Jacob se prepara para el encuentro con Esaú

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Jacob se prepara para el encuentro con Esaú (1:32:1 - 1:32:21)

Jacob continuó su camino, y le salieron al encuentro unos ángeles de Dios.

Cuando los vio, Jacob dijo: —¡Este es un campamento de Dios! Y llamó el nombre de aquel lugar Majanaim.

Después Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra de Seír, en los campos de Edom.

Y les mandó diciendo: —Así diréis a mi señor Esaú: “Así dice tu siervo Jacob: He residido con Labán, con quien he permanecido hasta ahora.

Tengo vacas, asnos, ovejas, siervos y siervas; y envío a decírselo a mi señor, para hallar gracia ante sus ojos.”

Los mensajeros volvieron a Jacob, y dijeron: —Fuimos a tu hermano Esaú. El también viene a recibirte acompañado de 400 hombres.

Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió. Luego dividió en dos campamentos la gente que tenía consigo, así como las ovejas, las vacas y los camellos,

pues dijo: “Si Esaú viene contra un campamento y lo ataca, el otro campamento podrá escapar.”

Luego dijo Jacob: —Dios de mi padre Abraham, Dios de mi padre Isaac, oh Jehovah, que me dijiste: “Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te prosperaré,”

yo no soy digno de todas las misericordias y de toda la fidelidad con que has actuado para con tu siervo. Con sólo mi cayado pasé este Jordán, y ahora tengo dos campamentos.

Líbrame, por favor, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo. No sea que venga y me mate a la madre junto con los hijos.

Tú has dicho: “Yo te prosperaré y haré que tu descendencia sea como la arena del mar, que por ser tan numerosa no se puede contar.”

Jacob pasó allí aquella noche, y tomó de lo que tenía a mano un presente para su hermano Esaú:

200 cabras y 20 machos cabríos, 200 ovejas y 20 carneros,

30 camellas que estaban dando de mamar y sus crías, 40 vacas y 10 toros, 20 asnas y 10 borriquillos.

Entregó cada rebaño a sus siervos por separado, y les dijo: —Id delante de mí guardando cierta distancia entre rebaño y rebaño.

Mandó al primero diciendo: —Cuando Esaú mi hermano te encuentre y te pregunte diciendo: “¿De quién eres tú? ¿Y adónde vas? ¿De quién es eso que llevas delante de ti?,”

le dirás: “De tu siervo Jacob; es un presente que envía a mi señor Esaú. Y he aquí que él también viene detrás de nosotros.”

Mandó también al segundo, al tercero, y a todos los que iban detrás de los rebaños, diciendo: —Así hablaréis a Esaú cuando lo encontréis.

También le diréis: “He aquí que tu siervo Jacob viene detrás de nosotros.” Pues pensó: “Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, para que después pueda yo verle; quizás él me acepte.”

Jacob hizo pasar el presente delante de sí, y él se quedó a pasar aquella noche en el campamento.




Jacob lucha con el ángel en Peniel

Imagen Jacob lucha con el ángel en Peniel 1
Enviado por Rafael

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Jacob lucha con el ángel en Peniel (1:32:22 - 1:32:32)

Pero levantándose aquella noche, tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado del Jaboc.

Los tomó y los hizo cruzar el río junto con todo lo que tenía.

Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba.

Como vio que no podía con Jacob, le tocó en el encaje de la cadera, y el encaje de la cadera se le dislocó mientras luchaba con él.

Entonces el hombre le dijo: —¡Déjame ir, porque ya raya el alba! Y le respondió: —No te dejaré, si no me bendices.

El le dijo: —¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: —Jacob.

El le dijo: —No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido.

Entonces Jacob le preguntó diciendo: —Dime, por favor, ¿cuál es tu nombre? Y él respondió: —¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Jacob llamó el nombre de aquel lugar Peniel, diciendo: “Porque vi a Dios cara a cara y salí con vida.”

