Primer Libro de Crónicas

Distribución y deberes de los levitas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Distribución y deberes de los levitas (13:23:1 - 13:24:31)

Siendo David anciano y lleno de años, proclamó a su hijo Salomón rey sobre Israel.

Reunió a todos los principales de Israel, a los sacerdotes y a los levitas.

Fueron contados los levitas de 30 años para arriba, y su número, contados uno por uno, fue de 38.000 hombres.

Entonces dijo David: “De éstos, 24.000 serán para supervisar la obra de la casa de Jehovah, 6.000 para ser oficiales y jueces,

y 4.000 para ser porteros. Otros 4.000 han de alabar a Jehovah con los instrumentos que he hecho para rendir alabanza.”

David los distribuyó en grupos, de acuerdo a los hijos de Leví: Gersón, Cohat y Merari.

De los gersonitas, Ladán y Simei.

Los hijos de Ladán fueron tres: Yejiel fue el jefe, y después Zetam y Joel.

Los hijos de Simei fueron tres: Selomit, Haziel y Harán. Estos fueron los jefes de las casas paternas de Ladán.

Los hijos de Simei fueron: Yajat, Ziza, Jeús y Bería. Estos cuatro fueron los hijos de Simei.

Yajat fue el primero, y Ziza el segundo. Pero Jeús y Bería no tuvieron muchos hijos, por lo cual fueron considerados como una casa paterna con una sola función.

Los hijos de Cohat fueron cuatro: Amram, Izjar, Hebrón y Uziel.

Los hijos de Amrán fueron Aarón y Moisés. Aarón fue separado para ser dedicado para siempre, él y sus hijos, a las cosas más sagradas, para que ofrecieran incienso delante de Jehovah y para que le sirviesen y bendijesen en su nombre para siempre.

Los hijos de Moisés, hombre de Dios, fueron contados entre la tribu de Leví.

Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer.

Sebuel hijo de Gersón fue el jefe.

Rejabías hijo de Eliezer fue el jefe. Eliezer no tuvo otros hijos, pero los hijos de Rejabías fueron muy numerosos.

Selomit hijo de Izjar fue el jefe.

Los hijos de Hebrón fueron: Jerías el primero, Amarías el segundo, Yajaziel el tercero y Jecamán el cuarto.

Los hijos de Uziel fueron Micaías el primero e Isías el segundo.

Los hijos de Merari fueron Majli y Musi. Los hijos de Majli fueron Eleazar y Quis.

Eleazar murió sin tener hijos, sino sólo hijas; y los hijos de Quis, sus primos, las tomaron por mujeres.

Los hijos de Musi fueron tres: Majli, Eder y Jeremot.

Estos fueron los hijos de Leví según sus casas paternas; todos jefes de casas paternas, según fueron contados, en la lista de nombres, uno por uno. Desde los 20 años para arriba, llevaban a cabo la obra del servicio de la casa de Jehovah.

David dijo: “Jehovah Dios de Israel ha dado reposo a su pueblo y habitará en Jerusalén para siempre.

Y también los levitas no tendrán que transportar el tabernáculo ni ninguno de sus utensilios para su servicio.”

Así que, conforme a las últimas palabras de David, los hijos de Leví fueron contados, de 20 años para arriba.

Ciertamente su deber es estar al lado de los hijos de Aarón, para servir en la casa de Jehovah, en los atrios y en las cámaras, en la purificación de toda cosa consagrada y en lo que se debe hacer en el servicio de la casa de Dios.

Ellos disponen los panes de la presentación, la harina fina para la ofrenda vegetal, las galletas sin levadura, lo que se prepara en la sartén, lo que se mezcla y toda medida de capacidad y de longitud.

Ejercen su servicio cada amanecer, y asimismo al atardecer, para dar gracias y alabar a Jehovah,

y para ofrecer todos los holocaustos a Jehovah los sábados, las lunas nuevas y las demás festividades, continuamente delante de Jehovah, en el número necesario y de acuerdo con lo que ha sido establecido para ellos.

Así tienen a su cargo el cuidado del tabernáculo de reunión, el cuidado del santuario y el cuidado de sus hermanos, los hijos de Aarón, en el servicio de la casa de Jehovah.

Estos son los grupos de los hijos de Aarón. Los hijos de Aarón fueron: Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.

Nadab y Abihú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos. Y Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.

David, con Sadoc de los hijos de Eleazar y con Ajimelec de los hijos de Itamar, los organizó según sus funciones en su servicio.

