Libros Históricos

David trae el arca a Jerusalén

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > David trae el arca a Jerusalén (10:6:12 - 10:6:23)

Se le informó al rey David diciendo: “Jehovah ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios.” Entonces David fue e hizo subir con regocijo el arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David.

Y sucedió que cuando los que llevaban el arca de Dios habían dado seis pasos, David sacrificó un toro y un carnero engordado.

David danzaba con toda su fuerza delante de Jehovah, y David estaba vestido con un efod de lino.

David y toda la casa de Israel subían el arca de Jehovah, con gritos de júbilo y sonido de corneta.

Sucedió que cuando el arca de Jehovah llegó a la Ciudad de David, Mical hija de Saúl miró por la ventana; y al ver al rey David saltando y danzando delante de Jehovah, lo menospreció en su corazón.

Así trajeron el arca de Jehovah y la colocaron en su lugar, en medio de la tienda que David había erigido para ella. Luego David ofreció holocaustos y sacrificios de paz delante de Jehovah.

Cuando David acabó de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehovah de los Ejércitos.

Entonces repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, tanto a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una de dátiles y una de pasas. Y todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.

Luego volvió David para bendecir a su familia. Pero Mical hija de Saúl, saliendo para encontrar a David, le dijo: —¡Cómo se ha cubierto de honra hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy ante los ojos de las criadas de sus servidores, como se descubriría sin decoro un cualquiera!

David respondió a Mical: —Fue delante de Jehovah, que me eligió en lugar de tu padre y de toda su casa, para constituirme como el soberano del pueblo de Jehovah, de Israel. Por tanto, me regocijaré delante de Jehovah.

Y aún me haré más vil que esta vez y me rebajaré ante mis propios ojos. Pero con las criadas que has mencionado, ¡junto con ellas seré honrado!

Y Mical hija de Saúl no tuvo hijos hasta el día de su muerte.

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Pacto de Dios con David

Imagen Pacto de Dios con David 1
Enviado por Andreitha

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Pacto de Dios con David (10:7:1 - 10:7:29)

Aconteció que cuando el rey habitaba ya en su casa, y Jehovah le había dado descanso de todos sus enemigos en derredor,

el rey dijo al profeta Natán: —Mira; yo habito en una casa de cedro, mientras que el arca de Dios habita en una tienda.

Y Natán dijo al rey: —Anda, haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehovah está contigo.

Pero aconteció que aquella noche vino la palabra de Jehovah a Natán, diciendo:

“Vé y di a mi siervo David que así ha dicho Jehovah: ¿Me edificarás tú una casa en la que yo habite?

Ciertamente yo no he habitado en una casa desde el día en que hice subir a los hijos de Israel de Egipto, hasta el día de hoy. Más bien, he estado peregrinando en una tienda y en un tabernáculo.

Dondequiera que he peregrinado con todos los hijos de Israel, ¿acaso he dicho una palabra a alguna de las tribus de Israel a la que yo comisioné para apacentar a mi pueblo Israel, preguntando: ¿Por qué no me habéis edificado una casa de cedro?

“Ahora pues, dirás a mi siervo David que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Yo te tomé del prado, de detrás del rebaño, para que fueras el soberano de mi pueblo Israel.

He estado contigo por dondequiera que has andado. He eliminado a todos tus enemigos de tu presencia, y haré que tu nombre sea grande, como el nombre de los grandes de la tierra.

Asimismo, dispondré un lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré para que habite en su lugar sin que sea molestado más, ni los inicuos vuelvan a afligirlo como al comienzo,

desde el día en que constituí jueces sobre mi pueblo Israel. Y yo te daré descanso de todos tus enemigos. “Además, Jehovah te declara que Jehovah te hará casa a ti.

Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo levantaré después de ti a un descendiente tuyo, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.

El edificará una casa a mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre.

Yo seré para él, padre; y él será para mí, hijo. Cuando haga mal, yo le corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombre.

Pero no quitaré de él mi misericordia, como la quité de Saúl, al cual quité de tu presencia.

Tu casa y tu reino serán firmes para siempre delante de mí, y tu trono será estable para siempre.”

Natán habló a David conforme a todas estas palabras y conforme a toda esta visión.

Entonces entró el rey David, se sentó delante de Jehovah y dijo: “Oh Señor Jehovah, ¿quién soy yo, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí?

Y aun esto te ha parecido poco, oh Señor Jehovah, pues también has hablado del futuro de la casa de tu siervo. ¿Se comporta de esta manera el hombre, oh Señor Jehovah?

¿Qué más puede añadir David al hablar contigo? Pues tú conoces a tu siervo, oh Señor Jehovah.

Por causa de tu palabra y conforme a tu corazón, has realizado toda esta gran cosa para darla a conocer a tu siervo.

Por tanto, tú eres grande, oh Jehovah Dios; porque no hay nadie como tú, ni hay Dios aparte de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.

“¿Y qué otra nación hay en la tierra como tu pueblo Israel, al cual Dios fue para rescatarlo como pueblo para sí, a fin de darse renombre y hacer a favor de él hechos grandes y temibles, al expulsar las naciones y sus dioses ante tu pueblo que rescataste para ti de Egipto?

Has establecido para ti a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehovah, has llegado a ser su Dios.

“Ahora pues, oh Jehovah Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, y haz tal como has dicho.

Sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: Jehovah de los Ejércitos es Dios de Israel. Que la casa de tu siervo David sea estable delante de ti;

porque tú, oh Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, lo has revelado al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa a ti. Por esto, tu siervo ha hallado valor en su corazón para dirigirte esta oración.