El sol salió cuando él había partido de Peniel, y cojeaba de su cadera.

Por eso los hijos de Israel no comen hasta el día de hoy el tendón del muslo, que está en el encaje de la cadera, porque tocó a Jacob en el encaje de la cadera, en el tendón del muslo.




Reconciliación entre Jacob y Esaú

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Reconciliación entre Jacob y Esaú (1:33:1 - 1:33:20)

Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los 400 hombres. Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas.

Puso a las siervas y a sus hijos delante, después a Lea y a sus hijos, y al final a Raquel y a José.

El mismo pasó delante de ellos y se postró en tierra siete veces, hasta que se acercó a su hermano.

Esaú corrió a su encuentro, le abrazó, se echó sobre su cuello y le besó. Y lloraron.

Alzó sus ojos, vio a las mujeres y a los niños y preguntó: —¿Quiénes son éstos para ti? Y él respondió: —Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a tu siervo.

Entonces se acercaron las siervas y sus hijos, y se postraron.

También se acercaron Lea y sus hijos, y se postraron. Finalmente se acercaron José y Raquel, y se postraron.

Entonces Esaú le preguntó: —¿Cuál es el propósito de todos esos grupos que he encontrado? Y él respondió: —Hallar gracia ante los ojos de mi señor.

Esaú le dijo: —Yo tengo suficiente, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

Y Jacob respondió: —No, por favor. Si he hallado gracia ante tus ojos, toma mi presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el rostro de Dios, y me has mostrado tu favor.

Acepta, pues, mi presente que te ha sido traído, pues Dios me ha favorecido, porque tengo de todo. El insistió, y Esaú lo aceptó.

Luego éste dijo: —¡Vamos, partamos! Yo te acompañaré.

Jacob le dijo: —Mi señor sabe que los niños son tiernos y que tengo a mi cuidado ovejas y vacas que están criando. Si se los fatiga, en un día morirá todo el rebaño.

Por favor, pase mi señor delante de su siervo. Yo avanzaré como convenga, al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que alcance a mi señor, en Seír.

Esaú dijo: —Permite que deje contigo algunos de los hombres que están conmigo. Y él dijo: —¿Para qué esto? Sólo que halle yo gracia ante los ojos de mi señor.

Aquel día regresó Esaú por su camino a Seír.

Entonces Jacob se dirigió a Sucot y edificó allí una casa para sí. Hizo también cabañas para su ganado, por eso llamó el nombre de aquel lugar Sucot.

Al volver de Padan-aram, Jacob llegó en paz a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán, y acampó frente a la ciudad.

Y la parte del campo donde instaló su tienda compró de manos de los hijos de Hamor, el padre de Siquem, por la suma de 100 piezas de dinero.

Allí levantó un altar y llamó su nombre El-Elohei-Israel.




La deshonra de Dina vengada

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > La deshonra de Dina vengada (1:34:1 - 1:34:31)

Entonces Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió para ver a las jóvenes del lugar.

Y la vio Siquem, el hijo de Hamor el heveo, príncipe de aquella tierra. El la tomó, se acostó con ella y la violó.

Pero se sintió ligado a Dina hija de Jacob; se enamoró de la joven y habló al corazón de ella.

Y Siquem habló con Hamor su padre, diciendo: —Tómame a esta joven por mujer.

Cuando Jacob oyó que Siquem había mancillado a Dina, su hija, sus hijos estaban en el campo con su ganado. Por ello Jacob calló hasta que ellos regresaran.

Entonces Hamor, padre de Siquem, fue para hablar con Jacob.

Cuando los hijos de Jacob lo supieron, regresaron del campo. Los hombres se indignaron y se enfurecieron mucho, porque él había cometido una vileza en Israel, acostándose con la hija de Jacob, cosa que no se debía haber hecho.

Hamor habló con ellos y les dijo: —Mi hijo Siquem se siente atraído por vuestra hija. Os ruego que se la deis por mujer.

