El Apocalipsis de San Juan

El mensaje a Pérgamo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > El Apocalipsis de San Juan > El mensaje a Pérgamo (66:2:12 - 66:2:17)

“Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice estas cosas:

Yo conozco dónde habitas: donde está el trono de Satanás. Y retienes mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días de Antipas, mi testigo fiel, quien fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

“Sin embargo, tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes allí a algunos que se adhieren a la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer de lo sacrificado a los ídolos y a cometer inmoralidad sexual.

Asimismo, tú también tienes a los que se adhieren a la doctrina de los nicolaítas.

Por tanto, ¡arrepiéntete! Pues de lo contrario vendré pronto a ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza le daré de comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, que nadie conoce sino el que lo recibe.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


El mensaje a Tiatira

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > El Apocalipsis de San Juan > El mensaje a Tiatira (66:2:18 - 66:2:29)

“Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego y sus pies semejantes al bronce bruñido, dice estas cosas:

Yo conozco tus obras, tu amor, tu fidelidad, tu servicio y tu perseverancia; y que tus últimas obras son mejores que las primeras.

“Sin embargo, tengo contra ti que toleras a la mujer Jezabel, que dice ser profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a cometer inmoralidad sexual y a comer lo sacrificado a los ídolos.

Le he dado tiempo para que se arrepienta, y no quiere arrepentirse de su inmoralidad.

He aquí, yo la echo en cama, y a los que con ella adulteran, en muy grande tribulación, a menos que se arrepientan de las obras de ella.

Y a sus hijos mataré con penosa muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriño la mente y el corazón. Y os daré a cada uno de vosotros conforme a vuestras obras.

“Pero a los demás en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, quienes no han conocido las cosas profundas de Satanás (como las llaman), os digo: No os impongo ninguna carga más.

Solamente aferraos a lo que tenéis, hasta que yo venga.

Al que venza y guarde mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

—él las guiará con cetro de hierro; como vaso de alfarero son quebradas—, así como yo también he recibido de mi Padre.

Además, yo le daré la estrella de la mañana.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


El mensaje a Sardis

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > El Apocalipsis de San Juan > El mensaje a Sardis (66:3:1 - 66:3:6)

“Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas dice estas cosas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto.

Sé vigilante y refuerza las cosas que quedan y están a punto de morir, porque no he hallado que tus obras hayan sido acabadas delante de Dios.

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído. Guárdalo y arrepiéntete. Si no eres vigilante, vendré como ladrón; nunca sabrás a qué hora vendré a ti.

“Sin embargo, tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestidos y que andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.

De esta manera, el que venza será vestido con vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


El mensaje a Filadelfia

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > El Apocalipsis de San Juan > El mensaje a Filadelfia (66:3:7 - 66:3:13)

“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: El Santo y Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre, dice estas cosas:

Yo conozco tus obras. He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque tienes un poco de poder y has guardado mi palabra y no has negado mi nombre.

He aquí, yo te daré algunos de la sinagoga de Satanás, de los que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten. He aquí, yo haré que lleguen y se postren delante de tus pies, y conocerán que yo te he amado.

Porque guardaste la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré a la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado, para probar a los moradores de la tierra.

“Yo vengo pronto. Retén lo que tienes para que nadie tome tu corona.

Al que venza, yo le haré columna en el templo de mi Dios, y nunca jamás saldrá fuera. Y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios—la nueva Jerusalén que desciende del cielo, enviada por mi Dios— y mi nombre nuevo.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook


El mensaje a Laodicea

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > El Apocalipsis de San Juan > El mensaje a Laodicea (66:3:14 - 66:3:22)

“Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: El Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de la creación de Dios, dice estas cosas:

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!

Así, porque eres tibio, y no frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca.

Ya que tú dices: Soy rico; me he enriquecido y no tengo ninguna necesidad, y no sabes que tú eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo,

yo te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que veas.

“Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete.

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.

Al que venza, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo también he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”

Poner en mi Poner en mi Facebookacebook