Deuteronomio

Orden de escribir la ley en piedras sobre el Monte Ebal

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Orden de escribir la ley en piedras sobre el Monte Ebal (5:27:1 - 5:27:10)

Moisés, con los ancianos de Israel, mandó al pueblo diciendo: “Guardaréis todos los mandamientos que yo te mando hoy.

Y sucederá el día que crucéis el Jordán hacia la tierra que os da Jehovah tu Dios, que os levantaréis piedras grandes, las cuales recubriréis con cal.

Sobre ellas escribiréis todas las palabras de esta ley, cuando hayas cruzado para entrar en la tierra que Jehovah tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido Jehovah, Dios de tus padres.

Cuando hayáis cruzado el Jordán, levantaréis en el monte Ebal estas piedras que yo os mando hoy, y las recubriréis con cal.

Allí edificaréis un altar a Jehovah tu Dios, un altar de piedras. No alzaréis sobre ellas herramientas de hierro;

Edificaréis el altar de Jehovah tu Dios de piedras sin labrar. Sobre él ofrecerás holocaustos a Jehovah tu Dios,

y harás sacrificios de paz. Allí comerás y te regocijarás delante de Jehovah tu Dios,

y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley, con toda claridad.”

Luego Moisés y los sacerdotes levitas hablaron a todo Israel diciendo: “Oh Israel, guarda silencio y escucha: Hoy has venido a ser pueblo de Jehovah tu Dios.

Escucharás, pues, la voz de Jehovah tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus leyes que yo te mando hoy.”

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Las maldiciones en el monte Ebal

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Las maldiciones en el monte Ebal (5:27:11 - 5:27:26)

Aquel día Moisés mandó al pueblo diciendo:

“Después de haber cruzado el Jordán, éstos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.

Y éstos estarán en el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.

“Los levitas hablarán y dirán a todo hombre de Israel en alta voz:

“¡Maldito el hombre que haga una imagen tallada o una imagen de fundición, obra de mano de escultor (lo cual es abominación a Jehovah), y la guarde en oculto! Y todo el pueblo responderá y dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que trate con desprecio a su padre o a su madre! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que cambie de lugar los linderos de su prójimo! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que haga errar al ciego en el camino! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que pervierta el derecho del forastero, del huérfano y de la viuda! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que se acueste con la mujer de su padre, porque descubre el manto de su padre! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que tenga cópula con cualquier animal! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que se acueste con su hermana, hija de su padre o hija de su madre! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que se acueste con su suegra! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que hiera de muerte a su prójimo en secreto! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que acepte soborno para matar a un inocente! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

“¡Maldito el que no cumpla las palabras de esta ley, poniéndolas por obra! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!

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Bendiciones de la obediencia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Bendiciones de la obediencia (5:28:1 - 5:28:14)

“Y sucederá que si escuchas diligentemente la voz de Jehovah tu Dios, procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, también Jehovah tu Dios te enaltecerá sobre todas las naciones de la tierra.

Cuando obedezcas la voz de Jehovah tu Dios, vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán:

“Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo.

“Benditos serán el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra y el fruto de tu ganado, la cría de tus vacas y el incremento de tus ovejas.

“Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

“Bendito serás al entrar, y bendito al salir.

“Jehovah hará que tus enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti. Por un camino saldrán hacia ti, y por siete caminos huirán de ti.

“Jehovah mandará bendición a tus graneros y a todo lo que emprenda tu mano. El te bendecirá en la tierra que Jehovah tu Dios te da.

Si guardas los mandamientos de Jehovah tu Dios y andas en sus caminos, Jehovah te confirmará como pueblo santo suyo, como te ha jurado.

Todos los pueblos de la tierra verán que eres llamado por el nombre de Jehovah, y te temerán.

“Jehovah hará que sobreabundes en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus animales y en el fruto de tu campo, en la tierra que Jehovah juró a tus padres que te daría.

El te abrirá su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos. Tú darás prestado a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado.

“Si obedeces los mandamientos de Jehovah tu Dios que yo te mando hoy para que los guardes y cumplas, Jehovah te pondrá como cabeza y no como cola. Estarás encima, nunca debajo.

“No os apartéis de todas las palabras que yo os mando hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses a fin de rendirles culto.

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Consecuencias de la desobediencia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Consecuencias de la desobediencia (5:28:15 - 5:28:68)

“Pero si no escuchas la voz de Jehovah tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:

“Maldito serás en la ciudad, y maldito en el campo.

“Malditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

“Malditos serán el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas y el incremento de tus ovejas.

“Maldito serás al entrar, y maldito al salir.

“Jehovah enviará contra ti maldición, turbación y reprensión en todo lo que emprenda tu mano, hasta que seas destruido y perezcas rápidamente a causa de la maldad de tus hechos, por los cuales me habrás abandonado.

“Jehovah hará que se te pegue la peste hasta acabar contigo en la tierra a la cual entras para tomarla en posesión.

Jehovah te herirá con tisis, con fiebre, con inflamación, con calor sofocante, con sequía, con tizón y con añublo, los cuales te perseguirán hasta que perezcas.

Tus cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti será de hierro.

