palabra Yahwhe se derivó también la palabra Yavé, adoptada para describir a Dios en la versión bíblica Católica-romana.
Así pudiéramos revisar diferentes porciones del Antiguo Testamento en cada una de las distintas versiones Bíblicas que podemos encontrar, y sólo hallaríamos diferentes términos para referirnos a Dios y que exaltan Sus maravillosos atributos, ninguno de los cuales es Su Nombre; es sólo hasta el Nuevo Testamento donde vemos la venida de Dios al mundo, cuando Jesús Se encarna en María y empieza Su ministerio “el Hijo del hombre”, el Hijo de Dios, el Mesías prometido, el Cristo….que se empiezan a vislumbrar los primeros detalles acerca de Su Nombre y a tomar forma el cumplimiento de las profecías relacionadas con Él. Una de ellas, Isaías 52:6, dice:
“Por tanto, Mi pueblo conocerá Mi Nombre por esta causa en aquel día; porque Yo Mismo que hablo, he aquí estaré presente.”
Continúo el día de mañana.
Dios bendiga a todos
Continuación:
La Biblia amplificada describe esta misma porción de la Escritura de esta manera:
“Por cuanto ha conocido y entendido Mi Nombre” (tiene un conocimiento personal de Mi Misericordia, de Mi Amor y de Mi Bondad, confía y depende de Mi, sabiendo que nunca fallaré, no, ¡nunca!). Entonces, es de vital importancia para nosotros conocer e invocar el Nombre de Dios; y a quién ponga su voluntad en ello, Dios le librará y le pondrá en alto por cuanto existirá una gran razón: “Ha conocido Su Nombre”.
La gente que no conoce el Nombre de Dios y que no tiene una clara revelación de esto, menciona tantas cosas, no se diga aquéllos quienes están cautivos y son usados por Satanás, el mayor interesado en que no se conozca ni se pronuncie, menos que se invoque el Nombre de Dios; y ellos hacen invocaciones diversas, y algunos queriendo aparentar que están en conexión con determinadas religiones y con las cosas de Dios, aún mencionan nombres bíblicos como Moisés, Elías, María, Juan, José o Pedro, creyendo que en la invocación de esos nombres o personas, van a encontrar de alguna manera cualquiera bendición; y no es así, nosotros debemos invocar únicamente el Nombre de Dios, Nombre que es sobre todo nombre, para alcanzar Gracia, Misericordia y Favor.
En el capítulo 6 del Evangelio según San Mateo, encontramos una declaración muy importante que hizo el Señor Jesús acerca de la oración….En el versículo 9 dice:
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos: observemos que una vez que nos hemos dirigido a nuestro Padre, ¿qué es lo primero que se menciona? “Santificado sea Tu Nombre”, es decir que el Señor Jesús enseñó este modelo de oración mediante el cual nos instruye para que lo primero que hagamos al orar, sea santificar el Nombre de Dios; entonces, el Padre que está en los cielos, tiene Su Nombre y nosotros debemos santificar ese Nombre; es evidente que muchas personas, a pesar de estar muy familiarizadas con este modelo de oración, e inclusive habiéndola aprendido de memoria, no han notado que la parte más importante de ella, es precisamente “Santificado sea Tu Nombre”, donde la palabra santificado, ha sido traducida de la palabra griega jagiazo, que en esta aplicación tiene el significado de “venerar mentalmente”, y la palabra venerar significa “dar culto a Dios” (Diccionario Larousse versión usual)), por lo que sin mayor complicación podemos deducir que lo primero que estamos pidiendo al Padre en esta oración, es que todo ser humano, empezando por nosotros mismos, al pensar, pronunciar, invocar, o escuchar Su Nombre, debemos adoptar en nuestro espíritu y nuestra mente, esa actitud de honra que hemos descrito, con extraordinaria admiración y temor reverentes hacia nuestro Creador, porque se ha hecho presente algo muy Santísimo y Sagrado: Su Nombre.
Al igual que todos Sus atributos, Su Nombre también es parte de Él, es parte de Si Mismo, por tanto es Santísimo, es Divino; y en consecuencia, nunca, como en muchos casos que se dan entre la gente que ignora las cosas de Dios, se debe pronunciar Su Nombre para hacerlo parte de chistes y cosas de juego, considerándolo como algo que podemos menospreciar para ser utilizado en bromas y juicios ligeros, o en asuntos vanos. Éxodo 20:7 nos ilustra cómo Dios mismo nos advierte en forma categórica e imperativa: “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque no dará por inocente el Señor al que tomare Su nombre en vano”, y en la versión amplificada de la Biblia, podemos ver que en vano significa ligera y frívolamente (actitud superficial, inclinada a divertir y tomar las cosas con poca seriedad), en afirmaciones falsas o profanas.
