Libros Proféticos

El camino de Dios es justo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > El camino de Dios es justo (26:33:10 - 26:33:20)

“Tú, pues, oh hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis dicho: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos nos estamos pudriendo; ¿cómo, pues, viviremos?

Diles: ¡Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva!, dice el Señor Jehovah. ¡Apartaos, apartaos de vuestros malos caminos! ¿Por qué moriréis, oh casa de Israel?

“Tú, oh hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo que la justicia del justo no lo librará en el día que se rebele. Y en cuanto a la impiedad del impío, no le será estorbo en el día que se aparte de su impiedad. Y el justo no podrá vivir por su justicia en el día que peque.

Si digo al justo: Ciertamente vivirás, y confiando en su justicia él hace iniquidad, no será recordada ninguna de sus obras de justicia, sino que morirá por la iniquidad que hizo.

Si digo al impío: Morirás irremisiblemente, y él se aparta de su pecado y practica el derecho y la justicia;

si el impío restituye la prenda y paga lo que ha robado; si camina según los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, ciertamente vivirá; no morirá.

No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido. Practica el derecho y la justicia; ciertamente vivirá.

“Sin embargo, los hijos de tu pueblo dicen: No es correcto el camino del Señor. Pero es el camino de ellos el que no es correcto.

Si el justo se aparta de su justicia y hace injusticia, por ello morirá.

Y si el impío se aparta de su impiedad y practica el derecho y la justicia, por ello vivirá.

Sin embargo, decís: No es correcto el camino del Señor. Oh casa de Israel, yo os juzgaré a vosotros, a cada uno conforme a sus caminos.”

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Nuevas de la caída de Jerusalén

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Nuevas de la caída de Jerusalén (26:33:21 - 26:33:33)

Aconteció en el quinto día del mes décimo del año 12 de nuestra cautividad que uno que había escapado de Jerusalén vino a mí para decir: “La ciudad ha sido tomada.”

La noche antes que llegase el que había escapado, la mano de Jehovah vino sobre mí, y me abrió la boca antes que él llegara a mí por la mañana. Así abrió mi boca y no estuve más enmudecido.

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, los que habitan entre aquellas ruinas, en la tierra de Israel, andan diciendo: Abraham era sólo uno; sin embargo, tomó posesión de la tierra. ¡Cuánto más nosotros que somos muchos! A nosotros ha sido dada la tierra como posesión.

Por tanto, diles que así ha dicho el Señor Jehovah: Vosotros que coméis con sangre, alzáis vuestros ojos hacia vuestros ídolos y derramáis sangre, ¿tomaréis posesión de la tierra?

Habéis confiado en vuestras espadas, habéis hecho abominación y habéis mancillado cada uno a la mujer de su prójimo, ¿y tomaréis posesión de la tierra?

Les dirás que así ha dicho el Señor Jehovah: ¡Vivo yo, que los que están en aquellas ruinas caerán a espada! Al que está sobre la superficie del campo lo daré por comida a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cavernas morirán por la peste.

Convertiré la tierra en desolación y soledad, y cesará la soberbia de su poderío. Los montes de Israel quedarán desolados, de modo que no habrá quien pase por ellos.

Y sabrán que soy Jehovah, cuando yo convierta la tierra en desolación y en soledad, por todas las abominaciones que han hecho.

“Oh hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan acerca de ti, junto a las paredes y a las puertas de las casas. Hablan el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: ¡Venid y oíd cuál es la palabra que viene de Jehovah!

Vienen a ti como el pueblo acostumbra venir, y se sientan delante de ti como mi pueblo. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. Más bien, expresan motivos sensuales con sus bocas, y su corazón va en pos de sus ganancias deshonestas.

He aquí que para ellos tú eres como un cantante de motivos sensuales, cuya voz es agradable y que toca bien. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra.

Pero cuando esto venga—y he aquí que ya viene—, entonces sabrán que hubo un profeta entre ellos.”

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Profecía contra los pastores de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Profecía contra los pastores de Israel (26:34:1 - 26:39:29)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza y di a los pastores que así ha dicho el Señor Jehovah: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar a las ovejas?

Pero vosotros os coméis a las mejores de ellas y os vestís con la lana. Degolláis a la oveja engordada, y no apacentáis al rebaño.