En lugar de lluvia Jehovah dará a tu tierra polvo y ceniza, los cuales descenderán del cielo sobre ti hasta que perezcas.

“Jehovah hará que seas derrotado delante de tus enemigos. Por un camino saldrás hacia ellos, y por siete caminos huirás de ellos. Así serás objeto de horror para todos los reinos de la tierra.

Tu cadáver servirá de comida a todas las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante.

“Jehovah te afligirá con úlceras de Egipto, con tumores, con sarna y con comezón, de los que no puedas ser sanado.

“Jehovah te afligirá con locura, con ceguera y con confusión de la mente.

Palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no tendrás éxito en tus caminos. Todos los días serás oprimido y robado, sin que haya quien te libre.

Te desposarás con una mujer, y otro hombre dormirá con ella. Edificarás una casa, y no la habitarás. Plantarás una viña, y no la vendimiarás.

Tu buey será matado ante tus ojos, pero no comerás de él. Tu asno será arrebatado delante de ti, y no te será devuelto. Tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate.

Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo. Tus ojos lo verán y se desesperarán por ellos todo el día, pero tu mano no podrá hacer nada.

El fruto de tu tierra y de toda tu labor lo comerá un pueblo que no has conocido. Serás oprimido y quebrantado todos los días,

y enloquecerás a causa de lo que verán tus ojos.

“Jehovah te afligirá con úlcera maligna en las rodillas y en las piernas, y desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser sanado.

“Jehovah te llevará a ti, y a tu rey que hayas establecido sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres habéis conocido. Allá rendirás culto a otros dioses de madera y de piedra.

Serás objeto de horror y servirás de refrán y de hazmerreír a todos los pueblos a los cuales te lleve Jehovah.

“Llevarás mucha semilla al campo, pero cosecharás poco; porque la langosta la consumirá.

Plantarás viñas y las cuidarás, pero no recogerás uvas ni beberás vino; porque el gusano se las comerá.

Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te ungirás con aceite; porque tus olivas se caerán.

Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti; porque serán llevados cautivos.

La langosta tomará posesión de toda tu arboleda y del fruto de tu tierra.

El forastero que habite en medio de ti subirá cada vez más alto que tú, pero tú descenderás cada vez más bajo.

El podrá prestarte a ti, pero tú no podrás prestarle a él. El será la cabeza, y tú serás la cola.

Sobre ti vendrán todas estas maldiciones. Te perseguirán y te alcanzarán hasta que perezcas, porque no habrás escuchado la voz de Jehovah tu Dios, a fin de guardar los mandamientos y los estatutos que él te ha mandado.

Y serán en ti señal y prodigio, y también en tu descendencia, para siempre.

“Por no haber servido a Jehovah tu Dios con alegría y gozo de corazón por la abundancia de todo,

servirás a tus enemigos que Jehovah enviará contra ti, en medio del hambre, de la sed, de la desnudez y de la falta de todas las cosas. El pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte.

Jehovah traerá, desde el extremo de la tierra, una nación lejana que se abalanzará sobre ti como el águila, una nación cuyo idioma no entiendas,

gente de aspecto fiero, que no respetará al anciano ni tendrá compasión del niño.

Comerá el fruto de tus animales y el fruto de tu tierra hasta que tú perezcas. No dejará para ti el grano, ni el vino nuevo, ni el aceite, ni la cría de tus vacas ni el incremento de tus ovejas, hasta destruirte.

“El te asediará en todas tus ciudades, hasta que en toda tu tierra caigan tus murallas altas y fortificadas en las cuales confías. El te asediará en todas tus ciudades y en toda la tierra que Jehovah tu Dios te haya dado.

En el asedio y en la angustia con que te angustiará tu enemigo, comerás el fruto de tu vientre: la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehovah tu Dios te haya dado.

Aun el hombre más tierno y acostumbrado a los deleites en medio de ti mirará malévolamente a su hermano, a su amada mujer y al resto de sus hijos que queden,

para no compartir con ninguno de ellos la carne de sus hijos que él se comerá. Porque nada le habrá quedado, debido al asedio y a la angustia con que te angustiará tu enemigo en todas tus ciudades.

También la mujer más tierna y acostumbrada a los deleites en medio de ti, que nunca probó asentar la planta de su pie sobre el suelo a causa de su delicadeza y de su ternura, mirará malévolamente a su amado marido, a su hijo y a su hija.

Hasta la placenta que sale de entre sus piernas, y los hijos que dé a luz, se los comerá a escondidas, debido a que faltará todo por causa del asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

“Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta ley, escritas en este libro, temiendo este nombre grande y temible, Jehovah tu Dios,

entonces aumentará Jehovah asombrosamente tus plagas y las plagas de tus descendientes, plagas graves y crónicas, enfermedades malignas y crónicas.

El traerá contra ti todas las enfermedades de Egipto, de las cuales tuviste miedo, y se te pegarán.

Jehovah también enviará sobre ti todas las enfermedades y todas las plagas que no están mencionadas en el libro de esta ley, hasta que seas destruido.

Y después de haber sido tan numerosos como las estrellas del cielo, quedaréis pocos en número, porque no habrás obedecido la voz de Jehovah tu Dios.