Debido a que esta declaración de Éxodo 20:7 que leímos, “No tomarás el nombre de Dios en vano”, forma parte del decálogo, los hebreos saban diversas palabras con significado de exaltación para referirse a la Deidad; citar algunas, la palabra Elohim, que significa El Excelso; la palabra Elyon, que significa Dios Altísimo; la palabra Shaddai, que significa Omnipotente, Todopoderoso; la palabra Adonai, que significa Señor, y una de las palabras más usadas en la Biblia, pero no en los labios de un judío, fue el famoso tetragramatón, YHWH, verbo que implica existencia eterna: YO SOY, impronunciable, debido a que en el hebreo antiguo no existían las vocales, por lo que ni aún los sacerdotes lo pronunciaban; sencillamente seguían refiriéndose a Dios como Poderoso, Altísimo, Supremo, Sublime, la Roca, etc., pero el nombre de Dios no es ninguno de ellos; posteriormente, en el año de 1520, se atribuye a un señor Pedro Galatino, la traducción de este verbo hebreo YHWH, en la cual, a fín de hacerlo posible de pronunciar, le incluye las vocales de la palabra Adonai, resultando así la palabra Yahwhe, que traducida, es Jehová, palabra inventada que se popularizó al adoptarse en la única versión bíblica que la contiene:la versión Reina-Valera; pero que de ninguna manera es el Nombre de Dios, pues como vimos, tan sólo es una traducción de la modificación hecha al verbo hebreo YHWH, YO SOY. De la misma palabra Yahwhe se derivó también la palabra Yavé, adoptada para describir a Dios en la versión bíblica Católica-romana.
Así pudiéramos revisar diferentes porciones del Antiguo Testamento en cada una de las distintas versiones Bíblicas que podemos encontrar, y sólo hallaríamos diferentes términos para referirnos a Dios y que exaltan Sus maravillosos atributos, ninguno de los cuales es Su Nombre; es sólo hasta el Nuevo Testamento donde vemos la venida de Dios al mundo, cuando Jesús Se encarna en María y empieza Su ministerio “el Hijo del hombre”, el Hijo de Dios, el Mesías prometido, el Cristo….que se empiezan a vislumbrar los primeros detalles acerca de Su Nombre y a tomar forma el cumplimiento de las profecías relacionadas con Él. Una de ellas, Isaías 52:6, dice:
“Por tanto, Mi pueblo conocerá Mi Nombre por esta causa en aquel día; porque Yo Mismo que hablo, he aquí estaré presente.”
Continúo el día de mañana.
Dios bendiga a todos
esperamos
Continúo: Fecha 3/1/10
Si el pueblo de Israel hubiera conocido ya el nombre de Dios, no tendría sentido esta declaración, y note que no está aquí refiriéndose a gente extraña, sino al pueblo de Dios, y hasta ese momento el único pueblo de Dios era Israel, aunque después, también la Iglesia (miembros y cuerpo del Señor) hemos venido a ser pueblo de Dios. (1 Pedro 2:9).
Entonces, Dios anunció por medio del profeta Isaías que habría de venir a este mundo y al hacerse presente, manifestaría Su Nombre, pero antes de Su venida, en otra profecía anterior a ésta, en Isaías 25:8-9 se anunciaba que Dios Mismo vendría a hacerse presente aquí, a la tierra, para llevar a cabo y cumplir lo siguiente:
“Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de Su pueblo de toda la tierra; porque el Señor lo ha dicho. “Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, Le hemos esperado, y nos salvará; Éste es el Señor a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en Su salvación.”
La reflexión aquí es ésta: ¿Quién es el Que vino a destruir la muerte? ¿Quién es el Que dijo: “Oh muerte, Yo Soy tu muerte, oh infierno, Yo Soy tu destrucción”? (Oseas 13:14). El que estaba hablando esta profecía, era el Señor Jesús, Quien vino a cumplirla y lo demostró: Venció la muerte, venció al sepulcro, venció al infierno mismo….. Luego agrega: “Y se dirá en aquel día: He aquí, Éste es nuestro Dios”; entonces, el Que habría de destruir la muerte, es Dios Mismo; el Que habría de enjugar toda lágrima, es Dios Mismo; el Que habría de quitar la afrenta de Su pueblo, es Dios Mismo….”Y se dirá en aquel día: Éste es nuestro Dios, Le hemos esperado, y nos salvará.” “¿Quién hizo todas estas cosas?”
1 Timoteo 3:16 dice:
“E indiscutiblemente, Grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creido en el mundo, recibido arriba en gloria.”
“Grande es el misterio de la piedad, Dios fue manifestado en carne”; ¡Ah!, entonces ¡Jesucristo es Dios!, porque además, Él cumple con toda la descripción adicional en este pasaje, pero ¿cuál podemos decir que es Su Nombre?….¿el Señor Jesús, Jesús de Nazareth, Jesús el Cristo, Cristo Jesús o Jesucristo?; todos ellos se mencionan en el Nuevo Testamento, y para santificar el nombre del Padre, ¿cuál es el correcto?