Los hijos de Eleazar resultaron ser más numerosos que los de Itamar en cuanto a hombres principales, por lo que los organizaron así: De los hijos de Eleazar había dieciséis jefes de casas paternas, y de los hijos de Itamar había ocho, según sus casas paternas.

Los organizaron por sorteo, tanto a los unos como a los otros, pues había oficiales del santuario y oficiales de la casa de Dios entre los hijos de Eleazar y entre los hijos de Itamar.

El escriba Semeías hijo de Natanael, de los levitas, los inscribió en presencia del rey, de los magistrados, del sacerdote Sadoc, de Ajimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y de los levitas. Designaron por sorteo una casa paterna para Eleazar y otra para Itamar.

La primera suerte tocó a Joyarib, la segunda a Jedaías,

la tercera a Harim, la cuarta a Seorim,

la quinta a Malquías, la sexta a Mijamín,

la séptima a Cos, la octava a Abías,

la novena a Jesúa, la décima a Secanías,

la undécima a Eliasib, la duodécima a Jaquim,

la decimotercera a Hupa, la decimocuarta a Jesebeab,

la decimoquinta a Bilga, la decimosexta a Imer,

la decimoséptima a Hezir, la decimoctava a Afses,

la decimonovena a Petajías, la vigésima a Ezequiel,

la vigesimoprimera a Jaquín, la vigesimosegunda a Gamul,

la vigesimotercera a Delaías, la vigesimocuarta a Maazías.

Estos fueron distribuidos para el servicio al entrar en la casa de Jehovah, conforme a lo establecido para ellos por medio de su padre Aarón, de la manera que le había mandado Jehovah Dios de Israel.

De los hijos de Leví que quedaron, fueron designados: Subael de los hijos de Amram y Jehedías de los hijos de Subael.

De Rejabías: Isías era el jefe de los hijos de Rejabías.

De los hijos de Izjar, Selomot. De los hijos de Selomot, Yajat.

De los hijos de Hebrón: Jerías el primero, Amarías el segundo, Yajaziel el tercero y Jecamán el cuarto.

De los hijos de Uziel, Micaías. De los hijos de Micaías, Samir.

El hermano de Micaías fue Isías; y de los hijos de Isías, Zacarías.

Los hijos de Merari fueron Majli y Musi; y de los hijos de Jaazías, Beno.

De los hijos de Merari, a través de Jaazías, Beno, Soham, Zacur e Ibri.

De Majli, Eleazar, el cual no tuvo hijos.

De Quis, el hijo de Quis fue Jerameel.

Los hijos de Musi fueron: Majli, Eder y Jerimot. Estos fueron los hijos de los levitas, conforme a sus casas paternas.

Estos también participaron en el sorteo, como sus hermanos los hijos de Aarón, tanto los jefes de casas paternas como el menor de sus hermanos, en presencia del rey David, de Sadoc, de Ajimelec y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y de los levitas.

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Distribución de músicos y cantores

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Distribución de músicos y cantores (13:25:1 - 13:25:31)

Asimismo, David y los jefes del ejército apartaron para el servicio a algunos de los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, quienes profetizaban con arpas, liras y címbalos. La lista de ellos, de los hombres que realizaban su servicio fue:

De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela. Los hijos de Asaf estaban bajo la dirección de Asaf, quien profetizaba bajo la dirección del rey.

De Jedutún, los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Simei, Hasabías y Matatías; seis en total. Ellos estaban bajo la dirección de su padre Jedutún, quien profetizaba acompañado de arpa para dar gracias y alabar a Jehovah.

De Hemán, los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Subael, Jeremot, Ananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romamti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Majaziot.

Todos éstos eran hijos de Hemán, vidente del rey, y tenían palabras de Dios, para ensalzar su poder. Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.

Todos éstos, bajo la dirección de su padre, estaban dedicados a la música en la casa de Jehovah con címbalos, liras y arpas, para el servicio de la casa de Dios. Y Asaf, Jedutún y Hemán estaban bajo la dirección del rey.

El número de ellos y de sus hermanos, expertos en la música dedicada a Jehovah, todos maestros, era de 288.

Echaron suertes para establecer los turnos del servicio, participando tanto el pequeño como el grande, lo mismo el maestro que el alumno.

La primera suerte tocó a José, de los de Asaf. La segunda, a Gedalías, que con sus hermanos y sus hijos eran doce.

