Nacimiento de Jacob y Esaú

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Nacimiento de Jacob y Esaú (1:25:19 - 1:25:26)

Esta es la historia de Isaac hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac.

Isaac tenía 40 años cuando tomó por mujer a Rebeca hija de Betuel el arameo, de Padan-aram, y hermana de Labán el arameo.

Isaac rogó a Jehovah por su mujer, que era estéril. Jehovah accedió a su ruego, y Rebeca su mujer concibió.

Como los hijos se empujaban dentro de ella, dijo: —Si es así, ¿para qué he de vivir? Ella fue a consultar a Jehovah,

y Jehovah le dijo: —Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.

Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en su vientre.

Y salió el primero, rojizo y todo velludo como una túnica de pieles, y llamaron su nombre Esaú.

Después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y llamaron su nombre Jacob. Isaac tenía 60 años de edad cuando ella los dio a luz.




Esaú vende su primogenitura

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Esaú vende su primogenitura (1:25:27 - 1:25:34)

Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser experto en la caza, hombre del campo. Jacob, por su lado, era hombre tranquilo y solía permanecer en las tiendas.

Isaac prefería a Esaú, porque comía de su caza; pero Rebeca prefería a Jacob.

Cierto día Jacob preparó un guisado. Y cuando Esaú volvía del campo, cansado,

dijo a Jacob: —Por favor, invítame a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por eso fue llamado su nombre Edom.

Y Jacob respondió: —Véndeme primero tu primogenitura.

Entonces Esaú dijo: —He aquí que yo me voy a morir; ¿de qué, pues, me servirá la primogenitura?

Dijo Jacob: —¡Júramelo ahora! El se lo juró y vendió a Jacob su primogenitura.

Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. El comió y bebió, y levantándose, se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.




Isaac en Gerar

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Isaac en Gerar (1:26:1 - 1:26:35)

Hubo hambre en el país, además de la primera que hubo en los días de Abraham. E Isaac se dirigió a Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar.

Y se le apareció Jehovah y le dijo: —No desciendas a Egipto. Habita en la tierra que yo te diré.

Reside en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes os daré todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que hice a tu padre Abraham.

Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra,

porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones.

Habitó, pues, Isaac en Gerar.

Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer. El respondió: —Es mi hermana. Tuvo miedo de decir: “Es mi mujer,” pues pensó: “No sea que los hombres del lugar me maten a causa de Rebeca.” Porque ella era hermosa.

Sucedió después de estar allí muchos días, que Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.

Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo: —¡He aquí, de veras ella es tu mujer! ¿Por qué, pues, dijiste: “Es mi hermana”? Isaac le respondió: —Es que pensé que quizás moriría a causa de ella.

Abimelec le dijo: —¿Por qué nos has hecho esto? Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros culpabilidad.

Entonces Abimelec dio órdenes a todo el pueblo diciendo: —El que toque a este hombre o a su mujer, morirá irremisiblemente.

Isaac sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. Jehovah lo bendijo,

y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser muy rico.

Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de modo que los filisteos le tenían envidia.

Los filisteos cegaron y llenaron de tierra todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Abraham, en sus días.

Entonces Abimelec dijo a Isaac: —Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros.

Isaac se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de Gerar y habitó allí.

Isaac volvió a abrir los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había llamado.

Después los siervos de Isaac cavaron en el valle y descubrieron un pozo de aguas vivas.

Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Isaac, diciendo: —El agua es nuestra. Por eso llamó al pozo Esec, porque allí riñeron con él.

Abrieron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna.

Se alejó de allí y abrió otro pozo, y no contendieron por él. El llamó su nombre Rejobot diciendo: —Porque ahora Jehovah nos ha hecho ensanchar, y seremos fecundos en la tierra.

De allí fue a Beerseba.

Y aquella noche se le apareció Jehovah y le dijo: —Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abraham.