Al leer sobre el nacimiento de Jesucristo, en la porción de Mateo 1:18 al 23, encontramos que un ángel del Señor apareció en sueños a José y le dijo: “No temas recibir a María tu mujer, porue lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un Hijo, y llamarás Su Nombre JESUS, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.” Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y llamará Su Nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Isaías 7:14).
Saquemos algunas cosas en claro de esta Escritura: El nombre Jesús es un nombre que ciertamente es dado por el ángel, ¿correcto? Y el ángel no va a dar un nombre por pura ocurrencia, lo da porque Dios Mismo le está diciendo que ese Nombre es el que debe dar: “Llamarás Su nombre JESUS”, así que Jesús es un nombre que viene de Dios a través del ángel, pero más adelante dice que esto aconteció para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta cuando dijo: “He aquí la virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y llamará Su nombre Emmanuel.” Bueno, por fín, ¿cómo se llama, Jesús, o Emmanuel?, ¿no le ha parecido a usted, alguna vez, confuso este pasaje?, pues…..¿Se llama Jesús, o Se llama Emmanuel?, Se llama Jesús, el nombre humano es Jesús, aunque ese nombre humano venga del cielo; luego, “y llamará Su nombre Emmanuel”, es decir que se le reconocería como “Emmanuel” o Dios con nosotros” al mismo Jesús, es decir que el nombre de Jesús, siendo un nombre propio y humano y que significa Salvador, tiene además otra característica muy importante….se está revelando algo más en este nombre: que en el Salvador está la presencia de Dios y además, este Mismo Dios está con nosotros; el mensaje aquí estaba claro, porque al ver a nuestro Salvador Jesús, podemos decir que Dios está con nosotros; y si Dios mismo trajo a nosotros esta instrucción: que podemos decir con toda seguridad que a través de Jesús nuestro Salvador, contamos con la presencia de Dios….que a través de Jesús, Dios es con nosotros, o Dios está con nosotros, es porque al mismo tiempo Dios dice: “Yo estoy con ustedes”, o “YO SOY con ustedes”, por lo que a través del nombre Emmanuel, también vemos vinculado el “YO SOY” del Antiguo Testamento con Jesús nuestro Salvador, como el mismo y único Dios verdadero. Esta vinculación también estaba incluída en la razón de este mensaje profético, porque no se encuentra registrada ni una sola vez en la Biblia que a Jesús se Le haya llamado Emmanuel; era sólo un nombre profético para revelar que el Mesías que nacería de una virgen: Jesús, sería el Mismo y Unico Dios que ha sido por siempre el “YO SOY” del Antiguo Testamento, y que por siempre será el Mismo Dios que no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que Se despojó A SI MISMO de Su Majestad, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, para venir a salvarnos (Filipenses 2:6). Dios ha utilizado esta manera para describir proféticamente las Cualidades Maravillosas de Sí Mismo, haciéndolas formar parte de Su Nombre, porque todo, tanto Sus cualidades, como Su Nombre, dijimos, son parte de Sí Mismo; por ejemplo, Dios también dijo a través de este mismo profeta en Isaías 9:6: “Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, y el principado sobre Su hombro; y Se llamará Su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Ahora, Mateo cuando describe el asunto de Su nacimiento, omite algo muy interesante que Lucas no pasa por alto cuando escribe esta experiencia……Veamos en Lucas 2:10 y 11:
“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:” “que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.”
¡Sí! Lucas escribe algo que el ángel dijo y que Mateo omite; y esta declaración es sumamente importante: que este Jesús que ha nacido, este Jesús es Cristo y es Señor,
Aquí culmino. Continúo el día de mañana, ¿está bien Hno. Mael? Se va a poner más interesante aún, ¡créemelo! Pues veo que tú (Mael) eres el único que le está poniendo mucho interés, ¿qué pasa con los demás?
Dios bendiga a todos.
Saludos a todos los foristas:
Sugerencia, si hacemos comentarios mas cortos sería mas facíl analizarlos y dar una opinión, por razones de tiempo, pues de lo contrario se puede dar una opinión equivocada del tema.
Atte.
posdata, digo: Fácil
Para carlos menjivar: No sé se vós teneis algun problema racional o entonces vós sois un cético,pues nunca habia antes visto alguien escribir tantas tonterias en lo que dice diezmo. Diezmo es demontrancion de fé y obdiencia a Dios y es tambiem un acto donde uno puede demonstrar que su corazon no está aferrado a mamon el dios de este mundo. Te animo que ores mas un poquito y busque hablar de las cosas de Dios con mas responsabilidad y con un poquito de discinimiemto espiritual.
Tu dices: cuando alguien afirma, que mi Señor no era otra cosa más que un ser humano cualquiera y tantas otras falsedades, afirma que la biblia lo inventaron los curas católicos, afirma que mi fe es un arroz con mango, afirma que todas las iglesias evangélicas son solo unas sectas, etc, etc… Me da el derecho de responderle.