No fortalecéis a las ovejas débiles ni curáis a las enfermas. No habéis vendado a la perniquebrada, ni habéis hecho volver a la descarriada, ni habéis buscado a la perdida. Más bien, las habéis dominado con dureza y con violencia.

Ellas se han dispersado por falta de pastor, y están expuestas a ser devoradas por todas las fieras del campo. Han sido dispersadas;

mis ovejas han andado descarriadas en todos los montes y sobre toda colina alta. Mis ovejas han sido dispersadas por toda la faz de la tierra, y no ha habido quien se preocupe de ellas ni quien las busque.

Por eso, oh pastores, oíd la palabra de Jehovah:

“¡Vivo yo, dice el Señor Jehovah, que por cuanto mis ovejas fueron expuestas a ser robadas o a ser devoradas por las fieras del campo, por no tener pastor, y mis pastores no se preocuparon por mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos y no apacentaron a mis ovejas;

por eso, oh pastores, oíd la palabra de Jehovah.

Así ha dicho el Señor Jehovah: ¡He aquí yo estoy contra los pastores, y demandaré mis ovejas de sus manos! Haré que dejen de apacentar a las ovejas, y ellos dejarán de apacentarse a sí mismos. Libraré a mis ovejas de sus bocas, y no les servirán más de comida.”

Ciertamente así ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí, yo mismo buscaré mis ovejas y cuidaré de ellas.

Como el pastor cuida de su rebaño cuando está entre las ovejas dispersas, así cuidaré de mis ovejas y las libraré en todos los lugares a donde han sido dispersadas en el día del nublado y de la oscuridad.

Las sacaré de los pueblos, las reuniré de los países y las traeré a su propia tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en las quebradas y en todos los lugares habitados del país.

En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel tendrán su pastizal. Se recostarán en el buen pastizal, y se apacentarán con pastos abundantes sobre los montes de Israel.

Yo apacentaré mis ovejas y las haré recostar, dice el Señor Jehovah.

Buscaré a la perdida y haré volver a la descarriada. A la perniquebrada vendaré, y fortaleceré a la enferma. Y a la engordada y a la fuerte guardaré. Las apacentaré con justicia.

“Pero en cuanto a vosotros, oh rebaño mío, así ha dicho el Señor Jehovah, he aquí que yo juzgo entre cordero y cordero, entre los carneros y los machos cabríos.

¿Os parece poco que os apacentéis del buen pastizal, para que tengáis que pisotear con vuestros pies lo que queda de vuestros pastos, y que después de haber bebido las aguas tranquilas, tengáis que enlodar el resto de ellas con vuestros pies?

¿Mis ovejas han de comer lo que vuestros pies han pisoteado y han de beber lo que han enlodado vuestros pies?”

Por tanto, así les ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí, yo mismo juzgaré entre el cordero engordado y el cordero flaco.

Por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y corneasteis con vuestros cuernos a todas las ovejas débiles hasta dispersarlas lejos,

yo libraré a mis ovejas, y nunca más quedarán expuestas al pillaje. ¡Yo juzgaré entre cordero y cordero!

“Yo levantaré sobre ellas un solo pastor, mi siervo David; y él las apacentará. El las apacentará y así será su pastor.

Yo, Jehovah, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Yo Jehovah, he hablado.

“Estableceré con ellos un pacto de paz, y haré que desaparezcan de la tierra las fieras dañinas, de modo que habiten seguros en el desierto y duerman en los bosques.

Apartarán gente para atravesar constantemente la tierra y sepultar a los que pasaron y que han quedado sobre la faz de la tierra, a fin de purificarla. Al cabo de siete meses harán el reconocimiento.

Pasarán los que vayan por la tierra, y el que vea el hueso de algún hombre levantará junto a él una señal hasta que los sepultureros los sepulten en el valle de Hamón-gog.

El nombre de la ciudad también será Hamonah. Así purificarán la tierra.

“Y tú, oh hijo de hombre, así ha dicho el Señor Jehovah, di a las aves de rapiña, a las aves de toda especie y a los animales del campo: ¡Juntaos y venid! Reuníos de todas partes al sacrificio que hago para vosotros: un gran sacrificio sobre los montes de Israel. Comeréis carne y beberéis sangre.