Por favor, emparentad con nosotros. Dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras.

Habitad con nosotros; la tierra está delante de vosotros. Habitad en ella, negociad y estableceos en ella.

También Siquem dijo al padre y a los hermanos de ella: —Halle yo gracia ante vuestros ojos, y os daré lo que me pidáis.

Aumentad a cuenta mía el precio matrimonial y muchos regalos. Yo os daré cuánto me pidáis, pero dadme la joven por mujer.

Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, hablando con engaño, porque Siquem había violado a Dina, la hermana de ellos.

Les dijeron: —No podemos hacer eso de dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque entre nosotros eso es una abominación.

Sólo con esta condición accederemos: que seáis como nosotros, al circuncidarse todos vuestros varones.

Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras. Habitaremos con vosotros y seremos un solo pueblo.

Pero si no nos hacéis caso en circuncidaros, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos.

Sus palabras parecieron bien a Hamor y a su hijo Siquem.

No tardó el joven en hacerlo, porque la hija de Jacob le había gustado. Además, él era el más distinguido de toda la casa de su padre.

Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de la ciudad y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo:

—Estos hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la tierra y que negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos también. Nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos nuestras hijas.

Pero con esta condición accederán estos hombres para habitar con nosotros, de modo que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón de entre nosotros, así como ellos son circuncidados.

Sus rebaños, sus posesiones y todo su ganado, ¿no serán así nuestros? Sólo accedamos a su condición, y ellos habitarán con nosotros.

Todos los que salían por las puertas de la ciudad hicieron caso a Hamor y a su hijo Siquem. Circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por las puertas de la ciudad.

Pero sucedió que al tercer día, cuando ellos aún sentían dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, fueron contra la ciudad que estaba desprevenida y mataron a todo varón.

También mataron a filo de espada a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de la casa de Siquem, se fueron.

Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque habían mancillado a su hermana.

Tomaron sus ovejas, sus vacas, sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en el campo.

Llevaron cautivos a todos sus niños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas.

Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: —Me habéis arruinado, haciendo que yo sea odioso entre los habitantes de esta tierra, entre los cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, me herirán y me destruirán a mí y a mi casa.

Y ellos respondieron: —¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una prostituta?




Dios bendice a Jacob en Bet-el

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Dios bendice a Jacob en Bet-el (1:35:1 - 1:35:15)

Entonces Dios dijo a Jacob: —Levántate, sube a Betel y quédate allí. Haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.

Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que le acompañaban: —Quitad los dioses extraños que hay entre vosotros. Purificaos y cambiad vuestros vestidos.

Levantémonos y subamos a Betel; allí haré un altar a Dios, que me respondió en el día de mi angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado.

Así entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían en su poder, y los aretes de sus orejas, y Jacob los escondió al pie de la encina que había junto a Siquem.

Cuando partieron, el terror de Dios se apoderó de los habitantes de las ciudades de sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.

Jacob y toda la gente que le acompañaba llegaron a Luz, es decir, a Betel, en la tierra de Canaán,

y allí edificó un altar. Llamó al lugar El-betel, porque allí se le había revelado Dios cuando huía de su hermano.

Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut.

Dios se apareció otra vez a Jacob después de haber regresado de Padan-aram, y le bendijo.

Le dijo Dios: “Tu nombre es Jacob, pero no se llamará más tu nombre Jacob. Tu nombre será Israel.” Y llamó su nombre Israel.

También le dijo Dios: “Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti procederán una nación y un conjunto de naciones; reyes saldrán de tus lomos.

La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, te la daré a ti; a tus descendientes después de ti, les daré la tierra.”

Dios se apartó de él, del lugar donde había hablado con él.

Entonces Jacob erigió una piedra en el lugar donde Dios había hablado con él, una piedra memorial. Sobre ella derramó una libación, y echó sobre ella aceite.

Jacob llamó Betel al lugar donde Dios había hablado con él.