Rpta: Si, Rubén, tienes toda la razón. Mil disculpas, es que yo leí a la ligera sin saber de quién venía. Ahora me siento mal, ora por mi y le pido a Dios perdón.
Pero, si, todos los que estamos en el foro, debemos de cuidar mucho nuestras palabras. Todos queremos aprender, y escuchamos de todos los comentarios. Me viene a la mente Job 27:3-4 donde dice: «Que todo el tiempo que mi alma estuviese en mí, y hubiere hálito de Dios en mis narices, mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño.»
Con esto quiero decir mi Hno. Rubén que cuando uno (y me refiero a todos los del foro, comenzando conmigo) ofende con palabras, eso ya no proviene de Dios. Así es como YO lo veo. De modo que ya no voy a leer a la ligera sin antes ver de quien viene. Mil disculpas una vez mas, y que Dios me perdone.
Dios te bendiga
Es un tema muy interesante. ¿Cual es el Nombre de Dios?
¿Nos lanzamos sobre este tema? ¿Qué dicen?
Bendiciones
Es un tema muy interesante. ¿Cual es el Nombre de Dios?
Unos dicen que es Jehová, otros dicen que Yavéh, otros dicen que es Adonai, y aún otros dicen que es Jesús.
¿Qué dicen Ustedes?
Bueno, si me permiten, con mucho respeto desearía empezar dando mi comentario al respecto, ¿está bién?
El Nombre de Dios: Nombre que fue reservado por Dios para ser revelado en la consumación de Su Plan de Salvación…..Unico Nombre en el cual podemos ser salvos.
No existe mensaje alguno en la Biblia que no sea digno de ser considerado como de gran importancia, y en consecuencia, de ser escudriñado con esmero; todos tienen un alto valor, pero algunos mensajes son de mayor relevancia (importancia), porque el conocimiento, entendimiento e interpretación correcta de ellos, son determinantes para nuestra relación con Dios y para el éxito de nuestra vida espiritual. Éste es uno de esos mensajes, que aunque sencillo, nos llevará a descubrir esta maravillosa revelación que Dios tenía reservada para un momento específico en la vida de cada uno de nosotros.
¿Por qué es tan importante el Nombre de Dios? ¿Qué relación tiene Su Nombre con la fe y la vida del creyente, así como de aquéllos que aún no han tenido el privilegio de conocer a Dios? Éstas y otras interrogantes (preguntas) serán despejadas al examinar este tema bajo la dirección del Espíritu de Dios.
La Biblia nos enseña en Éxodo 23:13, la importancia de conocer e invocar el Nombre de Dios para salud y salvación nuestra, pero también nos advierte que no pronunciemos o mencionemos los nombres de ídolos y dioses falsos, porque esto es provocación a celo para nuestro único y verdadero Dios, al mismo tiempo que ésta invocación de demonios es para maldición:
“Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses, no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca.”
En el verso 14 del tal conocido Salmo 91, está una de las declaraciones más importantes que podemos encontrar en la Biblia:
“Por cuanto en Mí ha puesto su amor, Yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido Mi Nombre.” Vs. 15) “Me invocará, y Yo le responderé; con él estaré Yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Vs16) Lo saciaré de larga vida, y le mostraré Mí Salvación.”
¿Será entonces importante conocer el Nombre de Dios? ¿Tendrá Dios específicamente un Nombre? ¿Cuál es la manera correcta de dirigirme a Dios en mis oraciones? Algunos han conjeturado (opinado) diferentes respuestas, e inclusive hay quienes han pensado que el término “Dios” es el nombre de Dios….Y no es así: Dios tiene Su Nombre; y sin duda, el Nombre de Dios es el Nombre sobre todo nombre (Filipenses 2:9), es el Nombre de la Suprema autoridad. Y aquí el texto dice que por cuanto se ha conocido el Nombre de Dios, el Señor concederá una posición especial delante de Él, en la cual será escuchado, ayudado, consolado, librado, bendecido con una larga vida; y recibirá también, el mayor privilegio que podamos anhelar los seres humanos: La vida eterna en la presencia y en el gozo del Señor. Todos estos beneficios son parte de las bendiciones que Dios ha determinado para aquéllos que conozcan Su Nombre, pero es importante entender que “conocer Su Nombre”, implica ir mucho má allá de aquello a que nos llevaría el significado básico y superficial de la palabra “conocer”; y siendo un hecho que mucha gente se confunde, duda y no sabe con certeza el Nombre de Dios, aclaremos que no está aquí diciendo: “Le pondré en alto, por cuanto ha sabido mi nombre”. No, no por cuanto sabe, sino por cuanto conoce; esto encierra un significado mucho más profundo acerca de “conocer”, que tiene qué ver con una relación que se ha cultivado, con un conocimiento a través de recibir revelación, de observar, de experiencias propias; y tiene qué ver también con reconocer, admitir y confesar lo que ya proviene de una fe sólida que se ha desarrollado a través de un proceso, para entonces llegar a pronunciar o invocar Su Nombre en una conciencia con suficiente entendimiento, para asumir una actitud humilde y un temor reverencial, porque se ha llegado a este conocimiento.
