Isaías

La insensatez de la idolatría

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > La insensatez de la idolatría (23:44:9 - 23:44:20)

Los que dan forma a las imágenes talladas, todos son sólo vanidad; lo más precioso de ellos no sirve para nada. Y en cuanto a sus testigos, ellos mismos no ven ni conocen, para su propia vergüenza.

¿Quién forma un dios o funde una imagen que para nada aprovecha?

He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados, porque los mismos escultores sólo son hombres. Que se reúnan todos y se pongan de pie; que teman y sean avergonzados a una.

El herrero toma una herramienta y trabaja sobre las brasas. Le da forma con el martillo y trabaja con la fuerza de su brazo. Luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y desfallece.

El carpintero tiende la regla, hace el trazo con un marcador, labra con la gubia, traza con el compás y le da forma de hombre y de belleza humana, para colocarlo en una casa.

Corta cedros para sí; escoge una conífera o un roble y lo deja crecer entre los árboles del bosque. Planta un pino, y la lluvia lo hace crecer.

Luego se sirve de ellos para hacer fuego. Toma uno y con él se calienta; prende fuego y cuece pan. Hace, además, un dios, y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él.

Quema parte del leño en el fuego y sobre él prepara carne asada, come y se sacia. Luego se calienta y dice: “¡Ah! Me caliento mientras contemplo el fuego.”

Después, lo que sobra lo transforma en la imagen tallada de un dios. Se postra ante él y lo adora, y le ruega diciendo: “¡Líbrame, porque tú eres mi dios!”

No conocen ni entienden; porque sus ojos están tapados para no ver; también su corazón, para no comprender.

Nadie reflexiona; nadie tiene conocimiento ni entendimiento para decir: “Parte de esto quemé en el fuego y sobre sus brasas cocí pan, asé carne y comí. ¿He de convertir en una abominación lo que sobra de él? ¿Me he de postrar ante un tronco de árbol?”

Se alimenta de ceniza; su corazón engañado le desvía. No libra su alma ni dice: “¿Acaso no es una mentira lo que tengo en mi mano derecha?”

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Jehová es el Redentor de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Jehová es el Redentor de Israel (23:44:21 - 23:44:28)

“Acuérdate de estas cosas, oh Jacob; y tú, oh Israel, porque eres mi siervo. Yo te formé; tú eres mi siervo. Oh Israel, no me olvides.

He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados. Vuelve a mí, porque yo te he redimido.”

Cantad loores, oh cielos, porque Jehovah lo ha hecho. Gritad con júbilo, oh profundidades de la tierra. Prorrumpid en cántico, oh montañas, el bosque y todos sus árboles. Porque Jehovah ha redimido a Jacob y será glorificado en Israel.

Así ha dicho Jehovah, tu Redentor; el que te formó desde el vientre: “Yo, Jehovah, hago todas las cosas. Yo solo despliego los cielos y extiendo la tierra, sin la ayuda de nadie.

Soy quien deshace las señales de los adivinos y enloquece a los magos. Soy quien hace volver atrás a los sabios y convierte en necedad su erudición.

Soy quien confirma la palabra de su siervo y cumple el plan de sus mensajeros. Soy quien dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Seréis reedificadas; yo levantaré sus ruinas.

Soy quien dice a las profundidades del mar: ¡Séquense! y Yo secaré tus ríos.

Soy quien dice de Ciro: El es mi pastor. El cumplirá todo mi deseo al decir de Jerusalén: Sea edificada, y del templo: Sean puestos tus cimientos.

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Encargo de Dios para Ciro

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Encargo de Dios para Ciro (23:45:1 - 23:45:7)

“Así ha dicho Jehovah, a su ungido, a Ciro, a quien tomé por su mano derecha para sojuzgar a las naciones delante de él, para desvestir a los reyes de sus armaduras y para abrir puertas delante de él, de modo que las puertas de las ciudades no se cierren:

Yo iré delante de ti y allanaré las montañas. Romperé las puertas de bronce y haré pedazos los cerrojos de hierro.

Yo te daré los tesoros de la oscuridad, las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que yo soy Jehovah Dios de Israel, que te llama por nombre.

A causa de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, yo te llamo por tu nombre. Te doy un título de honor, aunque tú no me conoces.

Yo soy Jehovah, y no hay otro. Aparte de mí no hay Dios. Yo te ciño, aunque tú no me conoces,

para que desde el nacimiento del sol y hasta el occidente se sepa que no hay nadie más que yo. Yo soy Jehovah, y no hay otro.

Yo soy quien forma la luz y crea las tinieblas, quien hace la paz y crea la adversidad. Yo, Jehovah, soy quien hace todas estas cosas.

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Jehová el Creador

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Jehová el Creador (23:45:8 - 23:45:19)

“Destilad, oh cielos, desde arriba; derramen justicia las nubes. Abrase la tierra, brote la salvación y juntamente crezca la justicia. Yo, Jehovah, lo he creado.”