La tercera, a Zacur, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La cuarta, a Izri, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La quinta, a Netanías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La sexta, a Buquías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La séptima, a Jesarela, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La octava, a Jesaías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La novena a Matanías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La décima, a Simei, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La undécima, a Azareel, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La duodécima, a Hasabías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La decimotercera, a Subael, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La decimocuarta, a Matatías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La decimoquinta, a Jeremot, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La decimosexta, a Ananías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La decimoséptima, a Josbecasa, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La decimoctava, a Hanani, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La decimonovena, a Maloti, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La vigésima, a Eliata, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La vigesimoprimera, a Hotir, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La vigesimosegunda, a Gidalti, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La vigesimotercera, a Majaziot, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

La vigesimocuarta, a Romamti-ezer, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

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Porteros y oficiales

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Porteros y oficiales (13:26:1 - 13:26:32)

La distribución de los porteros fue así: De los coreítas, Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf.

Los hijos de Meselemías fueron: Zacarías el primogénito, Yediael el segundo, Zebadías el tercero, Jatniel el cuarto,

Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el séptimo.

Los hijos de Obed-edom fueron: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Jóaj el tercero, Sacar el cuarto, Natanael el quinto,

Amiel el sexto, Isacar el séptimo, Peultai el octavo; porque Dios había bendecido a Obed-edom.

También a su hijo Semaías le nacieron hijos que gobernaban en sus casas paternas, porque eran hombres valientes.

Los hijos de Semaías fueron: Otni, Rafael, Obed, Elzabad y sus hermanos, hombres valerosos, Elihú y Samaquías.

Todos éstos fueron de los hijos de Obed-edom. Ellos, con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio, fueron sesenta y dos de Obed-edom.

Los hijos de Meselemías y sus parientes fueron dieciocho hombres valerosos.

Los hijos de Hosa, de los hijos de Merari, fueron: Simri el primero (aunque no era el primogénito, su padre lo designó el primero),

Hilquías el segundo, Tebalías el tercero y Zacarías el cuarto. Todos los hijos y hermanos de Hosa fueron trece.

Estos grupos de porteros, a través de sus hombres principales, tenían los deberes, igual que sus hermanos, de servir en la casa de Jehovah.

Echaron suertes para cada puerta, participando tanto el pequeño como el grande, según sus casas paternas.

La suerte para la del oriente tocó a Selemías. También incluyeron en el sorteo a su hijo Zacarías, consejero entendido, y le tocó la del norte.

A Obed-edom le tocó la del sur, y a sus hijos les tocó la casa de las provisiones.

A Supim y a Hosa les tocó la del occidente con la puerta de Salequet, en la calzada que sube. Una guardia estaba frente a la otra guardia:

Al oriente había seis levitas, al norte había cuatro por día, al sur había cuatro por día, en la casa de las provisiones se turnaban de dos en dos,

en el atrio del occidente había cuatro en la avenida y dos en el atrio mismo.

Esta es la distribución de los porteros, descendientes de Coré y de Merari.

De los levitas, Ajías estaba encargado de los tesoros de la casa de Dios y de los tesoros de las cosas sagradas.

De los hijos de Ladán, de los hijos de los gersonitas a través de Ladán: El jefe de las casas paternas de Ladán el gersonita era Yejiel.

Los hijos de Yejiel, Zetam y su hermano Joel, estaban encargados de los tesoros de la casa de Jehovah.

De los amramitas, de los izjaritas, de los hebronitas y de los uzielitas,

Sebuel hijo de Gersón, hijo de Moisés, era jefe sobre los tesoros.

Y sus hermanos, a través de Eliezer: su hijo Rejabías, cuyo hijo fue Jesaías, cuyo hijo fue Joram, cuyo hijo fue Zicri, cuyo hijo fue Selomot.

Este Selomot y sus hermanos estaban encargados de todos los tesoros de las cosas sagradas que habían consagrado el rey David, los jefes de las casas paternas, los jefes de millares y de centenas y los jefes del ejército.

Las habían consagrado de las batallas y del botín, para mantener la casa de Jehovah.

Asimismo, todo lo que habían consagrado el vidente Samuel, Saúl hijo de Quis, Abner hijo de Ner y Joab, hijo de Sarvia, y todo lo que cualquiera consagraba estaba bajo la administración de Selomot y de sus hermanos.

De los izjaritas, Quenaanías y sus hijos estaban encargados de la administración externa. Eran oficiales y jueces en Israel.