En la medida que avanzamos más y más en conocer de Dios, Su Espíritu Santo nos va transformando, de manera que podremos ir alcanzando más y más esta posición de reverencia.
Prosigo el día de mañana, ¿Está bién?
Dios bendiga a todos
La Biblia amplificada describe esta misma porción de la Escritura de esta manera:
“Por cuanto ha conocido y entendido Mi Nombre” (tiene un conocimiento personal de Mi Misericordia, de Mi Amor y de Mi Bondad, confía y depende de Mi, sabiendo que nunca fallaré, no, ¡nunca!). Entonces, es de vital importancia para nosotros conocer e invocar el Nombre de Dios; y a quién ponga su voluntad en ello, Dios le librará y le pondrá en alto por cuanto existirá una gran razón: “Ha conocido Su Nombre”.
La gente que no conoce el Nombre de Dios y que no tiene una clara revelación de esto, menciona tantas cosas, no se diga aquéllos quienes están cautivos y son usados por Satanás, el mayor interesado en que no se conozca ni se pronuncie, menos que se invoque el Nombre de Dios; y ellos hacen invocaciones diversas, y algunos queriendo aparentar que están en conexión con determinadas religiones y con las cosas de Dios, aún mencionan nombres bíblicos como Moisés, Elías, María, Juan, José o Pedro, creyendo que en la invocación de esos nombres o personas, van a encontrar de alguna manera cualquiera bendición; y no es así, nosotros debemos invocar únicamente el Nombre de Dios, Nombre que es sobre todo nombre, para alcanzar Gracia, Misericordia y Favor.
En el capítulo 6 del Evangelio según San Mateo, encontramos una declaración muy importante que hizo el Señor Jesús acerca de la oración….En el versículo 9 dice:
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos: observemos que una vez que nos hemos dirigido a nuestro Padre, ¿qué es lo primero que se menciona? “Santificado sea Tu Nombre”, es decir que el Señor Jesús enseñó este modelo de oración mediante el cual nos instruye para que lo primero que hagamos al orar, sea santificar el Nombre de Dios; entonces, el Padre que está en los cielos, tiene Su Nombre y nosotros debemos santificar ese Nombre; es evidente que muchas personas, a pesar de estar muy familiarizadas con este modelo de oración, e inclusive habiéndola aprendido de memoria, no han notado que la parte más importante de ella, es precisamente “Santificado sea Tu Nombre”, donde la palabra santificado, ha sido traducida de la palabra griega jagiazo, que en esta aplicación tiene el significado de “venerar mentalmente”, y la palabra venerar significa “dar culto a Dios” (Diccionario Larousse versión usual)), por lo que sin mayor complicación podemos deducir que lo primero que estamos pidiendo al Padre en esta oración, es que todo ser humano, empezando por nosotros mismos, al pensar, pronunciar, invocar, o escuchar Su Nombre, debemos adoptar en nuestro espíritu y nuestra mente, esa actitud de honra que hemos descrito, con extraordinaria admiración y temor reverentes hacia nuestro Creador, porque se ha hecho presente algo muy Santísimo y Sagrado: Su Nombre.
Al igual que todos Sus atributos, Su Nombre también es parte de Él, es parte de Si Mismo, por tanto es Santísimo, es Divino; y en consecuencia, nunca, como en muchos casos que se dan entre la gente que ignora las cosas de Dios, se debe pronunciar Su Nombre para hacerlo parte de chistes y cosas de juego, considerándolo como algo que podemos menospreciar para ser utilizado en bromas y juicios ligeros, o en asuntos vanos. Éxodo 20:7 nos ilustra cómo Dios mismo nos advierte en forma categórica e imperativa: “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque no dará por inocente el Señor al que tomare Su nombre en vano”, y en la versión amplificada de la Biblia, podemos ver que en vano significa ligera y frívolamente (actitud superficial, inclinada a divertir y tomar las cosas con poca seriedad), en afirmaciones falsas o profanas.