Ahora pues, oh Señor Jehovah, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y has prometido este bien a tu siervo.

Y ahora, ten a bien bendecir la casa de tu siervo, a fin de que permanezca para siempre delante de ti. Porque tú lo has prometido, oh Señor Jehovah, y con tu bendición la casa de tu siervo será bendita para siempre.”

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David extiende sus dominios

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > David extiende sus dominios (10:8:1 - 10:8:14)

Aconteció después de esto que David derrotó a los filisteos y los sometió. Entonces David tomó Meteg-haamá de mano de los filisteos.

También derrotó a los moabitas y los midió con cordel. Los hizo tenderse en el suelo y midió dos cordeles para que murieran y un cordel entero para que vivieran. Los moabitas fueron hechos siervos de David y le llevaban tributo.

También derrotó David a Hadad-ezer hijo de Rejob, rey de Soba, cuando éste iba a establecer su dominio hasta el río Eufrates.

David le capturó 1.700 jinetes y 20.000 hombres de infantería. Y desjarretó David todos los caballos de los carros, pero dejó de ellos los de 100 carros.

Los sirios de Damasco fueron para ayudar a Hadad-ezer, rey de Soba; y David hirió a 22.000 hombres de los sirios.

Después David instaló puestos militares entre los sirios de Damasco. Así llegaron los sirios a ser siervos de David y le llevaban tributo. Y Jehovah daba la victoria a David por dondequiera que iba.

David tomó los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadad-ezer y los trajo a Jerusalén.

Asimismo, el rey David tomó gran cantidad de bronce de Beta y de Berotai, ciudades de Hadad-ezer.

Cuando Toi, rey de Hamat, oyó que David había derrotado a todo el ejército de Hadad-ezer,

Toi envió a su hijo Joram al rey David para saludarlo y felicitarlo por haber combatido contra Hadad-ezer y por haberlo derrotado, porque Toi estaba en guerra con Hadad-ezer. Joram llevó consigo objetos de plata, de oro y de bronce,

que el rey David también consagró a Jehovah, junto con la plata y el oro que había consagrado de todas las naciones que había conquistado:

de Edom, de Moab, de los hijos de Amón, de los filisteos, de Amalec y del botín de Hadad-ezer hijo de Rejob, rey de Soba.

David adquirió renombre cuando regresó de derrotar a 18.000 hombres de Edom en el Valle de la Sal.

El instaló puestos militares en Edom; por toda Edom instaló puestos militares, y todos los edomitas llegaron a ser siervos de David. Y Jehovah daba la victoria a David por dondequiera que iba.

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Oficiales de David

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Oficiales de David (10:8:15 - 10:8:18)

David reinaba sobre todo Israel, y practicaba David el derecho y la justicia con todo su pueblo.

Joab, hijo de Sarvia, estaba al mando del ejército. Josafat hijo de Ajilud era el cronista.

Sadoc hijo de Ajitob y Ajimelec hijo de Abiatar eran los sacerdotes. Seraías era el escriba.

Benaías hijo de Joyada estaba al mando de los quereteos y de los peleteos. Y los hijos de David eran sacerdotes.

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Bondad de David hacia Mefi-boset

Imagen Bondad de David hacia Mefi-boset 1
Enviado por maria

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Bondad de David hacia Mefi-boset (10:9:1 - 10:9:13)

Entonces David preguntó: —¿Hay todavía alguno que haya quedado de la casa de Saúl, a quien yo muestre bondad por amor a Jonatán?

Había un siervo de la casa de Saúl que se llamaba Siba, al cual llamaron a la presencia de David. Y el rey le preguntó: —¿Eres tú Siba? El respondió: —Tu siervo soy.

El rey le preguntó: —¿No queda nadie de la casa de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios? Siba respondió al rey: —Aún queda un hijo de Jonatán, lisiado de ambos pies.

Entonces le preguntó el rey: —¿Dónde está? Siba respondió al rey: —He aquí que está en la casa de Maquir hijo de Amiel, en Lo-debar.

El rey David envió a traerlo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lo-debar.

Entonces Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino a David, y cayendo sobre su rostro se postró. David le dijo: —¿Mefiboset? Y él respondió: —He aquí tu siervo.

David le dijo: —No tengas temor, porque ciertamente yo te mostraré bondad por amor a tu padre Jonatán. Te devolveré todas las tierras de tu padre Saúl, y tú comerás siempre a mi mesa.

Imagen Bondad de David hacia Mefi-boset 2
Enviado por maria

El se postró y preguntó: —¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?

Entonces el rey llamó a Siba, siervo de Saúl, y le dijo: —Yo he dado al hijo de tu señor todo lo que pertenecía a Saúl y a toda su casa.

Labrarás para él la tierra, tú, tus hijos y tus siervos, y almacenarás los productos para que el hijo de tu señor tenga provisiones. Pero Mefiboset, el hijo de tu señor, comerá siempre a mi mesa. Siba tenía quince hijos y veinte siervos.

Y Siba respondió al rey: —Tu siervo hará conforme a todo lo que mande mi señor el rey a su siervo. Y Mefiboset comía a la mesa de David como uno de los hijos del rey.

Mefiboset tenía un hijo pequeño que se llamaba Micaías. Todos los que habitaban en la casa de Siba eran siervos de Mefiboset.

Pero Mefiboset habitaba en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey. El era cojo de ambos pies.

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