Libros Históricos

Atalía usurpa el trono

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Atalía usurpa el trono (12:11:1 - 12:11:21)

Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó a toda la descendencia real.

Pero Josabet, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías, lo sacó a escondidas de entre los hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y puso a él y a su nodriza en un dormitorio. Así lo escondió de Atalía, y no fue muerto.

Y estuvo escondido con ella en la casa de Jehovah seis años. Entre tanto, Atalía reinaba en el país.

Al séptimo año, Joyada trajo a los jefes de centenas de los careos y de los de la escolta real, y los llevó con él a la casa de Jehovah. Entonces hizo un convenio con ellos, les hizo prestar juramento en la casa de Jehovah y les mostró al hijo del rey.

Y les mandó diciendo: —Esto es lo que habéis de hacer: Una tercera parte de vosotros, los que entráis de turno el sábado, tendréis la guardia de la casa del rey.

Otra tercera parte estará junto a la puerta Sur, y la otra tercera parte estará en la puerta detrás de la escolta real. Así guardaréis el palacio por turno.

Y dos partes de vosotros, todos los que salís de turno el sábado, tendréis la guardia de la casa de Jehovah junto al rey.

Formaréis un círculo alrededor del rey, cada uno con sus armas en su mano. Cualquiera que se meta en las filas morirá. Estaréis con el rey cuando salga y cuando entre.

Los jefes de centenas hicieron conforme a todo lo que había mandado el sacerdote Joyada. Tomaron cada uno a sus hombres, a los que habían de entrar el sábado y a los que habían de salir el sábado, y fueron al sacerdote Joyada.

El sacerdote dio a los jefes de centenas las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, y que estaban en la casa de Jehovah.

Entonces los de la escolta real se apostaron, cada uno con sus armas en su mano, desde el lado sur del templo hasta el lado norte del templo, entre el altar y el templo, alrededor del rey.

Luego Joyada sacó al hijo del rey, le puso la corona y le dio el testimonio; y le proclamaron rey. Lo ungieron y le aplaudieron diciendo: —¡Viva el rey!

Cuando Atalía oyó el bullicio de la escolta y de la gente, se acercó a la gente en la casa de Jehovah.

Y cuando miró, he aquí que el rey estaba de pie junto a la columna, según la costumbre. Los magistrados y los que tocaban las trompetas estaban junto al rey. Todo el pueblo de la tierra se regocijaba y tocaba las trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: —¡Conspiración! ¡Conspiración!

Luego el sacerdote Joyada dio orden a los jefes de centenas que estaban al mando del ejército, y les dijo: —¡Sacadla de entre las filas; y al que la siga, matadle a espada! Porque el sacerdote había dicho que no la matasen en la casa de Jehovah.

Entonces le echaron mano, y cuando ella llegó a la casa del rey, por el camino de la entrada de los caballos, allí fue muerta.

Joyada hizo un pacto entre Jehovah, el rey y el pueblo, de que serían el pueblo de Jehovah. También hizo pacto entre el rey y el pueblo.

Después todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo destruyeron. Rompieron por completo sus altares y sus imágenes, y delante de los altares mataron a Matán, sacerdote de Baal. Luego el sacerdote designó oficiales para la casa de Jehovah.

Después tomó a los jefes de centenas, a los careos, a los de la escolta real y a todo el pueblo de la tierra; e hicieron descender al rey desde la casa de Jehovah. Entraron en la casa del rey por el camino de la puerta de los de la escolta real. Entonces el rey se sentó en el trono real.

Todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estaba en calma, después que a Atalía le habían dado muerte a espada en la casa del rey.

Joás tenía 7 años cuando comenzó a reinar.

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Reinado de Joás de Judá

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Reinado de Joás de Judá (12:12:1 - 12:12:21)

Joás comenzó a reinar en el séptimo año de Jehú, y reinó 40 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Sibia, de Beerseba.

Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehovah, todo el tiempo en que le instruyó el sacerdote Joyada.

Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, y el pueblo aún ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los lugares altos.

Entonces Joás dijo a los sacerdotes: —Todo el dinero de las cosas consagradas que se trae a la casa de Jehovah, tanto el dinero estipulado a cada hombre (el dinero del rescate de las personas) como todo el dinero que cada uno traiga voluntariamente a la casa de Jehovah,

tómenlo para sí los sacerdotes, cada uno de parte de su administrador, y reparen ellos las grietas del templo donde éstas se encuentren.

Pero sucedió que hasta el año 23 del rey Joás, los sacerdotes aún no habían reparado las grietas del templo.

Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Joyada y a los demás sacerdotes, y les dijo: —¿Por qué no reparáis las grietas del templo? Ahora pues, no toméis el dinero de vuestros administradores, sino dadlo para reparar las grietas del templo.

Los sacerdotes consintieron en no tomar dinero del pueblo, ni reparar las grietas del templo.

El sacerdote Joyada tomó un cofre, le hizo una abertura en la tapa y lo puso junto al altar, a la derecha, según uno entra en la casa de Jehovah. Los sacerdotes que guardaban la puerta depositaban en él todo el dinero que era llevado a la casa de Jehovah.

Y sucedía que cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote iban y contaban el dinero que se hallaba en la casa de Jehovah, y lo guardaban en bolsas.

Entregaban el dinero contado en manos de los que hacían la obra, los que estaban encargados de la casa de Jehovah; y ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y a los constructores que reparaban la casa de Jehovah,

a los albañiles y a los canteros, y para la compra de madera y piedra labrada, a fin de reparar las grietas de la casa de Jehovah, y para todo lo que se gastaba en la reparación del templo.