De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, 1.700 hombres de valor, estaban encargados de la administración de Israel en la región occidental del Jordán, en toda la obra de Jehovah y en el servicio del rey.

En cuanto a los hebronitas, Jerías era el jefe de los hebronitas, distribuidos según sus clanes y casas paternas. En el año 40 del reinado de David se buscaron, y se hallaron entre ellos hombres valerosos en Jazer de Galaad.

Y sus hermanos, hombres de valor, sumaban 2.700 jefes de casas paternas, a los cuales el rey David constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y sobre la media tribu de Manasés, tanto para los asuntos de Dios como para los asuntos del rey.

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Otros oficiales de David

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Otros oficiales de David (13:27:1 - 13:27:34)

Esta es la lista de los hijos de Israel, los jefes de casas paternas, los jefes de millares y de centenas, y sus oficiales que servían al rey en todo lo concerniente a las divisiones del ejército, que entraban y salían cada mes, durante todos los meses del año. Cada división tenía 24.000 hombres.

Al frente de la primera división, para el primer mes estaba Jasobeam hijo de Zabdiel. Su división tenía

hombres.

El era de los hijos de Fares y estaba al frente de todos los jefes del ejército para el primer mes.

Al frente de la división del segundo mes estaba Dodai el ajojita, y un jefe en su división era Miclot. Su división tenía 24.000 hombres.

El tercer jefe del ejército, para el tercer mes, era Benaías, hijo del sumo sacerdote Joyada. Su división tenía 24.000 hombres.

Este Benaías era uno de los treinta valientes, y estaba al mando de los treinta. En su división estaba su hijo Amisabad.

El cuarto, para el cuarto mes, era Asael, hermano de Joab. Y después de él estaba su hijo Zebadías. Su división tenía 24.000 hombres.

El quinto, para el quinto mes, era el jefe Samot el izrajita. Su división tenía 24.000 hombres.

El sexto, para el sexto mes, era Ira hijo de Iques, de Tecoa. Su división tenía 24.000 hombres.

El séptimo, para el séptimo mes, era Heles el pelonita, de los hijos de Efraín. Su división tenía 24.000 hombres.

El octavo, para el octavo mes, era Sibecai, de Husa, de los zerajitas. Su división tenía 24.000 hombres.

El noveno, para el noveno mes, era Abiezer, de Anatot, de los de Benjamín. Su división tenía 24.000 hombres.

El décimo, para el décimo mes, era Maharai, de Netofa, de los zerajitas. Su división tenía 24.000 hombres.

El undécimo, para el undécimo mes, era Benaías, de Piratón, de los hijos de Efraín. Su división tenía

hombres.

El duodécimo, para el duodécimo mes, era Heldai, de Netofa, de Otoniel. Su división tenía 24.000 hombres.

Asimismo, al frente de las tribus de Israel estaban: de los rubenitas, el jefe Eliezer hijo de Zicri; de los simeonitas, Sefatías hijo de Maaca;

de los levitas, Hasabías hijo de Quemuel; de los aaronitas, Sadoc;

de Judá, Elihú, uno de los hermanos de David; de Isacar, Omri hijo de Micael;

de Zabulón, Ismaías hijo de Abdías; de Neftalí, Jerimot hijo de Azriel;

de los hijos de Efraín, Oseas hijo de Azazías; de la media tribu de Manasés, Joel hijo de Pedaías;

de la otra media tribu de Manasés en Galaad, Ido hijo de Zacarías; de Benjamín, Jaaziel hijo de Abner;

de Dan, Azareel hijo de Jerojam. Estos fueron los jefes de las tribus de Israel.

David no tomó el número de los de 20 años para abajo, porque Jehovah había prometido que él había de multiplicar a Israel como las estrellas del cielo.

Joab, hijo de Sarvia, había comenzado a contar, pero no acabó, pues por esto vino la ira sobre Israel. Y el número no fue registrado en el libro de las crónicas del rey David.

Azmávet hijo de Adiel era el encargado de los tesoros reales. Jonatán hijo de Uzías, de los almacenes en el campo, en las ciudades, en las aldeas y en las torres.

Ezri hijo de Quelub, de los que trabajaban en el cultivo de las tierras.

Simei, de Ramá, de las viñas. Zabdías el sifmita, del producto de las viñas para las bodegas.

Baal-janán, de Gedera, de los olivares y de los sicómoros que había en la Sefela. Joás, de los almacenes de aceite.

