Ezequiel

Profecía contra el Monte Seir

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Profecía contra el Monte Seir (26:35:1 - 26:35:15)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte Seír y profetiza contra él.

Dile que así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, yo estoy contra ti, oh monte Seír, y contra ti extiendo mi mano. Te convertiré en desolación y soledad.

A tus ciudades convertiré en ruinas, y serás una desolación. Y sabrás que yo soy Jehovah.

Por cuanto habéis guardado una enemistad perpetua y habéis entregado a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo del castigo final;

por eso, ¡vivo yo, que a la sangre te destinaré, y la sangre te perseguirá!, dice el Señor Jehovah. Ya que no aborreciste la sangre, ésta te perseguirá.

Convertiré al monte Seír en desolación y soledad, y eliminaré de allí al que pasa y al que vuelve.

Llenaré sus montes con sus cadáveres. En tus colinas, en tus valles y en todas tus quebradas caerán muertos a espada.

Te convertiré en desolación perpetua, y tus ciudades nunca más serán habitadas. Y sabréis que yo soy Jehovah.

“Por cuanto dijiste: Estas dos naciones y estas dos tierras serán mías, y tomaremos posesión de ellas, a pesar de que Jehovah estaba allí,

por eso, ¡vivo yo, que haré conforme a tu ira y conforme al celo con que has procedido a causa de tu odio contra ellos!, dice el Señor Jehovah. Y seré conocido en ti cuando te juzgue.

Tú sabrás que yo, Jehovah, he oído todas las infamias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: ¡Son desolados y a nosotros nos son entregados como comida!

Con vuestra boca os habéis engrandecido contra mí, y contra mí os habéis insolentado. Y yo he oído vuestras palabras.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “Cuando toda la tierra se regocije, yo te haré una desolación.

Como te regocijaste porque fue desolada la heredad de la casa de Israel, así te haré a ti. Tú, oh monte Seír con toda Edom, serás una desolación. Y sabrán que yo soy Jehovah.

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Restauración futura de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Restauración futura de Israel (26:36:1 - 26:36:38)

“Pero tú, oh hijo de hombre, profetiza acerca de los montes de Israel, y di: ¡Oh montes de Israel, oíd la palabra de Jehovah!

Así ha dicho el Señor Jehovah: Por cuanto el enemigo dijo de vosotros: ¡Bravo! ¡También estas alturas eternas nos han sido dadas por heredad!,

por eso, profetiza y di que así ha dicho el Señor Jehovah: Por cuanto os desolaron y os aplastaron por todos lados, para que fueseis hechos heredad de las demás naciones, de modo que se os puso como objeto de habladuría y calumnia ante los pueblos;

por eso, oh montes de Israel, oíd la palabra del Señor Jehovah. Así ha dicho el Señor Jehovah a los montes y a las colinas, a las quebradas y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que fueron expuestas al saqueo y al escarnio ante el resto de las naciones que están alrededor.”

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah: “Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado contra el resto de las naciones y contra todo Edom, quienes en medio del regocijo de todo corazón y con despecho del alma, se dieron a sí mismos mi tierra como heredad, para que su campo fuese expuesto al pillaje.

Por tanto, profetiza acerca de la tierra de Israel y di a los montes y a las colinas, a las quebradas y a los valles, que así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, porque habéis cargado con la afrenta de las naciones.

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah, yo he alzado mi mano jurando que las naciones que están a vuestro alrededor han de cargar con su afrenta.

“Pero vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestras ramas y produciréis vuestro fruto para mi pueblo Israel, porque ellos están a punto de venir.

Porque he aquí, yo estoy a favor de vosotros; me volveré a vosotros, y seréis cultivados y sembrados.

Multiplicaré sobre vosotros los hombres, a toda la casa de Israel, a toda ella. Las ciudades serán habitadas, y las ruinas serán reconstruidas.

Multiplicaré sobre vosotros a hombres y animales; se multiplicarán y fructificarán. Os haré habitar como solíais en el pasado; os haré mejores que en vuestros comienzos. Y sabréis que yo soy Jehovah.

Sobre vosotros haré que transiten hombres, los de mi pueblo Israel. Os tomarán en posesión, y vosotros seréis su heredad. Nunca más les volveréis a privar de sus hijos.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “Por cuanto te dicen: Tú devoras hombres y privas de hijos a tu nación,

por tanto, no devorarás más a los hombres, ni nunca más privarás de hijos a tu nación, dice el Señor Jehovah.

Nunca más te haré oír la afrenta de las naciones, ni llevarás más el oprobio de los pueblos, ni privarás de hijos a tu nación,” dice el Señor Jehovah.