Debido a que esta declaración de Éxodo 20:7 que leímos, “No tomarás el nombre de Dios en vano”, forma parte del decálogo, los hebreos saban diversas palabras con significado de exaltación para referirse a la Deidad; citar algunas, la palabra Elohim, que significa El Excelso; la palabra Elyon, que significa Dios Altísimo; la palabra Shaddai, que significa Omnipotente, Todopoderoso; la palabra Adonai, que significa Señor, y una de las palabras más usadas en la Biblia, pero no en los labios de un judío, fue el famoso tetragramatón, YHWH, verbo que implica existencia eterna: YO SOY, impronunciable, debido a que en el hebreo antiguo no existían las vocales, por lo que ni aún los sacerdotes lo pronunciaban; sencillamente seguían refiriéndose a Dios como Poderoso, Altísimo, Supremo, Sublime, la Roca, etc., pero el nombre de Dios no es ninguno de ellos; posteriormente, en el año de 1520, se atribuye a un señor Pedro Galatino, la traducción de este verbo hebreo YHWH, en la cual, a fín de hacerlo posible de pronunciar, le incluye las vocales de la palabra Adonai, resultando así la palabra Yahwhe, que traducida, es Jehová, palabra inventada que se popularizó al adoptarse en la única versión bíblica que la contiene:la versión Reina-Valera; pero que de ninguna manera es el Nombre de Dios, pues como vimos, tan sólo es una traducción de la modificación hecha al verbo hebreo YHWH, YO SOY. De la misma palabra Yahwhe se derivó también la palabra Yavé, adoptada para describir a Dios en la versión bíblica Católica-romana.
Así pudiéramos revisar diferentes porciones del Antiguo Testamento en cada una de las distintas versiones Bíblicas que podemos encontrar, y sólo hallaríamos diferentes términos para referirnos a Dios y que exaltan Sus maravillosos atributos, ninguno de los cuales es Su Nombre; es sólo hasta el Nuevo Testamento donde vemos la venida de Dios al mundo, cuando Jesús Se encarna en María y empieza Su ministerio “el Hijo del hombre”, el Hijo de Dios, el Mesías prometido, el Cristo….que se empiezan a vislumbrar los primeros detalles acerca de Su Nombre y a tomar forma el cumplimiento de las profecías relacionadas con Él. Una de ellas, Isaías 52:6, dice:
“Por tanto, Mi pueblo conocerá Mi Nombre por esta causa en aquel día; porque Yo Mismo que hablo, he aquí estaré presente.”
Continúo el día de mañana.
Dios bendiga a todos
La Biblia amplificada describe esta misma porción de la Escritura de esta manera:
“Por cuanto ha conocido y entendido Mi Nombre” (tiene un conocimiento personal de Mi Misericordia, de Mi Amor y de Mi Bondad, confía y depende de Mi, sabiendo que nunca fallaré, no, ¡nunca!). Entonces, es de vital importancia para nosotros conocer e invocar el Nombre de Dios; y a quién ponga su voluntad en ello, Dios le librará y le pondrá en alto por cuanto existirá una gran razón: “Ha conocido Su Nombre”.
La gente que no conoce el Nombre de Dios y que no tiene una clara revelación de esto, menciona tantas cosas, no se diga aquéllos quienes están cautivos y son usados por Satanás, el mayor interesado en que no se conozca ni se pronuncie, menos que se invoque el Nombre de Dios; y ellos hacen invocaciones diversas, y algunos queriendo aparentar que están en conexión con determinadas religiones y con las cosas de Dios, aún mencionan nombres bíblicos como Moisés, Elías, María, Juan, José o Pedro, creyendo que en la invocación de esos nombres o personas, van a encontrar de alguna manera cualquiera bendición; y no es así, nosotros debemos invocar únicamente el Nombre de Dios, Nombre que es sobre todo nombre, para alcanzar Gracia, Misericordia y Favor.
En el capítulo 6 del Evangelio según San Mateo, encontramos una declaración muy importante que hizo el Señor Jesús acerca de la oración….En el versículo 9 dice:
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos: observemos que una vez que nos hemos dirigido a nuestro Padre, ¿qué es lo primero que se menciona? “Santificado sea Tu Nombre”, es decir que el Señor Jesús enseñó este modelo de oración mediante el cual nos instruye para que lo primero que hagamos al orar, sea santificar el Nombre de Dios; entonces, el Padre que está en los cielos, tiene Su Nombre y nosotros debemos santificar ese Nombre; es evidente que muchas personas, a pesar de estar muy familiarizadas con este modelo de oración, e inclusive habiéndola aprendido de memoria, no han notado que la parte más importante de ella, es precisamente “Santificado sea Tu Nombre”, donde la palabra santificado, ha sido traducida de la palabra griega jagiazo, que en esta aplicación tiene el significado de “venerar mentalmente”, y la palabra venerar significa “dar culto a Dios” (Diccionario Larousse versión usual)), por lo que sin mayor complicación podemos deducir que lo primero que estamos pidiendo al Padre en esta oración, es que todo ser humano, empezando por nosotros mismos, al pensar, pronunciar, invocar, o escuchar Su Nombre, debemos adoptar en nuestro espíritu y nuestra mente, esa actitud de honra que hemos descrito, con extraordinaria admiración y temor reverentes hacia nuestro Creador, porque se ha hecho presente algo muy Santísimo y Sagrado: Su Nombre.