Comeréis la carne de los poderosos y beberéis la sangre de los gobernantes de la tierra, de carneros, de corderos, de machos cabríos y de toros, todos ellos engordados en Basán.

Comeréis sebo hasta hartaros, y beberéis la sangre del sacrificio que he hecho para vosotros, hasta embriagaros.

En mi mesa os saciaréis de caballos y de jinetes, de valientes y de todos los hombres de guerra, dice el Señor Jehovah.

“Entonces pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho y mi poderío que habré impuesto sobre ellas.

De aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehovah su Dios.

Las naciones sabrán también que la casa de Israel fue llevada cautiva por causa de su pecado. Porque se rebelaron contra mí, yo escondí de ellos mi rostro y los entregué en mano de sus enemigos; y todos ellos cayeron a espada.

Hice con ellos de acuerdo con su impureza y sus transgresiones, y escondí de ellos mi rostro.”

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah: “Ahora restauraré de la cautividad a Jacob. Tendré misericordia de toda la casa de Israel, y mostraré mi celo por mi santo nombre.

Olvidarán su afrenta y toda la infidelidad con que fueron infieles contra mí, cuando habiten en su tierra en seguridad y no haya quien los espante;

cuando yo los haya hecho volver de los pueblos, los haya reunido de las tierras de sus enemigos, y haya mostrado mi santidad en ellos a vista de muchas naciones.

Y sabrán que soy Jehovah su Dios, cuando yo los lleve cautivos entre las naciones y cuando los reúna sobre su tierra sin dejar allá a ninguno de ellos.

No esconderé más de ellos mi rostro, porque habré derramado mi Espíritu sobre la casa de Israel,” dice el Señor Jehovah.

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La visión del templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > La visión del templo (26:40:1 - 26:42:20)

En el año 25 de nuestra cautividad, al comienzo del año, en el día 10 del mes primero, catorce años después que había caído Jerusalén, en ese mismo día vino sobre mí la mano de Jehovah y me llevó allá.

En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto en el cual, al lado sur, había algo como una estructura de ciudad.

Me llevó allá, y he allí un hombre cuyo aspecto era como el aspecto del bronce. Tenía en su mano un cordel de lino y una caña de medir, y estaba de pie junto a la puerta.

Aquel hombre me dijo: “Oh hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a todas las cosas que te mostraré, porque para que yo te las muestre has sido traído aquí. Declara todo lo que ves a la casa de Israel.”

He aquí que por fuera y alrededor del templo había un muro. En la mano del hombre había una caña para medir, la cual tenía 6 codos (de un codo regular más un palmo menor). Entonces midió el espesor de la estructura, la cual tenía una caña, y su altura, la cual era también de una caña.

Después fue a la puerta que daba al oriente, subió por sus gradas y midió el umbral de la puerta, el cual tenía una caña de ancho. El otro umbral también tenía una caña de ancho.

Cada celda tenía una caña de largo por una caña de ancho. Entre las celdas había una separación de 5 codos, y el umbral de la puerta que daba al vestíbulo, por el lado interior de la puerta, medía una caña.

Asimismo, midió el vestíbulo de la puerta,

el cual tenía 8 codos, y sus pilastras tenían 2 codos cada una. El vestíbulo de la puerta estaba hacia adentro.

Las celdas de la puerta que daba al oriente eran tres en un lado, y tres en el otro lado, todas de la misma medida. También tenían la misma medida las pilastras de cada lado.

Midió el ancho de la entrada de la puerta, el cual era de 10 codos. El largo del umbral era de 13 codos.

El espacio delante de las celdas era de un codo a un lado, y de un codo al otro lado. Cada celda tenía 6 codos por un lado y 6 codos por el otro lado.

Midió en la puerta desde el fondo de una celda hasta el fondo de la celda opuesta: 25 codos. Una entrada estaba frente a la otra.

También midió las pilastras, las cuales tenían 60 codos. El atrio junto a la puerta también tenía pilastras alrededor.

Desde la fachada exterior de la puerta hasta el frente del vestíbulo interior de la puerta había 50 codos.