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la contaminaban con su conducta y sus obras. Su conducta delante de mí fue como la inmundicia de una mujer menstruosa.

Y yo derramé mi ira sobre ellos, por la sangre que derramaron sobre la tierra y porque la contaminaron con sus ídolos.

Los dispersé por las naciones, y fueron esparcidos por los países. Los juzgué conforme a su conducta y a sus obras.

Pero cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi santo nombre cuando se decía de ellos: ¡Estos son el pueblo de Jehovah, pero de la tierra de él han salido!

He tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel en las naciones adonde fueron.

Por tanto, di a la casa de Israel que así ha dicho el Señor Jehovah: Yo no lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, al cual habéis profanado en las naciones adonde habéis llegado.

Yo mostraré la santidad de mi gran nombre que fue profanado en las naciones, en medio de las cuales vosotros lo profanasteis. Y sabrán las naciones que soy Jehovah, cuando yo muestre mi santidad en vosotros a vista de ellos, dice el Señor Jehovah.

“Yo, pues, os tomaré de las naciones y os reuniré de todos los países, y os traeré a vuestra propia tierra.

Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos.

Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.

Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.

Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.

Os libraré de todas vuestras impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no os someteré más al hambre.

Multiplicaré, asimismo, el fruto de los árboles y el producto de los campos, para que nunca más recibáis afrenta entre las naciones, por causa del hambre.

Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestros hechos que no fueron buenos, y os detestaréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.

No es por causa de vosotros que hago esto; sabedlo bien, dice el Señor Jehovah. ¡Avergonzaos y cubríos de afrenta a causa de vuestros caminos, oh casa de Israel!”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “El día en que yo os purifique de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades y que sean reconstruidas las ruinas.

La tierra desolada será cultivada, en contraste con haber estado desolada ante los ojos de todos los que pasaban.

Y dirán: Esta tierra que estaba desolada ha venido a ser como el jardín de Edén, y estas ciudades que estaban destruidas, desoladas y arruinadas ahora están fortificadas y habitadas.

Entonces las naciones que fueron dejadas en vuestros alrededores sabrán que yo, Jehovah, he reconstruido las ciudades arruinadas y he plantado la tierra desolada. Yo, Jehovah, he hablado y lo haré.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “Aún he de ser buscado por la casa de Israel para hacerles esto: Multiplicaré los hombres como los rebaños.

Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus festividades, así las ciudades desiertas estarán llenas de rebaños de hombres. Y sabrán que yo soy Jehovah.”

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El valle de los huesos secos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > El valle de los huesos secos (26:37:1 - 26:37:14)

La mano de Jehovah vino sobre mí; me llevó fuera por el Espíritu de Jehovah y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

Me hizo pasar junto y alrededor de ellos, y he aquí que eran muchísimos sobre la superficie del valle. Y he aquí que estaban muy secos.

Entonces me preguntó: —Oh hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y respondí: —Oh Señor Jehovah, tú lo sabes.

Entonces me dijo: —Profetiza a estos huesos y diles: “Huesos secos, oíd la palabra de Jehovah.

Así ha dicho el Señor Jehovah a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

Pondré tendones sobre vosotros, haré subir carne sobre vosotros, os cubriré de piel y pondré espíritu en vosotros; y viviréis. Y sabréis que yo soy Jehovah.”

Profeticé, pues, como se me ordenó; y mientras yo profetizaba, hubo un ruido. Y he aquí un temblor, y los huesos se juntaron, cada hueso con su hueso.

Miré, y he aquí que subían sobre ellos tendones y carne, y la piel se extendió encima de ellos. Pero no había espíritu en ellos.

Entonces me dijo: —Profetiza al espíritu. Profetiza, oh hijo de hombre, y di al espíritu que así ha dicho el Señor Jehovah: “Oh espíritu, ven desde los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, para que vivan.”

Profeticé como me había mandado, y el espíritu entró en ellos, y cobraron vida. Y se pusieron de pie: ¡un ejército grande en extremo!

Luego me dijo: —Oh hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. He aquí que ellos dicen: “Nuestros huesos se han secado. Se ha perdido nuestra esperanza. Somos del todo destruidos.”

Por tanto, profetiza y diles que así ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí, oh pueblo mío, yo abriré vuestros sepulcros. Os haré subir de vuestros sepulcros y os traeré a la tierra de Israel.

Y sabréis que soy Jehovah, cuando yo abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros sepulcros, oh pueblo mío.

Pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis. Os colocaré en vuestra propia tierra, y sabréis que yo, Jehovah, lo dije y lo hice,” dice Jehovah.

