Libros Históricos

Los valientes de David

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Los valientes de David (13:11:10 - 13:11:47)

Estos son los principales de los valientes que tenía David, los que junto con todo Israel le dieron apoyo en su reinado, para hacerle rey, conforme a la palabra de Jehovah respecto a Israel.

Esta es la lista de los valientes que tenía David: Jasobeam hijo de Hacmoni era jefe de los treinta. El blandió su lanza contra 300, y los mató de una sola vez.

Después de él estaba Eleazar hijo de Dodo, el ajojita. El era uno de los tres valientes,

que estaba con David en Pas-damim cuando los filisteos se reunieron allí para la batalla. Había una parcela de tierra llena de cebada. El pueblo había huido ante los filisteos,

pero él se puso firme en medio de la parcela y la defendió, derrotando a los filisteos. Y Jehovah les dio una gran victoria.

Tres de los treinta principales descendieron hasta la peña donde estaba David, en la cueva de Adulam, mientras el ejército de los filisteos acampaba en el valle de Refaím.

David estaba entonces en la fortaleza, y un destacamento de los filisteos estaba en Belén.

Entonces David sintió un vivo deseo y dijo: “¡Quién me diera de beber agua de la cisterna de Belén, que está junto a la puerta!”

Entonces los tres irrumpieron en el campamento de los filisteos y sacaron agua de la cisterna de Belén, que estaba junto a la puerta. Se la llevaron y la presentaron a David. Pero David no la quiso beber, sino que la derramó como una libación a Jehovah, diciendo:

“¡Lejos esté de mí, oh Dios mío, el hacer esto! ¿He de beber yo la sangre de estos hombres que fueron con riesgo de sus vidas? Porque la han traído con riesgo de sus vidas.” Y no quiso beberla. Estas cosas hicieron los tres valientes.

Abisai, hermano de Joab, era el jefe de los treinta. El blandió su lanza contra 300 y los mató, y tuvo renombre junto con los tres.

Entre los treinta, él era el más respetado y fue su jefe; pero no fue incluido entre los tres.

Benaías hijo de Joyada era hijo de un hombre valeroso de Cabseel, de grandes hazañas. El mató a los dos héroes de Moab. El descendió y mató un león dentro de una cisterna, un día de nieve.

El también mató a un egipcio, hombre de 5 codos de estatura. El egipcio tenía en su mano una lanza como un rodillo de telar, y Benaías salió a su encuentro con un palo, pero arrebató la lanza de la mano del egipcio y lo mató con su propia lanza.

Estas cosas hizo Benaías hijo de Joyada y tuvo renombre junto con los tres valientes.

He aquí que era el más respetado de los treinta, pero no llegó a estar entre los tres. David lo puso al frente de su guardia personal.

Y los valientes eran: Asael, hermano de Joab; Eljanán hijo de Dodo, de Belén;

Samot el harorita; Heles el pelonita;

Ira hijo de Iques, de Tecoa; Abiezer, de Anatot;

Sibecai, de Husa; Ilai el ajojita;

Maharai, de Netofa; Heled hijo de Baaná, de Netofa;

Itai hijo de Ribai, de Gabaa de los hijos de Benjamín; Benaías, de Piratón;

Hurai, de los arroyos de Gaas; Abiel, de Arabá;

Azmávet el barjumita; Eliaba, de Saalbín;

los hijos de Hasem el gizonita; Jonatán hijo de Sage el hararita;

Ajiam hijo de Sacar el hararita; Elifal hijo de Ur;

Hefer el mequeratita; Ajías el pelonita;

Hezro, de Carmel; Naarai hijo de Ezbai;

Joel, hermano de Natán; Mibjar hijo de Hagrai;

Selec el amonita; Najarai, de Beerot, escudero de Joab, hijo de Sarvia;

Ira, de Jatir; Gareb, de Jatir;

Urías el heteo; Zabad hijo de Ajlai;

Adina hijo de Siza el rubenita, jefe de los rubenitas, y treinta con él;

Hanán, hijo de Maaca; Josafat el mitnita;

Uzías, de Astarot; Sama y Jeiel, hijos de Hotam, de Aroer;

Yediael hijo de Simri y su hermano Yoja el tizita;

Eliel, de Majanaim; Jeribai y Josavías, hijos de Elnaam; Itma el moabita;

Eliel, Obed y Jaasiel el mesobaíta.