Había ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, que daban hacia las celdas en el interior y alrededor de la puerta. Asimismo, su vestíbulo tenía ventanas alrededor y hacia el interior. Y en cada pilastra había decoraciones de palmeras.

Luego me llevó al atrio exterior, y he aquí que había cámaras; y el atrio alrededor tenía un enlosado. Alrededor de aquel atrio, y dando hacia el enlosado, había treinta cámaras.

El enlosado inferior de junto a las puertas correspondía a la longitud de las puertas.

Midió el ancho desde el frente de la puerta inferior hasta el frente exterior del atrio interior, y tenía

codos. Así como en el norte era en el oriente.

Luego midió el largo y el ancho de la puerta que daba al norte del atrio exterior.

Tenía tres celdas en un lado y tres en el otro lado. Sus pilastras y su vestíbulo tenían las mismas medidas que la primera puerta: 50 codos de largo por 25 codos de ancho.

Sus ventanas, sus vestíbulos y sus decoraciones de palmeras eran de las mismas dimensiones que las de la puerta que daba al oriente. Se subía a ella por siete gradas, delante de las cuales estaba el vestíbulo.

En frente de la puerta del norte, así como de la del este, había una puerta que daba al atrio interior. El midió de puerta a puerta, y había 100 codos.

Luego me condujo hacia el sur, y he aquí que había otra puerta que daba al sur. Midió sus pilastras y sus vestíbulos; eran como aquellas medidas.

La puerta y los vestíbulos tenían ventanas alrededor, así como aquellas ventanas. Tenía 50 codos de largo por 25 codos de ancho.

Se subía a ella por siete gradas, delante de las cuales estaba el vestíbulo. Tenía decoraciones de palmeras sobre sus pilastras, tanto en un lado como en el otro lado.

También había en el atrio interior una puerta que daba al sur. Midió de puerta a puerta, hacia el sur, y había 100 codos.

Luego me llevó por la puerta del sur al atrio interior, y midió la puerta del sur; eran como aquellas medidas.

Sus celdas, sus pilastras y sus vestíbulos tenían aquellas mismas medidas. La puerta y los vestíbulos tenían ventanas alrededor. Tenía 50 codos de largo por 25 codos de ancho.

Alrededor había vestíbulos de 25 codos de largo y 5 codos de ancho.

Sus vestíbulos daban al atrio exterior, y tenían decoraciones de palmeras sobre sus pilastras. Y ocho gradas daban acceso a ellos.

Luego me llevó al lado oriental, al atrio interior, y midió la puerta; era como aquellas medidas.

Sus celdas, sus pilastras y sus vestíbulos tenían aquellas mismas medidas. La puerta y los vestíbulos tenían ventanas alrededor. Tenía 50 codos de largo y 25 codos de ancho.

Sus vestíbulos daban al atrio exterior, y en ambos lados tenían decoraciones de palmeras sobre sus pilastras. Y ocho gradas daban acceso a ellos.

Luego me llevó a la puerta del norte y midió, conforme a aquellas mismas medidas,

sus celdas, sus pilastras y sus vestíbulos. La puerta tenía ventanas alrededor. Tenía 50 codos de largo y

codos de ancho.

Sus vestíbulos daban al atrio exterior, y en ambos lados tenían decoraciones de palmeras sobre sus pilastras. Y ocho gradas daban acceso a ellos.

Había una cámara cuya entrada daba al vestíbulo de la puerta. Allí lavaban el holocausto.

En el vestíbulo de la puerta había dos mesas en un lado y otras dos en el otro lado, para degollar sobre ellas el holocausto, la víctima por el pecado y la víctima por la culpa.

En el lado de fuera, conforme uno sube a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado, que daba a la entrada de la puerta, había otras dos mesas.

Había cuatro mesas en un lado y cuatro en el otro, es decir, al lado de la puerta había ocho mesas sobre las cuales degollaban las víctimas.

Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada, de un codo y medio de largo y un codo y medio de ancho y un codo de alto. Sobre ellas colocaban los instrumentos con que degollaban las víctimas del holocausto y del sacrificio.

Los rebordes, de un palmo menor, estaban fijos alrededor de la cámara, y la carne de las ofrendas estaba sobre las mesas.

