San Lucas

Parábola de la levadura

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Parábola de la levadura (42:13:20 - 42:13:21)

Otra vez dijo: —¿A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado.

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La puerta estrecha

Imagen La puerta estrecha 1
Enviado por Steven ...espero les guste

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > La puerta estrecha (42:13:22 - 42:13:30)

Jesús pasaba por las ciudades y aldeas, enseñando y caminando hacia Jerusalén.

Entonces alguien le dijo: —Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:

—Esforzaos a entrar por la puerta angosta, porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.

Después que el dueño de casa se levante y cierre la puerta, vosotros, afuera, comenzaréis a llamar a la puerta diciendo: “¡Señor, ábrenos!” Pero respondiendo él os dirá: “No os conozco de dónde sois.”

Entonces comenzaréis a decir: “Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.”

Pero os hablará diciendo: “No os conozco de dónde sois. ¡Apartaos de mí todos los que hacéis iniquidad!”

Allí habrá llanto y crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a vosotros echados fuera.

Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur; y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

He aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.

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Lamento de Jesús sobre Jerusalén

Imagen Lamento de Jesús sobre Jerusalén 1

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Lamento de Jesús sobre Jerusalén (42:13:31 - 42:13:35)

En la misma hora llegaron ciertos fariseos y le dijeron: —Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.

El les dijo: —Id y decid a ese zorro: “He aquí echo fuera demonios y realizo sanidades hoy y mañana, y al tercer día termino.”

Sin embargo, es necesario que yo siga mi camino hoy, mañana y pasado mañana; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!

He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Os digo que no me veréis más, hasta que venga el día cuando digáis: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”

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Jesús sana a un hidrópico

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Jesús sana a un hidrópico (42:14:1 - 42:14:6)

Aconteció un sábado, cuando él entró en casa de uno de los principales de los fariseos para comer pan, que ellos le observaban cuidadosamente.

Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de él.

Entonces respondiendo Jesús, habló a los maestros de la ley y a los fariseos, diciendo: —¿Es lícito sanar en sábado, o no?

Pero ellos callaron. Entonces él le tomó, le sanó y le despidió.

Y dijo a ellos: —¿Cuál de vosotros, si su hijo o su buey cae en un pozo, no lo sacará de inmediato en el día de sábado?

Y no le podían responder a estas cosas.

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Los convidados a las bodas

Imagen Los convidados a las bodas 1
Enviado por Ferd

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Los convidados a las bodas (42:14:7 - 42:14:14)

Observando a los invitados, cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió una parábola diciéndoles:

—Cuando seas invitado por alguien a una fiesta de bodas, no te sientes en el primer lugar; no sea que otro más distinguido que tú haya sido invitado por él,

y que viniendo el que os invitó a ti y al otro, te diga: “Da lugar a éste,” y luego comiences con vergüenza a ocupar el último lugar.

Más bien, cuando seas invitado, vé y siéntate en el último lugar; para que cuando venga el que te invitó, diga: “Amigo, sube más arriba.” Entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.

Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Dijo también al que le había invitado: —Cuando hagas comida o cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te vuelvan a invitar a ti, y te sea hecha compensación.

Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos.

Y serás bienaventurado, porque ellos no te pueden retribuir, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.

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