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La reunión de Judá e Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > La reunión de Judá e Israel (26:37:15 - 26:37:28)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Tú, oh hijo de hombre, toma una vara y escribe sobre ella: Para Judá y los hijos de Israel, sus compañeros. Toma después otra vara y escribe sobre ella: Para José (vara de Efraín) y toda la casa de Israel, sus compañeros.

Luego únelas, la una con la otra, para que sean una sola; y serán una sola en tu mano.

Y cuando los hijos de tu pueblo te pregunten: ¿No nos enseñarás qué significan para ti estas cosas?,

les dirás que así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, yo tomo la vara de José (que está en la mano de Efraín) y las tribus de Israel, sus compañeros, y la pondré junto con la vara de Judá. Los haré una sola vara, y serán una sola en mi mano.

“Las varas sobre las cuales escribas estarán en tu mano, ante la vista de ellos.

Y les dirás que así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, yo tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron; los reuniré de todas partes, y los traeré a su propia tierra.

Haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel, y todos ellos tendrán un solo rey. Nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos.

No se volverán a contaminar con sus ídolos, ni con sus cosas detestables, ni con ninguna de sus transgresiones. Yo los salvaré de todas sus rebeliones con que han pecado, y los purificaré. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

“Mi siervo David será rey sobre ellos, y habrá un solo pastor para todos ellos. Andarán según mis decretos; guardarán mis estatutos y los pondrán por obra.

Habitarán en la tierra que di a mi siervo, a Jacob, en la cual habitaron vuestros padres. En ella habitarán para siempre, ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos. Y mi siervo David será su gobernante para siempre.

Haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Los multiplicaré y pondré mi santuario entre ellos para siempre.

Mi tabernáculo estará junto a ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Y cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre, sabrán las naciones que yo, Jehovah, santifico a Israel.”

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Profecía contra Gog

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Profecía contra Gog (26:38:1 - 26:28:19)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia la tierra de Magog, contra Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. Profetiza contra él,

y di que así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.

Te haré dar vuelta y pondré ganchos en tus quijadas. Te sacaré a ti y a todo tu ejército—caballos y jinetes, todos vestidos a la perfección—, una gran multitud con escudos y defensas, llevando todos ellos espadas.

Persia, Etiopía y Libia estarán con ellos; todos ellos con escudos y cascos.

Estarán contigo Gomer y todas sus tropas; Bet-togarma, de los confines del norte, con todas sus tropas, y muchos otros pueblos.

Alístate y prepárate, tú con toda la multitud que se te ha congregado, y sé tú su guarda.

De aquí a muchos días serás convocado. Al cabo de años vendrás a la tierra restaurada de la espada y recogida de entre muchos pueblos, contra los montes de Israel, que continuamente han sido objeto de destrucción. Sus habitantes han sido sacados de entre las naciones, y todos ellos habitan confiadamente.

Tú subirás; vendrás como una tempestad y serás como una nube que cubre la tierra, tú con todas tus tropas, y muchos pueblos contigo.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “En aquel día sucederá que subirán palabras a tu corazón, y concebirás un plan malvado.

Dirás: Subiré contra una tierra indefensa; iré a un pueblo tranquilo que habita confiadamente. Todos ellos habitan sin murallas, y no tienen cerrojos ni puertas.

Esto será para tomar botín y para hacer saqueo, para volver tu mano contra las ruinas que han vuelto a ser habitadas, contra el pueblo que ha sido recogido de entre las naciones, el cual se hace de ganado y de posesiones, y habita en el centro de la tierra.

Saba, Dedán, los mercaderes de Tarsis y todas sus aldeas te preguntarán: ¿Has venido para tomar botín? ¿Has reunido tu multitud para hacer saqueo, para llevarte la plata y el oro, para tomar el ganado y las posesiones, para tomar un gran botín?

“Por tanto, oh hijo de hombre, profetiza y di a Gog que así ha dicho el Señor Jehovah: En aquel día, cuando mi pueblo Israel habite confiadamente, ¿no lo sabrás tú?

Vendrás de tu lugar, de los confines del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos a caballo, una gran multitud, un numeroso ejército.

Y subirás contra mi pueblo Israel como nube para cubrir la tierra. Ocurrirá en los postreros días. Yo te traeré contra mi tierra para que las naciones me conozcan cuando yo muestre mi santidad en ti, oh Gog, ante su vista.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “¿Eres tú aquel de quien hablé en los días del pasado por medio de mis siervos los profetas de Israel, quienes en aquellos días y años profetizaron que yo te habría de traer contra ellos?