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El ejército de David

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > El ejército de David (13:12:1 - 13:12:40)

Estos son los que fueron hasta David en Siclag, cuando él estaba exiliado por causa de Saúl hijo de Quis. Ellos estaban entre los valientes que le ayudaron en la batalla.

Estaban armados con arcos y usaban tanto la mano derecha como la izquierda para tirar piedras con la honda y flechas con el arco. De los hermanos de Saúl, de Benjamín:

El jefe Ajiezer y Joás, hijos de Semaa, de Gabaa; Jeziel y Pelet, hijos de Azmávet; Beraca y Jehú el anatotita;

Ismaías, de Gabaón, valiente entre los treinta y jefe de los treinta; Jeremías, Yajaziel, Johanán; Jozabad, de Gedera;

Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías el harifita,

Elcana, Isías, Azareel, Joezer y Jasobeam, coreítas;

Joela y Zebadías, hijos de Jerojam, de Gedor.

También de los de Gad se pasaron a David en la fortaleza en el desierto algunos guerreros valientes, hombres entrenados para la batalla, que manejaban el escudo y la lanza. Sus caras eran como caras de leones, y eran veloces como las gacelas sobre las montañas. Ellos eran:

Ezer el jefe, Abdías el segundo, Eliab el tercero,

Mismana el cuarto, Jeremías el quinto,

Atai el sexto, Eliel el séptimo,

Johanán el octavo, Elzabad el noveno,

Jeremías el décimo, y Macbanai el undécimo.

Estos fueron jefes del ejército de los hijos de Gad. El menor podía hacer frente a cien hombres; y el mayor, a mil.

Estos fueron los que cruzaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado sobre todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al occidente.

Asimismo, algunos de los hijos de Benjamín y de Judá fueron a David, a la fortaleza.

David salió a recibirles y les habló diciendo: —Si habéis venido a mí con actitud pacífica y para ayudarme, estoy listo para tener alianza con vosotros. Pero si es para traicionarme a favor de mis enemigos, estando mis manos libres de violencia, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo demande.

Entonces el Espíritu invistió a Amasai, jefe de los treinta, quien dijo: —¡Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí! ¡Paz! ¡Paz contigo, y paz con los que te ayudan, porque tu Dios también te ayuda! David los aceptó y los puso entre los jefes de la tropa.

También algunos de Manasés se pasaron a David, cuando éste fue con los filisteos a la batalla contra Saúl. (Pero no les ayudaron, porque por consejo, los gobernantes de los filisteos lo despidieron, diciendo: “¡Con nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl!”)

Así que, al volver a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés: Adnaj, Jozabad, Yediael, Micael, Jozabad, Elihú y Ziletai, jefes de millares de Manasés.

Estos vinieron en ayuda de David contra la banda armada, porque todos eran hombres valientes. Y llegaron a ser jefes del ejército.

Porque día tras día llegaban a David para ayudarle, hasta que se hizo un gran ejército, como un ejército de Dios.

Estos son los totales de los hombres listos para la guerra, que fueron a David, en Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehovah:

De los hijos de Judá, 6.800 hombres listos para la guerra, los cuales portaban escudo y lanza.

De los hijos de Simeón, 7.100 hombres valientes para la guerra.

De los hijos de Leví, 4.600.

Asimismo, Joyada, jefe de los descendientes de Aarón, y con él, 3.700.

También Sadoc, un joven valiente, con 22 jefes de su casa paterna.

De los hijos de Benjamín, hermanos de Saúl, 3.000, pues hasta aquel tiempo la mayor parte de ellos guardaban fidelidad a la casa de Saúl.

