Nuevo Testamento

Jesús explica la parábola de la cizaña

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Enviado por Elodiiia

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > Jesús explica la parábola de la cizaña (40:13:36 - 40:24:28)

Entonces, una vez despedida la multitud, volvió a casa. Y sus discípulos se acercaron a él diciendo: —Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

Si aquellos días no fuesen acortados, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

Entonces, si alguien os dice: “Mirad, aquí está el Cristo,” o “Está acá,” no le creáis.

Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y darán grandes señales y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los escogidos.

¡Mirad! Os lo he dicho de antemano.

Así que, si os dicen: “Mirad, está en el desierto,” no salgáis; o “Mirad, está en las habitaciones interiores,” no lo creáis.

Porque así como el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.

Porque donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.

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La venida del Hijo del Hombre

Imagen La venida del Hijo del Hombre 1

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > La venida del Hijo del Hombre (40:24:29 - 40:24:51)

Pero inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor. Las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos.

Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.

El enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

De la higuera aprended la analogía: Cuando su rama ya está tierna y brotan sus hojas, sabéis que el verano está cerca.

Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas.

De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Pero acerca de aquel día y hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre.

Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca,

y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

En aquel entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.

Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra dejada.

Velad, pues, porque no sabéis en qué día viene vuestro Señor.

Pero sabed esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón, habría velado y no habría dejado que forzaran la entrada a su casa.

Por tanto, estad preparados también vosotros, porque a la hora que no pensáis, vendrá el Hijo del Hombre.

¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor le puso sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido tiempo?

Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, le encuentre haciéndolo así.

De cierto os digo que le pondrá sobre todos sus bienes.

Pero si aquel siervo malvado dice en su corazón: “Mi señor tarda”;

y si comienza a golpear a sus consiervos, y si come y bebe con los borrachos,

el señor de aquel siervo vendrá en el día que no espera y a la hora que no sabe,

y le castigará duramente y le asignará lugar con los hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.

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Parábola de las diez vírgenes

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > Parábola de las diez vírgenes (40:25:1 - 40:25:13)

Entonces, el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.

Cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes.

Cuando las insensatas tomaron sus lámparas, no tomaron consigo aceite;

pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.

Y como tardaba el novio, todas cabecearon y se quedaron dormidas.

A la media noche se oyó gritar: “¡He aquí el novio! ¡Salid a recibirle!”

Entonces, todas aquellas vírgenes se levantaron y alistaron sus lámparas.

Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan.”

Pero las prudentes respondieron diciendo: “No, no sea que nos falte a nosotras y a vosotras; id, más bien, a los vendedores y comprad para vosotras mismas.”

Mientras ellas iban para comprar, llegó el novio; y las preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta.

Después vinieron también las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”

Pero él respondiendo dijo: “De cierto os digo que no os conozco.”

Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.

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Parábola de los talentos

Parabola de los talentos 1
Enviado por TuBiblia

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > Parábola de los talentos (40:25:14 - 40:25:30)

Porque el reino de los cielos será semejante a un hombre que al emprender un viaje largo, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.

A uno dio cinco talentos, a otro dos, y a otro, uno. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos.

Inmediatamente, el que había recibido cinco talentos se fue, negoció con ellos y ganó otros cinco talentos.

De la misma manera, el que había recibido dos ganó también otros dos.

Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.

Cuando se presentó el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos y dijo: “Señor, me entregaste cinco talentos; he aquí he ganado otros cinco talentos.”

Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.”

Y cuando se presentó el que había recibido dos talentos, dijo: “Señor, me entregaste dos talentos; he aquí he ganado otros dos talentos.”

Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.”

Imagen Parábola de los talentos 2
Enviado por angel

Pero cuando se presentó el que había recibido un talento, dijo: “Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.

Y como tuve miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo.”

Su señor respondió y le dijo: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí?

Por lo tanto, debías haber entregado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, habría recibido lo que es mío con los intereses.

Por tanto, quitadle el talento y dadlo al que tiene diez talentos.

Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera.” Allí habrá llanto y crujir de dientes.

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El juicio de las naciones

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > El juicio de las naciones (40:25:31 - 40:25:46)

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria;

y todas las naciones serán reunidas delante de él. El separará los unos de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas de los cabritos;

y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis;

estuve desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí.”

Entonces los justos le responderán diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber?

¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o desnudo y te vestimos?

¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a ti?”

Y respondiendo el Rey les dirá: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis.”

Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;

fui forastero, y no me recibisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.”

Entonces le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?”

Entonces les responderá diciendo: “De cierto os digo, que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco lo hicisteis a mí.”

Entonces irán éstos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.

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