Sitrai, de Sarón, del ganado vacuno que pastaba en Sarón. Safat hijo de Adlai, del ganado vacuno que estaba en los valles.

Obil el ismaelita, de los camellos. Jehedías, de Meronot, de los asnos.

Y Jaziz el hagrieno, de los rebaños de ovejas. Todos éstos eran los encargados del patrimonio del rey David.

Jonatán, tío de David, era consejero, hombre prudente y escriba; él y Yejiel hijo de Hacmoni asistían a los hijos del rey.

Ajitofel era consejero del rey. Husai el arquita era amigo del rey.

Después de Ajitofel estaban Joyada hijo de Benaías y Abiatar. Y Joab era el jefe del ejército del rey.

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Salomón sucede a David

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Salomón sucede a David (13:28:1 - 13:29:25)

David reunió en Jerusalén a todos los jefes de Israel: los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares y los jefes de centenas, los jefes de todo el patrimonio, del ganado del rey y de sus hijos, con los funcionarios, los hombres valerosos y todos los guerreros valientes.

Y poniéndose de pie, David dijo: “Oídme, hermanos míos y pueblo mío: Yo tenía en mi corazón el anhelo de edificar una casa para que reposara el arca del pacto de Jehovah y para estrado de los pies de nuestro Dios. Yo hice los preparativos para edificar,

pero Dios me dijo: No edificarás una casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.

No obstante, Jehovah Dios de Israel me eligió de entre toda la familia de mi padre para que fuese rey de Israel para siempre, porque escogió a Judá como caudillo. De la tribu de Judá escogió a la casa de mi padre, y entre los hijos de mi padre se complació en mí para constituirme rey sobre todo Israel.

Y de todos mis hijos (porque Jehovah me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón, para que se sentara en el trono del reino de Jehovah sobre Israel.

El me ha dicho: Tu hijo Salomón, él edificará mi casa y mis atrios; porque a él he escogido como mi hijo, y yo seré padre para él.

Asimismo, yo confirmaré su reino para siempre, si se esfuerza en poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día.

“Ahora pues, ante los ojos de todo Israel, la congregación de Jehovah, y a oídos de nuestro Dios, guardad y escudriñad todos los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra y para que la dejéis por heredad a vuestros hijos después de vosotros, para siempre.

“Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con un corazón íntegro y con ánimo voluntario; porque Jehovah escudriña todos los corazones y entiende toda la intención de los pensamientos. Si tú le buscas, él se dejará hallar; pero si le abandonas, él te desechará para siempre.

Mira ahora, porque Jehovah te ha elegido para que edifiques una casa para ser santuario. ¡Esfuérzate y actúa!”

Entonces David entregó a su hijo Salomón el diseño del pórtico, de sus edificios, de sus almacenes, de sus salas superiores, de sus cámaras interiores y del lugar del propiciatorio.

También entregó el diseño de todo lo que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehovah, para todas las cámaras de alrededor, para los tesoros de la casa de Dios, para los almacenes de las cosas sagradas,

para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del servicio en la casa de Jehovah y para todos los utensilios del servicio de la casa de Jehovah.

Para las cosas de oro, también entregó la debida cantidad de oro para todos los utensilios de cada servicio, y para todos los utensilios de plata, la debida cantidad para todos los utensilios de cada servicio.

Entregó la debida cantidad de oro para los candelabros de oro y sus lámparas de oro: la debida cantidad para cada candelabro con sus lámparas. De igual manera dio para los candelabros de plata: la debida cantidad para cada candelabro y sus lámparas, de acuerdo con la función de cada candelabro.

También entregó la debida cantidad de oro para cada una de las mesas para la presentación de los panes, y la plata para las mesas de plata.

También entregó oro puro para los tenedores, los tazones de la aspersión y las vasijas. Para las tazas de oro, la debida cantidad de oro para cada taza; y para las tazas de plata, la debida cantidad para cada taza.

Además, entregó la debida cantidad de oro refinado para el altar del incienso, para el diseño de la carreta y para los querubines de oro que extienden sus alas y cubren el arca del pacto de Jehovah.

“Todo esto,” dijo David, “está por escrito, porque la mano de Jehovah está sobre mí, y él me ha hecho entender todos los detalles del diseño.”

Además, David dijo a su hijo Salomón: “Esfuérzate, sé valiente y actúa. No temas ni desmayes, porque Jehovah Dios, mi Dios, estará contigo. No te abandonará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehovah.

