Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Éxodo > La columna de nube y de fuego (2:13:17 - 2:13:22)
Cuando el faraón dejó ir al pueblo, Dios no lo guió por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era más corto, porque dijo Jehovah: “No sea que al enfrentarse con la guerra, el pueblo cambie de parecer y se vuelva a Egipto.”
Más bien, Dios hizo que el pueblo diese un rodeo por el camino del desierto hacia el mar Rojo. Los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto armados.
Moisés tomó también consigo los restos de José, quien había hecho jurar a los hijos de Israel diciendo: “Ciertamente Dios os visitará, y haréis llevar de aquí mis restos, con vosotros.”
Salieron de Sucot y acamparon en Etam, al borde del desierto.
Jehovah iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que pudieran caminar tanto de día como de noche.
La columna de nube nunca se apartó de día de delante del pueblo, ni la columna de fuego de noche.
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