Jesús sana al siervo de un centurión

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252 comentarios

  1. Para Andres: Cristo está en el mundo ahora, pero en el sin poder, hasta ahora todo el poder lo tiene el demonio, pero le que muy poco. Es como decir Cristo está en los camarines pronto a salir a escena. Es un gran misterio. Dentro de no mucho el mundo será testigo de un acontecimiento que jamás nunca ha ocurrido en la historia de la humanidad y ChilE es el centro de lo que ocurrirá. «Jesús dijo: Yo les mostraré lo que ningún ojo vió, ningun oido escuchó y ninguna mente imaginó». Te doy mi mail si en algo crees que te puedo servir: [email protected]

    EduardO7

  2. para todos; lei cada uno de los comentarios y me di cuenta de que algunos nos apasionamos demasiado en hacer ver los errores de los otros, tal vez por que somos de religiones o doctrinas diferentes. No quiero ofender a nadie con mis palabras y si es asi, le pido que me disculpe. Yo tengo amigos y amigas gay y para ser franca lo que hagan en su intimidad no me interesa. Solo estoy viendo a la persona, esa que rie, sufre la perdida de un ser querido, padece enfermedad o llora igual que yo. Hay mucha inmundicia en el mundo y pecado. Solo nos queda suplicar a Dios por perdon y salvacion..
  3. Para mauricio:

    Me gusta como llamas a alguien endemoniado y luego deseas la muerte de hermanos y hermanas que no te han hecho ningún daño más que elegir una orientación sexual que no te gusta… Revisa un poquito tus creencias, y preguntate si Jesús te enseñó a odiar tanto.. porque creo que él nunca dijo «vayan y ódiense»… Me parece que el demonio está mas cerca tuyo de lo que crees… El odio es un pecado. Jesús amó a los pecadores, y tenés suerte de que así sea.

  4. Para guillermo: GUILLERMO ,NO BUSQUES CONSUELO EN PERSONAS TAN INTOLERANTES ,TAN MALIGNAS,TAN DEMONIACAS QUE DISIMULAN SU MALDAD TRAS EL NOMBRE DE CRISTIANOS, CATOLICOS ETC,,,ETC, GUILLERMO PARA LLEGAR A DIOS NO NECESITAMOS INTERMEDIARIOS, DIOS ESTA CONTIGO ,Y CONMIGO Y CON TODOS Y NO LE IMPORTA TU CONDICION SEXUAL, LE IMPORTA QUE ERES BUENO ,LE IMPORTA TU AMOR , LE IMPORTA TU CONDICION COMO SER HUMANO Y LO DEMAS SON INVENTOS DE ESTOS PERVERTIDOS QUE SOLO VEN LO QUE METES EN TU CAMA
  5. Para Andres

    Te bendigo hermano yo tanbien estudie este caso y te boy a contestar. La traducion del original dice que el que eataba enfermo era su sirviente pero en el original dice que si sanaria a su paidon que estaba en cama ,paidon significa compañero sentimental o alma.gemela .por ende si era homosexual el.centurion. El punto aqui no es si era homosexual o no el punto es que se demuestra el.corazon de Dios el no miro su condicion si no su corazon.por otro punto.debemos mirar que Jesus le.dice por.tu fe sano es no.le.dijo salvo. La.biblia habla.de.10 leprosos Dios los.sano a los 10 y solo uno regreso a darle gracia . Espero aver contestado tu pregunta Dios.te bendiga.

  6. Para jon:

    Haber hermano, espero nos muestres donde has estudiado lo que afirmas.

    Tú hablas del original ¿Donde esta ese original? Porque sabemos que no existe, todas las biblias que existen son copias y traducciones, el original ya no existe en ningún lugar del mundo. Por tanto, si tu sabes algo del original, seria interesante que nos dijeras donde esta o como tuviste acceso a ella.

    Paidos. En griego significa niño.

    Paidonomo. En Esparta era un instructor o supervisor, normalmente era un joven sobresaliente entre 18 y 20 años que estaba a cargo de niños.