El edificó allí un altar, invocó el nombre de Jehovah e instaló allí su tienda. También allí los siervos de Isaac excavaron un pozo.

Entonces fue a él Abimelec, desde Gerar, acompañado por Ajuzat, amigo suyo, y Ficol, jefe de su ejército.

E Isaac les dijo: —¿Por qué venís a mí, vosotros que me habéis aborrecido y me habéis echado de en medio de vosotros?

Ellos respondieron: —Claramente hemos visto que Jehovah está contigo y dijimos: “Por favor, haya un juramento solemne entre nosotros, entre tú y nosotros.” Hagamos una alianza contigo

de que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y como sólo te hemos hecho bien y te despedimos en paz. Tú eres ahora bendito de Jehovah.

Entonces él les hizo un banquete, y comieron y bebieron.

Después se levantaron temprano, e hicieron juramento el uno al otro. Luego Isaac los despidió, y ellos se alejaron de él en paz.

Aconteció que aquel mismo día vinieron los siervos de Isaac y le dieron noticias acerca del pozo que habían excavado. Y le dijeron: —¡Hemos hallado agua!

El lo llamó Seba. Por esta razón el nombre de la ciudad es Beerseba hasta el día de hoy.

Cuando Esaú tenía 40 años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri el heteo, y a Basemat hija de Elón el heteo.

Estas fueron amargura de espíritu para Isaac y Rebeca.




Jacob obtiene la bendición de Isaac

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Jacob obtiene la bendición de Isaac (1:27:1 - 1:27:40)

Aconteció que cuando Isaac había envejecido, sus ojos se debilitaron, y no podía ver. Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: —Hijo mío. El respondió: —Heme aquí.

Le dijo: —He aquí, yo ya soy viejo y no sé el día de mi muerte.

Toma, pues, ahora tu equipo, tu aljaba y tu arco, y vé al campo a cazar algo para mí.

Luego hazme un potaje como a mí me gusta. Tráemelo para que coma, y yo te bendiga antes que muera.

Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Cuando Esaú fue al campo para cazar lo que había de traer,

Rebeca habló a su hijo Jacob diciendo: —He aquí, he oído a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciendo:

“Caza para mí y hazme un potaje para que coma y te bendiga en presencia de Jehovah, antes de mi muerte.”

Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando:

Vé al rebaño y tráeme de allí dos buenos cabritos; y yo haré con ellos un potaje para tu padre, como a él le gusta.

Tú se lo llevarás a tu padre; y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.

Jacob dijo a Rebeca su madre: —He aquí que Esaú mi hermano es hombre velludo, y yo soy lampiño.

Quizás me palpe mi padre y me tenga por un farsante, y traiga sobre mí una maldición en vez de una bendición.

Su madre le respondió: —Hijo mío, sobre mí recaiga tu maldición. Tú solamente obedéceme; vé y tráemelos.

Entonces él fue, tomó los cabritos y se los trajo a su madre. Y ella hizo un potaje como le gustaba a su padre.

Luego Rebeca tomó la ropa más preciada de Esaú, su hijo mayor, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor.

Y puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre el cuello, donde no tenía vello.

Luego puso el potaje y el pan, que había preparado, en las manos de Jacob su hijo.

Y él fue a su padre y le dijo: —Padre mío. El respondió: —Heme aquí. ¿Quién eres, hijo mío?

Jacob respondió a su padre: —Yo soy Esaú, tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Por favor, levántate, siéntate y come de mi caza, para que tú me bendigas.

Entonces Isaac preguntó a su hijo: —¿Cómo es que pudiste hallarla tan pronto, hijo mío? El respondió: —Porque Jehovah tu Dios hizo que se encontrase delante de mí.

E Isaac dijo a Jacob: —Por favor, acércate y te palparé, hijo mío, a ver si tú eres mi hijo Esaú, o no.

Jacob se acercó a su padre Isaac, quien le palpó y dijo: —La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.