Por fuera de la puerta interior, en el atrio interior, había dos cámaras para los cantores. Una de ellas estaba al lado de la puerta del norte, y su fachada daba al sur. La otra estaba al lado de la puerta del sur, y su fachada daba al norte.

Y me dijo: “Esta cámara que da al sur es de los sacerdotes que están a cargo del templo.

Y la cámara que da al norte es de los sacerdotes que están a cargo del altar. Estos últimos son los hijos de Sadoc, quienes han sido acercados a Jehovah de entre los hijos de Leví, para servirle.”

Luego midió el atrio, que era un cuadrado de 100 codos de largo y 100 codos de ancho. Delante del santuario estaba el altar.

Luego me llevó al vestíbulo del templo y midió cada pilastra del vestíbulo, 5 codos de un lado y 5 codos del otro lado. El ancho de la puerta era de 3 codos de un lado y de 3 codos del otro lado.

El largo del vestíbulo era de 20 codos, y el ancho de 11 codos. Junto a las gradas por las cuales se subía al vestíbulo, había columnas junto a las pilastras, una de un lado y otra del otro lado.

Luego me introdujo en el lugar santo y midió las pilastras, que tenían 6 codos de ancho de un lado y 6 codos del otro lado. Tal era el ancho de las pilastras.

El ancho de la entrada era de 10 codos; y los lados de la puerta, de 5 codos de un lado y de 5 codos del otro. Midió su largo que era de 40 codos y su ancho de 20 codos.

Luego fue al interior y midió cada pilastra de la entrada, las cuales tenían 2 codos. La entrada era de 6 codos, y los lados de la entrada eran de 7 codos.

Midió también su largo, de 20 codos, y su ancho, de 20 codos, hacia el lado del lugar santo. Entonces me dijo: “Este es el lugar santísimo.”

Después midió la pared del templo, la cual tenía 6 codos de espesor. El ancho de los cuartos laterales alrededor del templo era de 4 codos.

Los cuartos eran treinta y estaban dispuestos cuarto sobre cuarto en tres niveles. Había salientes en cada pared alrededor del templo, sobre los cuales se apoyaban los cuartos, sin que éstos se apoyaran en la pared misma del edificio.

A medida que se subía, la galería superior era más amplia, porque arriba había mayor espacio debido al angostamiento de la pared del edificio. De la galería inferior se subía a la superior por la intermedia.

Miré la elevación alrededor de todo el templo: Los cimientos de los cuartos laterales eran de una caña entera de 6 codos de largo.

El espesor de la pared exterior de los cuartos era de 5 codos, y quedaba un espacio libre entre los cuartos del templo.

Entre las cámaras había un espacio de 20 codos por todos los lados alrededor del templo.

Los cuartos tenían dos entradas al espacio libre, situadas una al norte y otra al sur. El ancho del espacio que quedaba era de 5 codos, alrededor de todo.

El edificio que estaba al frente del área reservada en el lado occidental tenía 70 codos, y la pared de alrededor del edificio tenía 5 codos de espesor y 90 codos de largo.

Midió el templo, y tenía 100 codos de largo. El área reservada y el edificio tenían paredes de 100 codos de largo.

El ancho de la fachada del templo y del área reservada era de 100 codos.

Midió el largo del edificio que estaba delante del área reservada que había detrás del templo y sus pasillos, tanto a un lado como al otro, y era de 100 codos. También midió la sala interior y el vestíbulo exterior.

Los umbrales, las ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, y los pasillos alrededor de los tres pisos, frente al umbral, todo alrededor estaba recubierto con madera desde el suelo hasta las ventanas. También las ventanas estaban recubiertas,

encima de la entrada y hasta el lugar santísimo. Toda la pared alrededor, tanto por dentro como por fuera, según medidas,

estaba decorada con querubines y palmeras. Entre querubín y querubín había una palmera. Cada querubín tenía dos caras:

una cara de hombre que miraba hacia un costado de la palmera, y la otra de león que miraba hacia el otro costado de la palmera. Y estaban hechos alrededor de todo el edificio del templo.

Desde el suelo hasta encima de la entrada, y por toda la pared del templo, había grabados de querubines y de palmeras.

