Antiguo Testamento

Dios castiga a Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Dios castiga a Israel (5:1:34 - 5:1:40)

“Entonces Jehovah oyó la voz de vuestras palabras. Y se enojó y juró diciendo:

Ninguno de estos hombres de esta mala generación verá la buena tierra que juré dar a vuestros padres,

excepto Caleb hijo de Jefone. El la verá; a él y a sus hijos les daré la tierra que él pisó, porque siguió a Jehovah con integridad.

Por causa de vosotros Jehovah se enfureció también contra mí, y dijo: Tampoco tú entrarás allá.

Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá. Anímale, porque él hará que Israel la herede.

Pero vuestros pequeños, de quienes dijisteis que serían una presa; vuestros hijos que hoy no distinguen entre lo bueno y lo malo, ellos entrarán allá. A ellos la daré, y ellos tomarán posesión de ella.

Pero vosotros, volveos y marchaos al desierto, rumbo al mar Rojo.

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La derrota en Horma

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > La derrota en Horma (5:1:41 - 5:1:46)

“Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehovah. Nosotros subiremos y pelearemos conforme a todo lo que Jehovah nuestro Dios nos ha mandado. “Os ceñisteis cada uno sus armas y pensasteis que era cosa fácil subir a la región montañosa.

Entonces Jehovah me dijo que os dijera: No subáis ni peleéis, porque yo no estoy entre vosotros. No seáis derrotados delante de vuestros enemigos.

“Yo os hablé, pero no escuchasteis. Al contrario, fuisteis rebeldes contra lo que había dicho Jehovah; actuasteis con arrogancia y subisteis a la región montañosa.

Pero los amorreos que habitaban en aquella región montañosa salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hacen las avispas, y os destrozaron desde Seír hasta Horma.

Entonces volvisteis y llorasteis delante de Jehovah, pero Jehovah no escuchó vuestra voz ni os prestó atención.

Así permanecisteis en Cades por muchos días, según los días que permanecisteis allí.

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Los años en el desierto

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Los años en el desierto (5:2:1 - 5:2:25)

“Entonces nos volvimos y partimos hacia el desierto, rumbo al mar Rojo, como Jehovah me había dicho; y rodeamos por muchos días la región montañosa de Seír.

Y Jehovah me habló diciendo:

Bastante tiempo habéis rodeado estos montes; dirigíos hacia el norte.

Manda al pueblo diciendo: Cuando vosotros paséis por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, ellos tendrán miedo de vosotros. Pero guardaos mucho;

no contendáis con ellos. Yo no os daré de su tierra, ni aun la huella de la planta de un pie, porque he dado a Esaú como posesión la región montañosa de Seír.

Les compraréis con dinero los alimentos que comáis. También, adquiriréis de ellos con dinero el agua que bebáis.

Jehovah tu Dios te ha bendecido en toda la obra de tus manos. El conoce tu caminar por este gran desierto. Jehovah tu Dios ha estado contigo estos cuarenta años, y ninguna cosa te ha faltado.

“Pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, por el camino del Arabá de Eilat y de Ezión-geber, y cambiando de dirección nos dirigimos rumbo al desierto de Moab.

Entonces Jehovah me dijo: No molestes a Moab ni contiendas con ellos, porque no te daré posesión en su tierra. He dado Ar como posesión a los hijos de Lot.

(Los emitas habitaron allí antes. Estos eran un pueblo grande y numeroso; eran altos como los anaquitas.

Ellos, como los anaquitas, también eran considerados como refaítas, pero los moabitas los llamaban emitas.

También los horeos habitaban antes en Seír, pero los hijos de Esaú los desalojaron y los destruyeron delante de ellos. Luego habitaron en su lugar, así como ha hecho Israel en la tierra de su posesión que Jehovah les ha dado.)

Levantaos, pues, y cruzad el arroyo de Zered. “Así cruzamos el arroyo de Zered.

El tiempo que anduvimos desde Cades-barnea hasta que cruzamos el arroyo de Zered fue de treinta y ocho años, hasta que se acabó toda la generación de hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehovah les había jurado.

La mano de Jehovah también estuvo contra ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.

“Aconteció que cuando finalmente murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,

Jehovah me habló diciendo:

Tú pasarás hoy por el territorio de Moab, es decir, de Ar,

y te acercarás a los hijos de Amón. Pero no los molestes ni contiendas con ellos, porque no te he de dar posesión en la tierra de los hijos de Amón. La he dado como posesión a los hijos de Lot.