Pero con el dinero que se llevaba a la casa de Jehovah no hacían tazas de plata, ni despabiladeras, ni tazones, ni trompetas, ni ningún otro objeto de oro ni de plata para la casa de Jehovah,

porque lo daban a los que hacían la obra y con él reparaban la casa de Jehovah.

Tampoco se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos era entregado el dinero para darlo a los que hacían la obra, pues ellos actuaban con honestidad.

El dinero del sacrificio por la culpa y el dinero del sacrificio por el pecado no era traído a la casa de Jehovah, porque era para los sacerdotes.

Por aquel entonces subió Hazael, rey de Siria, combatió contra Gat y la tomó. Luego Hazael decidió subir contra Jerusalén.

Y Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas sagradas que habían consagrado Josafat, Joram y Ocozías sus padres, reyes de Judá, las que él mismo había consagrado y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehovah y de la casa del rey, y las envió a Hazael, rey de Siria. Así se alejó éste de Jerusalén.

Los demás hechos de Joás y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Sus servidores se levantaron, hicieron una conspiración y mataron a Joás en Bet-milo, en el camino que desciende a Sila.

Sus servidores Josacar hijo de Simeat y Jozabad hijo de Somer lo hirieron, y murió. Luego lo sepultaron con sus padres en la Ciudad de David. Y su hijo Amasías reinó en su lugar.

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Reinado de Joacaz

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Reinado de Joacaz (12:13:1 - 12:13:9)

En el año 23 de Joás hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar Joacaz hijo de Jehú sobre Israel en Samaria, y reinó 17 años.

El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah y siguió tras los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel; no se apartó de ellos.

Por eso se encendió el furor de Jehovah contra Israel, y los entregó en mano de Hazael, rey de Siria, y en mano de Ben-hadad hijo de Hazael, por mucho tiempo.

Pero Joacaz imploró el favor de Jehovah, y Jehovah le escuchó, porque vio la opresión de Israel, pues el rey de Siria los oprimía.

Entonces Jehovah dio un libertador a Israel, y salieron del dominio de los sirios. Así habitaron los hijos de Israel en sus moradas, como antes.

Sin embargo, no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, quien hizo pecar a Israel; y anduvieron en ellos. También el árbol ritual de Asera seguía en pie en Samaria.

No le había quedado gente a Joacaz, salvo 50 jinetes, 10 carros y 10.000 hombres de infantería. Porque el rey de Siria los había destruido y los había dejado como polvo de la trilla.

Los demás hechos de Joacaz, todas las cosas que hizo y su poderío, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Joacaz reposó con sus padres, y lo sepultaron en Samaria. Y su hijo Joás reinó en su lugar.

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Reinado de Joás de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Reinado de Joás de Israel (12:13:10 - 12:13:13)

En el año 37 de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar Joás hijo de Joacaz sobre Israel en Samaria, y reinó 16 años.

El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah. No se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos.

Los demás hechos de Joás, todas las cosas que hizo y el poderío con que luchó contra Amasías, rey de Judá, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Joás reposó con sus padres, y Jeroboam se sentó en su trono. Y Joás fue sepultado en Samaria, con los reyes de Israel.

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Profecía final y muerte de Eliseo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Profecía final y muerte de Eliseo (12:13:14 - 12:13:25)

Eliseo se enfermó de la enfermedad de la que moriría. Entonces Joás, rey de Israel, descendió a él y llorando en su presencia, dijo: —¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel, y sus jinetes!

Eliseo le dijo: —Toma un arco y flechas. El tomó un arco y flechas,

y Eliseo dijo al rey de Israel: —Pon tu mano sobre el arco. Cuando puso su mano, Eliseo puso sus manos sobre las manos del rey.

Luego dijo: —Abre la ventana que da al oriente. El la abrió, y Eliseo dijo: —¡Tira! Y él tiró. Entonces Eliseo dijo: —¡Flecha de victoria de Jehovah! ¡Flecha de victoria contra Siria! Porque derrotarás a Siria en Afec, hasta acabar con ella.

Volvió a decir: —Toma las flechas. Las tomó, y Eliseo dijo al rey de Israel: —¡Golpea la tierra! El golpeó la tierra tres veces y se detuvo.

Entonces el hombre de Dios se enojó contra él y dijo: —De haber golpeado cinco o seis veces, entonces habrías derrotado a Siria hasta acabar con ella. Pero ahora la derrotarás sólo tres veces.

Murió Eliseo, y lo sepultaron. Al año siguiente llegaron al país unas bandas armadas de los moabitas.

Y aconteció que mientras algunos sepultaban a un hombre, he aquí que vieron una banda armada y arrojaron al muerto dentro del sepulcro de Eliseo. Y cuando el muerto cayó y tocó los restos de Eliseo, aquél revivió y se puso de pie.

Hazael, rey de Siria, oprimió a los israelitas todos los días de Joacaz.

Pero Jehovah fue generoso con ellos y les mostró misericordia. Se volvió hacia ellos a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni echarlos de su presencia hasta ahora.

Después murió Hazael, rey de Siria, y su hijo Ben-hadad reinó en su lugar.

Entonces Joás hijo de Joacaz volvió a tomar de mano de Ben-hadad hijo de Hazael las ciudades que éste había tomado en la guerra, de mano de su padre Joacaz. Tres veces lo derrotó Joás y recuperó las ciudades de Israel.

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