Los postes del lugar santo eran cuadrangulares, y el aspecto de los del frente del lugar santísimo era semejante.

El altar de madera tenía 3 codos de alto por 2 codos de largo. Tanto sus esquinas, como su base y sus paredes eran de madera. Y me dijo: “Esta es la mesa que está delante de Jehovah.”

El lugar santo y el lugar santísimo tenían dos puertas.

En cada puerta había dos hojas que giraban; había dos hojas en una puerta y dos hojas en la otra puerta.

En las puertas del lugar santo había grabados de querubines y de palmeras, así como los que estaban grabados en las paredes. Sobre la fachada del pórtico, por el lado exterior, había un alero de madera.

Había ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, y decoraciones de palmeras a uno y otro lado de los costados del vestíbulo, tanto en los cuartos laterales del edificio como en los aleros.

Luego me sacó fuera al atrio, hacia el norte, y me llevó a la cámara que estaba frente al área reservada, enfrente del edificio, hacia el norte.

Su largo, en el frente de la puerta del norte, era de 100 codos y su ancho de 50 codos.

Frente al espacio de 20 codos que había en el atrio interior y frente al enlosado que había en el atrio exterior había unos pasillos, uno frente al otro, en los tres pisos.

Delante de las cámaras, hacia la parte de adentro, había un corredor de 10 codos de ancho y de 100 de largo; y sus puertas daban hacia el norte.

Las cámaras de más arriba eran más estrechas, porque los pasillos les restaban espacio, más que a las bajas y a las intermedias del edificio.

Como estaban dispuestas en tres pisos y no tenían columnas como las columnas de los atrios, por eso eran más angostas que las inferiores y las intermedias.

El muro que estaba afuera, enfrente de las cámaras, hacia el atrio exterior y delante de las cámaras, tenía 50 codos de largo.

Porque el largo de las cámaras del atrio exterior era de 50 codos, y delante de la fachada del templo había 100 codos.

Y debajo de estas cámaras estaba la entrada del lado oriental, para quien entra desde el atrio exterior.

A lo largo del muro del atrio, hacia el sur, frente al área reservada y delante del edificio, también había cámaras.

El corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte, tanto su largo como su ancho y todas sus salidas y entradas. Y semejantes a sus entradas

eran las entradas de las cámaras que daban al sur. Había una entrada en el comienzo del corredor, frente al muro correspondiente que daba al oriente, para quien entra en ellas.

Me dijo: “Las cámaras del norte y las del sur, que están frente al área reservada, son las cámaras de las cosas sagradas, en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehovah pueden comer de las cosas más sagradas. Allí pondrán las cosas más sagradas—la ofrenda vegetal, el sacrificio por el pecado y el sacrificio por la culpa—; porque el lugar es santo.

Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del santuario al atrio exterior sin antes dejar allí sus vestiduras con que sirven, porque éstas son santas. Se vestirán con otras vestiduras y así se acercarán a los lugares destinados al pueblo.”

Luego que acabó de tomar las medidas del interior del templo, me sacó por el camino de la puerta que daba al oriente y lo midió en derredor.

Midió el lado oriental con la caña de medir: 500 cañas. Dio la vuelta

y midió el lado norte con la caña de medir: 500 cañas. Dio la vuelta

y midió el lado sur con la caña de medir: 500 cañas.

Dio la vuelta hacia el lado occidental y midió con la caña de medir: 500 cañas.

Lo midió por los cuatro lados; tenía alrededor un muro de 500 cañas de largo por 500 cañas de ancho, para hacer separación entre lo santo y lo profano.

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La gloria de Jehová llena el templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > La gloria de Jehová llena el templo (26:43:1 - 26:43:5)

Luego me condujo a la puerta que da al oriente,

y he aquí que la gloria del Dios de Israel venía desde el oriente. Su estruendo era como el estruendo de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria.

La visión que vi era como aquella visión que había visto cuando él vino para destruir la ciudad y como la visión que había visto junto al río Quebar. Y caí postrado sobre mi rostro.

La gloria de Jehovah entró en el templo por la puerta que da al oriente.

Entonces el Espíritu me levantó y me introdujo al atrio interior. Y he aquí que la gloria de Jehovah llenó el templo.

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