“Ocurrirá en aquel día, cuando Gog venga contra la tierra de Israel, dice el Señor Jehovah, que estallará mi ira en mi rostro.

Porque en mi celo y en el fuego de mi indignación digo que en aquel día habrá un gran terremoto en la tierra de Israel.

Y temblarán ante mi presencia los peces del mar, las aves del cielo, los animales del campo, todo reptil que se desplaza sobre la tierra y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra. Los montes serán destruidos, y caerán los declives; toda muralla caerá a tierra.

En todos mis montes llamaré a la espada contra Gog, dice el Señor Jehovah. Y la espada de cada uno estará contra su hermano.

Con peste y con sangre entraré en juicio contra él. Sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él haré caer lluvia torrencial, piedras de granizo, fuego y azufre.

Mostraré mi grandeza y mi santidad. Así me daré a conocer ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy Jehovah.

“Tú, pues, oh hijo de hombre, profetiza contra Gog y di que así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.

Te haré dar vuelta y te conduciré. Te haré subir desde los confines del norte y te traeré a los montes de Israel.

Romperé tu arco en tu mano izquierda y haré que caigan las flechas de tu mano derecha.

Sobre los montes de Israel caerás tú con todas tus tropas y los pueblos que están contigo. Te he dado por comida a las aves de rapiña, a las aves de toda especie y a los animales del campo.

Sobre la superficie del campo caerás, porque yo he hablado, dice el Señor Jehovah.

“Enviaré fuego sobre Magog y sobre los que habitan con seguridad en las costas. Y sabrán que yo soy Jehovah.

Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más permitiré que mi santo nombre sea profanado. Y sabrán las naciones que yo soy Jehovah, el Santo de Israel

“¡He aquí que viene y se cumplirá!, dice el Señor Jehovah. Este es el día del cual he hablado.

Entonces saldrán los habitantes de las ciudades de Israel, y encenderán fuego y harán arder las armas: los escudos y las defensas, los arcos y las flechas, las jabalinas y las lanzas. Y con ellas harán fuego durante siete años;

no recogerán leña del campo ni la cortarán de los bosques, sino que prenderán el fuego con las armas. Así despojarán a los que los despojaron, y saquearán a los que los saquearon, dice el Señor Jehovah.

“Sucederá en aquel día que yo daré a Gog un lugar para sepultura allí en Israel, en el valle de los viajeros, al oriente del mar, y obstruirán el paso de los viajeros. Allí sepultarán a Gog y a su multitud, y lo llamarán valle de Hamón-gog.

Y la casa de Israel los estará enterrando durante siete meses, para purificar la tierra.

Todo el pueblo de la tierra los enterrará; para ellos será célebre el día en que yo me glorifique, dice el Señor Jehovah.

he aquí yo traigo contra ti extranjeros, los más crueles de las naciones. Desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y profanarán tu esplendor.

Te harán descender a la fosa, y morirás como los que son muertos en el corazón de los mares.

¿Osarás decir delante de tu verdugo, a pesar de ser hombre y no Dios: Yo soy un dios? En mano de quienes te atraviesen

morirás a la manera de los incircuncisos, en mano de los extranjeros; porque yo he hablado,” dice el Señor Jehovah.

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, entona un lamento por el rey de Tiro, y dile que así ha dicho el Señor Jehovah: “¡Tú eras un modelo perfecto, lleno de sabiduría y de completa hermosura!

Estabas en el Edén, el jardín de Dios. Tu vestidura era de toda clase de piedras preciosas: rubí, topacio, diamante, crisólito, ónice, jaspe, zafiro, turquesa y berilo. Y de oro era la hechura de tus encajes y de tus engastes. En el día que fuiste creado fueron preparadas.

Cuando fuiste ungido, yo te puse junto con los querubines protectores. Estabas en el santo monte de Dios, y andabas en medio de piedras de fuego.

Eras perfecto en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad.

“A causa de tu gran comercio te llenaron de violencia, y pecaste. Por eso, te expulsé del monte de Dios, y un querubín protector hizo que desaparecieras de en medio de las piedras de fuego.

Tu corazón se enalteció debido a tu hermosura; a causa de tu esplendor se corrompió tu sabiduría. “Yo te he arrojado en tierra; te he puesto como espectáculo ante los reyes.

Por tus muchos pecados y por la iniquidad de tu comercio, profanaste tu santuario. Yo, pues, hice que en medio de ti se desatara y te devorase el fuego. Te convertí en cenizas sobre la tierra ante los ojos de cuantos te observaban.

Todos los que te conocen entre los pueblos se horrorizan a causa de ti. Eres objeto de espanto, y dejarás de ser para siempre.”

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