He aquí que los grupos de los sacerdotes y de los levitas para todo el servicio de la casa de Dios estarán contigo en toda la obra. Asimismo, todos los voluntarios y expertos en toda clase de artesanía, los jefes y todo el pueblo estarán totalmente a tus órdenes.”

Después el rey David dijo a toda la congregación: “Sólo a mi hijo Salomón ha elegido Dios. El es joven e inmaduro, y la obra es grande; porque el templo no será para hombre sino para Jehovah Dios.

Con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios: oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las cosas de bronce, hierro para las cosas de hierro, madera para las cosas de madera, piedras de ónice y de engaste, piedras de turquesa y de diversos colores; toda clase de piedras preciosas y piedras de mármol en abundancia.

Además, en mi anhelo por la casa de mi Dios, doy mi tesoro personal de oro y de plata para la casa de mi Dios, además de todo lo que he preparado para el edificio del santuario;

a saber: 3.000 talentos de oro, oro de Ofir, y 7.000 talentos de plata refinada para recubrir las paredes de los edificios:

oro para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata; para toda la obra de mano de los artífices. Y ahora, ¿quién de vosotros se consagrará hoy a Jehovah, haciendo una ofrenda voluntaria?”

Entonces los jefes de las casas paternas, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de millares y de centenas, y los encargados de las obras del rey hicieron ofrendas voluntarias.

Y dieron para el servicio de la casa de Dios 5.000 talentos y 10.000 dracmas de oro, 10.000 talentos de plata, 18.000 talentos de bronce y 100.000 talentos de hierro.

Todo el que tenía piedras preciosas las entregó en manos de Yejiel el gersonita, para el tesoro de la casa de Jehovah.

Y el pueblo se regocijó por haber contribuido con ofrendas voluntarias, porque con un corazón íntegro habían hecho a Jehovah ofrendas voluntarias. Y el rey David se alegró muchísimo.

David bendijo a Jehovah a la vista de toda la congregación. Y dijo David: “¡Bendito seas tú, oh Jehovah Dios de Israel, nuestro Padre desde la eternidad y hasta la eternidad!

Tuyos son, oh Jehovah, la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad; porque tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es el reino, oh Jehovah, y tú te enalteces como cabeza sobre todo.

Las riquezas y la honra provienen de ti. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano está la facultad de engrandecer y de fortalecer a todos.

Y ahora, oh Dios nuestro, nosotros te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre.

Porque, ¿quién soy yo, y qué es mi pueblo, para que podamos ofrecer espontáneamente cosas como éstas, siendo todo tuyo, y que de lo que hemos recibido de tu mano, te damos?

Somos forasteros y advenedizos delante de ti, así como todos nuestros padres. Nuestros días son como una sombra sobre la tierra, y sin esperanza.

Oh Jehovah, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar una casa a tu santo nombre, de tu mano proviene y todo es tuyo.

Yo sé, oh Dios mío, que tú pruebas el corazón y que te agrada la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todo esto. Y ahora he visto con alegría que tu pueblo que se encuentra aquí ha dado para ti espontáneamente.

Oh Jehovah, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, preserva esto para siempre, formando el pensamiento del corazón de tu pueblo, y predispón su corazón hacia ti.

Asimismo, da a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus leyes, a fin de que haga todas las cosas y edifique el templo para el cual yo he hecho preparativos.”

David dijo después a toda la congregación: “¡Bendecid, por favor, a Jehovah, vuestro Dios!” Entonces toda la congregación bendijo a Jehovah, el Dios de sus padres. Luego se inclinaron y se postraron delante de Jehovah y delante del rey.

Al día siguiente hicieron sacrificios a Jehovah y ofrecieron holocaustos a Jehovah: 1.000 toros, 1.000 carneros, 1.000 corderos, con sus libaciones, y muchos sacrificios por todo Israel.

Aquel día comieron y bebieron con gran gozo delante de Jehovah, y por segunda vez proclamaron rey a Salomón hijo de David, y lo ungieron ante Jehovah como el soberano. Y ungieron a Sadoc como sacerdote.

Así se sentó Salomón como rey en el trono de Jehovah, en lugar de su padre David, y fue prosperado. Todo Israel le rindió obediencia.

Todos los principales, los valientes y todos los hijos del rey David se sometieron a la autoridad del rey Salomón.

Y Jehovah engrandeció a Salomón hasta lo sumo ante la vista de todo Israel, y le dio un esplendor real, como ningún otro rey lo tuvo antes de él en Israel.

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