(También esta tierra fue considerada tierra de los refaítas. En otro tiempo habitaron en ella los refaítas, pero los amonitas los llamaban zomzomeos.

Estos eran un pueblo grande y numeroso; eran altos como los anaquitas. A éstos destruyó Jehovah delante de los amonitas que les sucedieron y habitaron en su lugar,

como hizo también con los horeos, a los cuales destruyó delante de los hijos de Esaú que habitan en Seír, quienes sucedieron a aquéllos y habitaron en su lugar, hasta el día de hoy.

De la misma manera, los caftoreos que habían salido de Caftor destruyeron a los aveos que vivían en aldeas hasta Gaza, y habitaron en su lugar.)

Levantaos, partid y cruzad el río Arnón. Mira, yo he entregado en tu mano a Sejón el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra. Comienza a tomar posesión de ella y contiende con él en guerra.

Hoy comenzaré a infundir miedo y temor de ti entre los pueblos debajo de todo el cielo. Ellos oirán tu fama, y temblarán y se estremecerán a causa de ti.

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Israel derrota a Sehón

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Israel derrota a Sehón (5:2:26 - 5:2:37)

“Desde el desierto de Cademot envié mensajeros a Sejón, rey de Hesbón, con un mensaje de paz, diciendo:

Déjame pasar por tu tierra. Iré sólo por el camino. No me apartaré ni a la derecha ni a la izquierda.

Me venderás por dinero la comida que yo coma, y me darás por dinero el agua que yo beba. Solamente permíteme pasar a pie,

como hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitan en Seír y los moabitas que habitan en Ar, hasta que yo cruce el Jordán hacia la tierra que Jehovah nuestro Dios nos da.

Pero Sejón, rey de Hesbón, no quiso que pasáramos por su territorio, porque Jehovah tu Dios había endurecido su espíritu y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como en el día de hoy.

“Entonces me dijo Jehovah: Mira, yo he comenzado a entregar delante de ti a Sejón y su tierra. Comienza a tomar posesión de su tierra.

“Sejón salió a nuestro encuentro, él con todo su pueblo, para combatir en Jahaz.

Pero Jehovah nuestro Dios lo entregó delante de nosotros, y lo matamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo.

En aquel tiempo tomamos todas sus ciudades y las destruimos por completo. No dejamos ningún sobreviviente de los hombres, las mujeres y los niños.

Sólo tomamos para nosotros los animales y el botín de las ciudades que capturamos

desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad. No hubo ciudad que fuera demasiado fuerte para nosotros; Jehovah nuestro Dios las entregó todas delante de nosotros.

Solamente no te acercaste a la tierra de los hijos de Amón, ni a todo lo que está junto al río Jaboc, ni a las ciudades de la región montañosa, según todo lo que Jehovah nuestro Dios nos había mandado.

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Israel derrota a Og rey de Basán

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Israel derrota a Og rey de Basán (5:3:1 - 5:3:11)

“Después nos volvimos y subimos rumbo a Basán. Entonces Og, rey de Basán, salió a nuestro encuentro con todo su pueblo para combatir en Edrei.

Y Jehovah me dijo: No le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a él, a todo su pueblo y su tierra. Tú harás con él como hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

“También Jehovah nuestro Dios entregó en nuestra mano a Og, rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual matamos hasta no dejarle ningún sobreviviente.

Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta ciudades, toda la tierra de Argob del reino de Og en Basán.

Todas estas ciudades estaban fortificadas con altas murallas, con puertas y cerrojos, sin contar las muchísimas aldeas sin muros.

Como hicimos con Sejón rey de Hesbón, destruimos por completo en toda ciudad a los hombres, a las mujeres y a los niños.

Sólo tomamos para nosotros todos los animales y el botín de las ciudades.

“En aquel tiempo tomamos la tierra desde el río Arnón hasta el monte Hermón, de mano de los dos reyes amorreos que estaban establecidos al otro lado del Jordán.

(Al Hermón los sidonios lo llaman Sirión, y los amorreos lo llaman Senir.)

Tomamos todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.

“Sólo Og, rey de Basán, había quedado del resto de los refaítas. He aquí su cama, que era de hierro, ¿acaso no está en Rabá de los hijos de Amón? Ella tiene 9 codos de largo por 4 codos de ancho, conforme al codo de un hombre.

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