“Y sucederá que como Jehovah se gozó en vosotros para haceros el bien y para multiplicaros, así se gozará en vosotros para arruinaros y destruiros. Seréis arrancados de la tierra en la cual entráis para tomarla en posesión.

Jehovah te esparcirá entre todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra. Allí rendiréis culto a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres habéis conocido.

Y entre aquellas naciones no tendrás tranquilidad, ni habrá reposo para la planta de tu pie. Allí te dará Jehovah corazón tembloroso, decaimiento de ojos y desesperación del alma.

Vivirás en constante suspenso; estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.

Debido al terror con que serás amedrentado y por lo que verán tus ojos, dirás por la mañana: ¡Oh, si fuera de noche! Y dirás por la noche: ¡Oh, si fuera de mañana!

Y Jehovah te hará volver a Egipto en navíos, por el camino del cual yo te había dicho: ¡Nunca más volveréis a verlo! Allí os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, y no habrá quien os compre.”

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Pacto de Jehová con Israel en Moab

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Pacto de Jehová con Israel en Moab (5:29:1 - 5:29:29)

Estas son las palabras del pacto que Jehovah mandó a Moisés que hiciera con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que hizo con ellos en Horeb.

Moisés llamó a todo Israel y les dijo: “Vosotros habéis visto todo lo que Jehovah hizo ante vuestros ojos en la tierra de Egipto al faraón, a todos sus servidores y a toda su tierra;

las grandes pruebas que vuestros ojos vieron, aquellas grandes señales y prodigios.

Pero hasta el día de hoy Jehovah no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

“Yo os he conducido cuarenta años por el desierto. Vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestros zapatos se han gastado en vuestros pies.

No habéis comido pan ni tomado vino ni licor, para que sepáis que yo soy Jehovah vuestro Dios.

Así llegasteis a este lugar, y cuando Sejón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron para combatir contra nosotros, los derrotamos.

Luego tomamos su tierra y la dimos por posesión a Rubén, a Gad y a la media tribu de Manasés.

Guardad, pues, las palabras de este pacto y ponedlas por obra, para que prosperéis en todo lo que hagáis.

“Todos vosotros estáis hoy delante de Jehovah vuestro Dios: los jefes de vuestras tribus, vuestros ancianos, vuestros oficiales, todos los hombres de Israel,

vuestros niños, vuestras mujeres y los forasteros que están en medio de vuestro campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tus aguas.

Estás por entrar en el pacto de Jehovah tu Dios, y en el compromiso solemne que Jehovah tu Dios hace hoy contigo,

a fin de confirmarte hoy como pueblo suyo, y para que él sea tu Dios, como te ha prometido y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.

“No sólo con vosotros hago yo este pacto y este compromiso solemne;

ciertamente es con el que está aquí con nosotros hoy, delante de Jehovah nuestro Dios, y también con aquel que no está aquí con nosotros hoy.

Pues vosotros sabéis cómo habitábamos en la tierra de Egipto y cómo hemos pasado en medio de las naciones por las cuales habéis pasado.

Vosotros habéis visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro, que tienen entre ellos.

No sea que haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehovah nuestro Dios para ir a rendir culto a los dioses de aquellas naciones. No sea que haya entre vosotros una raíz que produzca una hierba venenosa y ajenjo,

y que al oír las palabras de este compromiso solemne, se bendiga a sí mismo en su corazón, diciendo: Yo tendré paz, aunque ande en la terquedad de mi corazón, de modo que arrase la tierra regada junto con la sedienta.

“Jehovah no estará dispuesto a perdonarle, sino que subirán entonces cual humo el furor y el celo de Jehovah contra ese hombre, y sobre él se asentarán todas las imprecaciones escritas en este libro. Jehovah borrará su nombre de debajo del cielo.

El lo apartará para mal de entre todas las tribus de Israel, conforme a todas las imprecaciones del pacto escritas en este libro de la ley.

“La generación futura, vuestros hijos que se levantarán después de vosotros y el extranjero que vendrá de tierras lejanas, cuando vean las plagas de aquella tierra y las enfermedades que Jehovah habrá hecho brotar en ella, dirán:

Toda su tierra está quemada con azufre y sal. No puede ser sembrada, ni producirá; y en ella no crecerá ninguna planta, como cuando fueron trastornadas Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboím, las cuales Jehovah destruyó en su ira y su furor.

Y todas las naciones preguntarán: ¿Por qué ha hecho así Jehovah a esta tierra? ¿Por qué razón se ha encendido este gran furor?

Entonces les responderán: Porque abandonaron el pacto de Jehovah, Dios de sus padres, que él hizo con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto.

Ellos fueron a rendir culto a otros dioses; se postraron ante ellos, dioses que no habían conocido y que él no les había asignado.

Por eso se encendió el furor de Jehovah contra esta tierra, para traer sobre ella toda maldición escrita en este libro.

Jehovah los desarraigó de su suelo con furor, con ira y con gran indignación, y los echó a otra tierra, como hoy.

“Las cosas secretas pertenecen a Jehovah nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley.

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