Al igual que todos Sus atributos, Su Nombre también es parte de Él, es parte de Si Mismo, por tanto es Santísimo, es Divino; y en consecuencia, nunca, como en muchos casos que se dan entre la gente que ignora las cosas de Dios, se debe pronunciar Su Nombre para hacerlo parte de chistes y cosas de juego, considerándolo como algo que podemos menospreciar para ser utilizado en bromas y juicios ligeros, o en asuntos vanos. Éxodo 20:7 nos ilustra cómo Dios mismo nos advierte en forma categórica e imperativa: “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque no dará por inocente el Señor al que tomare Su nombre en vano”, y en la versión amplificada de la Biblia, podemos ver que en vano significa ligera y frívolamente (actitud superficial, inclinada a divertir y tomar las cosas con poca seriedad), en afirmaciones falsas o profanas.
Debido a que esta declaración de Éxodo 20:7 que leímos, “No tomarás el nombre de Dios en vano”, forma parte del decálogo, los hebreos saban diversas palabras con significado de exaltación para referirse a la Deidad; citar algunas, la palabra Elohim, que significa El Excelso; la palabra Elyon, que significa Dios Altísimo; la palabra Shaddai, que significa Omnipotente, Todopoderoso; la palabra Adonai, que significa Señor, y una de las palabras más usadas en la Biblia, pero no en los labios de un judío, fue el famoso tetragramatón, YHWH, verbo que implica existencia eterna: YO SOY, impronunciable, debido a que en el hebreo antiguo no existían las vocales, por lo que ni aún los sacerdotes lo pronunciaban; sencillamente seguían refiriéndose a Dios como Poderoso, Altísimo, Supremo, Sublime, la Roca, etc., pero el nombre de Dios no es ninguno de ellos; posteriormente, en el año de 1520, se atribuye a un señor Pedro Galatino, la traducción de este verbo hebreo YHWH, en la cual, a fín de hacerlo posible de pronunciar, le incluye las vocales de la palabra Adonai, resultando así la palabra Yahwhe, que traducida, es Jehová, palabra inventada que se popularizó al adoptarse en la única versión bíblica que la contiene:la versión Reina-Valera; pero que de ninguna manera es el Nombre de Dios, pues como vimos, tan sólo es una traducción de la modificación hecha al verbo hebreo YHWH, YO SOY. De la misma palabra Yahwhe se derivó también la palabra Yavé, adoptada para describir a Dios en la versión bíblica Católica-romana.
Así pudiéramos revisar diferentes porciones del Antiguo Testamento en cada una de las distintas versiones Bíblicas que podemos encontrar, y sólo hallaríamos diferentes términos para referirnos a Dios y que exaltan Sus maravillosos atributos, ninguno de los cuales es Su Nombre; es sólo hasta el Nuevo Testamento donde vemos la venida de Dios al mundo, cuando Jesús Se encarna en María y empieza Su ministerio “el Hijo del hombre”, el Hijo de Dios, el Mesías prometido, el Cristo….que se empiezan a vislumbrar los primeros detalles acerca de Su Nombre y a tomar forma el cumplimiento de las profecías relacionadas con Él. Una de ellas, Isaías 52:6, dice:
“Por tanto, Mi pueblo conocerá Mi Nombre por esta causa en aquel día; porque Yo Mismo que hablo, he aquí estaré presente.”
Continúo el día de mañana.
Dios bendiga a todos
Si el pueblo de Israel hubiera conocido ya el nombre de Dios, no tendría sentido esta declaración, y note que no está aquí refiriéndose a gente extraña, sino al pueblo de Dios, y hasta ese momento el único pueblo de Dios era Israel, aunque después, también la Iglesia (miembros y cuerpo del Señor) hemos venido a ser pueblo de Dios. (1 Pedro 2:9).
Entonces, Dios anunció por medio del profeta Isaías que habría de venir a este mundo y al hacerse presente, manifestaría Su Nombre, pero antes de Su venida, en otra profecía anterior a ésta, en Isaías 25:8-9 se anunciaba que Dios Mismo vendría a hacerse presente aquí, a la tierra, para llevar a cabo y cumplir lo siguiente:
“Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de Su pueblo de toda la tierra; porque el Señor lo ha dicho. “Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, Le hemos esperado, y nos salvará; Éste es el Señor a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en Su salvación.”
La reflexión aquí es ésta: ¿Quién es el Que vino a destruir la muerte? ¿Quién es el Que dijo: “Oh muerte, Yo Soy tu muerte, oh infierno, Yo Soy tu destrucción”? (Oseas 13:14). El que estaba hablando esta profecía, era el Señor Jesús, Quien vino a cumplirla y lo demostró: Venció la muerte, venció al sepulcro, venció al infierno mismo….. Luego agrega: “Y se dirá en aquel día: He aquí, Éste es nuestro Dios”; entonces, el Que habría de destruir la muerte, es Dios Mismo; el Que habría de enjugar toda lágrima, es Dios Mismo; el Que habría de quitar la afrenta de Su pueblo, es Dios Mismo….”Y se dirá en aquel día: Éste es nuestro Dios, Le hemos esperado, y nos salvará.” “¿Quién hizo todas estas cosas?”