    Esta muy bien que opines sobre el tema, pero no esta bien que falsees los datos bíblicos.

    Saludos

  7. Al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, que le rogaba diciendo: «Señor, mi amante (pais) está postrado en casa, paralítico, gravemente afligido». Jesús le dijo:«Yo iré y le curaré». Pero el centurión le dijo: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi siervo sanará, pues también yo soy hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mis órdenes, y digo a este «ve» y va y al otro «ven» y viene; y a mi siervo «haz esto», y lo hace». Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que lo seguían: «En verdad os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes». Entonces Jesús dijo al centurión: «Vete, y que se haga según tu fe». Y su amante quedó sano en aquella misma hora (Mt 8, 5-12).

    Este es un soldado con problemas. Es un profesional del orden y obediencia, en el plano civil y militar, un hombre acostumbrado a mandar y a ser obedecido. Es capaz de dirigir en la batalla a los soldados, decidiendo así sobre la vida y la muerte de los hombres. Pero, en otro nivel, es un muy vulnerable: padece mucho por la enfermedad de un siervo amante. Pero antes de seguir será preciso que nos detengamos y preguntemos sobre la identidad de este pais del centurión, que hemos traducido como «amante».

    Esa palabra (pais) puede tener tres sentidos, siervo, hijo y amante (casi siempre joven), y puede resultar escandalosa. El texto paralelo de Jn 4, 46b evita el escándalo y pone huios (hijo), en vez de pais; pero con ello tiene que cambiar toda la escena, porque los soldados no solían vivir con la familia ni cuidar sus hijos hasta después de licenciarse; por eso, el centurión aparece aquí como un miembro de la corte real de Herodes (un basilikós). También Lc 7, 2 quiere eludir las complicaciones y presenta a ese pais como doulos, es decir, como un simple criado, al servicio de centurión; con eso ha resuelto un problema, pero ha creado otro: ¿es verosímil que un soldado quiera tanto a su criado?

    Por eso preferimos mantener la traducción más obvia de pais dentro de su contexto militar. En principio, el centurión podría ser judío, pues está al servicio de Herodes, en el puesto de frontera de su reino o tetrarquía (Cafarnaúm). Pero el conjunto del texto le presenta como un pagano que cree en el poder sanador de Jesús, sin necesidad de convertirse al judaísmo (o cristianismo). Pues bien, como era costumbre en los cuarteles (donde los soldados no podían convivir con una esposa, ni tener familia propia), este oficial tenía un criado-amante, presumiblemente más joven, que le servía de asistente y pareja sexual. Este es el sentido más verosímil de la palabra pais de Mt 8,6 en el contexto militar. Ciertamente, en teoría, podría ser un hijo o también un simple criado (como suponen los paralelos de Juan y Lucas). Pero lo más sencillo y normal es que haya sido un amante homosexual, alguien a quien otros libros de la Biblia (quizá Rom 1, 24-27) habrían condenado.

    Pero, gracias a Dios, como sabemos por el texto siguiente («¡cargó nuestras enfermedades…!»: Mt 6, 17), Jesús no era un moralista, sino un mesías capaz de comprender el amor y debilidad de los hombres (en el caso de que el amor homosexual lo fuera). Jesús sabe escuchar al soldado que le pide por su amante y se dispone a venir hasta su casa-cuartel (¡bajo su techo!), para compartir su dolor y ayudarle. Hubiera ido, pero el oficial no quiere que se arriesgue, pues ello podría causarle problemas: no estaba bien visto ir al cuartel de un ejército odiado para mediar entre dos homosexuales; por eso le suplica que no vaya: le basta con crea en su dolor y diga una palabra, pues él sabe lo que vale la palabra. Jesús respeta las razones del oficial, acepta su fe y le ofrece su palabra. El resto de la historia ya se sabe: Jesús cura al siervo-amigo homosexual y presenta a su amigo-centurión como signo de fe y de salvación, sin decirles lo que deberán hacer mañana. Es evidente que no exige, ni quiere, que rompan su amor, sino que lo viven en fe y amor de Reino