No lo pudo reconocer, porque sus manos parecían tan velludas como las manos de su hermano Esaú, y lo bendijo.

Le preguntó: —¿Eres tú realmente mi hijo Esaú? El respondió: —Sí, yo soy.

Le dijo: —Acércamela; comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga. Jacob se la acercó, e Isaac comió. Le trajo también vino, y bebió.

Entonces le dijo su padre Isaac: —Acércate, por favor, y bésame, hijo mío.

El se acercó y lo besó. Y al percibir Isaac el olor de su ropa, lo bendijo diciendo: —He aquí, el olor de mi hijo es como el olor del campo que Jehovah ha bendecido.

Dios te dé del rocío del cielo y de lo más preciado de la tierra: trigo y vino en abundancia.

Que los pueblos te sirvan, y las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Sean malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.

Y sucedió luego que Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y cuando apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, que su hermano Esaú llegó de cazar.

El también hizo un potaje, lo llevó a su padre y le dijo: —Levántate, padre mío, y come de la caza de tu hijo, para que tú me bendigas.

Entonces su padre Isaac le preguntó: —¿Quién eres tú? El respondió. —Yo soy Esaú, tu hijo primogénito.

Isaac se estremeció fuertemente y dijo: —¿Quién, pues, es el que vino aquí, que cazó y me trajo de comer, y yo comí de todo antes de que tú vinieses? ¡Yo lo bendije, y será bendito!

Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, profirió un grito fuerte y muy amargo. Y dijo a su padre: —¡Bendíceme también a mí, padre mío!

El dijo: —Tu hermano vino con engaño y se llevó tu bendición.

El respondió: —¿No es cierto que llamaron su nombre Jacob? Pues ya me ha suplantado estas dos veces: Se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora también se ha llevado mi bendición. —Y añadió—: ¿No te queda una bendición para mí?

Isaac respondió y dijo a Esaú: —He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado como siervos a todos sus hermanos. Le he provisto de trigo y de vino. ¿Qué, pues, haré por ti, hijo mío?

Esaú dijo a su padre: —¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú alzó su voz y lloró.

Entonces respondió Isaac su padre y le dijo: —He aquí, será favorecido el lugar que habites con los más preciados productos de la tierra y con el rocío del cielo arriba.

De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Pero sucederá que cuando adquieras dominio, romperás su yugo de sobre tu cuello.




Jacob huye de Esaú

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > Jacob huye de Esaú (1:27:41 - 1:28:9)

Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: “Se acercan los días de duelo por mi padre; entonces yo mataré a mi hermano Jacob.”

Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor. Ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: —He aquí que Esaú tu hermano planea vengarse de ti, matándote.

Ahora pues, hijo mío, obedéceme: Levántate y huye a mi hermano Labán, en Harán.

Pasa con él algún tiempo, hasta que el enojo de tu hermano se aplaque,

hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo mandaré a traerte de allá. ¿Por qué habré de ser privada de vosotros dos en un solo día?

Rebeca dijo a Isaac: —Estoy hastiada de vivir por causa de las mujeres heteas: Si Jacob toma esposa de entre las mujeres heteas, de las mujeres de esta tierra, como éstas, ¿para qué quiero la vida?

Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: —No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán.

Levántate, vé a Padan-aram, a la casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.

Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique hasta que llegues a ser multitud de pueblos.

Que él te dé la bendición de Abraham, lo mismo que a tu descendencia, para que poseas la tierra en que habitas, la cual Dios ha dado a Abraham.

Así envió Isaac a Jacob, quien fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.

Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y que le había enviado a Padan-aram para tomar allí mujer para sí. Vio también que cuando lo bendijo, le mandó diciendo: “No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán,”

Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.

Asimismo, vio Esaú que las mujeres de Canaán le parecían mal a Isaac su padre.

Entonces él también se fue a Ismael y tomó para sí por mujer a Majalat hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebayot, además de las otras mujeres que tenía.