De los hijos de Efraín, 20.800 hombres valientes e ilustres en sus casas paternas.

De la media tribu de Manasés, 18.000, que fueron designados por nombre para ir a proclamar rey a David.

De los hijos de Isacar, 200 expertos en entender los tiempos, que sabían lo que Israel debía hacer y cuyas órdenes seguían todos sus hermanos.

De Zabulón, 50.000 hombres aptos para la guerra, listos para la batalla con todo tipo de armas de guerra, dispuestos a prestar ayuda a David con todo el corazón.

De Neftalí, 1.000 principales, y con ellos 37.000 con escudo y lanza.

De Dan, 28.600 hombres dispuestos para la batalla.

De Aser, 40.000 hombres aptos para la guerra, dispuestos para la batalla.

Del otro lado del Jordán, de Rubén, de Gad y de la media tribu de Manasés, 120.000 hombres armados con todo tipo de armas de guerra.

Todos estos hombres de guerra, listos para la batalla, fueron a Hebrón con corazón sincero para proclamar a David rey sobre todo Israel. Todos los demás de Israel participaban también del mismo sentir para proclamar rey a David.

Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían provisto para ellos.

También los que les eran vecinos, hasta Isacar, Zabulón y Neftalí, llevaron alimentos en asnos, camellos, mulos y bueyes, provisiones de harina, tortas de higos, tortas de pasas, vino, aceite, vacas y ovejas en abundancia, porque había alegría en Israel.

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David propone trasladar el arca a Jerusalén

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > David propone trasladar el arca a Jerusalén (13:13:1 - 13:13:4)

Entonces David consultó con los jefes de millares y de centenas y con todos los oficiales.

Y dijo David a toda la congregación de Israel: “Si os parece bien y si es la voluntad de Jehovah nuestro Dios, enviemos mensajeros a todas partes, para llamar a nuestros hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel y con ellos a los sacerdotes y levitas que están en sus ciudades y campos de alrededor, para que se reúnan con nosotros,

y traigamos hasta nosotros el arca de nuestro Dios, porque en el tiempo de Saúl no le consultamos.”

Toda la congregación dijo que se hiciese así, porque el asunto pareció bien a todo el pueblo.

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David intenta traer el arca

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > David intenta traer el arca (13:13:5 - 13:13:14)

Entonces David reunió a todo Israel, desde Sijor en Egipto hasta Lebo-hamat, para traer de Quiriat-jearim el arca de Dios.

David subió con todo Israel a Baala, es decir, a Quiriat-jearim, que pertenece a Judá, para subir desde allí el arca de Dios, Jehovah, que tiene su trono entre los querubines, sobre la cual es invocado su nombre.

Luego colocaron el arca de Dios sobre una carreta nueva, y se la llevaron de la casa de Abinadab. Uza y Ajío guiaban la carreta.

David y todo Israel se regocijaban delante de Dios, con todas sus fuerzas, con canciones, arpas, liras, panderetas, címbalos y trompetas.

Cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sujetarla, porque los bueyes tropezaron.

Entonces el furor de Jehovah se encendió contra Uza, y lo hirió porque había extendido su mano al arca. Y murió allí, delante de Dios.

David se disgustó porque Jehovah había irrumpido contra Uza, y llamó aquel lugar Perez-uza, hasta el día de hoy.

Aquel día David tuvo temor de Dios y dijo: “¿Cómo he de traer a mí el arca de Dios?”

No llevó, pues, David el arca consigo, a la Ciudad de David. Más bien, la desvió a la casa de Obed-edom el geteo.

El arca de Dios quedó con la familia de Obed-edom, en su casa, durante tres meses. Y Jehovah bendijo a la familia de Obed-edom y todo lo que tenía.

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Hiram envía embajadores a David

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Hiram envía embajadores a David (13:14:1 - 13:14:2)

Entonces Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David; también madera de cedro, albañiles y carpinteros para edificarle una casa.

Entonces David comprendió que Jehovah le había confirmado como rey sobre Israel y que había enaltecido su reino por amor a su pueblo Israel.

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