  8. Para Ruben:

    Al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, que le rogaba diciendo: «Señor, mi amante (pais) está postrado en casa, paralítico, gravemente afligido». Jesús le dijo:«Yo iré y le curaré». Pero el centurión le dijo: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi siervo sanará, pues también yo soy hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mis órdenes, y digo a este «ve» y va y al otro «ven» y viene; y a mi siervo «haz esto», y lo hace». Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que lo seguían: «En verdad os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes». Entonces Jesús dijo al centurión: «Vete, y que se haga según tu fe». Y su amante quedó sano en aquella misma hora (Mt 8, 5-12).

    Este es un soldado con problemas. Es un profesional del orden y obediencia, en el plano civil y militar, un hombre acostumbrado a mandar y a ser obedecido. Es capaz de dirigir en la batalla a los soldados, decidiendo así sobre la vida y la muerte de los hombres. Pero, en otro nivel, es un muy vulnerable: padece mucho por la enfermedad de un siervo amante. Pero antes de seguir será preciso que nos detengamos y preguntemos sobre la identidad de este pais del centurión, que hemos traducido como «amante».

    Esa palabra (pais) puede tener tres sentidos, siervo, hijo y amante (casi siempre joven), y puede resultar escandalosa. El texto paralelo de Jn 4, 46b evita el escándalo y pone huios (hijo), en vez de pais; pero con ello tiene que cambiar toda la escena, porque los soldados no solían vivir con la familia ni cuidar sus hijos hasta después de licenciarse; por eso, el centurión aparece aquí como un miembro de la corte real de Herodes (un basilikós). También Lc 7, 2 quiere eludir las complicaciones y presenta a ese pais como doulos, es decir, como un simple criado, al servicio de centurión; con eso ha resuelto un problema, pero ha creado otro: ¿es verosímil que un soldado quiera tanto a su criado?

    Por eso preferimos mantener la traducción más obvia de pais dentro de su contexto militar. En principio, el centurión podría ser judío, pues está al servicio de Herodes, en el puesto de frontera de su reino o tetrarquía (Cafarnaúm). Pero el conjunto del texto le presenta como un pagano que cree en el poder sanador de Jesús, sin necesidad de convertirse al judaísmo (o cristianismo). Pues bien, como era costumbre en los cuarteles (donde los soldados no podían convivir con una esposa, ni tener familia propia), este oficial tenía un criado-amante, presumiblemente más joven, que le servía de asistente y pareja sexual. Este es el sentido más verosímil de la palabra pais de Mt 8,6 en el contexto militar. Ciertamente, en teoría, podría ser un hijo o también un simple criado (como suponen los paralelos de Juan y Lucas). Pero lo más sencillo y normal es que haya sido un amante homosexual, alguien a quien otros libros de la Biblia (quizá Rom 1, 24-27) habrían condenado.

    Pero, gracias a Dios, como sabemos por el texto siguiente («¡cargó nuestras enfermedades…!»: Mt 6, 17), Jesús no era un moralista, sino un mesías capaz de comprender el amor y debilidad de los hombres (en el caso de que el amor homosexual lo fuera). Jesús sabe escuchar al soldado que le pide por su amante y se dispone a venir hasta su casa-cuartel (¡bajo su techo!), para compartir su dolor y ayudarle. Hubiera ido, pero el oficial no quiere que se arriesgue, pues ello podría causarle problemas: no estaba bien visto ir al cuartel de un ejército odiado para mediar entre dos homosexuales; por eso le suplica que no vaya: le basta con crea en su dolor y diga una palabra, pues él sabe lo que vale la palabra. Jesús respeta las razones del oficial, acepta su fe y le ofrece su palabra. El resto de la historia ya se sabe: Jesús cura al siervo-amigo homosexual y presenta a su amigo-centurión como signo de fe y de salvación, sin decirles lo que deberán hacer mañana. Es evidente que no exige, ni quiere, que rompan su amor, sino que lo viven en fe y amor de Reino

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