1 Timoteo 3:16 dice:
“E indiscutiblemente, Grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creido en el mundo, recibido arriba en gloria.”
“Grande es el misterio de la piedad, Dios fue manifestado en carne”; ¡Ah!, entonces ¡Jesucristo es Dios!, porque además, Él cumple con toda la descripción adicional en este pasaje, pero ¿cuál podemos decir que es Su Nombre?….¿el Señor Jesús, Jesús de Nazareth, Jesús el Cristo, Cristo Jesús o Jesucristo?; todos ellos se mencionan en el Nuevo Testamento, y para santificar el nombre del Padre, ¿cuál es el correcto?
Al leer sobre el nacimiento de Jesucristo, en la porción de Mateo 1:18 al 23, encontramos que un ángel del Señor apareció en sueños a José y le dijo: “No temas recibir a María tu mujer, porue lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un Hijo, y llamarás Su Nombre JESUS, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.” Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y llamará Su Nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Isaías 7:14).
Saquemos algunas cosas en claro de esta Escritura: El nombre Jesús es un nombre que ciertamente es dado por el ángel, ¿correcto? Y el ángel no va a dar un nombre por pura ocurrencia, lo da porque Dios Mismo le está diciendo que ese Nombre es el que debe dar: “Llamarás Su nombre JESUS”, así que Jesús es un nombre que viene de Dios a través del ángel, pero más adelante dice que esto aconteció para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta cuando dijo: “He aquí la virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y llamará Su nombre Emmanuel.” Bueno, por fín, ¿cómo se llama, Jesús, o Emmanuel?, ¿no le ha parecido a usted, alguna vez, confuso este pasaje?, pues…..¿Se llama Jesús, o Se llama Emmanuel?, Se llama Jesús, el nombre humano es Jesús, aunque ese nombre humano venga del cielo; luego, “y llamará Su nombre Emmanuel”, es decir que se le reconocería como “Emmanuel” o Dios con nosotros” al mismo Jesús, es decir que el nombre de Jesús, siendo un nombre propio y humano y que significa Salvador, tiene además otra característica muy importante….se está revelando algo más en este nombre: que en el Salvador está la presencia de Dios y además, este Mismo Dios está con nosotros; el mensaje aquí estaba claro, porque al ver a nuestro Salvador Jesús, podemos decir que Dios está con nosotros; y si Dios mismo trajo a nosotros esta instrucción: que podemos decir con toda seguridad que a través de Jesús nuestro Salvador, contamos con la presencia de Dios….que a través de Jesús, Dios es con nosotros, o Dios está con nosotros, es porque al mismo tiempo Dios dice: “Yo estoy con ustedes”, o “YO SOY con ustedes”, por lo que a través del nombre Emmanuel, también vemos vinculado el “YO SOY” del Antiguo Testamento con Jesús nuestro Salvador, como el mismo y único Dios verdadero. Esta vinculación también estaba incluída en la razón de este mensaje profético, porque no se encuentra registrada ni una sola vez en la Biblia que a Jesús se Le haya llamado Emmanuel; era sólo un nombre profético para revelar que el Mesías que nacería de una virgen: Jesús, sería el Mismo y Unico Dios que ha sido por siempre el “YO SOY” del Antiguo Testamento, y que por siempre será el Mismo Dios que no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que Se despojó A SI MISMO de Su Majestad, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, para venir a salvarnos (Filipenses 2:6). Dios ha utilizado esta manera para describir proféticamente las Cualidades Maravillosas de Sí Mismo, haciéndolas formar parte de Su Nombre, porque todo, tanto Sus cualidades, como Su Nombre, dijimos, son parte de Sí Mismo; por ejemplo, Dios también dijo a través de este mismo profeta en Isaías 9:6: “Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, y el principado sobre Su hombro; y Se llamará Su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Ahora, Mateo cuando describe el asunto de Su nacimiento, omite algo muy interesante que Lucas no pasa por alto cuando escribe esta experiencia……Veamos en Lucas 2:10 y 11:
“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:” “que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.”
¡Sí! Lucas escribe algo que el ángel dijo y que Mateo omite; y esta declaración es sumamente importante: que este Jesús que ha nacido, este Jesús es Cristo y es Señor,
Aquí culmino. Continúo el día de mañana, ¿está bien Hno. Mael? Se va a poner más interesante aún, ¡créemelo! Pues veo que tú (Mael) eres el único que le está poniendo mucho interés, ¿qué pasa con los demás?
Dios bendiga a todos.
Sugerencia, si hacemos comentarios mas cortos sería mas facíl analizarlos y dar una opinión, por razones de tiempo, pues de lo contrario se puede dar una opinión equivocada del tema.
Atte.