Antiguo Testamento

Las ciudades de refugio al oriente del Jordán

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Las ciudades de refugio al oriente del Jordán (5:4:41 - 5:4:43)

Entonces Moisés apartó tres ciudades al otro lado del Jordán, hacia donde se levanta el sol,

para que huya allí el homicida que mate a su prójimo por accidente, sin haberle tenido previamente aversión. Al huir a cualquiera de estas ciudades, podrá salvar su vida.

Apartó a Beser, en el desierto, en la meseta, para los rubenitas; a Ramot, en Galaad, para los gaditas; y a Golán, en Basán, para los de Manasés.

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Moisés recapitula la promulgación de la ley

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Moisés recapitula la promulgación de la ley (5:4:44 - 5:4:49)

Esta es la ley que Moisés puso ante los hijos de Israel.

Estos son los testimonios, las leyes y los decretos que Moisés habló a los hijos de Israel cuando habían salido de Egipto,

al otro lado del Jordán, en el valle que está frente a Bet-peor, en la tierra de Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. A éste dieron muerte Moisés y los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto.

Así tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, rey de Basán. Estos dos reyes de los amorreos habitaban al otro lado del Jordán, hacia donde se levanta el sol,

desde Aroer, que está sobre la ribera del río Arnón, hasta el monte Sirión, que es el Hermón,

y en todo el Arabá, al otro lado del Jordán, hasta el mar del Arabá en las faldas del Pisga.

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Los Diez Mandamientos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Los Diez Mandamientos (5:5:1 - 5:5:21)

Moisés llamó a todo Israel y les dijo: “Escucha, Israel, las leyes y decretos que proclamo hoy a vuestros oídos. Aprendedlos y tened cuidado de ponerlos por obra.

Jehovah nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb.

No fue sólo con nuestros padres que Jehovah hizo este pacto, sino también con nosotros, nosotros que estamos aquí hoy, todos vivos.

Cara a cara habló Jehovah con vosotros en el monte, de en medio del fuego.

Yo estaba entonces entre Jehovah y vosotros, para declararos la palabra de Jehovah; porque vosotros tuvisteis temor del fuego y no subisteis al monte. Entonces él dijo:

Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:

“No tendrás otros dioses delante de mí.

“No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto; porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.

Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

“No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

“Guarda el día del sábado para santificarlo, como te ha mandado Jehovah tu Dios.

Seis días trabajarás y harás toda tu obra,

pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el forastero que está dentro de tus puertas; para que tu siervo y tu sierva descansen como tú.

Acuérdate de que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que Jehovah tu Dios te sacó de allí con mano poderosa y brazo extendido. Por eso Jehovah tu Dios te ha mandado que guardes el día del sábado.

“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehovah tu Dios te ha mandado, para que tus días se prolonguen y te vaya bien en la tierra que Jehovah tu Dios te da.

“No cometerás homicidio.

“No cometerás adulterio.

“No robarás.

“No darás falso testimonio contra tu prójimo.

“No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.

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El terror del pueblo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > El terror del pueblo (5:5:22 - 5:5:33)

“Estas palabras habló Jehovah a gran voz a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, y no añadió más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, y me las dio a mí.

“Aconteció que cuando oisteis la voz de en medio de las tinieblas, mientras el monte ardía en fuego, os acercasteis a mí todos los jefes de vuestras tribus y vuestros ancianos.

Entonces dijisteis: He aquí, Jehovah nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. En este día hemos visto que Dios habla al hombre, y que éste puede quedar vivo.

Pero, ¿por qué hemos de morir, ya que este gran fuego nos consumirá? Si volvemos a oír la voz de Jehovah nuestro Dios, moriremos.

Porque, ¿quién es el ser humano para que oiga, como nosotros, la voz del Dios vivo que habla de en medio del fuego, y aún viva?

Acércate tú, y escucha todo lo que dice Jehovah nuestro Dios. Luego tú nos dirás todo lo que Jehovah nuestro Dios te haya dicho, y nosotros lo escucharemos y lo pondremos por obra.

“Jehovah oyó vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo: He oído las palabras que te ha hablado este pueblo. Está bien todo lo que han dicho.

¡Oh, si tuviesen tal corazón que me temiesen y guardasen todos mis mandamientos todos los días, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!

Vé y diles: Volved a vuestras tiendas.

Pero tú, quédate aquí conmigo. Yo te diré todos los mandamientos, las leyes y los decretos que les has de enseñar, para que los pongan por obra en la tierra que les doy para que tomen posesión de ella.

“Tened cuidado, pues, de hacer como Jehovah vuestro Dios os ha mandado. No os apartéis a la derecha ni a la izquierda.

Andad en todo el camino que Jehovah vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y para que prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a tomar en posesión.

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El gran mandamiento

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > El gran mandamiento (5:6:1 - 5:6:9)

“Estos, pues, son los mandamientos, las leyes y los decretos que Jehovah vuestro Dios ha mandado que os enseñara, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis para tomarla en posesión.

Son para que temas a Jehovah tu Dios, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas sus leyes y sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados.

Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien y seas multiplicado grandemente en la tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido Jehovah, Dios de tus padres.

“Escucha, Israel: Jehovah nuestro Dios, Jehovah uno es.

Y amarás a Jehovah tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

“Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón.

Las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

Las atarás a tu mano como señal, y estarán como frontales entre tus ojos.

Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades.

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