San Lucas

Jesús reprende a Jacobo y a Juan

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Jesús reprende a Jacobo y a Juan (42:9:51 - 42:9:56)

Aconteció que, cuando se cumplía el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.

Envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos,

pero no le recibieron porque vieron en su cara que iba a Jerusalén.

Al ver esto sus discípulos Jacobo y Juan, le dijeron: —Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?

El se dio vuelta y los reprendió,

y fueron a otra aldea.

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Los que querían seguir a Jesús

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Los que querían seguir a Jesús (42:9:57 - 42:9:62)

Mientras ellos iban por el camino, cierto hombre le dijo: —¡Te seguiré a dondequiera que vayas!

Jesús le dijo: —Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

Dijo a otro: —Sígueme. Pero él dijo: —Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre.

Y Jesús le dijo: —Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, ¡vé y anuncia el reino de Dios!

Entonces también dijo otro: —Te seguiré, Señor, pero primero permite que me despida de los que están en mi casa.

Pero Jesús le dijo: —Ninguno que ha puesto su mano en el arado y sigue mirando atrás, es apto para el reino de Dios.

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Misión de los setenta

Imagen Misión de los setenta 1

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Misión de los setenta (42:10:1 - 42:10:12)

Después de estas cosas, el Señor designó a otros setenta, a los cuales envió delante de sí de dos en dos, a toda ciudad y lugar a donde él había de ir.

Y les decía: “A la verdad, la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

¡Id! He aquí yo os envío como corderos en medio de lobos.

No llevéis bolsa, ni alforjas, ni calzado; ni saludéis a nadie por el camino.

“En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.

Si hay allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; pero si no, volverá a vosotros.

Posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No andéis de casa en casa.

En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os pongan delante.

Sanad a los enfermos que haya allí y decidles: El reino de Dios se ha acercado a vosotros.

“Pero en cualquier ciudad donde entréis y no os reciban, salid a sus calles y decid:

Aun el polvo de vuestra ciudad que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero sabed esto: que el reino de Dios se ha acercado.

Os digo que en aquel día será más tolerable para Sodoma que para aquella ciudad.

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Ayes sobre las ciudades impenitentes

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Ayes sobre las ciudades impenitentes (42:10:13 - 42:10:16)

“¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si se hubieran realizado en Tiro y en Sidón los hechos poderosos que han sido realizados en vosotras, desde hace tiempo se habrían arrepentido sentados en saco y ceniza.

Por lo tanto, en el juicio será más tolerable para Tiro y Sidón que para vosotras.

Y tú, Capernaúm, ¿serás exaltada hasta el cielo? ¡Hasta el Hades serás hundida!

“El que os escucha me escucha a mí; el que os rechaza me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza al que me envió.”

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Regreso de los setenta

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Regreso de los setenta (42:10:17 - 42:10:20)

Los setenta volvieron con gozo, diciendo: —Señor, ¡aun los demonios se nos sujetan en tu nombre!

El les dijo: —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.

He aquí, os doy autoridad de pisar serpientes, escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo; y nada os dañará.

Sin embargo, no os regocijéis de esto, de que los espíritus se os sujeten; sino regocijaos de que vuestros nombres están inscritos en los cielos.

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