¡Ay del que contiende con su Hacedor, siendo nada más que un pedazo de tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al que le da forma: “¿Qué haces?” o “Tu obra no tiene asas”?

Ay del que dice al padre: “¿Qué engendras?,” y a la mujer: “¿Qué das a luz?”

Así ha dicho Jehovah, el Santo de Israel y su Hacedor: “¿Me pediréis señales acerca de mis hijos, o me daréis órdenes respecto a la obra de mis manos?

Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Son mis propias manos las que han desplegado los cielos, y soy yo quien ha dado órdenes a todo su ejército.

“Yo lo levantaré a él en justicia, y allanaré todos sus caminos. El edificará mi ciudad y dejará ir a mis cautivos; no por precio, ni por soborno,” dice Jehovah de los Ejércitos.

Así ha dicho Jehovah: “Los productos de Egipto, las mercaderías de Etiopía y de los sabeos, hombres de alta estatura, pasarán a ti y serán tuyos. Irán en pos de ti, pasarán encadenados. Ante ti se postrarán, y a ti te suplicarán diciendo: Ciertamente Dios está en ti, y no hay otro; no hay otro Dios.”

Verdaderamente tú eres un Dios misterioso, oh Dios de Israel, el Salvador.

Todos ellos quedarán avergonzados y afrentados; irán con afrenta todos los que fabrican ídolos.

Israel será salvado por Jehovah con salvación eterna. No os avergonzaréis, ni seréis afrentados, por los siglos de los siglos.

Porque así ha dicho Jehovah—el que ha creado los cielos, él es Dios; el que formó la tierra y la hizo, él la estableció; no la creó para que estuviera vacía, sino que la formó para que fuera habitada—: “Yo soy Jehovah, y no hay otro.

Yo no he hablado en secreto, en un lugar de tierra tenebrosa. No he dicho a la generación de Jacob: Buscadme en vano. Yo soy Jehovah, que hablo lo que es justo y que declaro lo que es recto.

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Jehová y los ídolos de Babilonia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Jehová y los ídolos de Babilonia (23:45:20 - 23:46:13)

“¡Reuníos y venid! ¡Acercaos, todos los sobrevivientes de entre las naciones! No tienen conocimiento los que cargan un ídolo de madera y ruegan a un dios que no puede salvar.

Hablad, presentad vuestra causa. Sí, que deliberen juntos. ¿Y quién ha anunciado esto desde la antigüedad? ¿Quién lo ha dicho desde entonces? ¿No he sido yo, Jehovah? No hay más Dios aparte de mí: Dios justo y Salvador. No hay otro fuera de mí.

“¡Mirad a mí y sed salvos, todos los confines de la tierra! Porque yo soy Dios, y no hay otro.

Por mí mismo lo he jurado; de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: que delante de mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

De mí se dirá: Ciertamente, en Jehovah está la justicia y el poder.” A él vendrán, y serán avergonzados todos los que se enfurecen contra él.

En Jehovah será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

¡Bel se ha postrado; Nebo se ha doblegado! Sus ídolos fueron puestos sobre animales y sobre bestias; las cosas que lleváis son pesadas, una carga para las bestias cansadas.

Se han doblegado y se han postrado juntos; no pudieron rescatar la carga y ellos mismos han ido en cautividad.

“Escuchadme, oh casa de Jacob y todo el remanente de Israel, los que sois cargados por mí desde el vientre y llevados desde la matriz.

Hasta vuestra vejez yo seré el mismo, y hasta las canas yo os sostendré. Yo lo he hecho así, y os seguiré llevando. Yo os sostendré y os libraré.

“¿A quién me haréis semejante, o a quién me haréis igual? ¿A quién me compararéis para que seamos semejantes?

Hay quienes sacan el oro de la bolsa y pesan la plata en la balanza. Luego contratan a un platero para hacer de ello un dios. ¡Luego se postran y lo adoran!

Lo cargan sobre los hombros y lo llevan; lo colocan en su lugar. Allí permanece y no se mueve de su sitio. Aunque alguien le invoque, no responde ni lo libra de la tribulación.

“Acordaos de esto y tened valor; volved en vosotros, oh transgresores.

Acordaos de las cosas del pasado que son desde la antigüedad, porque yo soy Dios, y no hay otro. Yo soy Dios, y no hay nadie semejante a mí.

“Yo anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no ha sido hecho. Digo: Mi plan se realizará, y haré todo lo que quiero.

Yo llamo desde el oriente al ave de rapiña, y de tierra lejana al hombre que llevará a cabo mi plan. Yo hablé, y yo haré que suceda. Lo he planeado y también lo haré.

“Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia.

Haré que se acerque mi justicia; no se alejará. Mi salvación no se tardará. Pondré salvación en Sion, y para Israel será mi gloria.

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