Parábola de las águilas y la vid
Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Parábola de las águilas y la vid (26:17:1 - 26:17:24)
Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
“Oh hijo de hombre, propón un enigma y relata una parábola a la casa de Israel.
Di que así ha dicho el Señor Jehovah: Una gran águila de grandes alas, largos miembros y llena de un plumaje de diversos colores, vino al Líbano y tomó la copa del cedro.
Arrancó la punta de su renuevo, lo llevó a una tierra de mercaderes, y la puso en una ciudad de comerciantes.
Tomó también de la semilla de la tierra, un brote, y lo puso en un campo fértil, junto a aguas abundantes, como se planta un sauce.
Luego creció y se hizo una vid de muchas ramas, aunque de baja altura, para dirigir sus ramas hacia el águila, de modo que sus raíces estuviesen debajo de ella. Así llegó a ser una vid, y arrojó renuevos y extendió sus ramas.
“Pero surgió otra gran águila, de grandes alas y denso plumaje. Y he aquí que aquella vid dirigió hacia ella sus raíces y extendió a ella sus ramas desde el terreno donde estaba plantada, a fin de ser regada.
En buen campo, junto a muchas aguas, estaba plantada para que echase ramaje y llevase fruto, a fin de que fuese una vid espléndida.
“Di que así ha dicho el Señor Jehovah: ¿Será prosperada? ¿Acaso el águila no habrá de arrancar sus raíces y echará a perder su fruto, y se secará? Todos sus renuevos verdes se secarán. No será necesario un gran brazo, ni mucha gente para arrancarla de sus raíces.
He aquí que está plantada; pero, ¿será prosperada? ¿No se secará del todo, cuando la toque el viento oriental? ¡Sobre el mismo terreno donde creció se secará!”
Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
“Di a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Di: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, tomó a su rey y a sus magistrados, y los llevó consigo a Babilonia.
También tomó a uno de la descendencia real e hizo un convenio con él, poniéndolo bajo juramento. También se llevó a los poderosos del país,
para que el reino fuera abatido y no volviera a levantarse, para que guardara el convenio y lo mantuviera.
No obstante, se rebeló contra él al enviar embajadores a Egipto para que le diesen caballos y mucha gente. ¿Será prosperado? ¿Escapará el que hace estas cosas? ¿Podrá romper el convenio y quedar ileso?
“¡Vivo yo, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció y cuyo convenio con él rompió!, dice el Señor Jehovah.
Cuando construyan terraplenes y edifiquen muros de asedio para destruir muchas vidas, el faraón no lo socorrerá en la batalla, a pesar del gran ejército y de la numerosa multitud.
No escapará, pues menospreció el juramento para invalidar el convenio; porque he aquí que habiendo dado la mano, hizo todas estas cosas.
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah, ¡vivo yo, que traeré sobre su cabeza mi juramento que menospreció y mi convenio que quebrantó!
Yo extenderé sobre él mi red, y será apresado en mi trampa. Lo haré traer a Babilonia, y allí entraré en juicio contra él por su rebelión contra mí.
Todos sus fugitivos y todas sus tropas caerán a espada, y los que queden serán esparcidos hacia todos los vientos. Y sabréis que yo, Jehovah, he hablado.
“Así ha dicho el Señor Jehovah: Pero yo mismo arrancaré un renuevo de la alta copa de aquel cedro, y lo plantaré. De los principales renuevos cortaré uno tierno y lo plantaré sobre un monte alto y erguido.
Lo plantaré en el monte más alto de Israel. Y echará ramas, llevará fruto y se convertirá en un cedro majestuoso. Debajo de él habitará toda clase de pájaros; a la sombra de sus ramas habitará toda clase de aves.
Y así sabrán todos los árboles del campo que yo, Jehovah, eché abajo el árbol elevado y elevé el árbol bajo; que hice que el árbol verde se secara y que el árbol seco floreciera. Yo, Jehovah, lo he dicho y lo haré.”